Libros - Jaideva Singh

Shiva Sutras
El yoga del reconocimiento de la identidad con el ser supremo

Los Shiva Sutras son considerados una obra revelada por el mismo Shiva. Trata sobre la identidad entre el ser individual y el Ser primordial.

Esta obra fundamental del pensamiento hindú está constituida por los sutras y el erudito comentario Vimarshini de Kshemaraja, los cuales contienen la milenaria doctrina durante tan largo tiempo secreta del sistema filosófico denominado shaivismo de Cachemira. La escritura de los sutras data de los siglos VIII o IX d.C. y el comentario de Kshemaraja del siglo X d.C.

Todo ello está traducido por Jaideva Singh, quien añade abundantes notas explicativas y su exposición sobre los aspectos principales de cada sutra.

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Introducción a la primera edición española

El shaivismo advaita de Cachemira es una filosofía monista que “ocupa un puesto prominente entre las escuelas filosóficas de la India. No está, sin embargo, encuadrado entre los seis sistemas ortodoxos o sad darsanas. Está basado principalmente en obras consideradas provenientes de la revelación o, al menos, de la inspiración de la Divinidad —los âgamas, entre ellos, los Shiva Sûtras— y no en la sola actividad del intelecto humano. El sistema shaiva posee, no obstante, otra literatura complementaria que establece las doctrinas del sistema y sus interpretaciones de manera lógica.

Esta filosofía pone las bases para que el individuo se encamine hacia la realización del Ser, es decir, para que se enfoque en transcender al “pequeño Ser” que siempre ha creído ser y así pueda llegar a reconocer su propia y verdadera naturaleza, oculta tras el tupido velo de la ignorancia, de tal manera que ese ente individual se sienta en condiciones de afirmar con total certeza que “él, el cosmos y el Ser son uno y lo mismo”, pues lo ve todo como una extensión de la Conciencia Divina. Se trata de que él, entonces, perciba inequívoca, plena y permanentemente que su aparente sencillez y contingencia (en sentido escolástico) esconden, en realidad, al Gran Ser necesario (en sentido escolástico también) que es pura Conciencia que penetra y empapa todo el universo, el cual es Él mismo como energía/materia o, dicho de otro modo, como Conciencia condensada.

No obstante lo dicho al final del primer párrafo, este sistema entiende que el razonamiento lógico, función excelsa del intelecto, puede llevar al ser humano a cierto estimable nivel de realización personal, pero que el Ser por antonomasia no puede ser realizado por medio del intelecto ni del conocimiento derivado del saber humano, por muy elevados niveles que éstos alcancen, incluso en el campo espiritual. Tal realización sólo se logra cuando, dimanado de una de las funciones de la Divinidad, la persona recibe un don: la Gracia. Así que la filosofía de la India, en general, más que preparar para comprender racionalmente a la Realidad Última, trata de capacitar a la persona para que perciba esta Realidad experimentada por aquellos que han alcanzado la realización del Ser, la Realización de Dios, y la incita a que busque tal percepción, tal experiencia. Por ello, podríamos decir que el shaivismo se ocupa en poner los cimientos para que el hombre, que ya posee el ala de su voluntad, utilice el enfoque de ésta a fin de intentar atraer sobre sí la otra ala del favor divino, absolutamente necesario para, con la suave facilidad de un pájaro, poder remontarse a las alturas y surcar los cielos de la experiencia personal directa, y así llegar, mientras aún se halla en un cuerpo físico, a la fusión plena y definitiva con la Divinidad.