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Parte 3. El fin del sufrimiento...

Capítulo 21. Resistencia, apego y aceptación

21.1. ¿Qué es resistencia y apego?

En la meditación del 20 de diciembre en A Net of Jewels (1996), Ramesh dice,

"Es sólo la resistencia lo que transforma la eternidad del momento presente en la fugacidad de la experiencia momentánea como tiempo o duración. Sin resistencia sólo hay eternidad."

En la meditación del 20 de febrero en A Net of Jewels (1996), Ramesh dice,

"Aparte de la inutilidad del propio esfuerzo, cualquier intento de impedir que surjan pensamientos divide a la mente artificialmente en aquello que hace el impedimento en contra de aquello que está siendo impedido, creando sólo neurosis y conflicto. Cualquiera que sean los pensamientos que surjan (siendo sin sustancia) se desvanecerán rápidamente por sí mismos si no son aceptados y continuados como realidad efectiva. Tratar de eliminar los pensamientos de manera consciente y deliberada, es como tratar de lavar la sangre con sangre."

Pregunta: ¿Qué es lo que trata de resistirse a los pensamientos, sentimientos y emociones?

En la p. 270 de I Am That (1984), Nisargadatta Maharaj dice,

"El sufrimiento se debe enteramente al apego o a la resistencia; es un signo de nuestra resistencia a proseguir, a fluir con la vida."

En su libro y CD, Breakthrough Pain (2005), el famoso maestro de meditación budista Shinzen Young dice,

Sufrimiento = dolor x resistencia.

Así, el dolor no es el sufrimiento en sí mismo. El sufrimiento también requiere resistencia al dolor, ya sea dolor físico, mental o emocional.

La resistencia es un pensamiento, sentimiento o emoción que se resiste a algo, ya sea un pensamiento, sentimiento, emoción, sensación, percepción, o acción. La resistencia se debe a nuestro criterio de que lo-que-es no debe ser de la forma que es, y de la creencia de que hay algo que debemos hacer al respecto. (Criterio no es lo mismo que evaluación, que no implica un juicio sobre lo que debe o no debe ser). La resistencia está siempre presente cuando se experimenta la victimización (véase la Sección 11.7), ya sea que el victimario crea ser el yo, el cuerpo, la mente, los otros, la vida, Dios, o lo que sea. Activa fuertemente la mente pensante (véase la Sección 11.9), y oculta la verdad acerca de nosotros (véase la Sección 23.3) nublando nuestra conciencia de ello. Sin embargo, suceda lo que suceda - pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones, acciones, y percepciones - debe suceder. Lo-que-es no puede ser otra cosa que lo que es. Por lo tanto, si la resistencia ocurre, es porque debe ocurrir, y si ocurre la desidentificación, también es porque así debe ser.

El opuesto dual de resistencia es el apego. En la Segunda Noble Verdad, el Buda enseñó que la causa del sufrimiento es el deseo y el apego (Sección 14.5). Como todos los pares de opuestos, cuando existe uno, debe existir también el otro. Al igual que la resistencia es un pensamiento, sentimiento o emoción que se resiste a lo que está sucediendo y por eso hace que parezca real, el apego es un pensamiento, sentimiento o emoción que se aferra a lo que está sucediendo y hace que parezca real (véase la Sección 14.5). Pero, puesto que el cambio es inherente a la manifestación (véanse las Secciones 12.1, 12.6), tanto la resistencia como el apego ignoran sus características más fundamentales y así inevitablemente crean sufrimiento.

La ilusión de un "yo"-hacedor resulta cuando hay apego al sentido de separación (véanse las Secciones 7.7, 11.4). Debido a que el "yo"-hacedor parece estar separado del cuerpo-mente (véanse las Secciones 5.11, 11.6), o bien se resiste a los pensamientos del cuerpo-mente, sentimientos, emociones y sensaciones, o se aferra (apega) a ellos y se resiste a cambiarlos. Esto puede dar lugar a sentimientos de desesperación, auto-castigo, insatisfacción, y esclavitud (Secciones 11.8, 16.2). La esencia del "yo"-hacedor, y también la fuente de todo sufrimiento, se aferra al pensamiento de que "yo" debo tener el control.

Ejercicio: Recuerde un momento en el que experimentó arrepentimiento o culpa. ¿Tuvo también el pensamiento de que debería haber tenido más control?

El "yo"-hacedor y el apego/resistencia se definen entre sí en un bucle de retroalimentación que se refuerza a sí mismo tal como se muestra a continuación:

Apego, resistencia

Por lo tanto, cada vez que hay apego/resistencia, hay la sensación de un hacedor que se apega/resiste, y cada vez que hay la sensación de un hacedor, también hay apego/resistencia.

Pregunta: ¿Cuál es el sentimiento de vergüenza? ¿Es una forma de resistencia, una forma de apego, o ambos?

Hay muchos otros tipos de bucles de retroalimentación que se refuerzan a sí mismos. Uno muy común es el bucle de auto-aversión u odio a sí mismo:

Hacedor, odio a si mismo

El odio a sí mismo puede ser tan sutil como la leve insatisfacción con "uno mismo" o tan violento como un impulso de suicidio. Si no hay un "yo"-hacedor, no puede haber odio a sí mismo, porque el odio a sí mismo requiere de un hacedor que odie. Si el odio a sí mismo persiste, es porque hay apego o resistencia a este auto-odio o al "yo"-hacedor. De lo contrario, desaparece espontáneamente.

Siempre que el dolor, la pobreza, la enfermedad, el peligro, o la ignorancia están presentes, el cuerpo-mente puede reaccionar para tratar de cambiar, eliminar o defenderse de ellos, pero si no hay una mente pensante (véase la Sección 11.9), no hay resistencia, no hay apego, y no hay sufrimiento. Si la mente pensante está presente, la resistencia y el apego también están presentes, y las mismas condiciones y reacciones conllevan sufrimiento.

Cada vez que hay deseo y apego, la Presencia que es el Fondo de toda existencia (véase la Sección 23.5) se oculta, por lo que estamos aislados del conocimiento de que todo está en nosotros. Si no hay deseo y apego, la ausencia de separación de todos los objetos es nuestra experiencia constante.

Ejercicio: Cierre los ojos y mire en su interior, fuera de la cabeza y dentro del cuerpo. Sienta la Presencia sin límites. Ahora abra los ojos. ¿Puede aún sentir la Presencia?
Ahora, seleccione cualquier objeto y concentre su atención en él, manteniendo la misma sensación de Presencia. ¿Puedes sentir que la Presencia del objeto es el mismo que su Presencia?

La resistencia, el apego y el sufrimiento se derivan de la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza. Cuando nos abrimos al sufrimiento de los demás (véanse las Secciones 16.1, 24.2), sentimos su sufrimiento, pero sentimos nuestra conectividad. Cuando nos resistimos al sufrimiento de los demás y nos encerramos en nosotros mismos, estamos solos y sufrimos solos.

Ejercicio: Ábrete al sufrimiento de todo el mundo que ves. ¿Cuál es tu experiencia? ¿Te sientes más conectado a ellos?
Ahora, ciérrate al sufrimiento de los demás. ¿Cuál es tu experiencia? ¿Es soledad o falta de conexión?

21.2. La represión de las emociones crea enfermedades físicas

En la meditación del 23 de diciembre en A Net of Jewels (1996), Ramesh dice,

"Todo intento de controlar nuestra naturaleza inherente se traduce sólo en represión y sus consecuencias adversas. Todo lo que uno puede hacer es vivir de acuerdo a la naturaleza inherente de su aparato psicosomático y dejar que la comprensión de nuestra verdadera naturaleza profundice y trabaje en esos cambios cuando sea necesario sin ningún pensamiento o voluntad de nuestra parte."

Cada emoción se expresa como una sensación corporal, así como también un pensamiento (véase Tara Brach, Radical Acceptance: Embrazing Your Life UIT the Heart of a Buddha (2004)). Como el cuerpo es más persistente y menos fluido que la mente, las sensaciones corporales que corresponden a las emociones son más persistentes y menos fluidas que son sus correlatos mentales. Mucho tiempo después de que una emoción aparentemente haya desaparecido de la mente, todavía reside en el cuerpo como memoria congelada (véase la Sección 7.10 para un posible mecanismo), para expresarse rápidamente en la mente cuando aparece el estímulo adecuado.

Las emociones no son racionales - si lo fueran, no serían emociones, sino pensamientos. Por lo tanto, intentar justificar nuestras emociones negativas racionalizándolas es no sólo inútil, sino que también puede conducir a intentos destructivos para justificar nuestro comportamiento emocional. Por ejemplo, si nos sentimos culpables por nuestros prejuicios raciales o sexuales, pensamos, "son indignos", o "son inferiores". Si nuestras racionalizaciones personales no funcionan, nos unimos con aliados para diluir nuestra culpa; por eso se han creado religiones, movimientos, e ideologías para discriminar a otros o hacer la guerra. Sin embargo, cuando las emociones no pueden ser aceptadas mediante la justificación, entonces nos resistimos a ellas.

Pregunta: ¿Alguna vez ha sentido prejuicios raciales o religiosos? ¿Se sintió culpable o avergonzado? ¿Trató de reprimirlos?

La resistencia a las emociones toma las forma de supresión y represión. La supresión es un proceso consciente que hace caer un sentimiento incómodo, como la ira, por lo que es temporalmente invisible. La supresión habitual conduce a la represión, que es un proceso inconsciente que hace la emoción completamente invisible. Mediante la investigación de las emociones según se expresan en el cuerpo, las emociones suprimidas pueden aflorar a la conciencia, pero las emociones reprimidas no están generalmente disponibles sin algún tipo de intervención externa. Tanto la supresión como la represión deben conducir al sufrimiento, porque tratan de dividir la Consciencia en partes, lo deseado y lo indeseado, o lo aceptable y lo inaceptable.

El miedo, la ansiedad (aprehensión a causa del miedo), la ira (deseo frustrado), la culpa (auto-condena), y la vergüenza (auto-castigo/indignación) se encuentran entre las emociones más fuertes y esclavizantes de nuestras vidas (ver las Secciones 11.4, 11.5, 11,6, 11,7, 11,8). Antes de cumplir dos años de edad (ver Sección 5.8), comenzamos a vernos a nosotros mismos como algo separado, y nos enteramos de que nuestra ira era algo "malo" cuando nuestros primeros arrebatos espontáneos de ira se encontraron con la desaprobación severa y tal vez incluso con el castigo físico. El miedo a la desaprobación, y a continuación la ansiedad, la culpa y la vergüenza le siguen rápidamente. El temor a estas emociones, a su vez creó luego el poderoso mecanismo de represión, que las hacía desvanecer de nuestra conciencia. De hecho, tan efectivo es el mecanismo de represión que, incluso, se desvanece a sí mismo de nuestra conciencia, y por lo tanto, nunca sabemos cuando estamos reprimiendo una emoción.

Los padres, la cultura, la religión y la sociedad, todos aprueban y refuerzan la represión de las emociones - de hecho, es una parte esencial de nuestra socialización. La socialización nos impone la conformidad enseñándonos que podemos resistir nuestras emociones, pero la creencia de que podemos resistirlas nos hace vivir con el temor de ellas. Nuestras necesidades percibidas como "agradable", "bueno", "perfecto", "aplicado" o "responsable" son respuestas condicionadas por el miedo a nuestras propias emociones, pero estas mismas emociones fomentan aún más el temor y la ira a las responsabilidades que ellas mismas crean.

Pregunta: ¿Cree usted que es posible criar a los hijos para que no sientan culpa ni vergüenza?

Como la represión/expresión forma un par de opuestos inseparable, las emociones reprimidas siempre deben ser expresadas - y cuanto más fuerte son las fuerzas de represión, más fuerte son las fuerzas de expresión. Cuanto más tiempo continúa la represión de la ira, la culpa y la vergüenza, más se convierten en rabia y odio, y más fuertes deben ser las barreras en contra de su expresión. Después de que la rabia/odio han sido internalizadas durante muchos años, forma un poderoso centro de condicionamiento que siempre llevamos con nosotros, pero que sólo vislumbramos cuando se revela por una explosión intensa e incontrolable.

Pregunta: ¿Alguna vez has tenido un ataque incontrolable de ira?

La represión de rabia/odio tiene consecuencias devastadoras para nuestra salud física y emocional y nuestro bienestar. El Dr. John Sarno, después de tres décadas de practicar la medicina de rehabilitación con miles de pacientes, ha descrito en su notable libro, The Indbody Prescription (1998), cómo la represión conduce a muchos tipos incapacitantes de dolor físico y aflicción (véase también el sitio web: www.healingbackpain.com).

Según el Dr. Sarno, las fuerzas de expresión de rabia/odio culturalmente prohibido (por ejemplo, en las formas de odio racial o religioso, o de ira hacia nuestros padres, hermanos o hijos), y de la vergüenza emocionalmente dolorosa, son tan fuertes que el cerebro crea una defensa contra ellos, distrayendo nuestra atención de ellos. Esta defensa tiene la forma de intenso dolor físico y angustia. (No es de extrañar que la mente pueda crear una enfermedad física, porque ya sabemos que puede crear la curación física (ver Sección 5.2). Además, todas las emociones negativas, sean reprimidas o no, tienen su contraparte en el cuerpo y pueden causar enfermedad física.)

Entre estas enfermedades están el dolor de espalda, tensión y migraña y los problemas gastrointestinales. Estos son realmente trastornos físicos, más que mentales, pero que se derivan de la tensión en el sistema nervioso.

Pregunta: ¿Cuál de los trastornos del párrafo anterior ha experimentado? ¿Cree que podría ser psicosomático?

La defensa contra la expresión también crea el miedo a su propio dolor físico y sufrimiento engendrado, lo que los aumenta aún más, e incluso crea ira hacia ellos, lo que los agrava aún más. (Otra forma de defensa es desviar nuestra ira, culpa y vergüenza hacia canales culturalmente aprobados como la justa indignación moral, ideológica, de la ira y la culpa. Estos y otros modos se describen en la Sección 11.8.)

Según el Dr. Sarno, nuestra comprensión de la función de la defensa nos conduce inmediatamente al antídoto del dolor y el sufrimiento, que es centrar nuestra conciencia sobre las emociones que rodean a los reprimidos y no en el dolor. Esto socava el propósito de la defensa, que es distraernos de estas emociones. El antídoto requiere 1) una profunda comprensión del propósito de la defensa, 2) la comprensión de que el dolor físico y la angustia son el resultado de procesos físicos inocuos, lo que nos permite cambiar nuestra conciencia sin ansiedad del dolor y la angustia a las mismas emociones, y 3) un enfoque persistente en las emociones y todas sus posibles fuentes, tanto del pasado como las actuales. Cuanto más se permita a las emociones aflorar a la conciencia, menos será la necesidad del dolor y la enfermedad. A continuación, o bien desaparecen o se reducen considerablemente. Esto normalmente requiere la investigación de las sensaciones del cuerpo correspondientes a las emociones, y aceptarlas con amabilidad en lugar de evitarlas (véase la Sección 16.2). La meditación de le atención plena, "mindfulness" (véanse las Secciones 14.6, 24.2) y la psicoterapia son vehículos válidos para esta investigación.

21.3. Aferramiento/resistencia, deseo/temor, apego/aversión

Aferramiento/resistencia engloba al dualismo apego/aversión, y este a su vez se basa en el dualismo deseo/temor. Pero siempre que hay deseo, existe también el temor - el temor de perder o no conseguir algo - por lo que ambas mitades de ambos dualismos puede pensarse que están basadas en el temor (véase la Sección 11.6). El miedo siempre está presente cada vez que parece que hay separación, por lo que una vida basada en el miedo es la perdición de aquellos que piensan que están separados. El miedo se deriva de la creencia de que podemos, o podríamos, cambiar lo-que-es de manera que podamos conseguir lo que queremos y evitar lo que no queremos (véase la Sección 17.5). Cuando el "yo"-hacedor desaparece, también lo hace el miedo, al igual que todos los sentimientos de victimización e impotencia (véanse las Secciones 20.2 y 20.3).

Un dualismo deseo/temor especialmente difícil de tratar es el relacionado con la supervivencia (véanse las Secciones 11.4, 11.5, 11,6, 11.7). Muchas personas sienten un estrés acuciante asociado con ganarse la vida y garantizar la supervivencia de sí mismos y su familia, sin embargo, esta tensión no es diferente de cualquier otra. Toda tensión depende del sentimiento de responsabilidad personal (véase el Capítulo 15), y este sentimiento a su vez depende de la identificación con la autoría personal de las acciones (véase la Sección 11.4).

En la meditación de 21 de septiembre en A Net of Jewels, dice Ramesh,

"La acción espontánea y natural ocurre sólo cuando la mente está vacía del menor rastro de intención o planificación. La mayor libertad es tener confianza total en esa autoridad final que hace crecer la hierba y a nuestros miembros, órganos y mentes trabajar por sí mismos."

En cualquier momento cualquier cuerpo-mente puede o no puede sobrevivir, pero la supervivencia nunca depende de un "yo"-hacedor personal. Incluso algunos pasajes bíblicos, que suelen interpretarse de forma dualista como prescripción, pero que también pueden interpretarse de forma no-dualista como descripción (véase la Sección 17.1), aclaran también esto. Por ejemplo, encontramos en Mateo 6:

24: "Nadie puede servir a dos amos, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.

25: "Por tanto os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido?

26: Mirad las aves del cielo: no siembran, ni siegan, ni almacenan en graneros la cosecha, y sin embargo vuestro Padre que está en el cielo las alimenta. ¿No valéis más que ellas?

27: ¿Y quién de vosotros por mucho que se preocupe, puede añadir un codo a su lapso de vida?

28: ¿Y por qué estáis preocupados por la ropa? Considerad los lirios del campo, cómo crecen, no trabajan ni hilan;

29: Pero yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos.

30: Pero si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está viva y mañana es echada en el horno, ¿no os vestirá mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

31: Por lo tanto, no os preocupéis, diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Qué vestiremos?'

32: Los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre en el cielo sabe que tenéis necesidad de todas ellas.

33: Mas buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas serán vuestras también.

34: Por lo tanto, no os preocupéis por el mañana, porque el mañana se preocupará de sí mismo. A cada día le basta con sus propios problemas.

Preguntas: ¿Siente usted el estrés de la responsabilidad?
De forma no-dualista, ¿qué significa servir a Dios? ¿Qué significaría buscar su reino y su justicia?

Sin la identificación, puede haber conceptos (véanse las Secciones 9,2 y 11,1), pero no puede haber objetos (véase la Sección 11.4). Esto puede verse por medio de la indagación (véase el Capítulo 23) y la meditación (ver Capítulo 24). Con la identificación, los objetos parecen surgir, junto con el dualismo apego/aversión (aferramiento/resistencia). Podríamos pensar que estamos apegados a una persona, objeto o condición, pero en realidad estamos apegados al sentimiento o emoción que la persona, objeto o condición engendra. Por ejemplo, si amamos a alguien, a lo que realmente estamos apegados es al sentimiento en sí. Sin el sentimiento, no habría ningún apego al objeto.

El apego es aferrarse con fuerza a un pensamiento, sentimiento, emoción o imagen. La aversión es resistirse con fuerza a su opuesto. En realidad, el temor y el deseo están presentes en ambos, como se muestra en la siguiente tabla. Un grave malentendido pero común es que el miedo/deseo son necesarias para el funcionamiento eficaz, pero en realidad, son un enorme obstáculo para él, y, cuando la identificación con ellos desaparece, ellos mismos tienden a desaparecer. [Después de que ocurre el despertar, el miedo/deseo puede continuar por algún tiempo debido al condicionamiento, pero no causan sufrimiento porque no hay identificación con ellos (el ventilador sigue girando incluso después de que ha sido desconectado de la electricidad, ver la metáfora de la Sección 13.7.)]

La siguiente tabla muestra algunos ejemplos familiares de apego y aversión. Tenga en cuenta que, salvo en los primeros seis casos, la lista de la aversión es el polo opuesto de la lista del apego. En los primeros seis casos, la aversión principal es la aversión al vacío, es decir, a la pérdida del yo (véase la Sección 14.5). Esta aversión es el resultado de la incapacidad de darse cuenta de que el vacío es plenitud (ver Capítulo 22).

Apego, aversión

Pregunta: ¿Tiene miedo a la pérdida del yo?

Cualquier pensamiento, sentimiento o emoción puede estar presente en cualquier momento, pero, si no hay apego a ello, no hay sufrimiento.

Siempre que se cumple un deseo, otros siempre lo reemplaza. La mente salta de un deseo a otro como un mono salta de una rama a otra (esto se llama "mente de mono"). Así, un sufrimiento siempre es reemplazado por otro, por lo tanto no se puede terminar con el sufrimiento tratando de satisfacer un deseo.

La vida cotidiana tal como la conocemos no podría existir sin el miedo/deseo. Incluso el entretenimiento depende de ello, desde las comedias-tragedias griegas antiguas hasta los dramas de amor-odio-terror de hoy día. Para los temerosos, la idea de la vida sin miedo/deseo podría en sí misma parecer temerosa. Sin embargo, el temor a la ausencia de miedo/deseo se basa en el concepto de que estamos determinados por nuestros miedos y deseos. Pero no estamos determinados por ellos porque, como ya hemos visto, trascendemos todos los miedos y deseos (véase la Sección 9.3).

Pregunta: ¿Te atrae la violencia en el cine y la televisión?

Una forma aparentemente poco probable, pero realmente común, de apego/aversión es la aversión a la vida/apego a la muerte (que figuran en el cuadro anterior, véase también la Sección 17.4). La identificación con este par de opuestos puede resultar en depresión mental crónica (lo que antes se llamaba melancolía). Antes de que esta persona deprimida pueda ser curada, debe ver claramente su aversión a la vida/apego a la muerte. La visión clara puede no hacer desaparecer el apego/aversión, pero reducirá la identificación con ellos.

En la meditación del 22 de septiembre en A Net of Jewels (1996), Ramesh dice,

"Los sentimientos y las emociones se basan en la dualidad. Siempre que continúen dominando nuestro punto de vista, la dualidad seguirá teniendo un firme apoyo, con exclusión de la verdadera santidad, el todo que es UNICIDAD."

Sin embargo, esto no significa reprimir nuestros sentimientos y emociones, porque la represión es resistencia. Más bien, significa tomar conciencia de ellos y aceptarlos para no estar ya distanciados de ellos (véanse las Secciones 16.2, 24.2).

21.4. ¿Qué es la Aceptación?

En la dualidad, la aceptación/resistencia forma un par de opuestos. Sin embargo, la Aceptación según hablaremos de ella transciende toda dualidad. Por lo tanto, no podemos practicar la Aceptación, porque el "yo"-hacedor dualista está presente en todas las prácticas. Sin embargo, podemos ver directamente que nuestra verdadera naturaleza es la Conciencia. La Conciencia acepta todo y no rechaza nada. Por lo tanto, la Aceptación resulta de ver directamente que la Conciencia es nuestra verdadera naturaleza y de comprender que es nuestra verdadera naturaleza.

21.5. Cuando termina la resistencia, vivimos la vida sin estrés

Vivir sin resistencia es vivir sin estrés. En la meditación del 27 de junio en A Net of Jewels (1996), Ramesh dice,

"Vivir con naturalidad es vivir como un simple testigo, sin control y por tanto sin pensamientos, deseo o voluntad, vivir sin involucrarse en el sueño-juego de la vida."

En la meditación del 23 de noviembre, dice,

"A medida que la aceptación se amplía gradualmente, entonces la vida se vuelve más fácil. El sufrimiento se hace más fácilmente soportable que cuando lo ves como algo que hay que rechazar, algo con lo que hay que acabar".

En la página 76 de The Wisdom of Sri Nisargadatta Maharaj (1992) de Robert Powell, Nisargadatta Maharaj dice,

"En el momento que conoces tu ser real, no tienes miedo de nada. La muerte otorga libertad y poder. Para ser libre en el mundo, usted debe morir a [dejar de identificarse con] el mundo. Entonces el universo es suyo, se convierte en su cuerpo, una expresión y una herramienta. La felicidad de ser absolutamente libre es indescriptible. Por otra parte, el que tiene miedo de la libertad no puede morir."

Y en la página 426 de I Am That (1984), dice,

"Una vez que se da cuenta de que el camino es la meta y de que está siempre en el camino, no para alcanzar una meta, sino para gozar de su belleza y de su sabiduría, la vida deja de ser un trabajo y deviene natural y simple, un éxtasis en sí misma."

Podríamos pensar que es imposible no resistir al sufrimiento, pero la resistencia al sufrimiento crea aún más sufrimiento. Si cambiamos nuestra perspectiva de ver el sufrimiento como una maldición y verlo como una parte necesaria de la vida, la resistencia al sufrimiento tiende a desaparecer y, con ella, también el sufrimiento (véase la Sección 17.2).

En lugar de la palabra Aceptación, Francis Lucille utiliza la palabra Acogida, que él define como "benévola indiferencia". Ambas palabras, Aceptación y Acogida, implican algo más que simple indiferencia (véase también la Sección 17.7). También implican el Amor trascendental del Ser para el Ser, como se dijo en la Sección 16.1. (Para más información sobre el Amor, véase el Capítulo 25.)

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