David Rodrigo
Las cualidades divinas que el ser humano debe practicar
A través del verso del Bhagavad Guita, 16.1-3 –
Por David Rodrigo 8 de octubre de 2023Krishna dijo:
«Ausencia de miedo, pureza de mente, persistencia en el Conocimiento y en el Yoga, ofrecer donaciones y control de los órganos externos, rituales, estudio de las escrituras y de uno mismo, franqueza y sencillez.
No hacer daño, veracidad, ausencia de enfado, renuncia, control del órgano interno, ausencia de calumniar, compasión con todos los seres, no avaricia, amabilidad, modestia, ausencia de intranquilidad.
Vigor, perdonar, fortaleza, pureza, ausencia de odio, de malicia y de arrogancia – Oh descendiente de Bharata, estas son las cualidades de quien ha nacido para tener una naturaleza divina.»
¿Para qué practicar estas cualidades?
El ser humano es divino, humano y animal; cada uno en distinta proporción. Y esta proporción todos la podemos modificar con nuestra acción de pensamiento, palabra y corporal; con nuestros hábitos.
Todo lo creado ―lo cambiante, el universo entero y tu cuerpo-mente― está compuesto por una combinación cambiante de tres cualidades ―«gunas»― de la Naturaleza primordial:
- Sattva: felicidad, luz, paz
- Rajas: dolor, apego, lucha
- Tamas: confusión, pereza, inercia
Incrementar las cualidades divinas o sáttvicas ―felicidad, luz y paz― nos lleva a la Liberación «moksha»: Liberarse de la causa misma del dolor y la limitación (por tiempo, espacio, causalidad), que es la ignorancia natural (imaginada por todo lo nacido) de tu verdadero Ser y de la Realidad.
Si no practicamos las cualidades sáttvicas, alimentamos en su lugar las cualidades opuestas, las malvadas (rajásicas ―de dolor y apego― y tamásicas ―de confusión y pereza), que nos llevan a la limitación, a la esclavitud, al dolor y al mal.
Por tanto, tenemos que practicar las cualidades divinas para así ir deshaciéndonos del predominio de las otras dos; que siempre existirán en nuestro cuerpo-mente, pero no mandarán sobre nosotros, sino que las tendremos controladas, a nuestro servicio.
Solo así podemos utilizar correctamente todas nuestras poderosas herramientas como seres humanos (cuerpo-mente-corazón) y dejar de alimentar los obstáculos con los que todos partimos en distinta proporción y formas (impresiones mentales limitantes, de dolor, miedo, confusión y apegos; consecuencia de nuestras acciones pasadas), que disipan nuestra energía y nos roban poder, valentía, fuerza de voluntad, determinación, claridad y amor.
Podremos así superar y transformar esos obstáculos y nos reconoceremos capaces de conocer y experimentar directamente todas las dimensiones de uno mismo/a y de la vida.
Esto es la única forma de tener éxito real ―tanto en el mundo exterior como en el interior― hasta lograr el objetivo último de la vida: saber quién eres en verdad.
Porque tu propio Ser es la Existencia una, sin nacimiento, cambio ni muerte; la Consciencia pura; la Felicidad ilimitada.
Tu Ser es la Existencia donde tu cuerpo-mente, tus acciones, relaciones y experiencias, y el universo entero, pasado, presente y futuro, visto y no visto (mundo de los dioses, espíritus, demonios…) aparece, se vive y desaparece, sin generar jamás ningún cambio en la plenitud de Ser, sin ninguna otra existencia más que la del Ser.
Y el Ser es auto-luminoso, se conoce a sí mismo directamente. Y tú eres Eso. Cada pensamiento, emoción, sensación, percepción, memoria, acción, experiencia que tienes es siempre la misma Consciencia que aparece como asumiendo formas de sujeto (tu mente, tu individuo) y de objetos (el universo).
La práctica sincera de tus cualidades divinas como ser humano te lleva a reconocer tu verdadero Ser, que es la Verdad una, inmutable, omnipresente y libre de tiempo, espacio y causalidad, donde sucede todo cuanto sucede e imaginas; la Verdad de todo cuanto ves y de lo que no ves, del universo entero y de su causa, de todo movimiento, aparecer y desaparecer.
La práctica de las cualidades divinas del ser humano
1) Ausencia de miedo. El miedo es una emoción que, mal gestionada, te lleva a no hacer nada interesante con tu vida. A morir insatisfecho. Es un muro contra el que te cochas constantemente hasta que lo saltas.
El miedo se trasciende con la confianza y la certeza de seguridad y verdad. Esto solo se puede ir logrando al probar, primero, con todo el recelo y cuidado del mundo, pero con sinceridad. «Voy a ver esto qué es; con cuidado, porque no me fío del todo, pero a la vez permitiéndome probar y descubrir de verdad». Como cuando pruebas una comida extraña por primera vez, o te abres a alguien desconocido.
¿Qué puede ser una causa de miedo en esta práctica del reconocimiento del propio Ser?
― Miedo, confusión: No es para mí. Es demasiado racional, no estoy preparado. ¿Y si es una paja mental?
Respuesta: Ser es lo único que es directo e inmediato; es la vida y la consciencia que permite a tu mente-cuerpo percibir, recordar, actuar, experimentar y sentir. El agente, la acción y la experiencia cambian, son efímeras y tanto felices como dolorosas y mixtas. Ser es lo que permite todo ello, y es una experiencia tan directa como la felicidad o el dolor, pero inmutable y plena.
En cuanto reconozcas como tú y la Verdad lo que es y conoce siempre y es siempre lo mismo ―la Consciencia pura, que es el Ser―, tu experiencia de Ser es ilimitada, feliz, libre, plena, eterna, inmutable.
Reconoces tu Ser negando tu ignorancia, que es la identidad con tu intelecto, tu ego, tu mente, tus órganos de acción y de percepción y su asociación con sus objetos de acción y de percepción (el universo).
Esa falsa identidad que te fragmenta y, por tanto, te duele, es el conocimiento equivocado que guía ahora tu intelecto y tu ego ―tu idea de yo y lo mío― hacia abajo, hacia el dolor, la confusión y el mal.
Solo negando ese conocimiento equivocado en tu intelecto e idea de yo con su contrario, el conocimiento correcto, lograrás realizar directamente, inmediatamente, en ti, la fuente misma de la vida y de la experiencia, Ser.
Cuando es tu experiencia directa y esta se hace constante, ya no hay más pajas mentales, ni demoníacas ni divinas. No hay cualidades «gunas» en el Ser.
― Miedo, confusión: Tanto desapego y desidentificación con mi ego y mi persona, me lleva a perderme a mí mismo/a y a no disfrutar de la vida.
Respuesta: El ego y tu idea de persona, de yo, es tu prisión ficticia que te impide reconocerte como una Persona completa. Ahora estás teniendo una experiencia de ti rota, limitada, difuminada, confundida. El dolor, la tristeza, pertenece al cuerpo y a la mente, no a tu Ser. Esta Enseñanza es el Conocimiento ―realización― de tu Persona completa.
Tu Persona completa es lo mismo que la vida y que el Ser de todos los seres. Ahora estás teniendo una experiencia de la vida y de las otras personas y seres rota, limitada, difuminada, confundida. Estás identificándote con formas y confundiendo las formas que ves, los envoltorios, con la cosa envuelta; aferrándote a las máscaras del teatro de la vida (que es el significado de «persona», del latín), por lo que no vives tu Persona completa (Consciencia pura).
El dolor, la tristeza, pertenece al cuerpo y a la mente, no a tu Ser.
Esta Enseñanza es el Conocimiento ―realización― de tu vida completa y del ser completo de las personas y seres con los que te relacionas y conoces y de los que no conoces.
No hay nada que temer en el reconocimiento de lo que es y conoce-experimenta-brilla siempre en ti. Es de hecho lo único sin miedo, porque es libre y sin cambio.
2) Pureza de mente: Comportamiento honesto, sin falsedad, hipocresía, manipulación ni fraude; paz mental. Purificando tu mente al incrementar tu cualidad de sattva, que es la Vía de la Acción o Karma yoga.
Mediante estas prácticas de auto-control, buen liderazgo de tu cuerpo-mente y entrega de los resultados de tu acción a una entidad mayor, como el bien común, de los seres vivos y del planeta o Dios, superando el egoísmo, te haces el recipiente adecuado para recibir y estabilizarte en el conocimiento del Ser, que es la Vía de la No Acción, caracterizada por el Conocimiento y la renuncia (Jñana-Yoga, Yoga del Conocimiento).
3) Persistencia en el Conocimiento: Entender la realidad del Ser, a través de las escrituras y de los maestros.
El Conocimiento puede ser espontáneo. Pero si no lo tienes ya, entonces lo tienes que adquirir. Este método ―escrituras y linaje de maestros― es el más seguro y directo.
4) Y persistencia en el Yoga. Yoga significa hacer que lo que has aprendido importe en tu propia experiencia personal a través de la concentración en el Ser con una mente concentrada mediante la retirada de los sentidos de sus objetos, la observación de la respiración armoniosa diafragmática, la concentración en un lugar en tu cuerpo (la cueva del corazón, el tercer ojo…), visualizando alguna forma (luz, vacío, divinidad…); hasta que, con una mente serena y la gracia de la Enseñanza, tu intelecto (dimensión más elevada de tu órgano interno), refleja la luz de tu Ser ―Consciencia pura― y ve-siente el Ser en toda la multiplicidad de seres y objetos que imagina la mente cuando está activa. Y seas naturalmente lo que es, directamente, sin confusión, sin máscaras más que para el teatro de la transacción en el uno sin segundo ni cambio.
Persistencia en estos dos, en el Conocimiento y en el Yoga ― Estas cuatro son las principales características divinas (sáttvicas): Ausencia de miedo, pureza de mente y persistencia en el Conocimiento y en el Yoga.
5) Ofrecer donaciones, según las posibilidades de cada uno.
6) Control de los órganos externos: Relación sana con los placeres sensuales: sexo, comida, bebida, dormir…
7) Rituales en honor a otros: dioses, antepasados, personas y otros seres.
8) Estudio de las escrituras y de uno mismo «svaadhyaaya».
9) Austeridad «tapas»: Esfuerzo para transformar hábitos, tendencias y deseos insanos (mentales, emocionales y físicos).
10) Franqueza y sencillez.
11) No hacer daño «ahimsa» a ningún ser.
12) Veracidad «satya»: Hablar de las cosas como son, pero sin crear dolor.
13) Ausencia de enfado: Control del enfado ―calmar la mente― que surge cuando otros te ofenden, atacan, etc.
14) Renuncia; disfrute de los objetos de los sentidos sin apego, ausencia de necesidad de ninguna situación.
15) Control del órgano interno: pacificar y purificar la mente y que esta repose de la agitación de la percepción de sus modificaciones y se calme en el intelecto (la facultad de determinación), que refleja la Consciencia pura, que es el Ser.
16) Ausencia de calumniar.
17) Compasión con todos los seres que están sufriendo.
18) No avaricia: Ausencia de excitación para acaparar en los órganos (sentidos, acción y mente) incluso en la presencia de sus objetos.
19) Amabilidad; ausencia de dureza en el corazón.
20) Modestia.
21) Ausencia de intranquilidad, de uso innecesario-excesivo de los órganos de acción, como el habla, manos, pies, órgano sexual…
22) Vigor; fuerza, energía, confianza.
23) Perdonar.
24) Fortaleza: Una función particular de la mente que quita el hastío del cuerpo y de los órganos cuando están exhaustos, de modo que son re-energizados y no sienten la fatiga.
25) Pureza «shaucha», que es de dos tipos: externa, que son hábitos saludables para el cuerpo (alimentación saludable, ejercicio, limpieza, sueño sano, etc.); e interna, la limpieza de la mente y el intelecto, la ausencia de impurezas como la deshonestidad, la hipocresía, la falsedad, el apego, etc.
26) Ausencia de malicia y de odio; ausencia del deseo de hacer daño a otros.
27) Ausencia de arrogancia.
Algunas de estas cualidades sáttvicas también son enumeradas exactamente igual en los yamas (ética) y niyamas (auto-disciplina) de los Yoga Sutras de Patañjali: no violencia «ahimsa», veracidad «satya», pureza «shaucha», estudio de las escrituras y de uno mismo «svadhyaya», austeridad «tapas». Y, todo ello, para el control de los órganos externos (sentidos, cuerpo) e internos (mente) y lograr Yoga samadhi; la absorción en el Ser.
Estas son las cualidades de quien ha nacido para tener una naturaleza divina, formada por múltiples tendencias nacidas de pura sattva (felicidad, luz, paz) como consecuencia de sus acciones meritorias, de su práctica de incrementar sus cualidades divinas. Una persona que ha logrado estas cualidades divinas con su práctica será ilustre en el futuro, por su realización del Ser.