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Libros - John Martin Sahayananda

¿qué es la verdad?

¿Qué es la Verdad?

La fuerza y generosidad de los ensayos del Hermano Martin manan de una profunda interiorización espiritual y psicológica, que busca revelar la Verdad primordial. Eluden los estrechos límites que a veces marca el pensamiento cristiano, apuntando a una visión que abarca todo el desarrollo de la evolución espiritual de la humanidad.

El propósito del Hermano Martin es tambalear nuestra auto complacencia, apuntando hacia una comprensión de lo que significa en realidad la vida de Jesucristo, e invitando también a emprender el viaje.

John Martin, Sahayananda es monje benedictino de la orden de Camáldoli. Director espiritual del ashram de Shantivanam, en India, y una voz autorizada en el diálogo entre hinduismo y cristianismo. Viaja regularmente a Europa, donde enseña un modo original de espiritualidad, que va más allá de la religión, y aúna la visión de lo sabios indios y el mensaje revolucionario de Cristo.

Detalles del libro:
  • Nº de páginas: 210
  • Encuadernación: Rústica
  • Formato: 15 x 21
  • ISBN: 978-1091859080
  • Pedidos a: pequenatierra@gmail.com

Del Prólogo:

Dios es un misterio, más allá de todo nombre y forma. Todo lo que en realidad podemos decir acerca de Dios es neti, neti, esto no, aquello no.

Las teologías apofáticas, o negativas, también se conocen en Europa. Santo Tomás de Aquino dijo: sabemos que Dios es, pero no sabemos qué es Dios. Pero esto no ha impedido que la gente intentara hablar acerca de Dios. Podemos no ser capaces de conocer a Dios pero podemos experimentar a Dios, porque Dios es la base más profunda de nuestro ser. Estamos en Dios y Dios está en nosotros. La experiencia siempre busca expresarse. Esto ocurre en gran medida por medio de símbolos, historias, parábolas y demás narrativas. Desgraciadamente, la escolástica teológica tradicional persigue la claridad conceptual, y en este proceso pierde una visión verdadera de Dios. Los teólogos escolásticos se inspiraron en Aristóteles, que basó su metafísica en su física, o el conocimiento del mundo material. Podemos conocer este mundo por medio de nuestros sentidos y por medio de conceptos que nuestro intelecto abstrae de ellos. Cuando tratamos de proyectar estos conceptos abstractos en las realidades metafísicas, resultan bastante inadecuados. Se habla de analogía, pero analogía es solo una proyección ciega. Apenas nos puede aportar conocimiento de lo que trasciende nuestros sentidos. Por eso los místicos utilizan a menudo símbolos evocadores, para evocar a quienes les escuchan no necesariamente conocimiento sino experiencia. Tal vez se puede hablar de conocimiento experimental.

Los teólogos escolásticos proyectaron en Dios su percepción de humanos fabricantes de diversos objetos, como un alfarero que hace vasijas. Así vieron a Dios como el hacedor del mundo, estando el mundo fuera de Dios. Por supuesto, decían que Dios lo había creado de la nada. Un mundo que existe y funciona por sí mismo, fuera de Dios, puede finalmente hacer lo mismo sin Dios, como un reloj que funciona sin el relojero. Así es como Europa se ha secularizado, aferrándose al reloj y manipulándolo, ignorando a la vez al relojero.

Las tradiciones india y china (taoísta) vieron las relaciones entre Dios y el universo en unos términos más orgánicos. Hubo corrientes, como algunas escuelas tántricas, que vieron el mundo solo como una emanación de Dios. El mundo entonces es tan solo algo irreal, una ilusión. Pero grandes pensadores como Sankara y Ramajuna vieron las relaciones entre Dios y el mundo como no-duales, o advaitas. Dios y el mundo no son uno ni dos, sino no-dos, negándose así el monismo y el dualismo. Mientras Sankara ve las realidades mundanas como olas en el océano, Ramanuja ve al mundo como el cuerpo de Dios. Dios y el mundo están vinculados internamente, de modo que se puede decir que son uno en el ser; aun así el mundo se distingue, aunque depende de Dios, por lo que se les puede considerar dos, son no-dos. Esto es un misterio que no se debería pensar, sino experimentar. Ha atraído siempre a místicos de todas las tradiciones. Swami Abhishiktananda (Henri Le Saux) y Swami Dayananda (Bede Griffiths) fueron dos de estos místicos, e hicieron del ashram de Shantivanam, en el Sur de india, su hogar.

El Hermano John Martin es discípulo de ambos y se incorporó a esta tradición espiritual-mística. El libro que tienes en tus manos trata sobre este conocimiento experimental. Es una recopilación de reflexiones, relatos, parábolas y poemas. Es evocador y estimulante. En una primera lectura podría parecer extraño a los lectores asentados en la teología tradicional escolástica. Pero si paras de pensar y comienzas a orar, puedes lograr experiencia y comprensión interna. Este libro no es una tesis académica sino un preámbulo a la experiencia. Hay que leerlo no de manera conceptual sino con una imaginación simbólica anclada en la experiencia vital de lo divino.

Nuestra garantía para esta vision advaita es Jesucristo, el Buen Hombre. Él no solo alcanzó la unión advaita sino que la compartió con todos los humanos (cf Jn 17.21). San Pedro, seguido de san Ireneo y san Atanasio, nos habla de nuestra participación en la naturaleza divina. Los padres griegos hablaron del proceso de salvación como una divinización. La Iglesia latina dejó a un lado de manera silenciosa esta tradición. Su mentalidad legalista no conjuga con la visión mística. La teología escolástica también fue incapaz de llegar a realidades tan trascendentes.

Pienso que es tarea de la Iglesia en India redescubrir y volver a expresar con claridad estas visiones divinas. Esto es posible gracias a nuestro diálogo que mantenemos con la tradición hindú. Por tanto la bienvenida de todo corazón al libro del Hermano John Martin. Como es un esfuerzo pionero cualquier afirmación puede parecer provocativa, pero sed pacientes y centraos en la experiencia y en la visión. Imaginad que en Jesús también nos hemos convertido en dioses. No tendréis palabras para expresar esta experiencia. Así comprenderéis mejor los esfuerzos del Hermano Martin.

El Hermano Martin contempla la vida como un viaje de crecimiento hacia diferentes niveles de conciencia, que nos lleva a la experiencia de unidad e identidad con Dios. Jesús también recorrió este camino corno ser humano, aunque él fue uno con Dios en el ser de un modo que no lo somos nosotros. Así Jesús nos está invitando a llegar a ser como él. Este crecimiento de la conciencia implica también un crecimiento en el modo en que experimentamos y comprendemos a Dios. La historia humana y la historia de las religiones pueden seguir el mismo patrón. Incluso el secularismo puede jugar un papel en la ruptura de nuestras imágenes limitadas de Dios. Por esto el Papa Benedicto invitó a agnósticos a un encuentro de líderes religiosos en Asís (Italia). Las numerosas parábolas y relatos de este libro giran alrededor de la misma enseñanza.

Por último, lo importante no es que comprendas este libro de una manera meramente intelectual, sino que comiences a buscar esa experiencia de transformarte en divino. Que Jesucristo sea tu guía y que el Espíritu de Dios sea la fuerza transformadora.

Michael Amaladoss, s.j
Institute of Dialogue with Cultures and Religions
Chennai, India
8 de diciembre de 2011

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