Artículos - Ráphael
La Verdad sin relación
Por RáphaelA - Me da la impresión de que Sankara presentó dos órdenes de realidad: Brahman y maya.
R - No son exactamente dos órdenes de realidad. Hemos dicho que es real únicamente lo absoluto, y lo único absoluto-constante es Brahman. Los sueños, por ejemplo, para quien se despierta, desaparecen por completo, se resuelven sin dejar ningún rastro.
A - En todo caso: ¿cómo podemos reconducir el mundo empírico a Brahman? O sea, ¿cómo resolver la conexión entre ellos? Si maya es distinta de Brahman, hay que encontrar la causa de su origen. Si no es distinta, entonces es una producción de Brahman y, en este caso, el efecto ha de ser tan real como su causa. En consecuencia, como puede usted ver, el mundo es real-absoluto.
R - Si nos encontráramos ante dos realidades distintas, naturalmente surgiría el problema de su conexión y de la relación entre ellas, además de establecer cuál de las dos debería ser considerada como primera. Pero en nuestro caso no nos encontramos con dos realidades distintas (las dos dualidades distintas constituyen, en cambio, la problemática de los dualistas), por lo tanto, este problema no atañe al Advaita.
La relación entre los dos datos en cuestión es parecida a la que se da en el estado de los sueños, cuando se quiere encontrar la conexión entre el sueño-proyección y la mente-sustrato. Los sueños no son más que un continuo-discontinuo que se recorta sobre la pantalla de la mente y, al despertar, desaparece como neblina disipada por el viento. Por esto, el universo empírico no es otra cosa que un continuo-discontinuo que se irradia sobre la pantalla de Brahman.
A - Al no existir dos órdenes de realidad, debemos concluir —como decíamos con anterioridad— que el universo o la realidad empírica (efecto) es una producción de Brahman (causa), por lo que el efecto ha de ser de la misma naturaleza que la causa y, por tanto, el efecto es real-absoluto.
R - Un efecto, aunque es de la misma esencia que la causa, no es la causa en sí; del mismo modo, una montaña construida durante el ensueño de la mente, o bien ideada en el estado de vigilia, no es la mente entera. Decimos que la montaña es un momento conciencial de la mente, pero la mente es algo más; la montaña va y viene, pero la sustancia mental permanece; la montaña es sólo una de las indefinidas potencialidades o posibilidades expresivas de la mente. Así pues, la mente universal ha proyectado todo este mundo empírico que, aunque pertenece a la misma esencia, no es la mente universal en su totalidad.
Anteriormente hemos dicho que el Principio-semilla ishvárico (1) contiene indefinidas expresiones de vida que constituyen solamente momentos vitales de la Semilla-principio. La arcilla es más que una mera vasija, como la sustancia electrónica es más que un particular elemento físico espacio-temporal. De aquí los distintos grados de verdad-realidad de los que ya hemos hablado. El universo con forma no es otra cosa que la representación de indefinidos marcos-sueños del gran Soñador cósmico; notas vibrantes del gran Músico universal; esbozos, desarrollos y coloraciones del gran Pintor; geometrías de puntos y volúmenes del Geómetra principial. El error reside en considerar el momento conciencial proyectivo como lo absoluto en sí. El error es pensar que el propio momento conciencial humano, con su forma (una de las indefinidas notas del gran Músico), constituye un absoluto, mientras que no representa —en el conjunto de las cosas— más que un mero abrir y cerrar de ojos que, comparado con la Semilla principial, carece de valor.
Un mago, dice Sankara, con su potencia mental, proyecta una soga, luego un individuo que se sube por ella, a continuación otro individuo que con un cuchillo mata a su compañero. Al observar este espectáculo, los espectadores se quedan pasmados y estremecidos (existen algunos faquires-magos que dan espectáculos de este tipo). Finalmente, como neblina disipada por el viento, el marco-imagen se desvanece y se puede observar al faquir sentado tranquilamente en el suelo, completamente inmóvil. La realidad empírica es parecida a este marco-imagen, a este evento insustancial, a este movimiento que, en definitiva, no es sino movimiento aparente.
Si queremos aún extendernos sobre la maya, diremos que no es un ente sustancial, sino un dato evanescente, contradictorio, perecedero; la maya es una constatación de hechos por parte del individuo, y no una particular teoría para explicar el universo.
La maya es movimiento aparente, como es aparente el movimiento onírico. Además, no podemos buscar su causa, porque buscar la causa de los cambios en los cambios mismos nos conduciría a una reductio ad absurdum. Ese movimiento aparente desaparece de golpe al conseguir la realización del ser, del mismo modo, por ejemplo, en que la ignorancia empírica sobre un dato desaparece de un golpe con la consecución del conocimiento de ese dato. En este caso, esa ignorancia empírica no podía ser absoluta, ni un factor sustancial, ni podía tener una causa real, porque una causa real no puede producir un efecto irreal. (2)
A - Si la maya es, pues, un límite, concluyo que el ser se limita a sí mismo.
R - Volvemos al juego de la reducción al absurdo. Que tú llames límite, superposición, fenómeno, poder creativo, etc., a la maya no cambia nada; todo esto son nombres que, en realidad, esconden una cierta posibilidad operativa.
A - Comprendo, pero surgen dos consecuencias: este proceso operativo representa un panteísmo naturalista y, además, dado que Brahman se modifica en momentos-marcos, no constituye lo constante.
R - Esta tarde me alegra de que parezcas un auténtico buscador y no un crítico prejuicioso. Sigo tu conciencia y tu comportamiento y creo que, estimulándonos mutuamente, encontraremos algo.
El panteísmo, según la concepción filosófica, afirma que todo es naturaleza, que no existe un Ente trascendente y que todo es inmanente en sentido absoluto.
Ahora bien, ésta no es la visión del No-dualismo. Hemos dicho que un marco-imagen representa un particular dato espacio-temporal del principio; el principio permanece firme en sí mismo como el faquir-mago. Esta condición, por tanto, trasciende el fenómeno. En otros términos, el fenómeno-universo es un reflejo, una proyección de la Semilla-principio que permanece trascendente y no manifiesta. Por lo tanto, tenemos aquello que es manifiesto y objetivo y aquello que es no-manifiesto y subjetivo; aquello que aparece y aquello que permanece velado, aquello que es el fenómeno y aquello que es el noúmeno. Más que de un panteísmo, podemos, eventualmente, hablar de "panenteísmo". [Ver notas de Dennis Waite]
Hay que considerar, además, que este Principio-semilla universal es, a su vez, uno de los infinitos reflejos de Brahman nirguna que trasciende tanto el Principio-semilla como su consiguiente desarrollo proyectivo.
Por lo tanto, tenemos: la vida con forma, el Principio-semilla (fenómeno y noúmeno) y, finalmente, la raíz de ambos, lo Constante absoluto. No debemos confundir aquello que es forma, aquello que es vida y la raíz de ambas o, en otros términos, y para poder llamar de alguna manera a estos datos, Brahman nirguna, Brahman saguna y el mundo de los nombres y de las formas.
A - Puesto que la No-dualidad, Asparsa o Advaita, propugna la no-generación y la a-causalidad de todo, ¿cómo se concilia esta afirmación con lo que hemos dicho?
R - Aparentemente podría parecer una contradicción, pero no lo es. Con el término nacimiento se entiende un "emerger", un "surgimiento de una cosa, de algún lugar, para comenzar a ser". Por lo tanto, decimos que un individuo ha nacido en el sentido de que ha llegado a la existencia con una vida propia y autónoma.
Si observamos bien las cosas, el universo no ha "salido" de Brahman saguna para tener vida propia y absoluta. El universo o el ensueño cósmico es sólo una "modificación ideal" de la mente ishvárica, como los sueños nocturnos son un movimiento pensativo de la mente del soñador. Las imágenes-marcos del soñador no han salido de la realidad de éste a fin de concebirse como otra realidad autónoma y absoluta. La montaña de los sueños no es sino una idea hecha objetiva por la mente en sueños; el hielo no es otra cosa que una modificación del agua y nunca ha salido del agua para determinarse de modo autónomo y absoluto. El Principio no puede salirse de su naturaleza principial.
Planteado así el problema, no podemos hablar de nacimiento, ni del origen de algo, porque, en efecto, nada ha nacido, siendo Todo una mera modificación ideal de la Mente universal.
Notas de Dennis Waite (significado de las palabras con las que es posible que no esté familiarizado):
consciencial: adjetivo derivado de consciencia (relacionado con la propia consciencia en lugar de decir que una persona es "consciente");
ens: del Latín, que significa "algo que tiene existencia; un ser, una entidad en contraposición a un atributo o cualidad" (Wikipedia);
panenteísmo: la creencia o doctrina de que Dios es más grande que el universo y lo incluye e interpenetra, (en oposición a:
panteísmo: una doctrina que identifica a Dios con el universo, o se refiere al universo como una manifestación de Dios);
principial: de Principio; relacionado con el Principio, como Principio.