Ruta de Sección: Inicio > Colaboraciones > Artículo

Álamo

Wave

SER-enidad

Por Álamo 12 de mayo de 2018

La perspectiva que comparto se enmarca en lo que, contemporáneamente, se ha dado en denominar no-dualidad, aunque esta expresión por sí misma es sólo una etiqueta o convención más, tan relativa o virtual como cualquier otra.

Este enfoque o punto de vista, puede resumirse en una premisa básica: sólo hay lo que siempre es.

Efectivamente, SER no puede "ser un no-ser" ni, por tanto, comenzar a ser o dejar de ser. Lo que ES, ES. Sin principio ni fin ni condicionamiento alguno. De modo que, si hay una Realidad que es y permanece siempre (y es obvio que la hay, todos somos testigos de su variopinta apariencia), más allá de las formas variables y transitorias en las que se manifiesta, entonces no hay otra cosa que dicha Realidad o Ser absoluto; y esa es, necesariamente, nuestra auténtica naturaleza o genuina identidad, que es incondicionada, ilimitada, plena, perfecta.

Ya somos eso siempre. No hay caminos, procesos o etapas para "llegar a ser" lo que siempre somos, porque no hay nada aparte de lo que siempre es/soy/somos. Solamente la sugestión de ser sujetos separados-limitados, habiendo asumido la cultural identificación con el nombre y la forma, vela virtualmente el recuerdo o reconocimiento de nuestra naturaleza auténtica.

Podríamos decir que el actor, durante el rodaje de la película, se olvidó de sí y creyó ser el personaje que representaba, asumiendo como reales su identidad, forma, personalidad e historia personal ilusorias.

Habrá de, también virtualmente, ir desaprendiendo lo aprendido, sacándose la espina del conocimiento erróneo, ayudándose con la espina del conocimiento espiritual, para al final descartar ambas, pues en el absoluto e indiferenciado Ser no hay (ni deja de haber) distinciones.

El Ser manifiesto en cada forma humana irá, pues, recordándose, dentro de este teatro cósmico (u holograma, como queramos llamarlo), ampliando su consciencia, deshaciendo los nudos psicoemocionales y las capas de cebolla egóicas que aparentemente ocultan el propio Ser, que es el íntimo y real Ser de todos. Pues, como ya nos es evidente, SER es SER.

¿Duermes soñando o sueñas lúcido?

Ser es, en definitiva, algo universal, común a todos. Cada cual sabe y siente, con certeza, que es, aunque las interpretaciones acerca de quién o qué es exactamente sean tan diversas y numerosas como aparentes individuos hay en el planeta. Y decimos aparentes o virtuales porque ―nuevamente― si solo hay lo que siempre es, entonces, no hay nada aparte del Ser (siendo por ello absoluto) y, por tanto, la separación entre individuos o cosas (así como estos en cuanto tales) es una apariencia, una convención conceptual y cultural… un mito.

Al paso que se va afianzando y profundizando el recuerdo de Sí ―el reconocimiento de nuestra naturaleza real, la autoconsciencia― uno entra en el Corazón, mientras que la mente ―subordinada a aquel, como una herramienta a su servicio― se aquieta, permitiendo una visión más clara, sin los filtros de los juicios, sin los anteojos de cristales ahumados, aquellos de la vieja visión dualista-separativa.

Así, cuanto más se asume y se siente la íntima Realidad del Ser, nuestro estado natural de serenidad se desenvuelve y manifiesta de manera paulatina, como paz, confianza y contento incondicionados, no sujetos ya a ninguna circunstancia aparente.

Mas todo ese proceso no podría ser más que un sueño (aquel holograma, película u obra teatral de la que hablábamos), pues solo hay lo que siempre es-soy-somos: SER.

Bienvenid@ a ti mism@. Buen sueño lúcido.

 
  1. SER
  2. Ser es Ser.
  3. El Ser ES.
  4. Sólo hay Ser: lo que ES. Sólo hay la Verdad.
  5. Ser es incondicionado, sin principio ni fin, permanente, eterno.
  6. Ser es lo único que hay: Ser es absoluto.
  7. No hay nada aparte. No hay distinciones, ni lugares ni distancias ni tiempo para cubrirlas. Toda "otredad" es aparente, virtual.
  8. No hay múltiples seres, solo el Ser. Siempre somos el Ser y estamos en el Ser. No hay nada que hacer o no hacer.
  9. No hay autoría personal de acciones porque no hay nadie, solo el Ser que somos, absoluto, pleno, perfecto.
  10. Los seres, las acciones y todo fenómeno son la apariencia espontánea del Ser: el Ser manifiesto.
  11. Todo en la apariencia sucede espontánea, virtual e impersonalmente. Solo hay el Ser absoluto, perfecto.
  12. Solo hay Perfección (el Ser). Todo en la apariencia fenoménica es solo Perfección manifiesta (Ser manifiesto).
  13. Sólo hay Perfección, Plenitud, Paz. Todo es Perfección manifiesta. No falta ni sobra nada. Todo es como tiene que ser.
  14. Por la Gracia, conforme a la Perfección, el Ser manifiesto en una forma humana dada se reconoce a Sí mismo, en "tiempo y forma" oportunos, perfectos.
  15. En la virtualidad, cuando tal autoconsciencia es firme, profunda, se desenvuelve el estado natural de serenidad de manera paulatina, sentido como paz, confianza o contento básicos e incondicionales, independientemente de las circunstancias aparentes. Como todo, eso simplemente sucede.
Álamo