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Isabel de la Trinidad

Isabel de la Trinidad

Isabel de la Trinidad (1880-1906), de nombre secular Élisabeth Catez y conocida también como Isabel de Dijón, fue una religiosa y mística francesa de la Orden de los Carmelitas Descalzos.

Catez nació en la base militar de Avord, en la comuna francesa de Farges-en-Septaine (departamento de Cher), primogénita del capitán Joseph Catez y de Marie Rolland. El padre de Élisabeth murió de repente cuando ella apenas tenía siete años.

La pequeña “Sabeth”, como la llamaban cariñosamente, tenía un temperamento muy vivaz. El día de su primera comunión (1891) visitó por primera vez el Carmelo de Dijon, situado a doscientos metros de su casa. La priora de la comunidad le explicó que su nombre en hebreo significa Casa de Dios. Años después, comentó que aquello le impactó, y marcó su camino espiritual. Desde entonces, Isabel se volvió más pausada y tranquila, y empezó a tener una comprensión más profunda de Dios (sobre todo de la Santísima Trinidad) y del mundo.

A pesar de su viva inteligencia, la joven Isabel recibe una cultura general deficiente, pero está muy dotada para la música y gana un primer premio de piano a los 13 años. Tiene un alma sensible a la música y la naturaleza, hermosuras que le refieren siempre a Dios, en las que ve reflejada la armonía del Creador.

Isabel al piano

Isabel desea ser carmelita, pero su madre se lo prohíbe hasta los 21 años. Leyendo a Santa Teresa, siente una gran sintonía. Comprende que la contemplación es dejarse obrar por Dios, que la mortificación ha de ser interior y que la amistad es una actitud de anteponer tus intereses a los de la otra persona. También le ayudó mucho la lectura de la Historia de un alma, donde la joven Teresa de Lisieux, recién fallecida, la impulsó en el camino de la confianza en Dios.

Pese a la fuerte oposición de su madre, Isabel rechazó numerosas propuestas de matrimonio, y decidió ingresar en el convento de las Carmelitas Descalzas en Dijón, el 2 de agosto de 1901, adoptando el nombre de Isabel de la Trinidad. Ella decía: “Encuentro al Señor en todas partes, tanto lavando la loza como cuando estoy rezando”.

El rasgo dominante de su carácter fue la sensibilidad, y su libro favorito «El Alma de Cristo», un libro anónimo del siglo XIV, que sería empleado también por san Ignacio de Loyola.

Isabel eligió como lema: «Dios en mí, yo en Él». También adoptó el nombre de Isabel de la Trinidad, subrayando así su pertenencia y su conexión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. En sus cartas, los llamaba «los Tres». Al final de su vida, se refería a sí misma como Laudem Gloriæ «alabanza de su gloria», que encontró en las cartas de san Pablo y con la que se identificó plenamente, hasta el punto de que al final de su vida firmaba sus cartas simplemente como: «Alabanza de la Trinidad», omitiendo su nombre.

Catez solía decir:

«Creo que en el cielo, mi misión será atraer a las almas ayudándolas a salir fuera de sí mismas, a fin de que se aferren a Dios con tal solo un movimiento simple y cariñoso; y mantenerlas en ese silencio fructífero que permite a Dios comunicarse con ellas y transformarlas en Él mismo».

En una carta dirigida a la priora del convento de Dijón, le decía a la madre Germana: “Déjate amar. Él te ama así, tal como eres. No temas, confía, pues nada se antepone al amor de Dios para contigo, ni tus propios pecados”.

Isabel de la Trinidad murió a los veintiséis años, en el monasterio de Dijón, a causa de la enfermedad de Addison, que a inicios del siglo XX no era curable todavía. A pesar de que su muerte fue dolorosa, Isabel aceptó de buena gana ese sufrimiento que, para ella, era un regalo de Dios. Sus últimas palabras fueron: “Voy a la Luz, al Amor, a la Vida”.

Su oración más conocida es: “Dios Mío, Trinidad que adoro”, oración que externa su amor a la Trinidad.

Su vida y escritos tuvieron una difusión sorprendente. Estos son: sus Diarios, las Cartas, sus Poemas (reflejo de su alma, pero de poca calidad literaria), unas Oraciones entre las que es célebre su elevación a la Santísima Trinidad, y los siguientes escritos: El cielo en la fe, que anima a vivir el cielo en la tierra adorando a Dios en fe y amor, a su hermana Guita, casada y madre; Grandeza de nuestra vocación, Últimos ejercicios y Déjate amar (dedicado a su priora).

Recursos

Recursos externos:

Publicaciones:

Doctrina y espiritualidad de santa Isabel de la Trinidad (BAC)

Obras completas de Santa Isabel de la Trinidad (BAC)

Obras de Isabel de la Trinidad (Carmelo Teresa Juan)

Isabel de la Trinidad: Bibliografía (Biblioteca Teresianum)

Libros en Amazon

Libros en Editorial de Espiritualidad

Libros en Editorial Monte Carmelo

Artículos y textos:

Santa Isabel de la Trinidad (caminando-con-jesus.org)

Isabel de la Trinidad, Beata DC (mercaba.org)

9 de noviembre: santa Isabel de la Trinidad, la monja que se encontró con Dios lavando los platos (alfayomega.es)

Escritos de santa Isabel de la Trinidad (cipecar.org)

A Isabel de la Trinidad en el primer centenario de su nacimiento (revistadeespiritualidad.com)

La Doctrina Espiritual de Sor Isabel de la Trinidad (Traditio)

La habitación de la Trinidad (contemplativos.com)

Isabel de la Trinidad y Teresa de Jesús (portalcarmelitano.org)

Santa Isabel de la Trinidad, virgen carmelita (religionenlibertad.com)

Otros recursos, vídeos:

El silencio en la vida interior, en sta. Isabel de la Trinidad (Totus tuus Cor Immaculatum Mariae)

Sor Isabel de la Trinidad (Video-Meditación) (Carmelitas Descalzos Argentina)

Vídeos en Carmelitas Descalzos América Central

Vídeos en Cantos Carmelitanos

Webs, enciclopedias y redes sociales:
Web: Elisabeth de la Trinité
Wikipedia: Isabel de la Trinidad (es)