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Artículos - Ken Wilber

Ken Wilber

Introducción a la Espiritualidad Integral

(Primera Parte)
Por Ken Wilber

Permítanme decir que es un honor y un placer estar aquí con todos ustedes esta noche. Siento no poder estar ahí en persona, pero algunos problemas temporales de salud me lo han impedido. Pero esto no disminuye mi entusiasmo por toda esta cumbre, es maravillosa.

Hay dos amplias áreas de las que me han pedido que hable esta noche: en primer lugar, la espiritualidad en general y algunos de los avances realmente sorprendentes, incluso impresionantes que se han hecho recientemente al respecto; y luego en segundo lugar, de qué manera este tema general encaja con las últimas actualizaciones de la teoría de la evolución, como las presentadas por el Dr. David Sloan, que nos está honrado con su presencia en esta cumbre.

Entonces empecemos. En términos generales, hay dos tipos fundamentales de compromisos espirituales o religiosos ampliamente presentes en el mundo de hoy (y por el momento, estoy usando "espiritual" y "religioso" generalmente como sinónimos, los separaremos dentro de un momento). El primer tipo de espiritualidad es una especie de narrativa ―a menudo de naturaleza mítica― que pretende explicar el origen y el significado del mundo, usualmente de la mano de alguna figura como el Creador, Dios o Diosa. A nivel individual, su propósito suele ser proporcionar algún tipo de significado, valor o propósito en la vida; y en el plano colectivo, su finalidad es, en general, proporcionar cohesión social y cultural. Por lo general parte de esta narración ofrece una idea de salvación o redención, la idea de que la humanidad está atrapada en algún tipo de pecado original o error primario o ignorancia fundamental, y tiene que confesarse, arrepentirse, despertar, iluminarse o reordenar su vida hacia un amor y servicio de esta Causa sin fundamento y su Orden Justo, y ―algunas veces― a través del vehículo del único profeta, o mensajero o incluso Hijo de este Dios, que es usualmente el fundador de esta escuela particular de religión.

El efecto de esta espiritualidad narrativa es hacer de esta vida ―la vida de ahora mismo, aquí en la Tierra― esencialmente un campo de pruebas, un juicio. El aquí y el ahora no es la realidad real, es sólo una fina prueba para ver si puedes seguir todas las reglas, leyes y mandamientos dados por Dios. Primero debes posponer cualquier satisfacción real por ahora, posponer todo eso y luego obtener tu verdadera recompensa ―y la vida real― en el mundo por venir. Si sigues todos los mandamientos, obedeces todas las reglas y pactos dados por Dios, si vives una vida básicamente libre de pecado, entonces, después de la muerte, serás transportado al Cielo por toda la eternidad (o al menos una serie de reencarnaciones dichosas). Esta es tu recompensa por la vida que has vivido aquí temeroso de Dios, siguiendo a Dios. En las versiones monoteístas, vivirás para siempre en este Cielo, literalmente por siempre y para siempre. Por lo general, no hay vuelta atrás, no hay que hacerlo de nuevo, no hay otra vida en la Tierra o en cualquier otro lugar ― solo una eterna, interminable, incesante beatitud en un resplandor sin fin.

Esta versión de la religión o de la espiritualidad es un tipo de sistema de creencias ― una serie de creencias que a menudo, como he dicho, son de un carácter mítico-literal (donde "mítico-literal" significa, por ejemplo, que Moisés realmente dividió el Mar Rojo, Lao Tze tenía realmente 900 años cuando nació, la mujer de Lot realmente se convirtió en una estatua de sal, y así sucesivamente, son creencias míticas en las que a menudo se añaden elementos mágicos: el agua se convierte en vino, resucitar a los muertos, andar sobre el agua, volar por el aire, caminar a través de las paredes, etc. ―y aquí no estamos hablando de verdaderos hechos paranormales o siddhis, que son raros, pero de los cuales hay pruebas sustanciales de que realmente existen― sino que estamos hablando más bien sobre lo que la mayoría vería como un deseo mágico infantil). La creencia en elementos mágicos y míticos es a menudo parte de la atracción de este tipo de religión; y ―sin juzgar esto, simplemente declarando la evidencia― muchas personas que se sienten atraídas por estos sistemas de creencias mágico-míticas están en las etapas más tempranas, más infantiles, mágicas y míticas del propio crecimiento y desarrollo humano (como varios estudios han indicado).

Pero todo el asunto de este tipo de religión es que es en realidad un tipo de inteligencia múltiple que todos los seres humanos tienen, llamada inteligencia espiritual. Lo que las investigaciones recientes han demostrado es que los seres humanos tienen más de una docena de inteligencias múltiples ―no sólo la inteligencia cognitiva―, sino también la inteligencia emocional, la inteligencia moral, la inteligencia cinestésica, la inteligencia intrapersonal, la inteligencia estética y, sí, la inteligencia espiritual. Investigaciones posteriores han tendido a confirmar el hecho de que tan diferentes como son estas múltiples inteligencias ―y, por cierto, a menudo también se las denomina líneas de desarrollo― pero tan diferentes como son todas estas líneas múltiples, sin embargo, crecen y se desarrollan a través de los mismos niveles de desarrollo principales y básicos. Así que diferentes líneas, mismos niveles. Este proceso general de desarrollo se conoce como el camino del Desarrollo, porque sigue los niveles básicos de desarrollo a medida que va pasando por las etapas de crecimiento de la niñez a la adolescencia, a la adultez temprana, a la adulted tardía, a la ancianidad.

A las etapas o niveles específicos de Desarrollo se le han dado muchos nombres diferentes ― recuerde, estos niveles de desarrollo cubren todas las diferentes líneas de desarrollo, y por lo tanto el número de nombres diferentes que se pueden utilizar es bastante grande.

Voy a usar un número de nombres diferentes para estos niveles de Desarrollo, y comenzaré con una variación de ellos dada por el desarrollista pionero Jean Gebser ― pero recuerde, esta es sólo una versión de posibles nombres para estos niveles principales (incluyendo los niveles de la inteligencia espiritual). Así que no se deje atrapar en ellos si no le gustan, veremos que hay muchos otros. Pero esta versión particular de los niveles básicos de desarrollo o crecimiento (que se aplican a todas las diferentes líneas múltiples) es: el nivel arcaico de una línea, el nivel mágico de una línea, el nivel mítico-literal, el nivel racional, el pluralista, el integral y el súper-integral. Cada uno de esos nombres dan un significo bastante claro como suenan (aunque vamos a dar algunos ejemplos específicos a medida que avanzamos).

Ahora saltemos a una conclusión importante muy rápidamente (y luego la explicaremos): pero el problema con los niveles mágico y mítico-literal de la inteligencia espiritual es que ―como puede ver en la lista que acabo de dar― esos son algunos de los niveles más bajos de inteligencia espiritual disponibles. Sin embargo, son con mucho los más comunes en todo el mundo. Y eso es un problema.

Como se puede imaginar, este descubrimiento de la existencia de la inteligencia espiritual como una de las múltiples líneas o inteligencias que los humanos tienen es un gran avance y tiene enormes implicaciones para la religión y la espiritualidad en conjunto. Ahora bien, existen numerosas escuelas de psicología del desarrollo, la mayoría de las cuales se centran en una inteligencia o línea particular, o grupo de ellas (así Kohlberg se centró en la inteligencia moral, Piaget en la inteligencia cognitiva, Graves en la inteligencia de valores, etc.). Pero lo que es muy interesante es que prácticamente todas las escuelas de desarrollo, no importa cuánto difieran en los detalles y especificidades, prácticamente todas ellas dan esencialmente estos mismos 6 a 8 niveles básicos de desarrollo. Repetimos, diferentes líneas, los mismos niveles básicos. En un libro que escribí llamado Integral Psychology (1), hay gráficos de más de 100 sistemas de desarrollo diferentes, y lo que es muy sorprendente sobre esos gráficos es que se puede ver, en la gran mayoría de ellos, algo similar a estos mismos 6 a 8 niveles principales que aparecen continuamente; algunos modelos dan unos cuantos niveles más o unos pocos menos, pero esencialmente estos mismos 6 a 8 se destacan una y otra vez. Las distintas inteligencias múltiples o líneas de desarrollo ―y los niveles de desarrollo esencialmente similares que crecen y evolucionan― son algunos de los componentes más fundamentales de la psique humana.

Así que si volvemos al primer tipo de compromiso espiritual ―el sistema de creencias narrativas― lo que encontramos es que este tipo de religión depende principalmente de la inteligencia espiritual en el camino del Desarrollo, pero ―y aquí está el problema que acabamos de señalar― las más comunes de estas religiones no están en un nivel particularmente alto en esa línea. La inteligencia Espiritual se define como la forma en que pensamos, imaginamos, vemos o concebimos la realidad última. Eruditos como Paul Tillich y James Fowler lo llaman la forma en que vemos y nos relacionamos con "nuestra preocupación última". (Ahora pronto contrastaremos este tipo de religión ―un sistema de creencias en el Desarrollo en la línea espiritual de la inteligencia― con el segundo tipo principal de espiritualidad, no la del Desarrollo, sino la del Despertar. Este implica, no a la inteligencia espiritual sino a la experiencia espiritual directa; y no tiene como resultado una vida eterna en algún Cielo celestial o cielos reencarnados, sino en una Iluminación directa o Despertar o Metamorfosis en este aquí y ahora. A pesar de que a menudo se encuentran juntos y entrelazados, estos son claramente dos diferentes tipos y prácticas de la espiritualidad ―Desarrollo espiritual y Despertar espiritual― y esto, como veremos, conduce a un gran número de conclusiones muy importantes).

Así que volviendo a la inteligencia espiritual y al Desarrollo espiritual a través de los principales 6 a 8 niveles de desarrollo, esto significa que las versiones narrativas de prácticamente cualquiera o todas las religiones principales no tienen que detenerse en la etapa mágica o mítica. En otras palabras, como acabamos de señalar, en la línea de la inteligencia espiritual, que, al igual que todas las líneas, va de la arcaica a la mágica, a la mítica, a la racional, a la pluralista, a la integral, a la súper-integral (de modo que existe un acercamiento arcaico a la realidad última, un acercamiento mágico a la realidad última, un acercamiento mítico a la realidad última, un acercamiento racional a la realidad última, etc.) ― pero muchas, incluso la mayoría de las religiones principales de hoy están estancadas en los niveles mágico y mítico de su propia inteligencia espiritual. Es un caso puro de desarrollo retrasado o atrofiado.

Esa es una comprensión importante. Pero igual de importante es que no tiene que ser así. Hay en realidad varios niveles más altos de inteligencia espiritual disponibles para ellas, y de hecho hay individuos en cada religión principal que están en estos niveles superiores. Y realmente ha habido estudios empíricos ―incluidos algunos como los estudios extremadamente significativos de las etapas de la creencia cristiana de James Fowler― que demuestran claramente que hay individuos que pueden encontrarse en todos los niveles de inteligencia espiritual. En otras palabras, aunque la mayoría de las formas dogmáticas y fundamentalistas del cristianismo, por ejemplo, tienen componentes importantes en las etapas mágica y mítica, hay individuos ―aun profesando una fuerte creencia en el cristianismo― que no sólo están en las etapas mágica y mítica en su inteligencia espiritual, sino también hay quienes están en las etapas racional, pluralista, integral y súper-integral. Otros estudios muestran inconfundiblemente conclusiones similares para las religiones como el budismo, el islam y el hinduismo, entre otras. En otras palabras, aunque los dogmas aceptados de muchos de estos sistemas espirituales están oficialmente en una etapa mágico-mítica, muchos individuos continúan su crecimiento espiritual en las etapas superiores de la inteligencia espiritual, pasando de la mítica a la racional, a la pluralista, a la integral. (Y todavía no estamos hablando del papel y la importancia de ese otro compromiso espiritual llamado Despertar.) La cuestión es que YA existen las versiones de todas las etapas superiores de la inteligencia espiritual en las religiones, ahora, hoy, aunque esto rara vez se realiza (simplemente porque los propios niveles de desarrollo son rara vez reconocidos y comprendidos) y por lo tanto estas nociones enormemente importantes son casi totalmente ignoradas y con resultados a menudo verdaderamente desafortunados.

La evidencia de estos niveles de desarrollo es sustancial. Por ejemplo, estos niveles principales en las líneas cognitivas y morales han sido probados en más de 40 culturas diferentes en todo el mundo, incluyendo tribus de la selva amazónica, aborígenes australianos, trabajadores mexicanos e individuos en la India. No se han encontrado excepciones importantes.

Ahora bien, la mayoría de la gente, seguramente en Occidente, piensa que la religión es del tipo de estructura de creencia narrativa ―de este Desarrollo en la inteligencia espiritual (usen realmente esas palabras o no)― y además, la ven casi en su totalidad solamente en sus etapas o niveles mágico y mítico, porque ahí es donde la religión ortodoxa en muchos casos ha permanecido durante el periodo más largo de su historia.

Así que usaré el cristianismo como un ejemplo de estas etapas (también hay ejemplos publicados de estas mismas etapas básicas en el budismo, el hinduismo, el islam, etc. Y como recordatorio, estamos viendo las etapas del Desarrollo según se manifiestan en la línea espiritual o inteligencia espiritual, expresada en el cristianismo, y estos niveles son los mismos que se expresan en todas las líneas: arcaica, mágica, mítica, racional, pluralista, integral, etc.). Su etapa o nivel más bajo, después del arcaico (que pocos adultos poseen), es el cristianismo mágico. La magia es la creencia de que tu yo individual puede alterar mágicamente la realidad simplemente pensando en ella o realizando rituales mágicos. El yo y el entorno todavía no están claramente diferenciados en esta etapa temprana, por lo que la imagen de un objeto y el objeto real en sí a menudo se fusionan y confunden, así que manipular la imagen es manipular el objeto también. El vudú es una clásica religión mágica: se hace un muñeco que representa a una persona real, se clava una aguja en el muñeco, y la persona real es mágicamente herida. O en otros casos, se realiza una danza de la lluvia, y la naturaleza es mágicamente obligada a que llueva. En el cristianismo, las creencias mágicas aparecen en casos como caminar sobre el agua, resucitar a los muertos, convertir el agua en vino, curar a los enfermos, etc. Una vez más, no estamos hablando de hechos paranormales reales o siddhis, que son raros pero reales en algunos casos; estamos hablando de la etapa temprana y mágica del Desarrollo, también llamada magia narcisista de la palabra, y ocurre porque el símbolo que representa una cosa, y la cosa en sí, todavía no han sido totalmente diferenciados, y por lo tanto manipular el símbolo es manipular la cosa real, no se hace ninguna distinción. Las versiones modernas de este nivel de Desarrollo en el Cristianismo incluyen sectas como la de los encantadores de serpientes, que creen que si manejas serpientes venenosas y tu fe es pura, la serpiente mágicamente no te morderá. Por cierto, el líder de una de las más grandes de estas sectas acaba de morir, de una mordedura de serpiente de cascabel.

La siguiente etapa más alta de desarrollo, el Cristianismo Mítico, es la etapa o nivel que James Fowler llama específicamente "mítico-literal", porque eso es exactamente lo que es ― la creencia de que todos los mitos de la Biblia son literal e históricamente verdaderos y son la absoluta e infalible palabra de Dios. Así que Jesús realmente nació de una virgen biológica, Elías realmente se fue directamente al cielo en su carro aun estando vivo, la tierra realmente fue creada en 6 días, Lázaro realmente fue resucitado de entre los muertos, y así sucesivamente. Dudar de todo esto es un pecado grave y puede hacerte aterrizar directamente en el infierno.

En este nivel mítico de desarrollo, una ocurrencia positiva es que la identidad de uno se expande de egocéntrica a etnocéntrica. La egocéntrica ―que está presente en los niveles arcaicos y mágicos previos― significa una identidad centrada en uno mismo, y que se preocupa sólo de uno mismo. Esta identidad de uno mismo es simplemente con el propio organismo, y uno sólo se preocupa por eso. Así que al egocéntrico le gusta la magia porque la magia puede, pues, mágicamente proteger o expandir el yo. Pero el egocéntrico no puede ver el mundo a través del punto de vista de otra persona, ni caminar una milla en los zapatos de otros ―no puede, como afirman los desarrollistas― "asumir el papel del otro". El niño egocéntrico oculta su cabeza bajo una almohada y piensa que porque él no puede ver a nadie, nadie puede verlo a él tampoco. El mundo mismo es tratado como una mera extensión del yo (de ahí que sea "egocéntrico" o "egoísta" o "narcisista").

Pero a medida que el desarrollo pasa de lo mágico a lo mítico, y la propia frontera crece y se expande, también la identidad de uno se expande del yo a un grupo o grupos ― se expande de egocéntrica a etnocéntrica, del "yo" al "nosotros". La superioridad o la primacía de tu propio grupo ―la propia raza, color, sexo, credo religioso― da lugar a la creencia en un "pueblo elegido". Y surge una actitud muy fuerte de "nosotros contra ellos" ― el "nosotros" que tiene el único Dios verdadero y que va a ser salvado por toda la eternidad, en contra de "ellos" que son infieles, incrédulos, no creyentes, que creen en el Dios equivocado o la forma incorrecta de espiritualidad. Este nivel de religión es muy fundamentalista. Y la principal tarea del creyente fundamentalista etnocéntrico es la yihad. "Yihad" significa específicamente en el islamismo "guerra santa", pero todo creyente verdadero, cada religioso etnocéntrico, cree en la yihad de una forma u otra ―que va de leve a extremista― es decir, que va desde las formas más tibias de predicar o ministrar o tratar de convertir a infieles e incrédulos, a un grado medio de coerción de una creencia forzada por un medio u otro, hasta un extremo verdaderamente violento de tortura y asesinato, y de guerra, eliminando a los incrédulos si no puedes convertirlos. Pero todo el sentido de la yihad es convencer, convertir, coaccionar, o matar al otro incrédulo. Y para un extremista, no es un pecado matar a un incrédulo, porque no tiene alma (y matar incrédulos realmente está muy bien visto en su CV religioso, que otorga muchas recompensas adicionales en el cielo por estos buenos actos).

Las Cruzadas fueron un buen ejemplo del enfrentamiento entre dos sistemas de creencias etnocéntricos mítico-literales comprometidos en una guerra santa total entre sí. Y prácticamente casi todos los actos terroristas de hoy son cometidos por verdaderos creyentes etnocéntricos, fundamentalistas, míticos agresivamente contra otros, contra unos "Ellos", que son incrédulos. Y esta actividad terrorista afecta a cualquier individuo prácticamente en cada religión importante (si están en este nivel de desarrollo en su inteligencia espiritual), ya se trate de los bautistas del sur haciendo explotar clínicas abortivas, o ISIS asesinando a sus compatriotas, o los hindúes atacando a los pakistaníes en la frontera, o los budistas poniendo veneno sarín en el metro de Tokio, o los actos cometidos por católicos y protestantes en Irlanda, o al-Qaeda derribando las Torres Gemelas, o los sunitas y los chiitas en varias guerras de poder en Oriente Medio, o Hamas y Hezbollah, y así sucesivamente. Todos estos son actos perpetrados por creyentes etnocéntricos míticos que creen que poseen el único y verdadero Dios, y todas las demás personas deben ser convertidas, coaccionadas, quemadas o decapitadas. Y habrán notado que todo esto se hace realmente en nombre de su único Dios verdadero. Históricamente, ésta ha sido la causa más grande de sufrimiento humano, de tortura, homicidio y guerra. Y un 60-70% de la población mundial sigue estando en este mítico nivel etnocéntrico (o inferior) de crecimiento y desarrollo. Realmente es bastante inquietante, y va empeorado, porque los niveles de desarrollo no son ampliamente comprendidos.

A medida que pasamos al siguiente nivel principal ― uno de sus nombres es "racional", pero no dejes que este término te confunda. No significa seco, abstracto, lógico-matemático (hay realmente una inteligencia múltiple separada llamada "lógico-matemática"); aquí "racionalidad" o "razón" significa simplemente la capacidad de tener un mayor grado de perspectiva, de ver las cosas desde una visión más amplia. El egocéntricco puede ver desde la perspectiva de primera persona (es decir, sólo a sí mismo); el etnocéntrico extiende su perspectiva a una perspectiva de segunda persona ―como hemos visto, puede tomar el rol de otro, puede ver las cosas a través de los ojos de otro, puede caminar una milla en los zapatos de otra persona. Pero esto también significa que esta capacidad se limita a su propio grupo étnico (la raza, la nacionalidad, la religión, etc.). Pero el siguiente nivel más alto, el nivel de la racionalidad o razón, puede adoptar una perspectiva de tercera persona ―puede imaginar la perspectiva de toda la humanidad o una humanidad universal, y por lo tanto se esfuerza en tratar a todas las personas de manera justa, independientemente de la raza, el color, el sexo o el credo, e "independientemente del credo" significa "independientemente de la religión". Históricamente, este nivel surgió a gran escala con la Ilustración Occidental, que creía en "los derechos universales del hombre" (y pronto de la mujer) ― en otras palabras, no sólo los derechos de los católicos o judíos o protestantes o musulmanes o hindúes, sino todos los seres humanos (un paso del "nosotros" etnocéntrico al "todos nosotros" mundicéntrico). De modo que no se trataba de una visión etnocéntrica, sino de una visión mundicéntrica, pues TODOS los seres humanos merecían los mismos derechos básicos ―no sólo los salvados o los privilegiados, sino todos los seres humanos― mundicéntrico y no etnocéntrico. Esta fue una transformación monumental asombrosa.

Ahora bien, el nivel mundicéntrico racional de Desarrollo, ya que podía adoptar una perspectiva de tercera persona, objetiva y universal, era también el hogar para las florecientes ciencias modernas ―que dependían de este tipo de postura objetiva, de tercera persona, racional, universal― y así irrumpieron en escena, comenzando alrededor del 1600 dC, la física moderna, la química moderna, la biología moderna, la geología moderna, etc. La Revolución Industrial (para bien y para mal) se abalanzó sobre todos nosotros y el mundo nunca sería el mismo.

Por razones similares, con la aparición de la razón mundicéntrica, la monarquía comenzó a dar paso a la democracia representativa. Y la esclavitud, que había estado presente en la situación humana desde el primer día (incluso los recolectores tenían esclavitud, y la mayoría de las religiones mayores la perdonaban, ya que todas ellas surgieron en tiempos pre-mundicéntricos), pero, por primera vez en toda la historia, la esclavitud era ahora completamente ilegal. Durante un período de aproximadamente cien años (alrededor de 1780 a 1880), la esclavitud fue legalmente prohibida en todas las sociedades racional-industriales mundicéntricas sobre la faz del planeta ― y también la primera vez en la historia que ocurría esto. El hecho de que la mayoría de las religiones apoyaran la esclavitud demuestra que la mayoría de ellas originalmente provenían o estaban atascadas en la etapa etnocéntrica, que veían la esclavitud completamente aceptable y, de hecho, el estado natural de las cosas.

La religión occidental, en la época de la Ilustración, permaneció en gran parte en el nivel mítico-literal de Desarrollo en la inteligencia espiritual; pero no había una razón inherente para hacerlo. Y, de hecho, muchos de los científicos pioneros adoptaron una forma racional del cristianismo, como el Deísmo. Muchos teólogos encuentran al Deísmo un poco escaso en el lado de la inteligencia espiritual, pero la cuestión es que era un cristianismo predominantemente de nivel racional, demostrando que tal cosa era definitivamente posible. Hoy hay versiones más sofisticadas del cristianismo de nivel racional en las que se incluyen los Seminarios de Jesús, un grupo de teólogos altamente respetados que están tratando de decidir qué partes de la Biblia son literalmente e históricamente verdaderas, y cuáles son de carácter mítico o simbólico. O escritores como el obispo Shelby Spong, que específicamente rechaza los elementos míticos de la Biblia y se acerca a Jesús como un profundo maestro de sabiduría que todavía tiene mucho que enseñar al mundo moderno y posmoderno. (Y están los relatos apócrifos de Thomas Jefferson sentado en los escalones de la Casa Blanca y, con unas tijeras, cortando agresivamente todos los componentes míticos "absurdos" del Nuevo Testamento, de modo que lo que quedara tuviera sentido para cualquier persona racional.)

Pero en realidad, una de las características más notables y significativas de este cristianismo racional, cuando consigue aparecer, es su naturaleza mundicéntrica. Esto es increíblemente importante. Cuando el Vaticano II admitió que, parafraseando, "una salvación comparable a la ofrecida por el cristianismo puede encontrarse en otras religiones", dio el primer paso de un exclusivo grupo privilegiado etnocéntrico (y pueblo elegido) a una visión universal y verdaderamente católica. Esto nunca había ocurrido antes en todos sus dos mil años de historia, y todavía es una realización que es negada por cada religión fundamentalista en este nivel. Pero es obviamente crucial que este tipo de movimiento de desarrollo (es decir, de etnocéntrico a mundicéntrico) sea hecho por cada religión importante si la humanidad desea tener alguna vez algo parecido a la paz mundial. Como hemos observado, alrededor del 60-70% de la población mundial sigue siendo etnocéntrica (o inferior), y la gran mayoría de los que se mantienen ahí es debido a una religión que sigue siendo mítico-literal y etnocéntrica, creyendo que ella, y solo ella, posee el único camino verdadero.

Así que lo que buscamos en cualquier religión (además de su acceso al DESPERTAR, del que hablaremos dentro de un momento), es si está en un nivel racional-mundicéntrico o superior de Desarrollo en la línea de inteligencia espiritual. Menos que eso, dará lugar a que esté involucrada, abierta o encubiertamente, en alguna forma de yihad, y ciertamente no podrá participar en ninguna forma de auténtica espiritualidad.