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Extractos - Rupert Spira

La Transparencia de las Cosas

Contemplando la Naturaleza de la Experiencia

Prefacio por Rupert Spira

Este libro es una colección de contemplaciones y conversaciones sobre la naturaleza de la experiencia. Su único propósito (si es que puede decirse que tenga alguno) es observar clara y simplemente la experiencia misma.

Por lo general, consideramos que las formulaciones convencionales de nuestra experiencia son tan indudablemente ciertas que no requieren ninguna investigación adicional. Sin embargo, en esta obra adoptamos el criterio opuesto: no damos absolutamente nada por sentado (salvo las propias convenciones del lenguaje que nos permiten comunicarnos).

Desde una edad muy temprana se nos anima a formular nuestra experiencia de maneras que parecen expresarla y validarla, y posteriormente estas expresiones condicionan la forma en que vemos el mundo.

«David quiere a Jane», «Tim vio el autobús». Nuestras formulaciones más tempranas ya dividen la experiencia en un «yo» y un «otro», en un «yo» y «el mundo», en un sujeto que experimenta un objeto, y a partir de ese momento nuestra experiencia parece validar dichas formulaciones.

Sin embargo, llega un momento en que comenzamos a darnos cuenta de que estas formulaciones en realidad no expresan nuestra experiencia, sino que más bien la condicionan.

En este libro no abordaremos las características particulares de la experiencia misma, sino que nos limitaremos a explorar su naturaleza fundamental. ¿Qué es esto a lo que llamo «yo»? ¿Qué es este «otro», este «mundo»? ¿Y en qué consiste este «experimentar» que parece unirlos y relacionarlos a ambos?

El descubrimiento esencial que han realizado todas las grandes tradiciones espirituales es que la Conciencia y la Realidad son una y la misma. Es la comprensión de que la naturaleza fundamental de todos y cada uno de nosotros es exactamente la misma que la naturaleza fundamental del universo.

Esta idea ha sido expresada de muchas maneras diferentes: «Atman es igual a Brahman», «Yo y mi Padre somos uno», «El Nirvana es lo mismo que el Samsara», «El Vacío es la forma», «Yo soy Eso», «La Conciencia es Todo», «No existen dos cosas distintas», «Sat chit ananda»…

Cada tradición espiritual tiene su particular modo de arribar a esta comprensión, una comprensión que no es meramente intelectual, sino que se trata más bien de un Conocer que trasciende la mente. Por otra parte, en el seno de cada una de estas tradiciones existen tantas variantes de cada enfoque particular como discípulos que las profesan.

En esta obra exploraremos qué es lo que experimentamos realmente. La pregunta a la que regresaremos es: «¿Cuál es la naturaleza de mi experiencia en este momento?».

No obstante, no se trata en absoluto de un tratado filosófico, sino más bien de una selección de contemplaciones y conversaciones en las que se exploran una y otra vez (aunque en cada ocasión desde un ángulo ligeramente diferente) una serie de ideas centrales. Por este motivo, el texto adolece de un inevitable elemento de repetición.

En cierto sentido, este libro está escrito como si se tratase de una obra musical en la que se explora, se cuestiona, se modula y se reformula de distintos modos un único leitmotiv. No obstante, cabe esperar que cada vez que regresemos a este tema central las contemplaciones precedentes nos ayuden a ganar en profundidad y en resonancia.

El significado de estas palabras no se halla en las palabras mismas, sino en el estado de contemplación del que surgen y hacia el que apuntan, y a eso se debe que el texto esté lleno de pausas y de amplios espacios con los que se pretende fomentar una actitud contemplativa.

Dicho esto, hemos de aclarar también que la única intención de las conclusiones que se pueden extraer de este libro es erradicar las viejas formulaciones convencionales y dualistas que tan profundamente arraigadas están en la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos y al mundo.

Una vez que estas viejas formulaciones hayan sido extirpadas no es necesario abandonarlas; podemos seguir empleándolas como ideas provisionales que cumplen su función en ciertos aspectos de la vida.

Si bien es posible que las nuevas formulaciones aquí presentadas constituyan expresiones más acertadas de nuestra experiencia (o que, por así decirlo, estén más cerca de ella que las antiguas), su objetivo no es reemplazar las viejas certezas que pudiésemos tener por otras nuevas.

Simplemente nos conducen a un No-saber abierto capaz de reformularse momento a momento en respuesta a la situación dada, que bien pudiera ser el propio cuestionamiento de la naturaleza de la experiencia.

Hay muchas maneras de alcanzar este No-saber abierto, y la que se ofrece en este libro ―el desmantelamiento de nuestras falsas certezas mediante la investigación― tan solo es una de ellas.

 

Si ahora mismo prestases atención al papel blanco en el que están escritas estas palabras, de pronto tendrías la extraña sensación de ser consciente de algo que, al mismo tiempo, resulta tan obvio que no requiere siquiera mención alguna. Y sin embargo, en el momento en que se señala el papel parece que experimentamos algo nuevo.

Tenemos la experiencia extrañamente familiar de ser conscientes de algo de lo que en realidad ya éramos conscientes. Nos damos cuenta del hecho de ser conscientes del papel.

El papel no es una nueva experiencia que haya sido creada mediante esta indicación, pero nuestra conciencia (1) del papel sí que parece ser una nueva experiencia.

¿Y qué hay de la conciencia misma, la conciencia que es consciente del papel? ¿No está siempre presente detrás de (y en) toda experiencia al igual que el papel está presente detrás de (y en) las palabras de esta página?

Al poner la atención en ella, ¿no tenemos la misma extraña sensación de volvernos conscientes de algo de lo que, en realidad, siempre somos conscientes, si bien nos había pasado desapercibido?

¿No es esta conciencia el hecho más íntimo, obvio y esencial de nuestra experiencia que, no obstante, es independiente de las características particulares de cada experiencia concreta, del mismo modo que el papel es el hecho más obvio y esencial de esta página y, sin embargo, es independiente de todas y cada una de las palabras que en él aparecen?

¿No es esta conciencia en sí misma el soporte y la sustancia de toda experiencia, al igual que el papel es el soporte y la sustancia de todas las palabras presentes en él?

¿Hace falta añadirle algo nuevo a esta página para que podamos ver el papel? ¿Hace falta añadirle algo nuevo a la experiencia actual para que podamos ser conscientes de la conciencia que constituye su mismísimo soporte y sustancia?

Una vez que hemos tomado conciencia del papel, cuando volvemos a centrarnos en las palabras, ¿perdemos de vista el papel? ¿No es cierto que ahora vemos los dos (los aparentemente dos) de forma simultánea como uno solo? ¿Y no es igualmente cierto que, aunque sin darnos cuenta de ello, siempre los hemos experimentado como uno?

Del mismo modo, una vez que nos hemos percatado de la conciencia que está presente detrás y en cada experiencia, ¿perdemos de vista dicha conciencia cuando volvemos a dirigir la atención hacia el aspecto objetivo de nuestra experiencia? ¿No es cierto que ahora vemos los dos (los aparentemente dos), la conciencia y sus objetos, simultáneamente como uno? ¿Y no ha sido siempre así?

¿Afectan las palabras mismas al papel? ¿Le importa al papel lo que digan las palabras? ¿Afecta el contenido de cada experiencia a la conciencia en la que aparece?

En realidad, todas y cada una de las palabras de esta página están hechas únicamente de papel. Aunque describan la luna, tan solo expresan la naturaleza del papel.

Del mismo modo, cada experiencia expresa únicamente la Conciencia, aunque las experiencias en sí mismas son infinitamente variadas.

La Conciencia es el No-saber abierto sobre el que se escriben todas las experiencias.

Resulta tan obvia que nos pasa desapercibida.

Está tan cerca que no podemos conocerla como un objeto, pero, no obstante, siempre es conocida.

Es tan íntima que toda experiencia, desde la más insignificante hasta la más grandiosa, está completamente saturada e impregnada de su presencia.

Es tan amorosa, tan acogedora, que todo lo que se pueda imaginar está contenido en su seno de manera incondicional.

Es tan sumamente abierta que recibe y acoge todas las cosas en su interior.

Es tan espaciosa, tan inmensa, tan ilimitada, que todo está contenido en ella.

Está tan presente que todas y cada una de las experiencias que tenemos vibra con su sustancia.

A lo que nos referimos una y otra vez en este texto no es más que a este No-saber abierto, a esta fuente que constituye la sustancia y el destino de toda experiencia.

Rupert Spira,
Octubre del 2008.
Notas:
  1. En esta obra el autor emplea indistintamente los términos awareness y consciousness. Ambos términos se han traducido como “conciencia”. (N. del T.)