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Extractos - Michael James

Arunachala-sun2

La filosofía no-dual de Sri Ramana

Por Michael James

Debido a que Sri Ramana usaba a menudo la terminología del vedanta advaita, haciendo libre uso de muchos de sus términos modélicos tales como sat-chit-ananda o ser-consciencia-felicidad, su filosofía es considerada generalmente una expresión fresca de esa filosofía antigua. Sin embargo, él no llegó a su filosofía estudiando ninguno de los textos filosóficos del vedanta advaita, sino que llegó a ella antes de que hubiera tenido ninguna oportunidad de devenir familiarizado con esos textos.

Su filosofía era una expresión de su propia experiencia directa de auto-conocimiento verdadero, que obtuvo a la edad de dieciséis años cuando, impulsado por un repentino e intenso miedo de la muerte, volvió su atención hacia dentro y la focalizó aguda y exclusivamente en su consciencia de ser, "yo soy", para descubrir si su "yo" moriría o no cuando muriera su cuerpo. Como resultado de este auto-escrutinio agudamente focalizado, él descubrió que él no era el cuerpo perecedero, sino solo la realidad imperecedera, que es ser-consciencia-felicidad sin-comienzo, sin-fin e ininterrumpido. Solo mucho después, cuando las gentes le hacían preguntas para aclarar sus dudas sobre lo que habían leído en los textos del vedanta advaita, él tuvo la ocasión de leer tales textos, y cuando lo hizo, reconoció que estaban describiendo su propia experiencia.

El vedanta advaita es un antiguo sistema de filosofía indio, y su nombre significa etimológicamente la filosofía de la "no-dualidad" (advaita) o "no dos-idad" (a-dvi-ta), que es el "fin" (anta) de todo "conocimiento" (veda), o la conclusión última de los Vedas. Aunque la mayor parte del conocimiento expresado en los cuatro Vedas concierne solo a la dualidad, en sus porciones más tardías cada uno de los Vedas da finalmente alguna expresión del conocimiento de la no-dualidad. Donde todo el conocimiento de la dualidad (dvaita) expresado en los Vedas llega a su fin (anta), ahí permanece el conocimiento de la no-dualidad (advaita).

Es decir, el verdadero conocimiento no-dual, "yo soy", que permanece solo cuando todo conocimiento dualista ―que es la preocupación central no solo de los Vedas sino también de la mayoría de las demás escrituras, filosofías y ciencias― ha llegado finalmente a su fin, es el conocimiento de la no-dualidad o advaita expresado en el vedanta.

En verdad, por lo tanto, el vedanta advaita no es una filosofía que sea exclusiva de la tradición védica de la India, sino que es la "filosofía perenne" que sustenta todas las formas verdaderas de misticismo, metafísica y filosofía radicalmente profundas. Es decir, aunque en el contexto de la tradición védica, la filosofía de la no-dualidad es llamada vedanta advaita, la filosofía esencial de la no-dualidad que es llamada así, puede encontrarse expresada con otras palabras en muchas otras tradiciones místicas y filosóficas por todo el mundo. Sin embargo, al discutir la filosofía del conocimiento no-dual verdadero, a menudo es útil referirse específicamente al vedanta advaita, debido a que en la tradición post-védica conocida como vedanta, a esta filosofía se le ha dado una expresión particularmente clara.

Por lo tanto, cuando se dice que la filosofía de Sri Ramana es una expresión moderna de la antigua filosofía del vedanta advaita, esto no significa que su filosofía se derive del vedanta advaita, ni que sea relevante solo en el contexto de la religión y la cultura védica conocida como hinduismo. Su filosofía expresa una verdad que está más allá de todas las diferencias religiosas y culturales, y que puede encontrarse expresada en una forma u otra en la mayor parte de las principales religiones y culturas de este mundo.

 

Todos los versos filosóficos y otros escritos de Sri Ramana que cito en este libro, expresan la experiencia de un ser que está en un estado de consciencia que es completamente diferente al estado de consciencia limitado por el cuerpo con el que todos estamos familiarizados. Puesto que él está hablando sobre un estado de conocimiento no-dual absoluto del que personalmente no tenemos ninguna experiencia (o más bien, del que nuestra experiencia ha sido aparentemente obscurecida, y del que por lo tanto imaginamos que no tenemos ninguna experiencia), ¿hay alguna razón por la que debamos creer todo lo que él dice, o al menos aceptarlo provisionalmente?

Sri Ramana no nos pide que creamos nada ciegamente. Él comienza su exposición de la filosofía de la no-dualidad pidiéndonos que analicemos críticamente nuestra experiencia en los tres estados de consciencia, a saber, vigilia, sueño con sueños y sueño profundo, que todos experimentamos cada día. Todo el resto de su exposición de esta filosofía se sigue lógicamente de las conclusiones a las que llegamos por medio de este análisis crítico.

Nada de lo que él dice es irrazonable, ni está basado en premisas infundadas. Por lo tanto, aunque al presente no podamos ser capaces de verificar inmediatamente por nuestra experiencia todo lo que él dice sobre la realidad absoluta, que es el estado de conocimiento verdadero, no podemos refutarlo razonablemente, y, por consiguiente, no hay ninguna razón por la que no debamos aceptarlo al menos provisionalmente.

Además, cuando él hablaba sobre el estado de conocimiento absoluto verdadero, él no lo hacía con la intención de que debamos meramente creer sus palabras. Creer algo que no sabemos con certeza, es de poca utilidad para nosotros si no nos ayuda a obtener conocimiento cierto de ello. Por lo tanto, Sri Ramana no solo nos dijo la naturaleza de la realidad absoluta, que es ser-consciencia perfectamente no-dual o auto-conocimiento verdadero, sino que también nos dijo el medio por el que podíamos obtener experiencia directa de esa realidad.

El medio que él enseñó encaja lógicamente dentro de toda la filosofía de la no-dualidad que él expuso. Puesto que el análisis crítico de nuestra experiencia en los tres estados de consciencia nos lleva a comprender que la auto-consciencia esencial "yo soy" es la única realidad que subyace a la apariencia de estos tres estados, al ser la única cosa que experimentamos continuamente a lo largo de todos ellos, es razonable concluir que, antes de tratar de conocer cualquier otra cosa, primero debemos tratar de conocer la naturaleza verdadera de esta consciencia fundamental "yo soy".

Puesto que no podemos conocer algo sin prestarle atención, la única manera de que podamos conocer la naturaleza verdadera de esta consciencia, es escudriñarla con una atención agudamente focalizada. Este método simple y sin embargo profundo de auto-investigación, auto-escrutinio o auto-atención, es por lo tanto con completa lógica el único medio por el que podemos descubrir la verdadera naturaleza de la realidad que subyace a todas las diversas formas de conocimiento que experimentamos ahora.

Así pues, la filosofía del verdadero conocimiento no-dual expuesta por Sri Ramana, no es solo una filosofía bien razonada, sino también una ciencia práctica y precisa. Debido a que comienza con un análisis minucioso de la consciencia, que es la base de todo nuestro conocimiento, y que con ello construye para sí misma un fundamento de teoría cuidadosamente pensada y claramente razonada, la búsqueda del conocimiento o auto-descubrimiento verdadero que Sri Ramana nos apremia a emprender, es una filosofía en el sentido más profundo y verdadero de esa palabra. Y debido a que desde esa teoría ella nos lleva naturalmente a la práctica de la simple técnica empírica de volver nuestro poder de atención ―el poder de conocer o consciencia― sobre sí mismo, hacia la consciencia básica "yo soy", para descubrir qué es realmente este "yo", esta búsqueda del auto-conocimiento verdadero es también una ciencia verdadera. Así pues, es una filosofía-ciencia completa, una filosofía-ciencia en la que tanto la teoría como la práctica son partes necesarias e inseparables del todo.

La teoría de esta ciencia del auto-conocimiento es necesaria para ponernos en marcha, para guiarnos y motivarnos en su práctica. Pero si no comenzamos nunca la práctica, o si no la seguimos hasta su conclusión, toda la teoría es de poca utilidad para nosotros. La teoría por sí misma no puede darnos nunca el conocimiento verdadero, sino solo una comprensión intelectual de él. Tal comprensión intelectual es meramente un conocimiento superficial y dualista, un conocimiento en el que lo que es conocido es distinto de la persona que lo conoce.

Ninguna comprensión intelectual puede ser nunca el conocimiento verdadero, debido a que nuestro intelecto es meramente una función de la mente, la consciencia limitada sujeta a los adjuntos, que es la raíz de todo el conocimiento erróneo, al ser ella misma un conocimiento erróneo que surge solo cuando nos tomamos erróneamente por un cuerpo físico. Por lo tanto, una comprensión teórica de esta filosofía y ciencia es útil solo en la medida en que nos motiva a buscar la experiencia directa del verdadero auto-conocimiento no-dual, y nos capacita para comprender claramente el medio por el que podemos obtener tal experiencia directa.