Artículos - Jim Dreaver
De la cima de la montaña a la plaza del mercado
Por Jim DreaverP: Cuando miro la situación mundial, siempre me parece tan desesperada que me dan ganas de salir corriendo, de refugiarme en un monasterio o en un ashram en alguna parte.
R: Pasar algún tiempo de retiro en monasterios o ashrams siempre es beneficioso, pero cualquier iluminación que encontremos allí debe ser traída al mundo. Tenemos que traerla de la cima de la montaña a la plaza del mercado, de lo contrario ¿de qué sirve? Cuando realmente nos fijamos en lo que está pasando en la política y los negocios, no es tan difícil de entender. En todos los países, en todas las ciudades y pueblos, hay grupos de hombres ―porque en su mayoría son hombres― que intrigan, manipulan y utilizan la fuerza o la violencia para promover sus propios intereses personales.
Mientras tanto, dentro de sí mismos viven en la oscuridad. Se han desconectado de la luz de la verdad que una vez conocieron cuando eran muy jóvenes. Ahora, sólo saben reflejar la luz, la luz brillante de los objetos caros, o de los artefactos religiosos, libros "sagrados", y credos investidos de significado arbitrario.
Están convencidos de que la "verdad" se encuentra en este tipo de objetos, y que sólo pueden encontrar la felicidad a través de ellos. Así viven en la ilusión, en su historia. Como resultado de esta identificación con su propia historia oscura, sufren una tremenda ansiedad y el miedo más profundo en su psique. A través de sus acciones deliberadas y maliciosas, infligen cantidades extraordinarias de sufrimiento a hombres inocentes, mujeres y niños.
P: Entonces, ¿qué puede hacer la gente común al respecto?
R: Despertar a la libertad interior es la única manera de salir de la ilusión. Despertar te libera de las garras del ego y de sus interminables miedos e inseguridades. Te conduce a la alegría de tu verdadera naturaleza, la alegría que no depende de los objetos o de la luz reflejada, sino de la luz que brilla dentro de ti, la luz que tú eres. Esta es la luz de la que Jesús hablaba cuando dijo: "Yo soy la Luz."
Es importante recordar que el despertar no tiene que ver sólo con tu propia felicidad y libertad. Cuanto más profundo te mueves dentro de la conciencia iluminada de tu verdadera naturaleza, más sientes tu conexión con el resto de la humanidad.
Entonces tu motivo para despertar se vuelve menos personal y más general. Te das cuenta de que cuanto antes una masa crítica de nosotros despierte a nuestra verdadera naturaleza, antes tendremos un mundo que trabaje para todos y para todo. Si tienes niños, personas, animales o cosas que amas entonces tener un mundo que sea un ambiente seguro, educativo y armonioso para todos nosotros se convierte en una verdadera prioridad. La enseñanza y la práctica son herramientas poderosas para llevarte al lugar donde la sabiduría y el amor se encuentran, donde la mente y el corazón se convierten en uno. A medida que más de nosotros encontramos esta unión dentro de nosotros mismos, entonces con independencia de que vivamos en un relativo anonimato, o mantengamos posiciones de liderazgo e influencia, hay un efecto acumulativo.
La atmósfera social comienza a saturarse con consciencia, y otros, aún no del todo despiertos, se dan cuenta de ello. Es hermoso cómo funciona.
Historias personales
P: Estoy sintiendo algo nuevo, que es el apego a las historias que me dirigen y que están detrás de mi sufrimiento. Quiero aprender más acerca de esto.
R: Hasta que no las veamos como lo que son, las historias personales que nos dirigen son muchas, y están muy arraigadas. Se necesita tiempo para descubrir nuestras historias y verlas como lo que son: sólo historias, con las correspondientes consecuencias emocionales en el cuerpo, pero sin ninguna realidad sustancial aparte de eso.
Hay historias de ambición y de privación, de necesidad y escasez, de deseo y lujuria, de avaricia y de hambre, de culpa y resentimiento, de tristeza y desesperación, de esperanza y anhelo, de amistad y traición, y así sucesivamente.
Estas historias suelen tener su origen en algún tipo de trauma personal o de abuso. Puede ser un acontecimiento psicológico o emocional que ocurrió una o muchas veces, o puede ser una ocurrencia física tal como una enfermedad, un accidente, o alguna otra calamidad. A veces, el acontecimiento psicológico/emocional también implica un trauma físico. De cualquier manera, fabricamos una historia (y una "persona" relacionada, la personalidad que proyectamos) acerca de lo que nos ocurrió, y que gradualmente ocultamos. Durante muchos años, la historia y el personaje se convierten en "nosotros", se convierten, literalmente, en lo que pensamos que somos.
Vamos a echar un vistazo más de cerca a algunas de las historias que nos contamos, las historias nos mantienen separados de la corriente de la vida, haciéndonos sentir, en algún grado, como víctimas de las circunstancias o de la vida misma. Aquí hay algunas, en versión reducida, sin toda la racionalización, justificación, o narrativa personal (que es simplemente más "historia"), que por lo general las acompaña:
- No soy digno.
- Soy/fui un niño maltratado, herido, abandonado.
- Nadie quiere estar conmigo.
- La vida es dura, injusta.
- La única manera de salir adelante es estafando a la gente.
- No se puede confiar en nadie.
- No administro bien el dinero.
- Me gustaría hacer tal y cual cosa, pero no la hago porque no estoy seguro de que tuviera éxito. Él/ella es mi única oportunidad para la felicidad.
- Necesito/debo tener esto o aquello (sea cual sea la creencia) con el fin de ser feliz. Estoy demasiado ocupado para tener tiempo para la auto-reflexión/meditación.
- Me parece que no puedo conseguir que mi mente se calle.
- Me estoy haciendo viejo. Es horrible.
- Realmente metí la pata.
- Estoy confundido/solo/depresivo/desgraciado.
- Estoy aburrido. Necesito algo nuevo e interesante para estimularme.
El personaje del que hablé anteriormente a menudo se convierte en parte de lo que los psicólogos llaman nuestra "sombra" o "yo-sombra" porque no tenemos conocimiento consciente de ello. Sólo más tarde, cuando se desencadenan o salen a la luz por algo que nos recuerda el acontecimiento original, experimentamos el drama asociado con la reactividad emocional y mental. Nos ofendemos, enojamos, o sentimos cualquiera de los otros tipos de emociones humanas: tristeza, soledad, depresión, culpa, y así sucesivamente.
¿Cómo atraemos la sombra hacia la luz, a la plena conciencia? Parece que sería necesario vivir en el mundo con una auténtica sensación de libertad y apertura.
La sombra, en la terminología de Jung, representa los aspectos inconscientes de tu comportamiento, las cosas que te dirigen sin ni siquiera ser consciente de ellas. La sombra asoma su cabeza en lo que se refieren a veces como "demonios". Los demonios personales pueden manifestarse de muchas formas y disfraces, como he indicado más arriba: miedo, envidia, celos, adicciones, culpa, duda de sí mismo, auto-juicio, depresión, desesperación, y las fobias de diversa índole.
La sombra es tu yo repudiado o rechazado. Cuanto más fuerte desees la libertad, y cuanto más cerca prestes atención a tus propios pensamientos, sentimientos, motivos e impulsos, más atraerás los aspectos de la sombra hacia la luz de la conciencia, donde puedas verlos. Y es en este ver, este cambio de percepción, que ocurre la curación.
Ves ―tu ira, por ejemplo― y miras la historia que te está contando por ejemplo, "¡Cómo se atreve esta persona a decirme o hacerme esto a mí!" Entonces respiras dentro de la sensación. Permaneces muy presente, intensamente alerta. Recuerdas que tu verdadera naturaleza es la conciencia pura e inmutable que está mirando esta historia. Permaneces en este lugar de conciencia, y encontrarás que las imágenes y los sentimientos asociados con la ira se disuelven, y una nueva energía de totalidad se revela.
Este es el secreto de la transformación: en esta conciencia alerta, te conoces a ti mismo como conciencia, el campo de la presencia atemporal, que mira, ve, percibe, siente, y crea. Este es el cambio de percepción que conduce al despertar.