Libros - Kalu Rinpoche
budismo vivo
tradición tibetana
Su Eminencia Kyabye Kalu Rinpoche, "Lama de Luz", que alcanzó la paz más allá de este mundo en 1989, fue uno de los primeros lamas tibetanos en enseñar en Occidente y también uno cuya refulgencia carismática tocó a un mayor número de personas.
Hasta hoy su enseñanza no se había traducido más que de manera fragmentaria. En tres volúmenes (Budismo Vivo, Budismo Profundo, Budismo Esotérico), damos una visión muy completa y muy precisa. Más que un tratado teórico, estas tres obras permiten abordar el budismo tibetano como una materia viva, variada y a menudo inesperada.
Se percibe, a la vuelta de cada capítulo, la frescura inalterada de la tradición del "País de las Nieves".
S.E. Kyabye Kalu Rinpoche nació en 1905 en la región Este de Tíbet. A los 15 años dio su primera enseñanza en público, y poco después entró en el tradicional retiro de tres años y tres meses. A partir de los 18 años, Rinpoche estudió en Tíbet con eminentes Maestros, y luego empezó un período de retiro en la montaña.
Después pasó muchos años enseñando y dirigiendo retiros en Tíbet. Llegado el año 1955 había revitalizado el linaje Shangpa Kagyü y era un Lama igualmente experto en el linaje Kakrma Kagyü, cuadno el XVIº Gyalwa Karmapa le envió a India y Bután para preparar de un modo anticipado el éxodo de los refugiados de un Tíbet próximo a ser ocupado.
En 1971, S.S. Karmapa envió a S.E. Kalu Rinpoche a un viaje por Occidente para impartir enseñanzas. Durante sus muchas y posteriores visitas, fundó numerosos centros de Darma y de retiro, dedicados a un estudio serio de la tradición Kagyü, en Francia, Suecia, Canadá, Estados Unidos y España, antes de dejar su cuerpo en 1989. / más info
Detalles del libro:
- Título: BUDISMO VIVO
- Subtítulo: Tradición Tibetana
- Título Original: Bouddhisme Vivant
- Autor: S.E. Kyabye Kalu Rinpoche
- Editorial: Chabsöl
- Año de edición: Marzo 2006
De la Introducción:
A diferencia de otros maestros, S.E. Kyabye Kalu Rinpoche no se occidentalizó jamás, sino que continuó siendo un puro producto de la civilización tibetana. En el transcurso de sus numerosos viajes a Europa y América, si aprendió a conocernos no fue a través de nuestra cultura, sino a través de nuestra vida cotidiana, de nuestras necesidades y de nuestros sufrimientos.
Como todos los grandes maestros, sus enseñanzas cubrían todos los niveles del descubrimiento interior, desde simples consejos para una vida más equilibrada y más sana, hasta directrices sobre la búsqueda de la naturaleza última del ser. Sobre este tema, él tenía la costumbre de expresarse en términos sencillos y accesibles a todos, hasta el punto de que a los ojos de algunos esta simplicidad ocultaba casi la profundidad. No se apartaba nada de la visión tradicional según la cual nuestro espíritu es puro por naturaleza y por lo tanto el sufrimiento no es más que una distorsión anormal.
"Nuestro espíritu, decía, en tanto que vacuidad, claridad e inteligencia es perfectamente bueno en sí mismo, naturalmente libre de sufrimiento. Pero no lo reconocemos. Pensamos "soy yo" y nosotros mismos nos liamos con la cuerda del ego, desde aquí pensamos: "tengo que ser feliz, tengo que evitar todo lo que me es desagradable". Atrapados en esta actitud, la mente se vuelve como encogida, abarquillada y crea su propio sufrimiento."
La calidad de su enseñanza está, no obstante, lejos de agotar las razones de su impacto sobre millares de personas, entre las cuales algunas comprendían todo su alcance y otras no cogían más que las migajas. Más allá de su palabra, el brillo carismático de su persona ejercía una fuerte influencia y con frecuencia él mismo fue el factor desencadenante de una búsqueda interior.
Así comprendía él, además, el sentido de su misión:
"¿Por qué se da tanta importancia al maestro? El sol emite una luz y un calor muy grandes, aunque muy difusas para inflamar un trozo de papel o de tela. Cuando por el contrario, se toma una lupa para focalizar los rayos, éstos se vuelven mucho más potentes, sin cambiar de naturaleza y capaces de prender fuego al papel. De la misma manera, el maestro focaliza la potencia del espíritu Despierto para transmitírsela al discípulo."
El 10 de mayo de 1989, a la edad de 85 años, S.E. Kyabye Kalu Rinpoche dejaba apaciblemente su envoltura terrestre, como podremos leer más adelante en la narración. Pero el sol no se apagó. El M.V. Bokar Rinpoche, el hijo del corazón de S.E. Kyabye Kalu Rinpoche, refriéndose a la muerte de su maestro, explica:
"El maestro Realizado espiritualmente, desde nuestro punto de vista, viene a este mundo por medio del nacimiento y lo deja a través de la muerte. Sin embargo, los grandes seres como Kalu Rinpoche son emanaciones de los Buddhas y de los Bodhisattvas que se manifiestan para enseñar la doctrina ( sánc. Dharma). Si bien es verdad que ellos parecen nacer y morir, desde el punto de vista de su espíritu, no hay ni nacimiento ni muerte. He reflexionado sobre esto y me he dicho: si el sol se refleja en una taza de agua y la taza se rompe, el reflejo desaparece, pero el sol continúa en el cielo."
A decir verdad, el mismo reflejo no desapareció más que por un corto instante ya que un año y medio más tarde, el 17 de septiembre de 1990, S.E. Kyabye Kalu Rinpoche retomó nacimiento en un nuevo cuerpo, hijo de su fiel sobrino y secretario, Lama Gyaltsen, y de Drölkar que estuvo también a su servicio durante muchos años en sus viajes a Occidente.