Extractos - Sri Nisargadatta Maharaj
El Conocimiento y la Realización del Sí Mismo
(Parte 3 de 4)
Por Sri Nisargadatta Maharaj Editado por Jean Dunn11. ¿Conocer Qué?
El proceso continuo de llegar a conocer el entorno sigue su curso desde el nacimiento de la consciencia "yo". Aunque la consciencia "yo" es automática, y por consiguiente sin esfuerzo, uno tiene que aprender a hacer diferentes cosas; uno debe aprender también sobre su propia persona y su cuidado. Algunas cosas son aprendidas por necesidad y por el gusto de uno; otras que no son esenciales deben ser aprendidas también.
En el proceso de aprendizaje consciente, sobre las cosas del mundo, se nos dice que debemos aprender también las cosas más allá del mundo; pero antes de intentar conocer las cosas del más allá, debemos conocer al controlador y soporte del universo llamado Dios, y así las otras cosas pueden ser conocidas con Su ayuda.
¿Quién es Dios y cómo tiene que ser propiciado? Se nos dice que esto debe ser alcanzado formando amistad con personas santas y llevando a cabo sus instrucciones con regularidad y devoción; pero entonces, se nos dice, es un asunto de muy rara fortuna que uno se cruce con un alma santa así, y cuando uno se cruza una tal persona, por rara buena fortuna, el alma santa nos dice, "Tú mismo eres Dios. Piensa solo en Él, medita en Su ser. No te enredes pensando en nadie más".
Por un tiempo yo solía tratar diferentes asuntos y realizar actividades tales como conocer y aprender con la idea de que yo era un ser humano, nacido de la consciencia "yo"; después comencé a meditar en mí mismo como Dios a fin de conocerme a mí mismo. Ahora yo sé que soy el conocedor de todo lo que recuerdo, percibo o siento; por consiguiente, ignorando todo lo que es recordado, percibido o sentido, yo contemplo la naturaleza del conocedor.
Estoy sentado en un lugar aislado donde nadie puede verme, con mis ojos medio cerrados. Lo que quiera que recuerdo, percibo, siento o experimento viene a ser desde dentro de mí mismo. Mi meditación es mi antorcha y lo que yo veo es su luz, todo lo que veo y recuerdo es solo la luz de mi meditación.
Ahora yo no siento la necesidad de meditar más, puesto que la naturaleza de la meditación es tal que es espontánea. En su proceso, da origen a innumerables formas y nombres y cualidades... ¿y qué tengo que ver yo con todo ello?
Ahora estoy convencido más allá de toda duda de que esta meditación mía nace de Dios; y el mundo de las cosas es el producto de mi meditación solo. El proceso cíclico de originación, preservación y destrucción es el núcleo mismo del ser del mundo. Sin embargo, por más que intento conocer, debe repetirse el mismo proceso. Mi inquisitividad ha llegado a su fin.
12. La Felicidad Espiritual
El aspirante espiritual está absorto en sus experimentos y experiencias espirituales, y el viaje continúa. Uno ya tiene la experiencia del mundo mediante sus sentidos; por consiguiente, y hasta donde sea posible, él trata de depender solo de sí mismo, trata de medir la extensión a la que puede llegar con la mínima ayuda de otros y de evitar el uso de muchas cosas en el mundo. A su debido tiempo, el aspirante está seguro de obtener la paz; no se necesita nada, él tiene suficiente y aún le sobra. Está satisfecho y su conducta lo revela. No espera nada de aquellos con quien trata. ¿Esperar retribuciones materiales de otros es algo diferente a mendigar? Si es cierto que él ha obtenido la felicidad más allá del alcance de los mortales ordinarios, ¿por qué debe esperar que un mendigo comparta sus ganancias materiales? Si él tiene en su posesión el manantial de dicha de la vida eterna, ¿por qué debe pedir un precio por su trato con otros? Es imposible que el que ha realizado su Sí mismo cuente con otros; por el contrario, él alimenta a otros con alimento espiritual con absoluta facilidad.
Cuando la felicidad de las gentes aumenta, ellos comienzan a amarle con gran sinceridad, conocen su importancia en sus vidas. Lo mismo que ellos adquieren y almacenan alimento, así también se ocupan del que ha obtenido la posición de la paz eterna, de la identidad con el espíritu universal, de la perfección. Sin embargo, algunas gentes llegan a saber algunos procesos ocultos de los grandes Santos y los practican, lo que les capacita para adquirir ciertos poderes ocultos, y ellos son extraviados al pensar que tienen eso por lo que se habían estado esforzando; se llaman a sí mismos como Raja yoguis, y se enredan en la ávida búsqueda de placeres materiales. Pero el que ha saboreado la felicidad pura de la vida eterna en Brahman está satisfecho siempre; el alma perfecta no desea honores mundanos.
Es imposible que el alma espiritualmente perfecta desee nunca ser llamada el preceptor o que haga a otros postrarse ante él o que espere que todos honren su palabra en todos los aspectos. El que obtiene el tipo de felicidad más elevado de la fuente de su vida, no tiene ningún interés en la felicidad material. Es la felicidad espiritual lo que hace a todos felices. Éstas son las cualidades externas que caracterizan al satyagrahin (el buscador de la verdad) iluminado.
13. El Tierno Corazón del Santo
El corazón de una madre está lleno de ternura, pero está limitada sólo a su hijo; pero el corazón del Santo es omninclusivo, sabe el "cómo" y el "dónde" del origen de cada uno y las vicisitudes por las que han tenido que pasar.
El Santo está lleno de conocimiento espiritual y de reposo pacífico, no le falta nada. Él practica su sadhana de tal manera que no es descubierto por otros; no emplea ninguna marca externa de santidad, y se viste de acuerdo al momento y al clima.
Al estar en contacto con el átomo, la primera causa del universo, él conoce su naturaleza completamente. El florecimiento es la naturaleza misma del núcleo de este átomo, y por consiguiente, el cambio y la diferenciación están obligados a estar ahí. Sabiendo esto bien, el Santo ni se regocija por los acontecimientos placenteros ni se deprime por los opuestos.
Él ha medido la profundidad del conocimiento del hombre común. Conoce su naturaleza de comienzo a fin. Sabe el cómo y el por qué de su mentalidad, y también la inutilidad de sus logros y fracasos. Las necesidades del cuerpo instan a la criatura a adquirir medios de sustento, pero la codicia por éstos hace que la criatura los persiga hasta el punto de la inutilidad, y todo esto sin la menor idea de lo que espera en la vida futura. Lo que la criatura estima esencial y se esfuerza por adquirir, el Santo sabe que es completa basura.
El Santo no es nunca una víctima de las pasiones. La vida es una mezcla de pasiones y emociones; el Atman, el origen de las pasiones y emociones, es el núcleo mismo de la visión del Santo, cuya naturaleza él conoce completamente. Él conoce sus actividades y variedades de manifestación, así como sus consecuencias. El principio de la vida es el principio de los sentimientos, las pasiones y las emociones. Los deseos y las pasiones engendradas en este principio son sólo experiencias emotivas, no tienen ninguna sustancia en ellas; sin embargo, la pobre criatura piensa que ellas son de gran significación en su vida, abraza los deseos básicamente inútiles, se entrega al goce de los sentidos y corre tras ellos irremediablemente.
La madre, con sinceridad pero en la ignorancia, alimenta las raíces de la miseria, mientras que el Santo, con la misma intensidad, las desenraíza. El Santo sabe mucho mejor dónde está el bienestar de las gentes que la madre de su hijo. Por eso es por lo que se dice que el corazón del Santo es benigno.
14. La Devoción a Balakrishna y su Cuidado
Durante el proceso de Bhakta, Bhajan y renunciación, la experiencia de la inmensidad de Dios crece, pero cuando la visión deviene más frecuente, se estrecha día a día. Aquí visión y conocimiento son idénticos. En cualquier nombre y forma que Dios sea propiciado, en ese nombre y forma él se presenta. Las diversas formas y nombres están tejidos en las oraciones e himnos y son cantados por el hombre común.
El devoto por su firme determinación, y Dios por su fascinación por la devoción, son atraídos entre sí y en el momento en que se encuentran cara a cara se funden; el devoto pierde su consciencia fenoménica automáticamente, y cuando vuelve encuentra que ha perdido su identidad, la ha perdido en la de Dios y no puede nunca estar separado de nuevo; Dios por todas partes y ninguna identidad separada.
El creador, gozador y destructor de todos los nombres y formas, el controlador de todos los poderes, está revelado ahora; éste es Dios, el Sí mismo, Auto-luminoso, Autoinspirado y Auto-consciente. Aquí es donde se originan los gunas primordiales. Aunque atómico en carácter, él tiene en él el poder absoluto de hacer lo que quiere, de acuerdo con el carácter emotivo de los gunas, y de tomar cualquier forma. Éste es el centro atómico, la energía atómica, la causa primera y última del universo.
El Dios de dioses, el alma de lo móvil y lo inmóvil, el omnipresente, llamado Brahman, el amado de los Bhaktas, el océano de amor y devoción nace aquí. Éste es Adinarayana, que reside en los corazones de los devotos; los Santos le llaman Balakrishna (el niño Krishna), puesto que en el comienzo se ve que él es el átomo de los átomos. Por naturaleza, él es la inocencia encarnada. Él es fácilmente movido por las emociones y deviene muchos (inmenso), de acuerdo con la dirección tomada por las emociones. La naturaleza de la expansión es determinada por el exceso de uno u otro de los tres gunas. Él se manifiesta mediante cada uno de los tres gunas en momentos diferentes en un espíritu imparcial. Como los Santos están estrechamente familiarizados con él, saben a qué guna inducirá en un momento dado y que consecuencias tendrá, y, por consiguiente, le disuaden del exceso de su naturaleza. El exceso de crecimiento en cualquier guna es peligroso. El guna Sattva es absolutamente bueno, y sin embargo incluso eso es dañino cuando se hipertrofia; Rajas es inquieto y dominante, mientras Tamas es ciego y arrogante. Sabiendo esto bien, el hombre sabio mantiene su alma lejos de los efectos de los gunas, y por consiguiente, la energía del alma permanece intacta y se desarrolla en la dirección correcta.
Satisfacer los diferentes deseos aumenta el gusto por ellos, y la sed por el goce disminuye lentamente el poder del alma en grados imperceptibles; pero cuando, poniendo a un lado la tentación de los gunas, el devoto encuentra su alma pura, acoge diligentemente su educación con amor y sinceridad; sólo cuando la devoción es sostenida se realiza el Atman. Él es visto como un niño en el amanecer de la victoria, y por consiguiente se le llama el niño de la victoria.
El Bhakta está alerta para no permitir que sea contaminado por el ansia de los placeres sensoriales; cuanto mas firme es en su naturaleza, más grande deviene el poder y la fuerza del alma, y, por consiguiente, los Santos no le permiten que pierda su estabilidad. El punto crucial de su educación está en mantenerla firme, no desviada por la presencia de los gunas. Si la ganancia espiritual del alma es eclipsada por los deseos de los sentidos, ella es sacudida hasta sus mismas raíces. Es difícil mantener los gunas en reposo, y por eso los Santos aconsejan estabilizarse en el conocimiento del Sí mismo.