Artículos - Ananda Wood
La Enseñanza de Sri Atmananda Krishna Menon
Prakriya 6 - Felicidad y paz
Por Ananda Wood Publicado en Advaita VisionDespués de los prakriyas anteriores, que se ocupaban de los aspectos de la existencia y la consciencia, ahora continuamos con el examen de "ananda" o "felicidad".
Este prakriya comienza con la experiencia común de desear un objeto. ¿Por qué se desea el objeto? Evidentemente, la mente que desea siente una necesidad o carencia de algo. El objeto se desea para satisfacer esa necesidad.
Cuando se consigue con éxito un objeto deseado, la mente se siente satisfecha, en un estado de felicidad. Pero, ¿qué es exactamente la felicidad? Cuando la mente satisface el deseo, ¿de dónde viene (la felicidad)?
Habitualmente, como nuestras mentes desean objetos, pensamos en la felicidad como algo que se encuentra en dichos objetos. Pero por supuesto, esto no es cierto. Un objeto puede o no puede proporcionar felicidad, dependiendo del tiempo y la ocasión. Como señala Sri Atmananda (en Atmananda Tattva Samhita, talk 1: "Donde estamos"), un objeto que nos dio felicidad en la infancia puede muy a menudo dejar de darnos felicidad cuando somos mayores. Así que la felicidad no puede ser realmente algo intrínseco a los objetos de nuestros sentidos y nuestra mente.
Pero entonces, si no está en los objetos, ¿dónde se puede encontrar verdaderamente la felicidad? ¿Puede ser en la mente? No, no puede. Porque si así fuera, la mente siempre estaría disfrutando. En ese caso, nunca veríamos a nuestras mentes insatisfechas. Nunca las veríamos desear ningún objeto deseable. Y nunca veríamos un estado pasajero de felicidad, como resultado de algún objeto conseguido. Nosotros nunca veríamos este estado de felicidad dar paso a un estado más de carencia ― cuando la mente se volviera inquieta de nuevo, con el deseo de algún otro objeto.
En un estado de felicidad, la mente se queda en reposo. Cuando se consigue un objeto deseado, la mente entonces se vuelve una con su objeto deseado. La mente y el objeto ya no son vistos como dos, sino que se resuelven como sólo uno. Cada uno ha desaparecido y disuelto en la consciencia sin mezcla, donde no hay dualidad. Ahí, el yo es uno con lo que conoce.
En un estado de felicidad, esa unidad resplandece, mostrando la verdadera naturaleza del yo de cada persona. De ese yo viene la felicidad. El propio ser de ese yo es su resplandor no-dual, lo que llamamos "felicidad".
Por lo tanto, la felicidad no es un estado pasajero. Es el resplandor inmutable del verdadero yo. En los estados de insatisfacción y desdicha, su resplandor no-dual parece distraído por la dualidad de una mente deseosa que está en desacuerdo con lo que encuentra. En los estados de felicidad, la mente que desea y su dualidad se disuelven, mostrando así al yo por lo que siempre es.
Este es un prakriya muy simple, que demuestra positivamente la no-dualidad del yo. Viendo que la felicidad viene siempre del yo real, como su resplandor no-dual, este prakriya puede cortar de raíz todo valor y motivación. Pero en su simplicidad, el prakriya exige una claridad especial, para la que los prakriyas anteriores pueden haber ayudado a preparar.
6a. Consciencia y felicidad
Pregunta: La felicidad a la que se hace referencia, ¿es felicidad, o un estado (aunque no podemos llamarlo un estado) donde no hay ni felicidad ni infelicidad?
Respuesta: En el Advaita, las palabras "consciencia" y "felicidad" se utilizan como la palabra "temperatura" en la física. Como los físicos conciben el calor y el frío, todos los estados diferentes de ser caliente o ser frío son fenómenos distintos que manifiestan el mismo principio común llamado "temperatura". Hay muchos estados de temperatura ― indicados por diversos grados en el termómetro, comenzando por la ausencia total de calor en el cero absoluto hasta algún alto grado de temperatura. No importa lo caliente o frío que un estado pueda ser, el estado es algo que varía y que pasa. Todos estos estados son diferentes apariencias de un mismo principio llamado “temperatura”.
Del mismo modo en el Advaita, la "consciencia" es el principio común de todos los estados conocidos, no importa el aparente grado de conocimiento. De este modo, el sueño profundo es tratado como un estado de consciencia al que se le ha dado el grado cero, lo que significa que no hay ahí ninguna actividad de conocimiento. Y a los variados estados de concepción y percepción se le dan grados relativos de conocimiento, lo que significa que su conocimiento es incompleto debido a que existe alguna ignorancia.
Así también en el Advaita, la "felicidad" es el principio común motivador en todos los estados de búsqueda y de logro. De este modo, el sueño profundo es tratado como un estado de felicidad al que se le ha dado el grado cero, lo que significa que no existe ahí ninguna búsqueda ni logro. Y a los diversos estados de búsqueda y de logro se les dan grados relativos de felicidad, lo que significa que su búsqueda y logro son incompletos debido a que existe cierta insatisfacción.
Hasta el momento, todo esto es sólo terminología. Pero el Advaita continúa con un cuestionamiento radical de lo que realmente es conocer y lo que realmente se busca conseguir.
- En el caso del conocer, lo que se cuestiona es nuestra suposición habitual de que el conocer es una actividad de percepción y concepción, llevada a cabo por la mente y los sentidos. Ninguna actividad de percibir o concebir conoce nada por sí misma. Sólo crea apariencias, que son iluminadas por el principio común llamado "consciencia".
Ese es el único y verdadero conocer, y no tiene grados. En cualquier momento y en todas partes, está cien por cien presente, en toda su completitud. Eso incluye el sueño profundo, donde la consciencia se encuentra brillando por sí misma, en toda su pureza. - En el caso de la búsqueda y el logro, lo que se cuestiona es otra suposición habitual de que lo que buscamos son estados de logro pasajeros de objetivos parciales y temporales. Tales objetivos no pueden por sí mismos traer la felicidad. Lo que resplandece en su logro es una consciencia indivisa, donde eso que conoce ya no se siente en desacuerdo con lo que conoce.
Ese resplandor indiviso es la propia consciencia. Es la única felicidad verdadera, que se encuentra presente en todos los estados pasajeros, motivando toda su búsqueda y logro. Es el valor final que siempre se busca, el único valor que realmente es encontrado. En la paz del sueño profundo, esa felicidad se muestra al descubierto, resplandeciendo inafectada como siempre lo es ― en la verdad simple, subyacente a todos los cambios de los estados aparentes.
Hay otra manera de ver esto, a través de la derivación de la palabra inglesa "happiness" (felicidad). Ser feliz (happy) es sentirse uno con “hap”, con los acontecimientos (happenings) que tienen lugar en la experiencia de uno. La búsqueda de la felicidad es una búsqueda de esa unidad, que el Advaita dice que es la verdad no-dual de toda experiencia. Es esa por la que todas las acciones se realizan, por la que todos los acontecimientos tienen lugar, en la experiencia de cada uno y en el mundo entero.
En la Taittiriya Upanishad, 2,7, se pone de esta manera:
... yad vai tat sukrtam raso vai sah, rasam hy ev' ayam labdhv anandi bhavati, ko hy ev' anyat kah pranyat, yad esa akasa anando na syat ...
Yo interpreto esto como sigue:
yad vai tat sukrtam raso vai sah, | Es sólo este sabor esencial que es espontáneo y natural. |
rasam hy ev' ayam labdhv anandi bhavati, | Es sólo cuando uno alcanza ese sabor esencial que uno llega a la felicidad. |
ko hy ev' anyat kah pranyat, | Para qué podría estar vivo, y qué podría mover con energía, |
yad esa akasa anando na syat | si no existiera esta felicidad aquí en el trasfondo de todo espacio y tiempo impregnando el mundo entero |
El problema por supuesto, es entender exactamente lo que esto significa ― comprender que la felicidad es un trasfondo inmutable que subyace a todos nuestras sensaciones cambiantes, incluidas nuestras sensaciones más negativas y dolorosas de aflicción, temor y carencia.