Sección Maestros y Autores

Philip Renard nació en Amsterdam en 1944. Después de un período estudiando las enseñanzas originales del budismo Ch'an, comenzó a practicar su vida espiritual en Subud (una hermandad fundada en Java), en la cual la práctica de la rendición llamada latihan le dio una base para cualquier otra percepción, es decir: la libertad de concepto o método. Después de un intenso período de fructífera influencia del maestro estadounidense Da Free John (más tarde llamado Adi Da), Philip pasó algunos años en estrecha relación con Alexander Smit, maestro de Advaita holandés (alumno de Nisargadatta Maharaj e indirectamente de Atmananda). Durante este período Philip llegó a la supresión de la creencia en cualquier concepto, por lo que pudo ver quién es siempre ya. En los años siguientes también hizo uso agradecido de las enseñanzas Dzogchen, especialmente las de Tulku Urgyen.

Ha sido influenciado por varios maestros, pero principalmente en el linaje de Nisargadatta Maharaj y Alexander Smit. Él enseña en los Países Bajos (Bilthoven) pero su sitio web en holandés (Advaya) tiene un flujo paralelo en Inglés, donde hay una serie de artículos, incluyendo una serie sobre Ramana, Nisargadatta y Atmananda.

"Ya estamos mirando desde eso que estamos buscando; realmente no necesitamos ir a ninguna parte. Muchos autores describen a los pensamientos y sentimientos como enemigos, pero en realidad estas facultades expresan la celebración de Nosotros. Todo mi pensamiento 'avanza' en Mi dirección, para llegar a una disolución en la paz que Yo soy, y este avanzar en Mi dirección no es una agresión. La suposición errónea de que los pensamientos o sentimientos todavía tienen primero que ser eliminados, en realidad es el resultado de la identificación con una persona que sufre – un alguien que está preocupado por estos pensamientos y sentimientos".

Advaya

Se trata del reconocimiento de tu verdadera naturaleza, no-dualidad
(originalmente llamada "Advaya").

El reconocimiento de tu verdadera naturaleza es posible tan pronto como estás dispuesto a permitir un espacio entre un pensamiento y el siguiente, justo en medio de una historia o percepción interior, ahora.

Aunque este espacio es sólo la entrada, mirando desde este espacio puedes ver que esto no está separado de todo lo que surge en él – que en realidad todo está incluido. Hay pensamiento, así como no-pensamiento. El no-pensamiento (el intervalo o espacio) es en sí todavía no dos, pero en un instante es uno de los dos.

El no-pensamiento no es "mejor" que el pensamiento, pero al parecer hay una especie de jerarquía interna o secuencia: el pensamiento surge en el no-pensamiento, y no al revés. Lo que sólo parece ser un "espacio" un intervalo, no-pensamiento, en realidad es extenso, omnímodo. Abarca todo el pensamiento y el sentimiento, toda percepción.

No importa lo importante que pueden ser ciertas cosas en tu vida, una y otra vez puedes ver que el vacío del que surgen las cosas precede a esas cosas. "Preceder" y "secuencia" no son términos de tiempo, sino que apuntan a una verdadera jerarquía, una secuencia de importancia.

La "importancia" en lo que se refiere a algo que es real o no. Esto trata, después de todo, sobre el reconocimiento de tu verdadera naturaleza – por lo que no podría ser algo diferente de la realidad misma.

Dentro de tu experiencia presente, podrías preguntarte:

'¿Qué es lo que hace que esta experiencia presente sea real?' Y verás que la realidad se te está ofreciendo por algo que no es ni pensamiento, ni es forma, ni está en un lugar, ni es algo. Tú eres anterior a la forma, e incluyes la forma.

Se podría decir que la secuencia mencionada es útil para poder discernir y valorar la no-dualidad (advaya), es decir la realidad.

Esta secuencia podría incluso ser llamada 'secuencia sagrada'. 'Sagrada', porque realmente se aprecia y valora lo que merece estima (el intervalo, eso que es la realidad-ofreciéndose) aparentemente todavía podría requerir estímulo.

Así que es por eso que la invitación es: primero el intervalo. O mejor dicho: primero la disposición a permitir un intervalo.

Al acostumbrarte a apreciar el intervalo, o vacío, puedes ver cada vez más que te mantienes sin cambio. Eso es libertad. Esa es tu verdadera naturaleza. Inmutable. Eres el mismo inmodificado tanto en el intervalo como en medio de los objetos percibidos y tus propias historias.

El intervalo es la entrada, y la continuación es la vida misma, llena de la forma. Dentro de la forma, 'precediéndola', está Eso que hace 'sagrada' la vida y la forma, ya que es muy real.