Libros - Aliciah
La Sanación Silenciosa
La experiencia del despertar de Aliciah contada por Jai Arumi
La experiencia del despertar es una, pero se da de una manera diferente en cada ser humano que tiene la fortuna de rendirse a ella.
La experiencia del despertar realizada en Aliciah es prueba de que cualquier forma de vida puede ser o una celda o un camino hacia la libertad. Ella estuvo encerrada en la cárcel del sufrimiento hasta que, el mismo dolor, la llevó a la liberación.
Las creencias son murallas que erige el ego para protegerse. Hasta que no se derriban no podemos descubrir la grandeza que somos. El sufrimiento puede ser un gran aliado en el proceso de evolución y crecimiento, siempre que no luchemos contra él y aprendamos a soltarlo en el momento preciso.
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Aliciah tuvo un despertar espontáneo. Además de llevarla al silencio, la curó de las graves enfermedades que padecía. Tras un periodo de asimilación e integración de la experiencia vivida, Aliciah entrega su vida a lo que ella llama la «Sanación Silenciosa». En contacto con este «Silencio» que expresa con su presencia, su voz y sus manos, Aliciah nos ofrece la oportunidad de conectar con nuestra verdadera naturaleza.
Jai Arumi es periodista, escritora, maestra y creadora del Método ToBloom: La intuición aplicada a la acción.
Vídeos:
Entrevista con Aliciah y Jai Arumi (Editorial Kairós)
Presentación del libro "La Sanación Silenciosa" (SerLibreMente)
Detalles del libro:
Del Prólogo II
Durante años, el miedo y la culpa guiaron mi día a día. Apenas conseguía soltar un pensamiento de inseguridad, ya aparecía otro que me decía que no era adecuada, que había fallado o que no daba la talla. Estos pensamientos, y otros peores, se solapaban y se retroalimentaban en mi mente sin darme un segundo de tregua. Según lo veía por aquel entonces, lo único que yo podía hacer era aguantar aquel castigo que me iba quemando por dentro.
Sin ser consciente de ello, me dejaba arrastrar allí donde el sufrimiento me llevaba y, día tras día y noche tras noche, construía muros entre mi corazón y mi piel. No me soportaba, no quería pasar ni un solo minuto a solas conmigo misma.
El sufrimiento me atrapó muy joven. No recuerdo qué edad tendría cuando la luz se apagó para mí. No recuerdo cuándo dejé de ver la belleza de la montaña, ni la claridad del agua del río, ni el brillo de las estrellas. No recuerdo cuándo acallé el palpitar del bosque. No recuerdo cuándo olvidé que el amor solo bebe del alma.
Vivía tan sumergida en el dolor y el sufrimiento que, supongo, el silencio se compadeció de mí y una noche me abrió los ojos del corazón.
Es muy difícil relatar la experiencia que viví, solo puedo decir que ahora ya no miro, veo. Ya no escucho los pensamientos, solo oigo la voz de la realidad. Ya no quiero cambiar nada, solo rendirme a lo que acontece.
El despertar de aquella noche me desveló el amor que soy, el amor que somos todos. Hoy comprendo que la raíz del sufrimiento que me atenazó durante tantos años se alimentaba del desamor que sentía por mí misma. Hoy comprendo que para ser amados debemos convertirnos en amor.
Hoy no sé quién soy, y descubrirme instante a instante es una experiencia maravillosa.
Solo sé que, cuando llegas a ser nadie, te conviertes en todos y en todo.
Solo sé que, cuando te conviertes en todo, el espíritu inmortal se expresa en ti.
Solo sé que todo ocurre en el silencio, donde radica la verdadera libertad.
Solo sé que me hallo en el vacío.
Solo sé que mis sentidos, fundidos con el Ser, se llenan con el aliento de la vida.
Ya no me exijo ser una persona saludable y «normal», ya no soy una esclava de mí misma. La experiencia que he vivido me ha enseñado que la sanación ocurre cuando no rechazamos lo que sucede. Me ha enseñado que la curación surge de la quietud.
No saber nada me ha permitido salir de la ignorancia, y abrirme a la profundidad de mi mente consciente para acceder a lugares inconscientes.
La experiencia que he vivido me ha enseñado que el problema jamás fueron mis circunstancias vitales, sino la interpretación que yo hacía de ellas y el rechazo que sentía ante los acontecimientos que llegaban.
Ahora, libre de juicios, libre del pasado y del futuro, me reencuentro con la vida en el presente. Es desde este presente que quiero acompañar a las personas a descubrir su potencial sanador y creativo. No pido a nadie que me crea, solo que cada uno experimente por sí mismo y en sí mismo.