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La esencia del Vedanta Advaita

Por InnerQuest
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Advaita, es una palabra sánscrita que literalmente significa "no dos" y denota "el final de los Vedas".

Se considera al Advaita como la sub-escuela más influyente y dominante del Vedanta, una de las seis escuelas ortodoxas de la filosofía hindú. La primera persona que consolidó explícitamente los principios del Advaita fue Adi Shankaracharya [788-820] en el siglo VIII, mientras que el primer proponente histórico fue Gaudapada [gran Gurú de Shankara]. En el siglo VIII, Gaudapada escribió el primer tratado sistemático disponible sobre el Advaita, titulado Mandukya Karika o Gaudapada Karika.

El Vedanta Advaita dice que solo existe la única Realidad [Brahman] inmutable y que las entidades cambiantes no tienen existencia Absoluta, así como las olas del océano no tienen existencia separadas del océano. Las olas se elevan dentro del océano y no existirían olas sin el océano. De la misma manera, el mundo transitorio surge dentro de la Realidad y debe su existencia a la Realidad. El mundo no tiene existencia independiente de la Realidad y por eso se dice que es irreal.

Lo que siempre está cambiando debe ser irreal. Este mundo fenoménico de nombres y formas está siempre cambiando. Los nombres y las formas están sujetos al decaimiento y la muerte. Por lo tanto, son irreales o impermanentes. Lo que es constante o permanente siempre debe ser real. El Atman o el Sí mismo eterno y omnipresente existe siempre. Impregna todos los objetos como el éter. Incluso si la vasija se rompe, el éter que está dentro y fuera de ella no puede ser destruido. Del mismo modo, si los cuerpos y todos los demás objetos perecen, el Sí mismo eterno que los penetra no puede ser destruido; Él es la Verdad viviente y la única Realidad. Así como un cisne vive en el agua, pero sus plumas no son ensuciadas por el agua, de la misma manera un Advaitín vive en el mundo, pero no es afectado por su ilusión.

La enseñanza central del Advaita es que no hay dualidad; la mente, despierta o soñando, se mueve a través de la ilusión. La ignorancia oculta la Verdad de que no hay devenir ni ningún ser individual, sólo una delimitación temporal del propio Sí mismo [Atman] real o "Yo" real. Contrariamente a la experiencia perceptible, el Sí mismo (Self) no es una experiencia de individualidad sino una conciencia no-personal, omni-inclusiva que está más allá del conocimiento. Está eternamente presente y uno sólo es conscientemente consciente de ella como realmente es cuando las tendencias auto-limitantes de la mente han cesado. Su naturaleza es no-dual, una-sin-segundo, y no es diferente de la Realidad, el sustrato Absoluto de todo lo que existe. La palabra "Advaita" se refiere esencialmente a la Unidad Absoluta del Sí mismo y la Realidad.

La realización del Sí mismo es de la naturaleza de la experiencia directa que trasciende todas las percepciones y nociones, y no será obtenida a menos que cese la creencia de que el mundo es real. Hay una completa ausencia de la ilusión de la dualidad, que se manifiesta como las nociones de un ego, una mente, un cuerpo y un mundo objetivo. Sólo las falsas nociones constituyen la ilusión. Si asumes que eres el Sí mismo, entonces el pensamiento no es un problema, puede ir y venir como le plazca. Sin embargo, si piensas que eres el cuerpo, entonces el pensamiento es el único ser, lo único que te mantiene lejos del borde del "terrible abismo" del no-ser. Cuando el sentido de ser un individuo es trascendido, sabrás que tú eres el Sí mismo y que tu verdadera naturaleza es ser-consciencia-bienaventuranza. El Ser permanece en Sí mismo, la consciencia se conoce a sí misma y la bienaventuranza reposa en sí misma. Solo el Sí mismo es.

El aspirante debe ser dotado de un intenso deseo de liberación. Habiendo discernido lo que es eterno y la fuente de la felicidad, no debe estar apegado a todo lo que es transitorio, todo lo que es mutable, todo lo que es mera apariencia fugaz y fenoménica, todo lo que depende de los sentidos, todo lo que depende de la mente, y todo eso depende del yo individual para ser experimentado. El aspirante debe ser dotado con el poder de discriminación y debe abrazar la indagación sobre la naturaleza real del Sí mismo. Debe discriminar entre lo Real y lo irreal para darse cuenta de que lo Real siempre es y lo irreal nunca llegará a ser. Debe considerar todo lo que es transitorio, cambiante, objetivo, compuesto de partes, esporádico o dependiente como irreal. Debe darse cuenta de que lo que es eterno, inmutable, no objetivo, indivisible y sin partes, continuo y no-dependiente es la Realidad siempre existente. Así como un río no continúa fluyendo después de su descarga en el océano, así también una persona pierde todos los movimientos después de fundirse en el Sí mismo. Abandonando las nociones de lo externo, que dan lugar a la aparición del mundo, y las nociones de lo interno, que dan lugar a las ilusiones de una mente y un individuo, el aspirante debe tener plena fe en el conocimiento sagrado del Vedanta Advaita. El verdadero conocimiento consiste en poseer una visión igualitaria para todo. Lo que se ve con los ojos y lo que está más allá de los ojos son ambos lo mismo y no diferentes. El Creador y la creación no son dos. El Creador no ha creado la creación, sino que se ha manifestado o transformado en la creación.

Todo el ser de un hombre debe ser entregado al Señor [la Realidad] sin reservas. Entonces habrá una transformación maravillosa. Él tendrá la visión de Dios en todas partes. Todas las penas y dolores desaparecerán. Su mente será una con Él. Tendrá para siempre su vida y ser solo en el Señor. Los devotos que se han dedicado al Señor, que son siempre armoniosos y moran en el ser, que Le adoran con amor intenso, que son siempre devotos, obtienen la Gracia divina.

Ramana Maharshi enseña que el Sí mismo es puro Ser, una conciencia subjetiva de "yo soy" que está completamente desprovista del sentimiento "yo soy esto" o "yo soy eso". No hay sujetos ni objetos en el Sí mismo; sólo hay una conciencia de ser. Debido a que esta conciencia (awareness) es consciente, también se la conoce como "consciencia" (consciousness). La experiencia directa de esta consciencia es, según Sri Ramana, un estado de felicidad ininterrumpida y así el término "bienaventuranza" se usa para describirlo. Estos tres aspectos – ser, consciencia y bienaventuranza– se experimentan como un todo unitario y no como atributos separados del Sí mismo. Son inseparables de la misma manera que la humedad, la transparencia y la liquidez son propiedades inseparables del agua.

Ellam Ondre (Todo es Uno)

El conocedor de la Unidad actúa de la mejor de las maneras. Es el conocimiento de la Unidad lo que le hace actuar. No puede equivocarse. En el mundo, él es Dios hecho visible. Todo es uno.

Toda acción es de Dios. Su poder ha fijado cada cosa en su propia función individual. Por Su mediación los objetos insensibles y los seres sensibles hacen su tarea. Todas las acciones son Suyas.

Samarth Ramdas

Cuidado con los falsos profetas que pretenden ser gurús espirituales, pero son tan inútiles como la paja. Haciéndose pasar por un Vedantín Advaitico, (el falso gurú) rechaza todas las distinciones de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo sagrado y lo profano y se comporta tan promiscuamente como desea. Hay que tener mucho cuidado para ver que el Gurú al que quiere recurrir es uno que ha realizado a Dios en sí mismo y que tiene la capacidad de hacer que los demás también Lo realicen.

El mundo es tan bueno como irreal para el que está absorto en la meditación sobre el nombre de Rama [Dios]; y luego con la visión de Rama, todo el mundo fenoménico aparecerá como un sueño.

Comprender la Realidad Absoluta es, sin duda, imposible para el habla, la mente y el intelecto. Pero lo que esto significa realmente es que Ella puede realizarse sin la ayuda de estos, y que se puede disfrutar de su bienaventuranza sin que haya ningún deseo o querer previo.

Si deseas ver a Dios, debes cruzar la puerta principal en la forma de este mundo fenoménico.

La característica principal de un santo es que él está siempre dispuesto a mirar la visión de Dios, cualquiera que sea su condición o actividad mientras está en sociedad. Se vuelve tan audaz como la Realidad y desprovisto de imperfecciones como la ira, los celos, los deseos sensuales y así sucesivamente.

Lo que es muy esencial en la vida espiritual es la combinación de la realización de la Realidad Última y la renuncia a todas las demás cosas. Sin ninguna repugnancia por las cosas sin Dios, sólo habrá un conocimiento verbal sobre Dios, y el crecimiento de la realización de Dios se verá muy obstaculizado. Y sin la realización de Dios, la renuncia sólo será una pretensión. Por lo tanto, hay que liberarse interna y externamente.

Siddharameshwar Maharaj

Lo que se debería haber logrado ya se ha conseguido. Alaben a Aquel que alcanza Eso, el conocimiento de la Auto-realización. Sus padres también merecen ser elogiados porque la familia es salvada.

Hay muchas personas que han estudiado millones de ciencias. Son todas para llenar sus estómagos. Los perros y los gatos también llenan sus estómagos. No hay una regla para ellos.

Sólo aquellos que han logrado el conocimiento verdadero merecen elogios. Se elevaron a sí mismos y mostraron el camino a las próximas generaciones. Después de diez millones de años nos reunimos con nuestro Ser. La cortina en forma de dualidad fue apartada. La cortina de innumerables nacimientos desapareció por fin. La vista se convirtió en divina, que vio que todo es Realidad. Él solo tiene todas estas caras de elefantes, monos, todos los seres, innumerables manos, pies, etc.

Yo resido en todas partes y en todos. No hay nada excepto esa percepción intuitiva, "Todo es Uno y no hay dualidad". El yo individual regresó a su naturaleza de donde había venido.

Aquel que tiene consciencia del cuerpo está limitado.

Hay esclavitud en la ignorancia y liberación en el conocimiento, pero cuando la ignorancia y el conocimiento no existen, ¿cómo podría existir la idea de esclavitud o liberación?

La mente interna o el sentido interior de todos es lo mismo, mientras que sus mentes son diferentes.

Este mundo es como un sueño, y de aquí que, en este mundo semejante a un sueño, todo lo que es bueno o malo, dharma o adharma, mérito o pecado, no son de ninguna consecuencia en el despertar del Sí mismo. Por lo tanto, la renuncia tanto a lo auspicioso como a lo inauspicioso, tanto al bien como al mal, es necesaria para obtener el conocimiento del Sí mismo

Ninguna impureza puede acumularse a un hombre que ha comprendido completamente la Unidad. Todas las diferencias, todas las dualidades han desaparecido. El Maestro ha echado a todos los seis fantasmas [los cinco elementos y el ego]. Eran fantasmas. El agua, la tierra, el fuego, el aire, el cielo y el ego desaparecieron y se convirtieron en dioses.

Según sea tu concepto, así verás (el mundo).

La ciencia espiritual es la ciencia en la que el Sí mismo es considerado en primer lugar.

La mente es una colección de determinantes y dudas.

¿Quién renunciaría al gran beneficio de realizar la unidad con Dios por no hacer el simple acto de ofrecerle todas las acciones? Este consejo de la vida espiritual fue dado por Krishna a Uddhava y es el pináculo de toda devoción.

El Sí mismo (Self) está lleno de conocimiento. Dondequiera que exista consciencia, el Sí mismo existe. Es el hablante, así como el oyente, y es también el que comprende el significado. El Sí mismo es el hacedor de todo. El sol debe su estatus y luz al Sí mismo. Si no fuera por el Sí mismo, el sol nunca se llamaría sol.

El Sí mismo es el Creador del universo, así como el que lo etiqueta todo como falso. El que realiza esto puede alcanzar el estado de su verdadera naturaleza. El mundo transitorio, que se basa en los conceptos de lo bueno y lo malo, continúa pasando. El conocedor sabe que es el Sí mismo, el Señor Vishnu, quien es el sostenedor y el hacedor de todo, y que es sólo Él quien lo hace todo.

El que experimenta todo es sólo Él, el Sí mismo, el único verdadero experimentador.

Ramakrishna

La mente impregnada de afecto por la mujer y la riqueza es como la nuez verde de betel. Mientras la nuez está verde, permanece adherida a su concha, pero cuando se seca, la cáscara y la nuez se separan; y al ser sacudida, el núcleo se mueve dentro. De la misma manera, cuando el afecto por las mujeres y la riqueza se seca por dentro, el Alma es percibida como diferente del cuerpo.

El conocimiento de la Unidad me hace ver que todo no es más que una manifestación de Dios, el Absoluto, en el plano de la sensación. Así me doy cuenta de que todas las mujeres son las diversas formas en las que aparece la Madre divina. De modo que venero a todas las mujeres por igual – ya sea una mujer impúdica, o una esposa ideal que es un ejemplo para los demás de amor y devoción conyugal.

A menos que uno se vuelva tan simple como un niño, no puede alcanzar la iluminación divina. Abandona tu vanidad sobre el conocimiento mundano que has adquirido, y que sepas que es inútil en el reino de la Verdad superior. Sé tan simple como un niño, y entonces alcanzarás el conocimiento de lo verdadero.

Sólo dos tipos de personas pueden alcanzar el Conocimiento de Sí mismo: aquellos cuyas mentes no están obsesionadas en absoluto con el aprendizaje, es decir, no están llenas de pensamientos prestados de otros; y los que después de estudiar todas las Escrituras y ciencias, han llegado a darse cuenta de que no saben nada.

Jnana (la Sabiduría o Conocimiento Superior) nunca viene sin la renuncia a la lujuria y la posesión. Con la renunciación se destruye toda ignorancia, toda avidya. Muchas cosas pueden ser quemadas por medio de una lente dirigida directamente hacia los rayos de sol. Pero no puedes usarla a la sombra de una habitación. Lo mismo ocurre con la mente. Debes sacarla de la oscura celda de este mundo y exponerla a todo el resplandor de la auto-refulgente Divinidad. Solo entonces vendrá la verdadera renunciación, y toda ignorancia será destruida.

Yoga Vasishtha

La mente oscila como un péndulo entre la realidad y la ilusión, entre la conciencia y la materia. Cuando contempla los objetos inertes durante mucho tiempo, asume la característica de la inercia. Pero cuando se dedica con tenacidad a la investigación y a la sabiduría, abandona todo condicionamiento y recupera su naturaleza original de conciencia pura. La mente toma la forma de lo que contempla; si contemplas con decisión el estado que está más allá del sufrimiento, te sentirás libre de toda duda. La mente tiene que controlarse a sí misma: nadie es capaz de hacerlo en su lugar.

Sólo los niños y los ignorantes hablan de dualidad y no dualidad, el iluminado se ríe de todo eso. Pero sin esa discusión sobre la dualidad y la unidad no es posible limpiar nuestra conciencia de la ignorancia. Sólo con ese motivo te he hablado de ellos, como un verdadero amigo.

La mente abandona todo cuando se obtiene la visión de lo Supremo. Por lo tanto, uno debe resueltamente renunciar a todo hasta que se obtiene la visión Suprema. No es hasta que uno renuncia a todo que obtiene el auto-conocimiento: cuando todos los puntos de vista son abandonados, lo que queda es el Sí mismo.

Lo que no tiene causa y es indescriptible no puede ser a su vez causa de otro, nada puede nacer de ello. Por consiguiente, el Sí mismo no es el agente, ni la acción ni el instrumento. Es la verdad, la eterna y absoluta conciencia, el autoconocimiento. En el Brahman absoluto no hay creación alguna. Podemos determinar teóricamente la aparición y la duración de una ola en el océano en función del tiempo y del espacio. Pero ¿cómo vamos a intentar algo parecido entre Brahman y la creación, si en Brahman no existen el tiempo y el espacio? En consecuencia, el universo no tiene fundamento alguno que pueda ser determinado mentalmente.

Lo único que existe es el Brahman infinito, sin principio ni fin, inmutable y sin forma. En el espacio infinito penetrado y envuelto por ese Brahman, este universo existe como algo no distinto del propio Brahman. El universo tampoco tiene principio ni fin y sólo es tal y como la conciencia lo percibe en su interior, pues es la propia conciencia la que cree que esa experiencia es el universo. Ya ves que es tan ilusorio como un objeto soñado por uno que está durmiendo.

Querido amigo, tú eres ese Brahman homogéneo e indivisible como el espacio. Tú eres el conocedor. No dudes nunca de ello, lo comprendas o no lo comprendas. Cuando comprendas que eres la conciencia infinita, no nacida, toda tu loca ignorancia cesará para siempre y el mundo objetivo se disolverá con ella en el vacío. Donde existe el supremo Brahman, aparece este mundo ilusorio. En una hoja de hierba, en la madera, en el agua y en todas las cosas de este mundo, existe el mismo Brahman, la conciencia infinita, cuya naturaleza es indefinible e indescriptible.

La conciencia infinita, inmodificable y no dual, no puede ser comprendida por la mente individual. Es pura, eterna, omnipresente y vacía de mente, inmodificable e inmaculada, la conciencia inmóvil que existe como el testigo de todo lo que hay, como la luz alumbra los objetos materiales sin realizar ninguna acción especial. En la materia es la energía que dinamiza lo inerte. Está en todas partes sin sufrir divisiones particulares en la pluralidad de las cosas.

La conciencia inmóvil se manifiesta como cualquier noción que surge en ella en cualquier momento. ¿Qué es cierto y qué es falso? Siente los cuerpos, acciones, dolores y alegrías, que brotan en la conciencia, sea cómo y dónde fuere, o deja que se vayan. No tienen ningún significado. Deja que sean de esta forma o de cualquier otra, que sean o que no sean, olvida esta ilusión y permanece iluminado contemplando la conciencia una e indivisa.

La verdadera investigación o vichara consiste en preguntarse constantemente: ¿Quién soy yo? ¿Cómo ha podido producirse este ilusorio tormento del samsara? El conocimiento de la verdad brota de esta atenta investigación, que tranquiliza la mente y genera una paz indescriptible que nos conduce más allá de todo sufrimiento.

La diversidad no tiene existencia real excepto en nuestra propia imaginación. Establecido en la verdad, debes pensar: Todo esto es el Brahman absoluto. ¡Arroja fuera de ti el resto de las ideas, no sirven para nada! Como las olas no son diferentes del océano, las cosas no son distintas de Brahman. Del mismo modo que el gran árbol permanece potencialmente oculto en la semilla, el universo entero existe para siempre en Brahman. Como el multicolor arco iris sólo es producido por la luz del sol, toda esta diversidad objetiva sólo se ve en Brahman y por Brahman, es decir por la conciencia y en la conciencia.

Este universo es como un largo sueño. El sentimiento del ego o ahamkara, y la ilusión de que existen otros seres, son tan reales como los objetos soñados.

Cuando el "yo" concepto perece, el sentido del cuerpo perecerá necesariamente como un gran árbol cuyas raíces se cortan.

A través de la gracia divina se puede ir más allá de las influencias de las acciones pasadas.

Los deseos que surgen de tendencias latentes conectadas con objetos externos constituyen la esclavitud. Aquel que se ha librado de sus tendencias latentes junto con su causa raíz y alcanzado la ecuanimidad, O Raghava, se le conoce como una persona liberada de los objetos de percepción.

La realidad, o el Ser Supremo, es uno sin segundo, sin causa y sin efecto, porque no tiene razón (motivación o necesidad) para hacer nada. Por lo tanto, no es el hacedor, ni hay ninguna acción, instrumento o semilla para tal actividad. Por lo tanto, no es la causa o el Creador de esta creación.

El que no tiene gustos o aversiones hacia los objetos agradables y desagradables, sino que se comporta como alguien dormido, se dice que es una persona liberada.

Todo es consciencia. Nada existe que esté separado de la consciencia.

Brihadaranyaka Upanishad

Cuando uno ha realizado directamente el Sí mismo [Atman] que "Yo soy Ello", ¿dónde está la necesidad de seguir los instintos y las tentaciones del cuerpo y la mente y sufrir con ellos? Él, el conocedor del Sí mismo Supremo [Brahman] está iluminado por la comprensión de que "Yo soy Ello", aun cuando viva en el cuerpo, que es heredero de innumerables pruebas y tribulaciones. Él es el soporte [Creador] del universo. Él es el inspirador de todos. Él es dueño del universo, más aun él mismo es el universo, siendo uno con la Realidad [Brahman], que es su misma esencia. Incluso mientras vivimos en este cuerpo, hemos realizado Eso [la Realidad]. Y decimos por experiencia: Escuchen, aquellos que no Lo han realizado ahora, mientras viven, almacenan una gran pérdida y destrucción. Aquel que Lo realiza se convierte en inmortal, mientras que los demás sólo obtienen miseria y dolor. Cuando la Realidad es realizada como la esencia de todo, uno se da cuenta instantáneamente de su totalidad y espontáneamente se libera para siempre del odio y la diferenciación. Así como el "tiempo" que todo lo consume se mueve cada día hacia la unidad, así uno debe adorarle a Él, la Luz de todas las luces, para alejar la muerte y alcanzar la inmortalidad.

Aquello en que están establecidos los cinco pranas y las cinco especies de seres, incluyendo el universo que es su morada, es sin duda el Sí mismo Supremo. El sabio que lo sabe alcanza la inmortalidad. Es la Vida de la vida, el Ojo del ojo, el Oído del oído, la Mente de la mente. Aquellos que Lo realizan como tal, alcanzan verdaderamente al Anciano [la Realidad] en Su esencia. Solamente por medio de la mente purificada se realiza el Sí mismo. No hay dualidad en Ello porque es uno sin un segundo. La mente que está casada con la dualidad y es impura nunca puede realizar-Lo. Aquel que ve la dualidad aquí va desde el nacimiento hasta la muerte sólo para nacer de nuevo repetidamente, sin lograr el objetivo de la vida humana; Esto se realiza como la Consciencia unificada de todo – la Verdad inmutable de incesante esplendor, desprovista de todas las impurezas, más allá de los cinco elementos, comenzando con el vacío [akasa] y terminando con la tierra – no nacido, el Sí mismo [del universo], el grande y eterno. El sabio –el brahmana– conocerá Eso solo y se compone [guarda silencio], y se establece en la Realidad; evitará el estudio inútil de los libros sobre los "muchos" que sólo agotan el habla y la mente del aspirante espiritual.

Amritbindu Upanishad

Eso en quien residen todos los seres y que reside en todos los seres, que es el dador de la gracia para todos, el Alma Suprema del universo, el ser ilimitado – Yo soy Eso.

Chandogya Upanishad

Así como los ríos fluyen del el este y el oeste
Se fusionan en el mar y se convierten en uno con él,
Olvidando que fueron ríos separados,
Así todas las criaturas dejan atrás la separación
Cuando al final se funden en el Ser puro.

El Sí mismo (Self) que está libre del pecado, libre de la vejez, de la muerte y del dolor, del hambre y de la sed, que no desea más que lo que debe desear, y no imagina nada más que lo que debe imaginar, eso es lo que debemos buscar, eso es lo que debemos tratar de comprender. El que ha buscado ese Sí mismo y lo comprende, obtiene todos los mundos y todos los deseos.

Este es el Sí mismo. Y tú eres Eso.

Aquel que conoce tanto lo trascendente como lo inmanente, con lo inmanente supera la muerte, y con lo trascendente llega a la inmortalidad.

Hay una luz que brilla más allá de todas las cosas en la tierra, más allá de lo más alto, los cielos más altos. Esta es la luz que brilla en tu Corazón.

El Sí mismo está oculto en el loto del Corazón. Aquellos que se ven a sí mismos en todas las criaturas entran cada día en el mundo de la Realidad oculta en el Corazón. Establecidos en la paz, se elevan por encima de la consciencia del cuerpo hacia la luz Suprema del Sí mismo. Inmortal, libre del miedo, este Sí mismo es la Realidad, llamada la Verdad. Más allá de lo mortal y lo inmortal, une ambos mundos. Aquellos que lo saben viven cada día en el cielo en esta misma vida.

Svetasvatara Upanishad

Dos pájaros, amigos inseparables, se sujetan al mismo árbol. Uno de ellos come el fruto dulce, el otro contempla sin comer. En el mismo árbol está el hombre afligido, y confuso por su propia impotencia. Pero cuando ve al Señor contento, y conoce su gloria, entonces desaparece su aflicción.

Sólo el Eterno que habita en el Alma debe ser conocido. No hay nada más que conocer.

Quien conoce a aquel que no tiene principio ni fin, que en medio del caos creó todas las cosas, con múltiples formas, impregnando todo el universo, está libre de todas las ataduras.

No es una mujer, ni un hombre, ni es neutro. Cualquier cuerpo que toma se identifica con él.

Esa persona, no mayor que un pulgar, es el Sí mismo (Self) interior que mora en los corazones de los hombres, es limitado por el corazón, el entendimiento y la mente. Aquellos que saben esto se vuelven inmortales.

Sus manos y pies están en todas partes, sus ojos y cabezas están en todas partes, sus oídos están en todas partes. [La Realidad] Lo abarca todo en el mundo.

Cuando se identifica con el ego, el Sí mismo aparece distinto de lo que es. Puede parecer más pequeño que la anchura de un pelo. Pero conoce al Sí mismo para ser Infinito.

El Sí mismo impregna todas las cosas, como la mantequilla impregna la leche. Eso que tiene sus raíces en el Conocimiento de Sí mismo – eso es la Realidad.

Medita y date cuenta de que este mundo está lleno de la presencia de Dios.

Tú eres la Realidad Suprema, Infinita, pero oculta en los corazones de todas las criaturas. Tú lo impregnas todo.

El Sí mismo, más pequeño que lo más pequeño, más grande que lo más grande, se oculta en el corazón de la criatura. Por la gracia del Señor, quien se libera del sufrimiento, contempla la majestad e impasibilidad del Señor.

El Eterno que habita en el Alma tiene que ser conocido. Nada aparte de eso tiene que ser conocido. Conociendo al que disfruta, al objeto del disfrute y al gobernante, todo ha sido dicho. Esta es la triple Realidad.

El que ha conocido a aquel que es más sutil que lo sutil, que en medio del caos crea todas las cosas de múltiples formas, que solo él lo abarca todo, el auspicioso Señor, mora para siempre en la paz.

Él es en realidad el guardián de este mundo en todas las eras, el Señor de todos, oculto dentro todas las cosas. En Él se unen los veedores de la Realidad y las deidades. Y aquel que Le conoce, se deshace de las ataduras de la muerte.

Lo perecedero es materia, lo imperecedero e inmortal es el Señor. Él, el único Dios, gobierna sobre la materia y el Alma. Meditando en Él, uniéndose con Él y siendo uno con Él, se consigue al final el completo cese de la ilusión del mundo.

Aquel que Le ha reconocido, al que gobierna sobre todas las causas, en quien todo esto se une y en quien todo se destruye de nuevo, aquel que es el Señor, el que otorga las bendiciones, el Dios adorable, entonces mora para siempre en la paz eterna.

Él es la Realidad Eterna, cantan las escrituras, y el fundamento de la existencia. Aquellos que Lo perciben en toda criatura se funden en Él y son liberados de la rueda del nacimiento y la muerte.

Mundaka Upanishad

Como dos pájaros de dorado plumaje, compañeros inseparables, el yo individual y el Ser inmortal se posan sobre las ramas del mismo árbol. El primero prueba los frutos dulces y amargos del árbol; El último, sin probar nada, observa tranquilo.

Él es el vidente no visto, el oyente no oído, el pensador no pensado, el conocedor no conocido. No hay otro vidente, oyente, pensador o conocedor, sino Él. Él es tu Ser, el inmortal.

Cuando Lo has alcanzado, los sabios se satisfacen a través de su jnana (conocimiento directo de la Realidad que es el Ser). Se vuelven perfectamente tranquilos y desapasionados.

De hecho, quien conoce la Realidad Suprema, se convierte en la Realidad, supera el dolor y vence el pecado. Libre de las cadenas del corazón, se vuelve inmortal.

Grande, divino, inconcebible – en la forma más pequeña que la más pequeña, allí brilla. Está más lejos que lo más lejano, y sin embargo está aquí mismo, oculto en el corazón.

La Realidad Inmortal está delante y detrás, a derecha y a izquierda, arriba y abajo – la Realidad está en todas partes.

Cuando se le ha visto a Él que todo lo abarca, las cadenas del corazón se rompen, se disipan todas las dudas, desaparecen todos los karmas.

La palabra sagrada OM es el arco, la flecha es el Alma y la Realidad [Brahman] es el blanco; éste tiene que ser alcanzado por aquel cuya atención es firme. Entonces, igual que la flecha se vuelve una con el blanco, él será uno con Brahman.

Este es el único Sí mismo (Self), en el que se entretejen la tierra, la región intermedia (el espacio) y el cielo, la mente, con todos los alientos vitales. Desecha todas las palabras, porque el OM es el canal (puente) hacia la Realidad Inmortal.

Esa Realidad Suprema [Brahman] es Infinita, y esta Realidad condicionada es Infinita. Lo Infinito procede de lo Infinito. Si restas el Infinito de lo Infinito, sólo queda el Infinito.

Kena Upanishad

La Realidad es conocida por aquel que piensa que es incognoscible y no es conocida por aquel que piensa que la conoce.

Sólo el conocimiento derivado de la indicación anterior es conocimiento real; del mismo modo se obtiene esta inmortalidad; del Señor interior se obtiene el poder de conocerlo; y por medio del conocimiento se obtiene el Señor Supremo.

Si el Señor es conocido en esta vida, está muy bien; si no, es una gran pérdida. Así los sabios ven al Señor Supremo en cada ser, parten de este mundo y se vuelven inmortales.

En verdad, oh amigo, aquel que reconoce al que no tiene sombra, ni cuerpo, ni color, el Sí mismo puro imperecedero, alcanza ese Supremo Sí mismo. Él, conociendo todo, se convierte en el Todo.

Katha Upanishad

El Sí mismo (Self) nunca nace, ni muere. No ha brotado de nada ni nada ha brotado de Él. Es innacido, eterno y primordial. No se le mata cuando se mata el cuerpo.

La único Soberano, el Sí mismo con todos los seres, que se manifiesta en muchas formas – el sabio Lo percibe dentro de ellas.

Cuando el Sí mismo es dado a conocer por un hombre inferior, no es fácil de ser comprendido. A menos que sea revelado por quien se ha identificado con Él, no hay forma de acceder a Él, pues es inconcebiblemente más pequeño que lo pequeño.

El Sí mismo inteligente no nace ni muere. No brotó de nada, ni nada brotó de Él. Es innacido, eterno, imperecedero, y antiguo. No es herido incluso cuando el cuerpo muere.

El que no se aparta de la mala conducta, cuyos sentidos no están bajo control, cuya mente no está concentrada, cuya mente no está libre de ansiedad, no puede alcanzar este Sí mismo mediante el conocimiento.

Mandukya Upanisad

El conocimiento del Sí mismo junto con la renunciación es el medio para la inmortalidad.

El conocedor no puede convertirse en un objeto de conocimiento.

La realización de la Realidad se produce por el mero cese de la ignorancia.

La Realidad Inmortal está delante y detrás, a derecha y a izquierda, arriba y abajo – la Realidad está de hecho en todas partes.

Cuando se le ha visto a Él que todo lo abarca, las cadenas del corazón se rompen, se disipan todas las dudas, desaparecen todos los karmas.

Mientras uno permanezca todavía en el plano de la causalidad, mientras uno no haya realizado aun a Turiya, uno se encuentra todavía en el Samsara (ignorancia).

Como se afirma en los Vedas, "No existe la diversidad", "El Señor a causa de maya [ilusión] se percibe como múltiple", y "El Sí mismo, sin haber nacido, parece nacer de diversas formas", se deduce que Él nace solo a causa de maya.

Adi Shankaracharya

Siempre me inclino ante aquellos Maestros que están familiarizados con las palabras, frases y fuentes de conocimiento y que, como lámparas, nos han mostrado claramente la Realidad, el secreto de los Vedas.

La concepción de la existencia del no-Ser es lo que se llama ignorancia, cuya destrucción se conoce como liberación. Esta destrucción es posible por medio solo del conocimiento, que es incompatible con la ignorancia. Las acciones compatibles con la ignorancia no pueden destruirlo.

El sabio sabe que los Vedas es un todo continuo, cuyo único propósito es demostrar una cosa, a saber, que el Conocimiento de la Unidad del Ser es revelado por medio de la comprensión de las sentencias védicas.

Es por tanto razonable que este universo es irreal. Solo la existencia-conocimiento es real. Existe antes de todo, es a la vez el conocedor y lo conocido. Son las formas las que son irreales.

La totalidad de este universo es el resultado de la ignorancia y por lo tanto es irreal. No es percibido en el sueño profundo, pero es percibido en la vigilia y en los sueños por quienes son ignorantes.

Se dice en las escrituras que la consciencia de la Unidad del yo individual y la Realidad es conocimiento, y que la diferenciación entre ellos es ignorancia. Por lo tanto, el conocimiento es demostrado en las escrituras con gran cuidado.

Lo que se llama sueño profundo, oscuridad o ignorancia es la semilla de los estados de vigilia y de sueño. Cuando es perfectamente quemada por el fuego del conocimiento de Sí mismo, ya no produce más efectos, como una semilla quemada que no germina.

Esa semilla, llamada maya, se ha desarrollado en los tres estados que vienen uno tras de otro, una y otra vez. El Sí mismo, el substrato de maya, siendo uno e inmutable, aparece como muchos, como los reflejos del sol en el agua.

Aquello que lo impregna todo, que nada lo trasciende y que, al igual que el espacio universal que nos rodea, lo llena todo por completo, por dentro y por fuera, esa Realidad Suprema y no dual – Eso eres tú.

Yo soy el Sí mismo consciente, omnipresente y asociado con todo de la misma manera como el calor está siempre asociado con el fuego. Soy esa consciencia eterna, indiferenciada, inamovible, por la cual funcionan la mente y los sentidos insensibles, cada uno a su manera.

Yo soy ese Sí mismo consciente del cual el ego no es independiente como la imagen en un espejo no es independiente del objeto reflejado.

Yo soy la consciencia eterna, disociada de la mente y los sentidos. Yo soy la mente de la mente, el ojo del ojo, el oído del oído y así sucesivamente. No soy cognoscible por la mente y los sentidos.

Yo soy el Sí mismo eterno, único y consciente, que se refleja en los diversos intelectos, así como el sol se refleja en la superficie de varias láminas de agua.

Yo soy el Sí mismo único y consciente, que ilumina todos los intelectos, así como el sol ilumina simultáneamente todos los ojos para que perciban los objetos.

Sólo aquellos ojos que son ayudados por el sol son capaces de ver objetos, no otros. La Fuente de la cual el sol deriva su poder es Yo mismo.