Facundo Iglesias Fassi

El Ser se está Revelando a Sí Mismo en este cuerpo,
para expresarse a Sí Mismo a través de él.
No hay nada que pueda hacer al respecto,
pues no soy nadie Aquí, no hay nadie Aquí.
Tan sólo el observar, el cual acontece espontáneamente,
como un simple atestiguar.

Ahora bien... ¿Quién es el Testigo?

Tengo la sensación de ser mi cuerpo, pero sé que no lo soy.
Soy consciente del Ser reconociéndose a Sí Mismo
en este cuerpo-mente, pero esto tampoco soy.
Contemplo esta danza cósmica desde la Presencia,
y ni siquiera esto me define.

No soy ninguna de estas "cosas",
y sin embargo todas ellas ocurren en Mí.
El cuerpo, el Ser desbordándolo de Luz,
y el atestiguamiento de esto.
De todo ello soy consciente.
Pero Yo estoy más Allá.

El Santo Trino en Uno tiene lugar en el Absoluto.
Todo está apareciendo y desapareciendo
en el Absoluto.

Y ante Él me postro, a Sus pies me rindo,
con absoluta Confianza, en completa Devoción.
Aunque incluso esto es mucho decir,
puesto que Él y Yo Somos Uno.

¿Qué estás esperando para ser plenamente libre? ¿Por qué aún no eres feliz?

¿O será que no has decidido ser lo suficientemente honesto contigo mismo como para reconocer lo infeliz y desdichado que te sientes? Pero si esto no es así, entonces dime por qué evitas constantemente quedarte a solas contigo mismo.

Sé que este tipo de cuestionamiento te incomoda, pero ello no es más que una señal de la Verdad que se esconde tras él. También sé que en el fondo, en tu corazón, anhelas fervientemente ser completamente libre, incuestionablemente feliz. En otras palabras, deseas ser simplemente Quien en Verdad Eres.

¿Por qué no indagas en tu propio ser de esta manera? Sé que tienes miedo de lo que crees puedas llegar a descubrir, y por eso prefieres continuar ocultando tu más profunda verdad.

Pero una cosa es segura; no puedes escapar a la Verdad, no puedes cambiar Lo Que Eres. Tan sólo puedes engañarte al respecto, y vivir engañado hace que te sientas solo y vulnerable. Entonces huyes de la soledad y el silencio, por miedo a quien crees que eres. Más vivir engañado respecto a ti mismo, puede volverse insoportable.

Si tan sólo pudieras ver que el miedo que te paraliza continúa ahí, en su lugar, a causa de tu propia ignorancia; y que no te atreves a desarrollar tu auto-conocimiento por ese mismo miedo.

Hijo mío, has caído en tu propia trampa de auto-engaño y no puedes ver la salida que se encuentra ahí donde tú estás. Más no temas, Aquel que nos une está Aquí y Ahora junto a ti, Eternamente. El Conocimiento florece en mi Corazón como Manantial de Vida, es tiempo de encontrarnos en tu corazón.

La ignorancia es la piedra en nuestro zapato. Es el único y gran problema que envuelve a toda la humanidad. La ignorancia de no saber lo que somos, el desconocimiento sobre nuestra verdadera naturaleza. La confusión acerca de nuestra esencia.

Porque la ignorancia da lugar al miedo. Al miedo de morir, al miedo de vivir, ―cualquier otro miedo es una personificación de este gran miedo existencial, producto de la ignorancia existencial―.

Por esto siempre les digo que el único y gran deber del ser humano, de cada uno de ustedes, es conocer su verdadera naturaleza; nuestra esencia, la cual es ilimitada e imperecedera. Porque es sólo mediante este reconocimiento que la ignorancia es eliminada de la existencia. Y con ella desaparecen todos los miedos, y sin miedo no hay conflicto existencial.

El Amor Universal ―lo cual no es sino otro término para nombrar a nuestra naturaleza, Eso que Somos― disuelve toda sensación de carencia y necesidad al revelar lo ilusorio de la separación, dando lugar a la experiencia consciente de la Unidad.

Es decir, a la experiencia Pura, tal y como Es; libre de toda creencia, libre de ignorancia. Y entonces, cuando lo ilusorio ha perdido credibilidad, cuando la ignorancia es disuelta en el flujo del Amor Universal, tan sólo queda Esto, una Dicha y una Paz Inquebrantables. El gozo de la Existencia Misma, la alegría de vivir.

¿Quién está abierto a tal libertad? Aquel que está libre de ignorancia, es feliz por naturaleza.