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Artículos - José Díez Faixat

Real e irreal

Entrevista sobre la consciencia

De Alicia Martínez a José Díez Faixat (Parte 4 de 4)

Respuestas de José Díez Faixat al cuestionario planteado por Alicia Martínez
para el libro la aventura de la consciencia

8.- La evolución de la consciencia.

8.1.- Consciencia auto-reflexiva.

A) ¿Por qué un universo compuesto exclusivamente de materia y energía ciegas habría de provocar el surgimiento de una experiencia interior, de la consciencia, que permitirá, precisamente, observarlo y comprenderlo?

Desde la perspectiva del monismo materialista resulta lógico plantearse la pregunta de cómo el universo material provoca el surgimiento de la experiencia interior, pero desde el enfoque no-dual las cosas se ven de otra manera. Dado que, por definición, la materia objetiva no puede originar la consciencia subjetiva, la experiencia interior debe estar presente desde el mismo origen de los tiempos. Por eso, habría que dar la vuelta a la argumentación: las circunstancias fenoménicas no son la causa del proceso evolutivo, sino que el proceso evolutivo es, más bien, la expresión formal de la emergencia paulatina de los sucesivos niveles del espectro de energía-consciencia presentes en el Arquetipo fundamental, que es "previo" al origen mismo del universo.

B) Una vez que la conciencia fue una opción para los organismos ¿por qué crees que acabó por imponerse? ¿por qué se seleccionaron por vía natural dispositivos cerebrales que eran capaces de generar conciencia?

Los mecanismos de selección natural, lejos de ser los generadores de las novedades evolutivas, son, más bien, los destructores de los organismos menos viables. La creatividad de la naturaleza tiene su fuente última en la simple y plena Autoevidencia siempre presente, que, a través del espectro potencial del Arquetipo originario, se despliega de forma secuencial, paso a paso, a lo largo de todo el proceso evolutivo. Cada uno de los sucesivos niveles va manifestando mayores cotas de lucidez y libertad, permitiendo, así, una progresiva capacidad de comprensión y acción de los organismos sobre sí mismos y sobre su entorno. Vistas las cosas así, el papel de la selección natural se limita a eliminar las opciones menos eficientes, pero, en ningún caso, a generar las sorprendentes novedades evolutivas.

C) ¿Puede existir algo así como la "individualidad" cuando hablamos de consciencia?

Hace un momento comentábamos el carácter holográfico de la manifestación evolutiva. Vamos a aclarar esto brevemente. Un holograma es un tipo de representación tridimensional, creado con la ayuda del láser, cuya característica más intrigante aparece cuando, al romper la placa holográfica, cada uno de los trozos resultantes, cada una de las porciones, contiene entera la imagen original. Es decir, cada fragmento no puede considerarse separadamente del conjunto, ¡cada parte es una expresión de la totalidad! Otra característica de los hologramas consiste en que cuanto menor sea el fragmento de placa utilizado, más borrosa será la imagen reconstruida, es decir, que se pierde definición, pero se mantiene la integridad de la imagen. Aplicando esta característica a la manifestación evolutiva, podríamos decir que cuanto más complejo sea un organismo dado, mayor será el grado de transparencia y claridad de su expresión de la imagen arquetípica originaria. La molécula, la célula, el primate o el ser humano contendrán, de este modo, la misma información total del origen, pero su diferencia consistirá en sus respectivas capacidades para captar y expresar esa plenitud que los subyace y los envuelve.

Con todo esto queremos sugerir que es el mismo Arquetipo originario el que se manifiesta evolutivamente tanto en el universo global como en todos y cada uno de los organismos individuales que lo constituyen. Es decir, que sí existen manifestaciones individuales de la energía-consciencia primordial, pero, en ningún caso, eso significa que existan yoes separados de los demás y del entorno, aunque, como ya sabemos, esa interpretación errada se da al atravesar determinados niveles del espectro evolutivo.

D) ¿Tiene sentido que como humanidad hablemos de un crecimiento del nivel de consciencia?

Como hemos visto, la consciencia pura del Arquetipo primordial está plena e inmutablemente presente de forma potencial en todo momento, pero su manifestación ―su actualización― en el espacio-tiempo se despliega evolutivamente, paso a paso, desde la práctica inconsciencia del origen, pasando por la subconsciencia de la vida animal o la consciencia del ser humano, hasta su expresión plena en el testigo final.

E) ¿Podría ser que este crecimiento, si lo hubiera, nos pueda llevar de la competencia a la cooperación? ¿apuntarías alguna dirección para ello?

Anteriormente, para definir las características básicas de los diferentes paradigmas que han ido surgiendo durante las etapas más recientes de nuestra historia, hemos utilizado las expresiones "cromáticas" propuestas por D. Beck y C. Cowan en su Spiral Dynamics, a partir de las investigaciones pioneras de C. Graves. Los tres últimos vMemes que han emergido en los últimos siglos se han desplegado, básicamente, durante la Edad Media ―azul―, la Edad Moderna ―naranja― y la incipiente Edad Postmoderna ―verde―. Los temas básicos de estos vMemes son los siguientes:

Azul: Fuerza de la verdad. Pensamiento absolutista. Certidumbre. Existencia ordenada por un código divino. Reglas. Normas. Tradiciones. Obediencia. Disciplina. Culpa. Autosacrificio. Recompensa diferida. Orden. Estabilidad. Conformismo. Cultura sociocéntrica. [Reinos medievales. "Feudalismo".]

Naranja: Impulso de lucha. Esfuerzo. Pragmatismo. Empirismo. Positivismo. Cientifismo. Estrategia. Competencia. Dinamismo. Crecimiento. Éxito. Resultados. Logros. Libre mercado. Bienes materiales. Consumismo. Individualismo. Autonomía. Control. [Estados nacionales. "Capitalismo".]

Verde: Vínculos humanos. Comunidad. Colaboración. Solidaridad. Asociacionismo. Construcción de consensos. Relativismo. Pluralismo. Multiculturalidad. Yo sensible. Comunicación emocional. Sentimientos. Igualdad. Sentido de la injusticia. Derechos humanos. Feminismo. Conciencia medioambiental. Sostenibilidad. Ecología.

En esta pregunta se plantea si el crecimiento en el nivel de consciencia nos puede llevar de la competencia a la cooperación. Acabamos de decir que el paradigma de la Edad Moderna giró en torno, precisamente, de la competencia, y que el correspondiente a la emergente Edad Postmoderna girará, precisamente, en torno a la colaboración. La respuesta es clara: el paso de un modelo hacia el otro sucederá de forma natural, como una expresión espontánea de la emergencia o actualización de los sucesivos niveles potenciales del Arquetipo originario, tal como ha sucedido a lo largo de la evolución y de la historia.

El paradigma azul se centraba en la vida ordenada hacia la trascendencia, el paradigma naranja en la generación de riqueza de forma individualista y el paradigma verde en la sensibilidad pluralista, solidaria y ecológica. Parece que tendremos que esperar a la emergencia de los vMemes amarillo y turquesa en los próximos siglos para poder integrar de forma armónica las aspiraciones trascendentes, la creación de riqueza y la solidaridad universal. Estas serán las características de estos futuros paradigmas:

Amarillo: Flujo flexible. Integración de procesos. Pensamiento sistémico. Complejidad. Interdependencia. Redes colaborativas. Realidades múltiples. Sistemas abiertos. Aceptación de la incertidumbre. Mentalidad interrogativa. Curiosidad. Indagación. Flexibilidad. Utilidad. Funcionalidad. Espontaneidad.

Turquesa: Visión holista. Síntesis global. Mundo caórdico (caótico-ordenado). Realidad fractal. La vida como despliegue de holoarquías. Dinámica espiral. Múltiples niveles entrelazados en un sistema consciente. Comunión con el todo. Comprensión de la armonía universal. Conciencia colectiva. Conexiones holográficas. Mentalidad transpersonal. Espiritualidad cósmica.

Ya podemos empezar a preparar el camino.

F) ¿Qué sentido podría tener que no estemos usando el nivel de consciencia que hemos alcanzado para asegurar la supervivencia de nuestra especie y la del planeta en el que vivimos?

Habiendo investigado el ritmo en el que emergen los sucesivos niveles del espectro de energía-consciencia a lo largo de la evolución y de la historia, todo parece indicar que, actualmente, estamos comenzando a desplegar el vMeme verde y que, a buen seguro, el proceso durará más o menos un siglo hasta que pueda estar extendido de forma generalizada en el planeta. Pensar en utopías se puede hacer en un instante, pero las transformaciones evolutivas en el mundo real necesitan un poco más de tiempo... ¡incluso en esta etapa vertiginosa de la historia en que nos ha tocado vivir!

G) ¿Hasta qué punto la humanidad es consciente, hasta qué punto es dueña de su propio destino? ¿Sabe a dónde quiere dirigirse?

La humanidad está siendo desde hace dos millones de años la punta de la flecha de la evolución. Las grandes novedades evolutivas durante todo este tiempo han tenido lugar en y a través de los seres humanos. A cada paso, ha ido creciendo paulatinamente la comprensión de nuestro papel en todo este proceso y, con ella, nuestra capacidad de participación consciente en la dinámica evolutiva. Esto, en la era moderna, se ha interpretado de forma egocentrada, atribuyendo a unos presuntos yoes separados y autónomos la autoría de las decisiones y los hallazgos, considerando, así, que los seres humanos son libres dueños de su destino.

Desde nuestro punto de vista, la realidad profunda es muy diferente. No existen tales yoes separados y autónomos, capaces de decidir libremente sobre su destino, sino que todos los organismos cuerpo-mente no son sino las expresiones formales de un flujo subyacente de energía-consciencia que se proyecta holográficamente, de instante en instante, en y como la totalidad universal y cada una de sus partes. Todo sucede espontáneamente. Por sí solo. La meta del proceso no es, en ningún caso, una decisión autónoma de los seres humanos, sino que ya está definida desde el mismo instante originario, pues, al igual que para que suceda una corriente eléctrica es necesaria la presencia previa de un polo negativo ―cátodo― y un polo positivo ―ánodo―, para que tenga lugar el flujo evolutivo de la energía-consciencia es obligada la existencia previa de la polaridad Alfa-Omega, fuente y término respectivamente de todas las existencias individuales y universales.

8.2.- Consciencia no humana.

A) Si la consciencia emerge de la materia insensible, entonces ¿en qué etapa de la evolución ha ocurrido esto? ¿Dónde trazamos la línea entre las criaturas que son conscientes y las que no lo son?

Esta pregunta deberían responderla los defensores del monismo materialista. No es mi caso. Desde el enfoque no-dualista, como hemos visto, no hay una línea separadora entre las criaturas conscientes y las que no lo son, por la sencilla razón que la energía-consciencia es la realidad última de todos los organismos, al margen de la mayor o menor capacidad de cada uno de ellos de actualizar la omnipotencialidad de su fundamento.

9.- Totalidad.

A) ¿Qué opinión te merece la posibilidad de la existencia de una totalidad única como fundamento de la realidad?

Todas las respuestas de esta entrevista se han realizado desde la perspectiva no-dualista integral. Así, una y otra vez, hemos hablado de la simple y diáfana Autoevidencia siempre presente como la realidad absoluta, "previa" a su dualización aparente como la polaridad básica de energía-consciencia, fuente y término tanto de la dinámica evolutiva universal, como de todos los procesos de desarrollo individuales.

Se plantea, pues, que el fundamento último de la realidad es un Vacío autoluminoso que se manifiesta holográficamente en el mundo de las formas como la totalidad universal y, simultáneamente, como cada uno de los seres individuales que la integran. Es decir, que el fundamento originario es "previo" a la diferenciación del todo y las partes, pues, ambos, son ámbitos simultáneos de su expresión formal. El énfasis en el aspecto de totalidad puede conducir a planteamientos totalitarios, del mismo modo que el énfasis en la individualidad puede abocar en planteamientos individualistas. Esas visiones sesgadas olvidan la Fuente común de ambos ámbitos.

10.- La consciencia ¿Un punto de encuentro?

A) ¿Crees que las neurociencias deberían tener en cuenta aspectos nuevos sobre la consciencia que hasta ahora no se están considerando, como son el entrenamiento de la atención, la introspección, el silencio mental, la posibilidades de estados más sutiles de la consciencia de los considerados hasta ahora?

Es obvio que cualquier científico serio debería afrontar todos los retos que se presenten en la investigación, por difíciles que sean, intentando encontrar respuestas a los interrogantes que se vayan planteando en el camino... aunque para ello tenga que romper con los estrechos límites del viejo paradigma en el que estaba instalado. De la confrontación honesta entre perspectivas complementarias, exteriores e interiores, puede brotar, espontáneamente, la chispa unificadora y creativa.

B) ¿Cómo crees que podría materializarse este diálogo de perspectivas? ¿con qué herramientas?

Como esta pregunta es similar a la 4-F, voy a contestar lo mismo que entonces:

Para iniciar el camino hacia una perspectiva integral deberá ser necesario ampliar el campo de datos, fenómenos o experiencias a tener en cuenta, es decir, no limitarnos al mero ámbito exterior-objetivo, sino incluir también el interior-subjetivo. Si la característica básica de los datos consiste, simplemente, en el hecho de manifestarse inmediatamente ante la consciencia como una aprehensión directa, parece que no debería haber mayor problema en realizar esta ampliación, dado que es obvio que no sólo experimentamos sensaciones y percepciones, sino también ideas y conceptos, así como intuiciones y aprehensiones espirituales. Para verificar ―o refutar― los datos aportados en el ámbito interior, bastará con ser tan rigurosos como lo ha sido la ciencia empírica clásica, tanto en el aspecto preceptivo inicial, como en la experiencia directa e inmediata de los datos, así como en la confirmación de los resultados por parte de la comunidad de expertos en cada campo concreto.

© 2020 José Díez Faixat

José Díez Faixat (1952, Gijón-España) es un filósofo e investigador de la consciencia. Arquitecto de formación, participó en la creación de la comunidad rural de Mas Roger, España, proponiendo una forma de vida alternativa, no violenta, ecológica, simple y espiritual. Sus estudios de investigación combinan las grandes tradiciones de sabiduría con la física teórica. Como resultado de todo esto, escribe dos libros en español: Entre la evolución y la eternidad (Barcelona, 1996), y Siendo nada, soy todo (Madrid, 2007). Acaba de terminar su primer manuscrito en inglés, Nondual Evolution (Evolución No-Dual), en el que completa y actualiza su larga investigación. / Más info