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Artículos - Antonio Plana

El Ser sin Ser

Conversaciones con Shri Ramakant Maharaj

Comentario por Antonio Planael ser sin ser
El Ser sin Ser

Llevaba muchos años siguiendo y estudiando a Nisargadatta Maharaj. Un día descubrí que el linaje Inchegiri Navnath Sampradaya, además de unos desconocidos cantos llamados bhajans, tenía un mantra, que todavía había un maestro que lo daba, que lo transmitía, y para ello había que ir a India, en la ciudad de Nashik. Se trataba de Ramakant Maharaj. Inmediatamente dejé todo atrás, toda mi vida espiritual anterior y me fui a verle y a estar en su ashram el mayor tiempo posible. Un año más tarde hubo otro viaje, también largo, para estar con Ramakant Maharaj (en adelante Maharaj simplemente, que es como le llamamos).

A los pocos días de estar con él, y a petición mía, me dio el mantra. Desde entonces el mantra se convirtió en mi práctica principal junto con la autoindagación. Después me propusieron ser el traductor de su libro El Ser sin Ser, que fue revisado por el editor junto con otro traductor. Muchos de los lectores puede que nunca reciban el mantra, que no tengan esa oportunidad. Sin embargo, durante la traducción del libro, me di cuenta de que en el fondo sus páginas contienen el mantra, de algún modo está implícito. Sobre el libro habría que añadir que las numerosas frases o párrafos en negrita que aparecen en el texto, han sido acotados directamente por Maharaj. De modo que no es algo que interrumpe la forma de lectura a la que estamos acostumbrados, sino que es algo que específicamente señala el maestro o insiste en ello.

Las enseñanzas de Maharaj resultan muy similares en su estilo a las recogidas en distintas recopilaciones de conversaciones mantenidas con su maestro Nisargadatta Maharaj, especialmente en Nothing is Everything (Nada es Todo) y Beyond Freedom, que han sido publicadas recientemente en español. Maharaj parece resumir, sintetizar y extraer el principio subyacente en las enseñanzas. Nuestra tendencia es compararle con su maestro, pero siempre nos recuerda que "No compares a los maestros", a fin de cuentas el maestro es la realidad última y no el cuerpo físico que habla.

Maharaj extrae principios cada vez más y más profundos y con ellos "martillea", al lector. Si bien la traducción es literal, tal vez habría que decir que "machaca" todos los conceptos e ideas preconcebidas, una y otra vez desmonta las construcciones intelectuales de los "buscadores" hasta que un día uno se da cuenta de que lo que dice es verdad. Nos hemos repetido a nosotros mismos un conjunto de creencias, ideas y valores durante toda nuestra vida, y no se van a ir porque nos repitan otras ideas una o dos veces.

Uno de los cambios trascendentales que realiza Maharaj en el buscador es orientarle a sí mismo, utilizando las palabras de su maestro: "No hago discípulos, hago maestros". Punto y final a la búsqueda de la gracia desde algo externo, te toca trabajar a ti, investigar a ti, ser tu propio maestro. Con Ramakant Maharaj llegas a la última estación, la última parada. Me decía un devoto ruso que dónde podía uno ir después de escuchar a Maharaj, y yo tras más de veinticinco años de práctica y búsqueda puse fin a mi búsqueda externa, ya no más maestros ni lugares, ni extrañas prácticas como las del budismo tántrico. Me quedé solo ante mí mismo, con mi propia responsabilidad en la búsqueda, lo cual es mucho más difícil que todo lo que hice hasta entonces.

La mayoría de las enseñanzas espirituales y meditativas que podemos encontrar en el supermercado espiritual de occidente, si bien hermosas y válidas, lo son tal vez para un momento de nuestra vida, para una etapa, después han de ser superadas. Muchas de estas enseñanzas dan instrucciones para una vida ordenada y manejable dentro de las trifulcas de la vida diaria, del trabajo, las relaciones y el infortunio, convirtiéndose en una especie de taller de reparaciones de la vida. Maharaj no entra en ello, simplemente nos dice que seamos normales al vivir la vida. Maharaj va directamente a lo absoluto, casi con una urgencia vital. Los devotos occidentales que vienen a verle no han hecho un largo recorrido ni empleado sus recursos para ser obedientes discípulos en el taller del maestro. Ramakant Maharaj habla de lo absoluto, sin rodeos, sin conceptos, con una desesperante falta de algo a lo que engancharse como estamos acostumbrados a hacer, sin el alimento de los conceptos que nos gusta masticar, sin que te puedas aferrar a él como maestro, con el impacto que nos produce estar delante de un maestro vivo que a lo mejor nos dice algo que no nos gusta. Los maestros que murieron hace tiempo y que descubrimos por sus libros, son más manejables. Maharaj es una persona sencilla, afable, ilustrada y práctica, pero cuando te dice algo no puedes esquivar, la intensidad de las emociones sube ¿Cómo explicarlo? Una vez me dijo "Habla de ti" y de golpe no pude seguir mi argumentación, ya nunca más pude seguir hablando con ejemplos de otros. En otra ocasión alguien preguntó sobre el suicidio, Maharaj contestó y yo me puse espontáneamente a llorar.

Su presencia transmite autenticidad, sinceridad y respeto. No es un maestro que se ha realizado en solitario, sin conexión con nada, es un hombre que sigue unas formas tradicionales de India (perfectamente posibles en occidente) y que comprende muy bien a los occidentales. Maharaj es muy honesto con el linaje, con lo que recibió de su maestro Nisargadatta Maharaj, con el maestro de éste Siddharameshwar Maharaj, y así sucesivamente. "El Ser sin Ser" es una recopilación de conversaciones, no son enseñanzas sistemáticas si bien Maharaj las ha sistematizado en lo posible para la edición del libro, pero mantienen la conexión, respeto y devoción por todos esos maestros. El linaje proporciona una especie de contenedor, espacio o ámbito en el que aun siendo los maestros libres de transmitir las enseñanzas a su manera, éstas han sido aquilatadas por el paso del tiempo, tienen raíces. Tal vez el fruto sea el lector.