Artículos - Philip Renard
"Yo" es una Puerta
Parte I: Ramana Maharshi
Por Philip RenardUna de las expresiones que más se escuchan en el camino hacia la realización del Ser es "libérate del ego". ¿Qué significa exactamente esto?
No se refiere, por supuesto, a la forma habitual del ego que todo el mundo reconoce como egoidad o egoísmo, porque está claro que el egoísmo es, de hecho, rechazado por todos, incluso aquellos que no están siguiendo un camino espiritual. Liberarse de este tipo "burdo" de ego no es suficiente en el camino de la liberación.
El ego, que es mencionado por los maestros de las vías de liberación como el principal obstáculo, es una actividad del pensamiento, en la que uno se identifica con un objeto o figura externa que consecuentemente puede ser vista y juzgada. Una figura que podría ser imaginada como "superior" o "inferior" a otras figuras.
Este ego, en realidad, consiste en actos de comparación. También se le llama "auto-consciencia" con toda su inhibición implícita de la espontaneidad o vitalidad. Se refiere a la función de dividir, una ranura habitual que mira a otra parte del mismo ego desde un punto de vista crítico, y lo bombardea con opiniones encontradas. La principal característica del ego es el apego a las opiniones sobre uno mismo. Es decir, se construye una imagen de sí mismo, que no quiere que se disuelva y prefiere seguir como está. Esto es lo que llamamos la "persona"; es el mantenimiento de una imagen de sí mismo. Cuando procede de la "persona", cada actividad consciente del cuerpo-mente implica la suposición de que hay un "yo" haciendo algo, y que ese "yo" es una entidad permanente, perdurable.
Yo prefiero llamarlo "el yo", en lugar de "ego", porque así es más fácil reconocerlo como algo más sutil que el "burdo ego" mencionado anteriormente, a pesar de que los dos fluyen entre sí. La principal diferencia, se podría decir, es que en el caso del "burdo" ego son otros los que te molestan y son molestados por ti, mientras que en el caso de este sutil "yo", eres tú el que está molestándose a sí mismo.
Tanto los budistas como los vedantistas están de acuerdo en que este "yo" debe ser abandonado si quieres la liberación, pero no están de acuerdo en la terminología ni en cómo la creencia en este "yo" puede ser aniquilada. Los budistas dicen: "No hay una entidad en absoluto, no hay 'sí mismo' o 'yo', sólo una secuencia de procesos físicos y psíquicos causativamente condicionados". Por lo demás no hablan de un "yo". Incluso desaprueban hablar en términos de un "yo", por ejemplo, en una declaración como "Cuando consideramos la naturaleza de este conocimiento como 'yo' o 'mí', y nos aferramos a ese concepto — se trata de un punto de vista estrecho, y es confuso, erróneo". (1)
En contraste, mientras que los maestros del Vedanta Advaita están totalmente de acuerdo con los budistas en la no existencia del "yo-entidad", no obstante, siguen hablando en términos del "yo" y del "sí mismo", incluso cuando apuntan a niveles más altos de realidad. ¿Por qué es esto así?
Vamos a tratar de dar una respuesta a la luz de la "gran tríada" de maestros Advaita del siglo XX: Ramana Maharshi, Krishna Menon (Atmananda) y Nisargadatta Maharaj. Los tres utilizan la palabra "yo" para indicar el más alto (o casi más alto) principio, respectivamente como "Yo-Yo", "Yo-Principio" y "Yo Soidad". Esto puede, si se ve desde el punto de vista de su rechazo del "yo" como una realidad, causar fácilmente malos entendidos, debido a la insuficiencia del lenguaje.
Primero vamos a escuchar al más antiguo de los tres, Bhagavan Sri Ramana Maharshi. Él ha tenido la influencia más fuerte, y no en vano Ananda Mayi Ma le llama "el Sol" (2). Ha sido reconocido como la auténtica voz del Advaita y su mensaje de la posibilidad de ser liberado en esta vida.
Todo en su enseñanza versa sobre el verdadero sentido del "yo". Él invita al visitante o devoto que pide orientación a que se haga la pregunta "¿Quién soy yo?" Consideraba a ésta la verdadera forma de auto-indagación (vichara). Él reveló la poderosa naturaleza de la pregunta, que cuando es hecha apropiadamente, provoca la disolución de los pensamientos y las identificaciones. Bhagavan dejaba que el efecto de la pregunta fuera experimentado directamente por el devoto que solicitaba orientación.
Sin embargo, él también comprendía que para la mayoría de la gente la experiencia en sí misma requería también del correcto fundamento de la comprensión. La correcta interpretación de la experiencia es muy importante. Por lo tanto, él explicaba en varias ocasiones con gran detalle la relación entre "el yo" y lo que es realmente "yo", el "Ser" o "Sí mismo" último.
Indicaba que "el yo" (aham-kara), o el "pensamiento yo" (aham-vritti) como a menudo lo llamaba, tiene que ser matado, destruido. Siempre he pensado que este es un uso lingüístico muy engorroso, ya que parece invitar al conflicto. En general, una persona ya está ocupada con luchas internas y creo que esta terminología agresiva requiere una explicación. Si en última instancia la meta es la paz, entonces la escalada del conflicto interno no puede ser la intención.
El mismo Sri Ramana también hablaba de manera diferente. Si alguien preguntaba cómo este "yo" debería ser eliminado, decía por ejemplo: "Usted no necesita eliminar el 'yo' falso. ¿Cómo puede 'yo' eliminarse a sí mismo? Todo lo que necesita es encontrar su origen y permanecer ahí" (3). Y en otro momento decía acerca de matar el ego: "¿Puede el ego aceptar matarse a sí mismo nunca? ... Si usted busca el ego, encontrará que no existe. Esa es la manera de destruirle" (4). Y: "¿Cómo puede ser matado algo que no existe?" (5)
"Encontrarás que no existe". Esta es una y otra vez la esencia de su argumento. Sin embargo Ramana a menudo hablaba sobre el "yo", y lo describe como si existiera, así que uno comienza a preguntarse: "pero entonces ¿qué existe y qué no?" La siguiente cita viene al caso a este respecto.
"Hay el Sí mismo absoluto, del que procede una chispa como de fuego. La chispa es llamada el ego. En el caso de un hombre ignorante, el ego se identifica con un objeto simultáneamente con su surgimiento. El ego no puede permanecer independiente de esa asociación con los objetos. Esta asociación es ajnana o ignorancia, cuya destrucción es el objetivo de nuestros esfuerzos. Si su tendencia a objetivizarse es matada, el ego permanece puro, y también se sumerge en la fuente" (6). Si de nuevo ignoramos el uso de la palabra "matar" por un momento, la "asociación con los objetos" mencionada anteriormente es la frase clave — la tendencia del "yo" a identificarse con los objetos. Ese es exactamente el error.
¿Qué está asociado con qué? ¿Qué o quién está cometiendo este error? Ramana Maharshi habla repetidamente acerca de la asociación como un "nudo" (granthi), el "nudo en el Corazón".
"Aunque este cuerpo insensible no puede decir 'yo' (es decir, no tiene la sensación de 'yo'), y aunque la Existencia-Consciencia (Sat-Chit, Sí mismo) no surge ni se sumerge, entre estos dos se eleva un 'yo' de la medida del cuerpo (el 'Yo soy el cuerpo'-identificación). Comprende esto solo como el nudo entre la Consciencia y lo insensible (Chit-jada-granthi), esclavitud (bandha), alma (jiva), cuerpo sutil (sukshma sharira), ego (ahamkara), este estado mundano de actividades (samsara), mente (manas) y así sucesivamente". (7)
Ramana dice que este nudo debe deshacerse. Una vez más: ¿qué se entiende por este acto de violencia aparente? De hecho, siempre resulta que lo que se quiere decir es el mirar puro. Sólo mirar. Siempre pensabas que ya estabas mirando, pero ahora se te pide que mires como si lo hicieras por primera vez. Si sigues estas instrucciones observarás dónde este "yo-persona" (que es lo que se entiende por el término "nudo") está en realidad. ¿Dónde puedo encontrar a este "yo-persona"?
Ramana utiliza un maravilloso ejemplo para ilustrar esto.
"(El ego) es un eslabón intangible entre el cuerpo y la Consciencia Pura. No es real. Mientras uno no mira con atención, continúa dando problemas. Pero cuando uno lo busca, encuentra que no existe. En las bodas hindúes, los festejos prosiguen durante cinco o seis días. Las amistades de la novia confundieron a un extraño con el padrino y lo trataron con especiales atenciones. Al ver esto, las amistades del novio lo consideraron un hombre importante relacionado con las amistades de la novia y por consiguiente le mostraron especial respeto. El extraño estaba muy feliz con lo que sucedía. Durante todo ese tiempo él era completamente consciente de la situación real. En una ocasión, las amistades del novio quisieron hacerle mención de algo. Lo mandaron buscar. El presintió el problema y se esfumó. Así ocurre con el ego. Si es buscado, desaparece." (8)
Como la Consciencia se conecta con la materia inanimada, la chispa que brota de la Consciencia aparentemente comete el error e inmediatamente se aferra a esta relación con lo insensible. Esto se llama "fijación". Poniendo mucha atención en ver si ese vínculo es real, se hace evidente que no hay nada en absoluto. Por consiguiente el "yo" existe por el hecho de que no se investiga.
Este es un énfasis. Es el énfasis sobre el final de algo (por eso se utilizan términos como "destruir"), al ver la no-existencia de algo. Hay otro aspecto también, un aspecto más esencial en lo que a mí respecta. En la terminología de que algo tiene primero que ser terminado ("comprendido", "matado", etc), existe la posibilidad después de todo de interpretarlo como un evento en el tiempo, una secuencia. "Primero esto, y sólo entonces hay libertad", parece ser el mensaje. Es claro para mí que, de hecho, Ramana enfatiza mucho el aspecto siempre-presente y auto-luminoso del "yo" — eso que ahora ya está presente y disponible en mi. A pesar del nudo que la Consciencia ha creado con su objeto, el cuerpo físico, la Consciencia como tal se ha mantenido continuamente pura, sin enredarse con ninguna otra cosa. Se nos invita a reconocer y comprender que, en realidad, el "yo" siempre ha sido "hecho" de Consciencia como tal.
"El ego funciona como el nudo entre el Sí mismo, que es pura Consciencia (Chit), y el cuerpo físico, que es inerte e insensible (jada). Por eso al ego se le llama Chit-jada-granthi. En tu indagación de la fuente del aham-vritti, tú tomas el aspecto chit esencial del ego: y por esa razón la indagación debe conducir a la realización de la pura Consciencia del Sí mismo." (9)
El aham-vritti mencionado aquí (el pensamiento "yo"), Ramana también lo llamaba aham-idam, que es la combinación de "yo" (aham) con un objeto, algo pensado, un "esto" (idam) (10). Así que aham-idam consta de la Consciencia pura o "yo" puro, y de todo lo que la Consciencia es consciente, es decir, de todo lo que es un objeto del "yo". La mayoría de las veces este objeto (idam) es sustituido por otro cada milisegundo. Así, en el pensamiento "yo" ocurre un giro continuo de "esto"s, por lo que el "yo" se identifica con una serie de "esto"s ("yo soy esto", aham-idam), así como se separa de ellos ("yo y esto", también aham-idam). En la combinación aham-idam, el idam siempre se refiere a una alternancia múltiple y continua. Sin embargo, aham siempre permanece el mismo. Siempre es singular. Y este es un punto importante.
De hecho lo que llamamos un "objeto" (ya sea un objeto material, perceptible, sensorial, o un objeto psíquico, un pensamiento) es siempre una existencia simultánea de sujeto y objeto, aham y idam ("yo" y "esto"). Yo estoy experimentando ahora que este objeto particular está presente; ahora experimento que hay un nuevo objeto; y ahora experimento que hay otro objeto, etc. Siempre es aham-idam. Siempre hay esta mezcla, esta combinación (que en realidad es idéntica al nudo de Chit y jada que hemos mencionado anteriormente). Y dentro de esto, aham siempre permanece el mismo.
En otras palabras, todo el tiempo en el que nos imaginamos que sólo hay objetos en nuestra atención, hay el "yo" simultáneamente, como sujeto. Ten en cuenta, no como "el yo", porque esta forma personal es en realidad un objeto, que es sólo temporalmente existente, sino que nos referimos al sujeto ("yo") sin el cual ningún objeto es posible. Entonces, simplemente nada sucede.
El consejo de Ramana dice: permanece con el sujeto siempre-presente. Y aunque te sientas atraído repetidamente por los objetos, eso no importa. Tan pronto como te das cuenta de que eres seducido, reconoces inmediatamente al sujeto (el aspecto que da luz), inevitablemente presente en el objeto que te atrae. Siempre está ahí. Nunca está ausente.
El consejo es permanecer con aham, "yo", y se vuelve cada vez más puro y menos distraído por creencias tales como "yo soy esto", "yo lo hago bien", "yo no valgo nada", etcétera. Al seguir estas instrucciones, reconoces la presencia del "yo" puro, siempre sujeto, auto-luminoso, que da la luz de sí mismo a lo que es un objeto. ¿De sí mismo? Sí, de sí mismo, porque cuanto más te interesas por la fuente del "yo", más puedes ver que el "yo" en realidad es puro "yo", totalmente sin objeto, radiante, continuo "yo,yo,yo,yo,yo,yo,yo".
Ahora el "yo" ya está presente y permanentemente radiante. Sí, todavía "se enreda" con todo tipo de "esto"s, pero eso no altera su brillo y luminosidad. Sólo que los "esto"s, son reconocidos como tales, y una vez liberados se disuelven en el "yo" puro. El efecto de la pregunta "¿quién soy yo?" es que todos los "esto"s son desechados y sólo queda el vacío, la ausencia de todos los objetos. Este es el "yo" en el sentido puro de la palabra. Permaneciendo aquí te has fusionado con lo que Ramana llamaba Aham sphurana, el primer "yo-vibración", la fuente de toda la manifestación.
Ramana utilizaba en varias ocasiones la expresión Aham sphurana como una indicación para "yo-yo" (Aham Aham) (11), para la emanación más primaria del "yo". Sphurana es algo así como la primera radiación, la vibración todavía totalmente pura del origen. Aham sphurana está continuamente presente, siempre nueva y fresca, y por lo tanto esto es exactamente lo que "yo" soy siempre. En realidad, el "yo" nunca ha sido devorado o enredado por ninguna cosa.
Este énfasis es crucial. De lo contrario, surgiría el malentendido de que existe un "yo" que en realidad es malo y debe ser destruido, y luego de que hay una especie de tierra de nadie de la cual surgirá un nuevo y limpio "yo". A decir verdad, no hay dos yoes; ningún "yo" necesita ser sustituido por ningún "yo" limpio o puro (12). El "yo" siempre es el mismo, siempre auto-luminoso y constantemente presente. El término de Ramana "aniquilar" (nasha) se refiere al pensamiento "yo" (aham-vritti), el enredo del "yo" con un objeto (aham-idam), la inclinación del "yo" a presentarse a sí mismo como un objeto .
Esto ya ha sido indicado en la cita de Conversaciones con Sri Ramana Maharshi, 289 (véase la nota 6). Mientras que describe la terminación del enredo, Ramana usa la terminología "el 'yo' permanece puro", lo que significa que "el 'yo' permanece en su estado puro y primordial". Él no dice: "un nuevo 'yo' viene a la existencia". Algo siempre ha estado ahí, y eso se mantiene en su forma más pura: "Yo-Yo". En otro lugar dice: "El 'yo' deshecha la ilusión del 'yo' y sin embargo permanece como 'yo'. Tal es la paradoja de la realización del Sí mismo. El realizado no ve ninguna contradicción en ello" (13). Y más adelante: "Sólo la aniquilación del 'yo' [el pensamiento "yo"] es la Liberación. Pero ésta sólo puede obtenerse manteniendo el 'yo-yo' siempre a la vista... Siempre hay un solo "yo", pero lo que surge de vez en cuando es el falso pensamiento 'yo'; mientras que el 'yo' intuitivo permanece siempre auto-brillante, es decir, incluso antes de manifestarse." (14)
Cuando aceptamos el consejo de confinar nuestra atención exclusivamente en el sujeto puro, el aspecto Consciencia pura que excluye a todos los objetos, se plantea la cuestión: ¿no es este énfasis en el "yo puro" un poco extraño para un enfoque que se denomina a sí mimo no-dualista? Desde el punto de partida original de dos realidades (la Consciencia y la materia inerte) ya suena dualista, y el consejo de confinar tu atención por completo en una de estas dos realidades, la Consciencia pura o "yo" puro (o "yo-yo", Sujeto), está en realidad excluyendo algo, y de hecho uno podría legítimamente llamarlo dualista. ¿No hemos llegado aquí al escollo del Advaita, que parece animarnos a que nos separemos de la vida diaria como un ser pensante, sintiente y actor? ¿Cómo puede un enfoque dualista conducir a la no-dualidad?
En respuesta Sri Ramana decía que mientras experimentes el objeto como separado del sujeto estás mirándote desde un punto de vista dualista, y por lo tanto tienes que insistir sólo en el aspecto Consciencia. "Primero (él) debe discernir entre la consciencia (chit) y la insensibilidad (jada) y ser sólo la consciencia. Más tarde que comprenda que la insensibilidad no es aparte de la consciencia" (15). Y: "Conozca al sujeto primero y luego pregunte sobre el objeto. El sujeto comprende (contiene) al objeto también. Ese único aspecto es un aspecto omnicomprensivo. Veáse a usted misma primero y luego vea los objetos." (16)
" 'Yo', 'esto', aparecen juntos ahora. Pero 'esto' (idam) está contenido en el 'yo' (aham) —ellos no son aparte. 'Esto' tiene que fusionarse y devenir uno con 'yo'. El 'yo' que queda es el verdadero 'yo'." (17)
Esta presencia constante, el verdadero "yo" es "yo-yo", lo que queda cuando la combinación "yo-soy-esto" o "yo, esto" es purificada de todos los "esto"s por medio de la pregunta "¿quién soy yo?" Lo que queda, el "yo-yo", sólo puedo manifestarse (sphurana) cuando el velo de todos los "esto"s ha caído. Este sphurana, esta primera forma de manifestación no es la manifestación en el sentido habitual de la palabra. No es algo de lo cual haya un múltiple. No puedes convertirlo en un objeto. Sólo puedes fusionarte con él, a través del reconocimiento — yo,yo,yo, continuo, ininterrumpido, sin forma, sin contenido, sin sonido o color. Eso es todo lo que tienes que hacer; morar en este lugar, descansar y relajarte en él. Todo lo que posiblemente esté más allá de eso (18), el "Absoluto", la "Iluminación" o cualquier término, es la Gracia. Mora en este lugar, "yo-yo". Es aquí donde tu búsqueda termina.
Así que en respuesta a la pregunta "¿por qué los maestros del Advaita utilizan el término "yo" como una indicación de algo real?" Se puede decir que es porque el "yo" está tan cerca, es lo más cercano que hay. Todo el mundo lo reconoce como "uno mismo". Se trata de la auto-realización y cada uno de nosotros tiene que ver por sí mismo que el "yo" es la presencia que está siempre aquí, y es la entrada a la realidad. La entrada no está en otra parte. No tienes que buscarla. No necesitas ir a otro lugar para experimentar el "yo". Dondequiera que vayas, tú ya estás allí. El "yo" ya está ahí. El "yo" es una puerta, y siempre está abierta.