Leo Carcaiso
¿De qué se rieron los que rieron?
Por Leo Carcaiso Mayo 2014Una característica frecuente de todos los despertares es la risa con la que estos suelen llegar. Así que pillar el "chiste cósmico" parece ser el verdadero reto al que se enfrenta todo buscador espiritual.
Lo que al principio era una inocente curiosidad del tipo: "¿de qué va la cosa?", en seguida pasa a ser una tarea difícil y frustrante, a menudo acompañada de un increíble esfuerzo intelectual. Se convierte así en un intento de diseccionar un chiste mediante un preciso análisis sintáctico para poder encontrar por ende su "gracia"… ¡está claro que no funciona! Nadie puede provocarse a sí mismo una risa genuina y menos aún a través de tanta gravedad.
El obsesivo acumular y defender en la memoria tantas nociones, prescripciones e impronunciables palabras exóticas, no consigue llevarnos a ese no-estado de completa ignorancia y disponibilidad a Lo Que Es. Ese es el lugar desde donde se ve la gracia de todo el asunto y se rompe finalmente en una risa autoirónica.
Todos se rieron del espejismo de la separación y de la ilusión del falso-hacedor. Se rieron de la infantil seriedad con la que buscaban la Verdad, como la de un niño al que se le da una sencilla tarea para que se sienta importante. Después de tanto enredo, tanto rumiar conceptos y palabras sánscritas, la increíble simplicidad de la Realidad impacta de manera tan fuerte que muestra lo cómico de cualquier pedantería.
Frente a la firme inevitabilidad del Ser, todos sus esfuerzos, luchas y neurosis para cambiar Lo que Es se volvieron de repente ridículas y pueriles. No hay nada más patético que un trueno presumiendo ser un rayo. La luz no es suya y llega irremediablemente después de que se alumbre todo.
Es como cuando, mientras hablas por teléfono con un amigo y tienes que salir de casa, te encuentras en apuros intentando recordar donde diablos metiste el móvil. ¡De repente te enteras de lo tonto que has sido! Es una risa así de ligera. Pensabas haber perdido algo y… allí estaba, contigo todo el tiempo.
Este es el chiste…y ¡no hay remedio! Puede parecer un cruel engaño, pero la verdad es que no lo es. Es la manera natural de como se manifiesta Lo Que Es y no existe realmente ningún "engañado".
Ramesh Balsekar acuñó sabiamente la expresión de "hipnosis divina" para indicar la inevitable ilusión que ocupaba nuestro espacio de conciencia. Al igual que las demás manifestaciones fenoménicas, esta surge y se perpetúa ahí donde la Fuente lo precisa.
¿Y qué pasa después del despertar?
En el zen se dice: "antes de la iluminación cortar leña y acarrear agua. Después de la iluminación cortar leña y acarrear agua". Aunque este aforismo al principio parece apuntar a la humildad (que sí puede ser un subproducto del despertar, pero también una característica del psicosoma donde éste ocurre), en realidad nos ofrece una sencilla descripción de lo que pasa antes y después de tal ocurrencia: ¡exactamente lo mismo!
Si antes del satori, la vida del monje zen se desplegaba en sencillas tareas entre el bosque, el pozo y el monasterio, después del satori la vida sigue siendo la misma. Nada ha cambiado porque Lo Que Es nunca ha estado en "apnea" esperando que el monje despertara.
¡El Ser Es!
Así que, si cuando duermes, sueñas con ser un mono y de repente despiertas "en" el sueño… mientras, ¡seguirás trepando oníricos arboles y disfrutando de sabrosos plátanos! Aunque ahora sí, lúcidamente.