Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Ensayos > Artículo

Artículos - Mónica Cavallé

El conocimiento del Sí Mismo

6. Ser, Conciencia y Bienaventuranza (sat-cit-Ananda)

Por Mónica Cavallé Versión PDF

"El amor dice: 'Yo soy todo'.
La sabiduría dice: 'Yo soy nada'.
Entre ambos fluye mi vida" (Nisargadatta). (138)

Retomemos la reflexión inicial: no somos en esencia la persona individual, sostiene el Advaita, pues ésta puede ser conocida, y el Sí mismo nunca es lo conocido, sino el conocedor (139). No somos nada objetivo u objetivable; somos la Apertura en la que todo se hace presente o se ausenta y la Luz en virtud de la cual todo puede ser visto y conocido.

Lo que el atma-vichara advaita propone, a través de viveka-vairagya ―de la discriminación entre lo verdadero y lo falso, y del desapego de toda atribución objetiva: neti-neti―, es llegar a ser sí mismo sin más, sin ningún intento de auto-identificación o auto- descripción. En palabras de Nisargadatta:

Para ser, no debe ser nadie. (140)
Abandone toda idea sobre sí mismo y simplemente sea. (141)
En lugar de intentar ser esto o aquello, sea como ese niño, sea feliz de ser. (142)
No se dé nombre ni forma. En la oscuridad y el silencio, la realidad es encontrada. (143)

Según el advaita, lo que "queda" tras el abandono de toda identificación objetiva, tras el desenmascaramiento de la insubstancialidad de los upadhi, es el puro Ser: el sentido "Yo soy" sin atributos (144). "Yo soy", no como idea mental (145), sino como realidad y experiencia directa y auto-evidente del Ser o Sí mismo supra-objetivo. Aunque, como afirma Nisargadatta: "La palabra 'queda' no se aplica aquí. [Pues] 'Yo soy' siempre es nuevo. No necesita recordarlo para que sea" (146). El Ser no "queda", pues no puede ser puesto en relación con algo anterior o posterior (147). A este nivel no cabe hablar de continuidad, pues estamos en el ámbito del ahora puro, en el fondo último no relacionado con nada y sólo en relación al cual tiene sentido hablar de continuidad, de cambio o de permanencia.

Al diluirse los condicionamientos de la personalidad separada, la naturaleza profunda del yo refulge por sí misma. La mente, limpia y aquietada por la desidentificación y el desapego, refleja entonces fielmente al Atman. Se desvela la genuina identidad de todo sí mismo.

La constatación de que sólo es el Ser equivale a la constatación de que Éste nada deja fuera de sí; de que, por lo tanto, el yo separado carece de realidad. En este sentido hay que entender ciertas afirmaciones presentes en distintas tradiciones místico/gnósticas, tan desconcertantes como curiosamente afines:

"Dios no te conoce" (Nisargadatta). (148)
"Dios no nos ve cuando estamos en pecado" (Eckhart) (149). Pues el yo "pecador", es decir, separado del Dios-supraesencial, de su Sí mismo, carece de realidad.
"Dios es el enemigo del yo". "Dios (...) no conoce a un hombre separado". "El perímetro del Señor llena todo el perímetro de la tierra: ¿Dónde está pues el pecador?" (Angelo Silesio). (150)
"Tu existencia es nada y 'nada' no es añadido ninguno a otra cosa" (Ibn 'Arabí) (151). Etc.

 

Vuelva ―insta Nisargadatta― a ese estado de Ser puro, donde el "Yo soy" es apacible en su pureza antes de contaminarse con el "yo soy esto" o "yo soy aquello".
El sentido de identidad permanecerá, pero nunca más la identificación con un cuerpo-mente particular. El Ser-conciencia-amor (Sat-cit-ananda) brillará con todo esplendor. Nunca es la persona quien se libera, siempre nos liberamos de ella. (152)

Este estado puro de Ser es descrito por el Advaita como Sat-cit-ananda, como la plenitud de Ser (Sat), de Conciencia (Cit) y de bienaventuranza (Ananda):

Sat. Sat es el Ser puro, la realidad de lo real. Cuando el yo abandona la identificación con toda realidad objetiva y determinada ―nama rupa― y deviene Nada, acontece la paradoja: se revela igualmente como Todo, como el Ser puro, raíz y fuente de todo lo que es (153). Al abandonar la periferia de su auto-vivencia objetiva, retorna, en un progresivo vaciamiento, al centro no dimensional que alumbra el todo de la circunferencia del mundo. Sat no es, por consiguiente, el Ser que dice relación de oposición al No-ser, sino un Ser que es Vacío, No-ser, y un No-ser que es Ser.

Este Yo que reside en el corazón es más pequeño que un grano de arroz, más pequeño que un grano de cebada, más pequeño que un grano de mostaza, más pequeño que el germen de un grano de mijo. Este Atman que reside en el corazón es, a la vez, más grande que la tierra, más grande que la atmósfera, más grande que el cielo, más grande que todos estos mundos juntos (ChU III, 14, 3). (154)

Lo infinitamente pequeño es como lo infinitamente grande en el olvido total de los objetos. Lo infinitamente grande es semejante a lo infinitamente pequeño cuando el ojo ya no percibe límites (Sin-sin-ming). (155)

Cit. Cit es pura Presencia consciente, el Conocedor absoluto, la Conciencia pura independiente de cualquier contenido de conciencia, y fuente y esencia, a su vez, de todos ellos.

Para que la realidad sea, deben desaparecer las ideas del "yo" y "lo mío". Desaparecerán si usted lo permite. Entonces reaparece su estado natural, en el cual no es ni el cuerpo ni la mente, ni el "yo" ni "lo mío", sino que está en un estado diferente por completo. Es pura Conciencia de Ser, sin ser esto o aquello, sin ninguna auto-identificación con nada en particular o en general. En esa luz pura de la Conciencia [Cit] no hay nada, ni siquiera la idea de nada. Sólo hay luz (Nisargadatta). (156)

Ananda. Ananda es pura beatitud o amor. Una beatitud que es la resonancia de la plenitud del Ser, que nada deja fuera de sí. Un amor que es la suprema unidad de todo en Todo, la irradiación y la fuerza cohesiva de la no-dualidad; pues, para toda enseñanza no- dual, donde hay amor perfecto no puede haber dos.

Un amor y una beatitud incondicionales, incausados, sin objeto, sin porqué y, por lo mismo, inexpugnables; carentes, por consiguiente, de toda connotación empírico-psicológica (157). Los estados psicológicos se definen precisamente por su esencial inestabilidad: la felicidad-estado es limitada en el tiempo, condicionada y frágil, pues dice relación a su estado opuesto: el dolor. Ananda no es un estado entre otros; por el contrario, toda felicidad y amor empíricos son modos limitados de participación en esa beatitud primordial. (158)

No es por amor al esposo que se quiere al esposo, sino por amor al Ser (...). No es por amor al poder que se quiere al poder sino por amor al Ser (...). No es por amor a los seres que se quiere a los seres, sino por amor al Ser (...) sólo cuando amas al Ser, todo se convierte en objeto de tu amor (Brhad Aranyaka Upanisad). (159)

Lo mismo que un hombre abrazado a su amada no sabe ya nada del "yo" y del "tú", así el sí abrazado por el Sí omnisciente no sabe ya nada de un "yo" dentro y un "tú" fuera. "Es por el sólo amor del Sí por lo que son queridas todas las cosas" (Brhad Aranyaka Upanisad) (160). En este amor verdadero del Sí, la distinción del egoísmo y el altruismo pierde todo significado. El que ama ve el Sí, el Señor, igualmente en todos los seres. (161)

Ananda supone la intuición de que puesto que todo es uno en el único Sí mismo, el mundo es realmente nuestro cuerpo, y el "tú" no es más que otra versión del "yo" (162). Sólo en el seno de esta intuición trans-personal, brota la genuina compasión (163); esta compasión no es, por lo tanto, de naturaleza psicológica, sentimental, moral, ni, en general, personal. Se ama a los otros porque ellos son nosotros (164); se ama porque se es amor.

P: En su estado presente, ¿puede usted amar a otra persona como persona?
M: Yo soy la otra persona, la otra persona es yo mismo; en nombre y forma [nama-rupa] somos diferentes, pero no hay separación. En la raíz de nuestro ser somos uno.
P: ¿No es también así cuando hay amor entre la gente?
M: Lo es, pero no son conscientes de ello. Sienten la atracción, pero no conocen la razón.
P: ¿Por qué es selectivo el amor?
M: El amor no es selectivo, el deseo es selectivo. En el amor no hay extraños. Cuando ya no existe el centro del egoísmo, todos lo deseos de placer y el temor al dolor cesan; uno ya no está interesado en ser feliz; más allá de la felicidad [de la felicidad-estado] está la pura intensidad, la energía inagotable, el éxtasis de dar desde una fuente perenne (Nisargadatta). (165)

En resumen, y dando de nuevo la palabra a Nisargadatta:

Eso que lo hace pensar que usted es humano, no es humano. No es más que un punto de conciencia sin dimensión, una nada consciente; todo lo que usted puede decir sobre sí mismo es: Yo soy. Usted es puro Ser-conciencia-bienaventuranza (sat-cit-ananda). Realizar eso, es el fin de toda búsqueda. Se llega a ello cuando usted ve que todo lo que piensa sobre sí mismo es sólo imaginación, y permanece distante en la pura conciencia de lo transitorio como transitorio, lo imaginario como imaginario, lo irreal como irreal. No es en absoluto difícil, pero es necesario el desapego. (166)

 

La única guía en este llegar a ser Sí mismo es "Yo soy" (167): la convicción, fruto de la comprensión de lo falso como falso, de que lo único que el yo puede afirmar (no atributivamente) con propiedad de sí mismo es: "Yo soy". Esta convicción se traduce, a su vez, en la consigna: "sólo ser" (Nisargadatta) (168), que es una invitación a tomar conciencia de la propia autosuficiencia esencial y a poner fin, de este modo, al movimiento excéntrico del yo.

Desaparece el deseo como vivencia básica, pues:

Toda ansia se debe a un sentido de insuficiencia. El deseo cesa cuando usted sabe que no carece de nada, que todo lo que existe es usted y de usted (169). Cuando digo "Yo soy", no quiero decir una entidad separada con un cuerpo como núcleo. Quiero decir la totalidad del Ser, el océano de la Conciencia, el universo entero de todo lo que es y conoce. No tengo nada que desear puesto que siempre estoy completo (Nisargadatta). (170)

Y desaparece la clausura del temor. No hay nada que temer porque se es nada. (171)

(...) Cuando usted se realiza a sí mismo como algo menos que un punto en el espacio y el tiempo, algo demasiado pequeño para ser cortado y demasiado breve para ser matado, entonces, y sólo entonces, todo temor desaparece. Cuando es más pequeño que la punta de la aguja, entonces la aguja no puede atravesarle: ¡Usted atraviesa la aguja! (Nisargadatta). (172)

(...) el rinoceronte no encuentra en él dónde hincar su cuerno./ El tigre no encuentra dónde clavar sus garras./ Las armas no encuentran dónde descargar su fuerza./ ¿Por qué?/ Porque [al no ser nada] no hay en él lugar para la muerte (Lao Tse). (173)

No hay nada que temer, por otra parte, porque al desaparecer la conciencia de separatividad ya no hay en sentido estricto un "otro".

Tuvo miedo (...). Reflexionó: "Si no existe nadie distinto a mí, ¿de qué tengo miedo?" Entonces su miedo desapareció, pues ¿de qué habría de tener miedo? En verdad, el miedo lo produce otro (Brhad Aranyaka Upanisad I, 4, 1).

Propiamente, no se abandonan el deseo y el temor; sencillamente, pierden su sentido. "El abandono real está en realizar que no hay nada que abandonar" (174), ni "nadie" que pueda hacerlo.

Notas:
  1. I Am That, p. 269; Yo Soy Eso, p. 445.
  2. "La persona es solamente el resultado de un malentendido. En realidad, no existe tal cosa. Los sentimientos, los pensamientos y las acciones corren ante el observador en sucesión sin fin, dejando huellas en el cerebro y creando la ilusión de continuidad. Un reflejo del observador sobre la mente crea el sentido 'Yo soy' y la persona adquiere aparentemente una existencia independiente. En realidad, no hay persona, sólo el observador identificándose con el 'yo' y lo 'mío'. El maestro dice al observador: no eres esto, no hay nada tuyo en esto, excepto el pequeño punto de 'Yo soy' que es el puente entre el observador y su sueño. 'Yo soy esto, yo soy aquello' es un sueño, mientras que el puro 'Yo soy' lleva el sello de la realidad en él". Nisargadatta, I Am That, p. 343; Yo Soy Eso, p 557.
  3. I Am That, p. 371; Yo Soy Eso, p. 601.
  4. I Am That, p. 197; Yo Soy Eso, p. 338.
  5. I Am That, p. 216; Yo Soy Eso, p. 365.
  6. I Am That, p. 305; Yo Soy Eso, p. 498.
  7. "Rechace resueltamente aquello que usted no es, hasta que el Ser real surja en su gloriosa nada". Nisargadatta, I Am That, p. 526; Yo Soy Eso, p. 838.
  8. "Yo soy" no es el resultado de un proceso mental. El "neti-neti" no es una actividad intelectual, pues una actividad de este tipo nunca conduce más allá de la mente. En palabras de Ramesh S. Balsekar: "La naturaleza de la auto-indagación a menudo no se entiende claramente. La indagación '¿Quién (o qué) soy yo?' realmente significa un esfuerzo por encontrar la fuente del ego. Este esfuerzo sin esfuerzo lleva a la apercepción de la Verdad. La intención no es ocupar la mente con otros pensamientos como 'Yo no soy el cuerpo'. De hecho, la práctica de la auto-indagación comienza después de que el análisis intelectual teórico ha terminado. Buscar el origen del "yo" no significa la sustitución de un pensamiento por otro, sino deshacerse de todos los pensamientos". The Final Truth, p. 191.
  9. I Am That, p. 206; Yo Soy Eso, p. 351.
  10. No estamos hablando, insistimos, del resultado de un proceso o movimiento direccional: "El 'Yo soy' no es una dirección. Es la negación de toda dirección". Nisargadatta, I Am That, pp. 307 y 308; Yo Soy Eso, p. 502.
  11. "¿Usted cree que Dios le conoce? Él no conoce ni siquiera el mundo". I Am That, p. 43; Yo Soy Eso, p. 96.
  12. "Dios tampoco conoce nada fuera de sí mismo, sino que su mirada sólo está dirigida hacia Él mismo. Lo que ve, lo ve todo en Él. Por eso, Dios no nos ve cuando estamos en pecado". Tratados y Sermones, p. 298.
  13. Peregrino Querubínico, V, 31; III, 161 y III, 190.
  14. Tratado de la Unidad 11.2.3; cfr. 1.1.9.
  15. I Am That, p. 343; Yo Soy Eso, pp. 557 y 558.
  16. "Porque el Tao [Brahman, lo Absoluto] sólo se posa en el vacío". Chuang-Tzu, c. 4, 3.
  17. Y continúa la Upanishad: "El que contiene todas las obras, el que contiene todos los deseos, el que contiene todos los olores, el que contiene todos los sabores, el que abarca todo este mundo, sin habla, sin preocupación, éste es mi Yo dentro del corazón, éste es Brahman. (...) Ciertamente el que esto cree ya no tendrá más dudas" (III, 14, 4). "Esa verdad (...) no es fácil de ser comprendida (...) pues es inconcebiblemente más pequeña que lo pequeño". KathU I, 2, 8. "[Dios es] pequeño como lo más pequeño y grande como todo, necesariamente". Angelo Silesio, Peregrino Querubínico, II, 40. "Tú eres lo más grande del universo, lo más profundo del océano, ¿por qué te molestas en conocer otros lugares si el Ser eres tú?". Ibn 'Arabí, El núcleo del núcleo, VII. 3.
  18. 33.
  19. I Am That, pp. 386 y 387; Yo Soy Eso, p. 624.
  20. Nisargadatta expresa así el carácter incondicional de Ananda: "En la no-dualidad hay felicidad [Ananda]; en la dualidad, experiencia. Lo que va y viene es experiencia, es decir, dualidad de placer y dolor. La felicidad no puede conocerse [es inobjetiva como Sat y Cit]. Uno siempre es felicidad pero nunca feliz. La felicidad no es un atributo". I Am That, p. 106; Yo Soy Eso, p. 201.
    "(...) no hay tal cosa como la paz mental (...); la mente es la inquietud misma, el yoga no es un atributo de la mente, ni tampoco un estado mental". I Am That, p. 142; Yo Soy Eso, p. 256.
  21. Y puesto que todo es Ananda, también el dolor es, en esencia, una manifestación de esa beatitud esencial: "Toda la pena y todo el placer provienen del amor". Eckhart, Tratados y Sermones, p. 464.
    "El placer y el dolor son Ananda (bienaventuranza). Aquí estoy frente a usted y diciéndole ―por mi propia experiencia inmutable e inmediata― que el dolor y el placer son las cimas y valles de la marejada en el océano de la bienaventuranza. En la profundidad existe una plenitud total". Nisargadatta, I Am That, p. 165; Yo Soy Eso, p. 292.
  22. Brhad Aranyaka Upanisad II, 4, 5.
    "Es esa unión de la cual la unión de los amantes terrestres que desean enlazar mutuamente su ser es una copia". Plotino, En VI, 7, 34.
  23. Coomaraswamy traduce así, libremente, el texto de la Upanishad (Brhad Aranyaka Upanisad IV, 3, 21 y Brhad Aranyaka Upanisad II, 4, 5). El simbolismo erótico ―hace notar― es uno de los más recurrentes en las distintas tradiciones a la hora de aludir al retorno del hombre exterior al Sí mismo. Hinduismo y Budismo, p. 37.
  24. Ibid.
  25. "La anatomía y la astronomía lo describen a usted. (...) Si se conoce a sí mismo como el morador de ambos cuerpos no repudiará nada. Todo el universo será de su incumbencia; amará y ayudará tierna y sabiamente a cada cosa viva. No habrá choque de intereses entre usted y otros. Toda explotación cesará absolutamente. Cada una de sus acciones será beneficiosa, cada movimiento suyo será una bendición". I Am That, p. 309; Yo Soy Eso, pp. 504 y 505.
  26. Hay una forma de compasión, una conciencia de unidad, que percibe "una unidad pluralística, la adunación de unidades similares que dan por resultado una colectividad o solidaridad más bien que una real unidad. Los muchos quedan con respecto a la conciencia como existencias reales; el Uno es sólo su resultado.
    [Nada de ello tiene que ver con la verdadera compasión.] El conocimiento real comienza con la percepción de la unidad esencial: una Materia, una Vida, una Mente, un Alma que actúan en múltiples formas". Sri Aurobindo, Isa Upanishad, pp. 56 y 57.
  27. "Una vez que usted pueda decir con la confianza de la experiencia directa: 'Yo soy el mundo, el mundo soy yo', por un lado se libera del deseo y del temor y por el otro se hace totalmente responsable del mundo. La insensata aflicción de la humanidad se convierte en el único interés de usted". Nisargadatta, I Am That, p. 496; Yo Soy Eso, p. 792.
  28. I Am That, p. 511; Yo Soy Eso, p. 815.
  29. I Am That, p. 316; Yo Soy Eso, p. 515.
  30. "Establézcase firmemente en la conciencia de 'Yo soy'. Este es el principio y también el fin de toda tarea". "Sólo conserve en la mente el sentimiento 'Yo soy', húndase en él, hasta que su mente y su sentimiento se hagan uno (...) Cualquier cosa que haga, piense o diga, este sentido de ser, inmutable y afectuoso, permanece como el telón de fondo de la mente". Nisargadatta, I Am That, pp. 53 y 48; Yo Soy Eso, pp. 113 y 106.
  31. "Ser, sólo ser (...) Tal modo aparentemente perezoso de pasar el tiempo está altamente considerado en India. Significa que por el momento usted está libre de la obsesión del '¿y ahora qué?'. Cuando no tiene prisa y la mente está libre de ansiedad, ésta se aquieta y en el silencio algo puede ser oído que de ordinario es demasiado sutil o fino para ser percibido (...).
    No necesita preocuparse de sus preocupaciones. Sólo sea. No trate de estar quieto; no convierta el 'estar quieto' en una tarea a realizar. No se inquiete respecto a 'estar quieto'; no sea desgraciado respecto a 'ser feliz'. Simplemente sea consciente de que usted es y permanezca consciente; no diga: 'Sí, Yo soy, ¿y ahora qué?' No hay un '¿ahora qué?' en el 'Yo soy'. Es un estado intemporal". Nisargadatta, I Am That, p. 508; Yo Soy Eso, p. 811.
    "Q: ¿Qué esfuerzo necesito hacer hacia eso?
    M: Ningún esfuerzo, sólo sea." Nisargadatta, Consciousness and the Absolute, p. 18.
  32. I Am That, p. 259; Yo Soy Eso, p. 431.
  33. I Am That, p. 159; Yo Soy Eso, p. 282.
  34. "La base de todo temor es la entidad, la identificación con un cuerpo particular como un individuo separado con autonomía e independencia, con voluntad y elección. El miedo, el deseo y todas las demás formas de afectividad son meras manifestaciones de la pseudo-entidad que constituye la pseudo-esclavitud, y lo que hay que eliminar es esta pseudo-entidad, en vez de las manifestaciones de la pseudo-entidad". Ramesh S. Balsekar, Explorations into the eternal, p. 70.
  35. I Am That, p. 464; Yo Soy Eso, p. 744.
  36. Tao Te King, L.
  37. Nisargadatta, I Am That, pp. 363 y 364; Yo Soy Eso, p. 588.
Fuente: Mónica Cavallé. Naturaleza del yo en el Vedanta Advaita, a la luz de la crítica al sujeto de Heidegger. Biblioteca de la Universidad Complutense, Madrid.