Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Extractos > Artículo

Extractos - Núria Guinart

Uno en uno

Introducción al libro: Tú eres la respuesta

Por Núria Guinart
Tú eres la respuesta

Deseo, profundamente, acercarte a esta idea. Expresarla de la forma más sencilla posible: eres Tú; no hay nada más, ni nada menos. Así que merece toda tu atención. Desde la percepción de tu ego, no hay nada que te importe más que tú mismo, ni nada que sea más crucial en tu vida. Hasta ahora, has vivido mirándote el ombligo, centrado en tu persona. Yo, yo y, después, también yo. Este libro te lanza al único cambio real que merece todo tu tiempo: centrarte en ti, pero de otra manera. Esta propuesta quizás te sigue sonando igual de egoísta, pero no lo es en absoluto. Es puro amor. Y eso es lo que quiero transmitirte para que lo hagas por fin tuyo y lo disfrutes como Yo.

La dificultad estriba en que, en apariencia, Tú puedes ser dos cosas ala vez. Imagínate qué locura; es la gran paradoja en la que andamos inmersos. No sé si esto te sonará muy raro; sea como sea, te invito a seguir leyendo conmigo. Te aseguro que te aguarda un gran regalo.

La primera opción que puedes experimentar, y en la cual has estado inmerso toda tu vida, es la de ser una persona viviendo en un mundo externo. Aunque no lo sepas ver, esta es la opción más demente, difícil y agotadora. Se trata de seguir viéndote como una persona indefensa, a la que le ocurren cosas y va solventando problemas gracias a sus aprendizajes mundanos. ¿Hasta aquí, bien? Esta versión la conoces, la conoces muy bien, tanto por la proximidad como por el sufrimiento. Pero ¿qué pasa si te digo que hay otra opción; una que apenas recuerdas y que para ti es infinitamente familiar, más que cualquier otra cosa que puedas pensar ahora?

Esta no es otra que lo que has ido buscando durante siglos y siglos. Siempre ―y si miras con honestidad en tu corazón, lo podrás reconocer― has deseado sentirte unido a todo, sentir que formas parte de algo mayor, algo que apenas puedes pronunciar y cuyo simple recuerdo podría hacerte llorar de emoción. Se trata de un sentimiento de pertenencia más allá de todo lo que puedas pensar e imaginar; una unión que no puede fracturarse y que es tu identidad real.

Este destello tan bonito que apunta a lo que eres, a lo que soy, a lo que somos todos ―y puedo asegurarte que no hay nadie en esta Tierra que no sienta esto― es el deseo que, pese a todo, se ha mantenido en tu corazón, el que siempre te ha acompañado; un deseo que permanece sepultado bajo miles de creencias y dudas: el puro anhelo de ti mismo; las ganas de reencontrarte.

En el mundo del autoconocimiento es habitual escuchar frases de este tipo: "No me conozco a mí mismo", "no sé quién soy" o "me estoy conociendo". Y no es que no te conozcas, sino que no quieres mirar de frente a tu verdadera identidad.

Te estoy hablando de una versión de ti que trasciende todo lo que has vivido. Pero resulta ―y aquí viene el redoble de tambores― que esa parte de ti es también la mía; es la naturaleza que todos compartimos, más allá de cualquier diferencia; es la unidad que reside debajo de toda la diversidad; es el núcleo común que nadie quiere ver pero que somos. Esto es lo más grande a lo que uno puede aspirar, lo más sublime que podemos sentir y expresar. Lo demás es confusión y limitación, pura inventiva.

Ocurre que, cuando se nombra esta dimensión real de nosotros, nos resulta incomprensible o pensamos que no es importante. Esa es la gran trampa en la que caemos. Parece ser que en nuestra sociedad, el mayor de los tabúes es afirmar y decir: "Soy espíritu. Pura vida. El Hijo de Dios. Dios mismo".

Si me has acompañado hasta aquí, y deseo que así sea, habrás sentido muchas cosas, estoy segura de ello. Incluso es posible que te hayas permitido sentir ese destello del que te estoy hablando. Sigue prestando atención a esto: cuando hablamos de Nosotros, menos es más. Todo lo que sumes a esa Unidad, a esa esencia tan pura e íntima que lo es Todo, resultará una resta, una ilusión, una opción reducida y pensada acerca de ti.

El recuerdo de que eres algo mucho más grande que un personaje dentro de un mundo es el gran cambio que esperas en tu vida. ¡Y no es para menos! Desde ahí, solo puedes ser pura felicidad. Cuando te vives como quien eres, no hay lugar para el sufrimiento; la pura gratitud es el camino. Ahí la individualidad ya no tiene nada que ofrecerte, tan solo es un aparente vehículo que utilizar, una vía de expresión.

Eso es ser uno en uno. Saberte Uno y expresarlo a los cuatro vientos con toda tu pasión, tus capacidades y tus dones. Decirle al mundo entero: "Soy el Único que existe aquí".

Eso es amor. Eso es amar. Eso es lo que quería contarte. Y recuerda: cada vez que eliges ser uno en uno, cada vez que decides ir más allá de todas las mentiras que nos hemos contado, lo eliges por todos. ¿Conoces una misión más grande y sentida que esta?

Despierta a Ti. Cada una de las aparentes personas que viven en este mundo lo tienen que descubrir desde la individualidad y, a la vez, como parte del todo. Bienvenido a este paraíso llamado Unidad. Tu misma esencia.

Yo soy simplemente Tú.

Núria, Uno.

Núria Guinart
Sobre la Autora

Núria Guinart es Licenciada en Psicología, Máster en Logoterapia y PNL y facilitadora del perdón. Imparte cursos y talleres basados en la no dualidad y el nuevo paradigma de la conciencia. También acompaña procesos individuales.

Más información