Javier Gutiérrez Ornelas

Mi nombre es Javier Gutiérrez Ornelas, soy médico, vivo en México y estudio desde hace 3 años Vedanta con el maestro Jorge Luis Jáuregui, siguiendo las enseñanzas de Swami Dayananda. Agradezco a Nodualidad.info por este espacio y por la oportunidad de externar mi opinión respecto a un articulo publicado.

El motivo de este escrito no es en ningún momento crear polémica o demeritar la información que pueda trasmitir el señor Andrew Cohen, que según he leído en Advaitainfo, es una persona comprometida con su enseñanza e internacionalmente reconocido, sin embargo, si quiero puntualizar unos aspectos específicos del extracto "El Advaita ayer y hoy" que fueron publicados hace unos días, presuntamente de su autoría.

La información de dicho extracto, no refleja de manera fiel lo que la enseñanza Vedanta es. Tal vez sea por la forma en que es presentada, esto es, por ser un fragmento de un escrito mayor, en el que probablemente siguiendo su secuencia, nos lleve a un viraje en el que describa de la manera que corresponde la enseñanza del Vedanta. Sin embargo al estar ausente en el escrito publicado, si creo pertinente aclarar algunos puntos al respecto.

Como lo comenta Andrew Cohen en este extracto, las personas que lean algo de Advaita corren el riesgo y muy grande de cometer indulgencias y daños tanto a ellos mismos como al resto de las personas al considerar que el mundo es una ilusión. Pero esta potencial situación o riesgo, no sucede propiciada por la enseñanza como en este articulo se hace ver, sino por una errónea interpretación de la misma, lo cual es muy diferente.

Copiando un párrafo del escrito dice: "Más específicamente, la enseñanza no-dual no se ocupa en modo alguno de la dimensión ética o moral de la vida humana." En cuanto a este comentario es importante, sumamente importante mencionar que esta aseveración como aparece, es falsa, debido a que en el Bhagavad Guita, uno de los textos fundamentales de esta enseñanza, existe un capitulo, el capitulo XIII, el Señor Krishna explica a Arjuna, gñanam o una serie de lo que podríamos considerar valores, que preparan a la mente para captar el conocimiento de Sí mismo o moksha. De hecho, Swami Dayananda, en su libro Todo sobre Sadhana, menciona que es la aplicación de estos valores, absolutamente necesaria para que la mente pueda estar preparada para aprender Vedanta.

Donde menciona: "Precisamente debido a su énfasis en la realidad suprema y naturaleza ilusoria del mundo y la existencia encarnada, cualquier enseñanza de cómo vivir en el mundo está totalmente ausente" nuevamente en este párrafo, no considera la enseñanza de gñanam arriba descrito donde SI nos enseña cómo vivir en el mundo.

Otro error de Andrew es mencionar que para el Vedanta el mundo es una ilusión (naturaleza ilusoria del mundo y la existencia encarnada), dando a entender, por el énfasis puesto, que se trata de una visión nihilista, lo cual tampoco es así ya que para el Vedanta ¡el mundo existe! pero depende del Ser para su existencia, no existe de forma independiente por eso se le conoce como Mithya, aparente, pero aparente de que existe por sí mismo, siendo que depende de Satya, del absoluto, para su existencia.

La enseñanza Vedanta, para que pueda ser asimilada correctamente debe ser estudiada con un maestro que encarne y conozca las escrituras, decir Advaita moderno, como se menciona en el artículo, es querer inventar el hilo negro, el Advaita Vedanta, sigue una cadena ininterrumpida desde los rishis védicos hasta maestros contemporáneos, como Swami Dayananda, el Vedanta de siempre, no requiere y al contrario es distorsionado por "enseñanzas modernas" ya que esta enseñanza está completa en sí misma, desde su origen, para llevar al buscador sincero hasta moksha.

En conclusión, la real enseñanza del Advaita Vedanta, sigue y recomienda los más profundos valores y los errores interpretativos de los buscadores, a mi punto de vista se originan, en no seguir la enseñanza desde su raíz, las cuales están disponibles, y contrario a eso, leer libros, asistir a charlas, anhelar asiduamente experiencias liberadoras, un perderse en el parque, en la selva, etc. en lugar de estudiar de forma seria y comprometida las escrituras y así liberarse de lo único que nos separa de la realidad del ser: la ignorancia.