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Extractos - Randall Friend

Un resumen de una búsqueda espiritual

Por Randall Friend
You Are No Thing

¿Cómo "consiguió" Randall esto? ¿Cómo se dio cuenta de esto? ¿Cómo hizo esto?

Estas preguntas fundamentalmente no tienen sentido, porque tienen que ver con un "alguien" que nunca estuvo ahí, alguien que nunca, ni por un momento, ha existido. Se refieren a una historia y no tienen nada que ver con averiguar lo que eres.

Se refieren a un personaje de sueño, a una ficción. Cuentan una historia sobre algo que hay que "conseguir", que claramente no es el caso. Nada ha sido visto, nada ha sido alcanzado, nada ha sido logrado, nada ha sido añadido, nada ha cambiado.

Se trata simplemente de un claro reconocimiento de Eso que ya está ocurriendo, que ya está presente, que ya es plena y completamente alcanzado, lo que quiere decir que nada en absoluto ha sido logrado. Se vio claramente que la identificación con Randall era una ilusión, una identidad equivocada, una creencia en un sueño.

La verdad inequívoca acerca de la iluminación es que no hay nadie ahí. No hay nadie que la obtenga, nadie que pudiera llegar a ella, nadie que pudiera alcanzarla, encontrarla, dar con ella, realizarla, conseguirla. No hay nadie ahí para que sea bañado por la luz de Dios.

Lo que eres está incluso más allá de cualquier idea de iluminación.

Esta historia no trata de alguien que consigue la iluminación o la liberación. Es una historia acerca de darse cuenta de que nunca ha habido nadie, nunca ha habido una persona; nunca, ni por un momento, ha habido un Randall que estuviera buscando o que alguna vez pudiera llegar a estar iluminado.

Sin embargo, si esta historia señala los obstáculos del camino, si resuena con familiaridad, si ayuda a eliminar el mito contradictorio de ser especial, entonces es apropiada.

 

Érase una vez, que "Randall" nació en el seno de una familia cristiana, y fue arrastrado a los servicios dominicales y a una Escuela Bíblica de Vacaciones. Tuvo una educación cristiana típica, bebiendo y mordisqueando los sacramentos porque el almuerzo se había retrasado, jugando con el agua bendita, soñando con veleros y gaviotas, preguntándose por qué todo el mundo estaba tan serio e incómodo con sus mejores galas de domingo.

Sin embargo, este sistema de creencias al que se espera que te adhieras, te exige tener fe, hasta el punto de que cualquier persona no expuesta a su incuestionable verdad seguramente arderá en el infierno eterno. Para una mente joven, esto no tiene mucho sentido.

En aquella época, las religiones alternativas se iban filtrando en la cultura, escondidas entre los otros tabúes como las revistas sucias de tu padre y las latas de cerveza escondidas. La meditación también fue surgiendo en la conciencia pública, pero sin embargo se originaba en un lugar extraño y lejano, el dominio del diablo y los fumadores de marihuana, y definitivamente era algo en que un buen chico cristiano no querría tomar parte.

Tal vez debido a la desilusión con el cristianismo, quizás tan sólo porque era un tabú, Randall investigó todo lo que pudo acerca de la meditación. Sin embargo, tratar de quedarse quieto y aquietar la mente era un trabajo duro.

Randall estaba fascinado por el budismo, en particular por la idea de que un hombre podía alcanzar un estado de iluminación a través de la meditación. La mente joven y fértil de Randall de alguna manera equiparaba este estado con Dios.

Muchos, muchos años parecieron pasar; Randall encontró en el budismo a un compañero de lectura constante, una manera de quitarse de la cabeza las presiones y el estrés constante, una salida para el sufrimiento de un matrimonio fracasado y dificultades financieras.

Sin embargo, a través de estos años, no tenía una comprensión real, no pasaba nada. La meditación era sólo una fascinación, una manera de calmarse.

La búsqueda espiritual de Randall continuó, aunque era poco más que un baño de palabras exóticas, lecturas en un idioma que no se entendía, reflexionando sobre paradojas con un intelecto agudo.

Exploró muchas tradiciones: Zen, Taoísmo, Dzogchen. La idea de que esto era no-dualidad nunca le vino a la mente ni una sola vez. Entonces el Vedanta Advaita apareció.

Sri Nisargadatta Maharaj me ofreció el primer sabor del Vedanta Advaita. La lectura de su libro (Yo soy Eso) no era la típica comida espiritual, no desde luego esa charla blanda y suave de abrazos y flores tipo nueva era. El mensaje de Nisargadatta era como darse cabezazos contra una pared de ladrillo tan fuerte como puedas. Y una vez que te levantas, sangrando y semi-consciente, sigues dando cabezazos una y otra vez.

Todas las baratijas y juguetes de la práctica espiritual genérica fueron sacudidos, puestos en duda. La raíz de la gran búsqueda espiritual estaba claramente, pero de alguna manera obscena, al descubierto en toda su gloria y vergüenza.

La Gran Búsqueda Espiritual tenía que ver realmente con llegar a ser algo diferente, algo mejor. Se entendía claramente que el tiempo de vida de la búsqueda miraba hacia el futuro, en busca de un cambio, en busca de algo especial.

Este hombre entonces joven encontró que Internet se había convertido en una realidad, muy lejos de la poca información disponible en las bibliotecas sobre filosofías extranjeras, o en las suscripciones a revistas. Entonces Randall encontró que Sailor Bob Adamson y Gilbert Schultz estaban disponibles y presentes en el ciberespacio.

Randall intercambió correos electrónicos con Gilbert, en la mayoría de estos correos Randall exponía sus grandes capacidades intelectuales y su habilidad en el discernimiento. Gilbert repetidamente rechazaba incluso los argumentos más lógicos con un tema recurrente, inflexible y fastidioso: "El ver está ocurriendo".

Randall visitó a Sailor Bob Adamson y descubrió que Bob era tan amable y entrañable como ningún ser humano que jamás hubiera conocido. Su mensaje era claro: "Lo que estás buscando, tú ya lo eres. No eres nadie (es decir, eres ninguna cosa)".

Después de meses de conversación con Gilbert y llamadas a Bob, Randall se hizo eco de muchos de los discursos típicos de la búsqueda. Tenía una clara comprensión intelectual, pero simplemente no estaba allí todavía, no había visto Esto, faltaba una pieza del rompecabezas, necesitaba algo más. Entonces Randall encontró una charla de Bob en el sitio web de Gilbert:

Bien, "conocer" es lo que yo llamo inteligencia. No tu intelecto. Inteligencia. Es la actividad del conocer – la energía de la inteligencia. El conocer es una actividad – de algo que está sucediendo en la inmediatez del momento. Cualquier actividad es un movimiento de energía. No es el contenido del conocer, es decir, conozco esto o conozco aquello, todo eso es adquirido, todo es conceptualizado, sólo palabras. Me refiero a la actividad básica del conocer. Tú no estás conociendo hace un momento. Tampoco estás conociendo en un momento futuro. Está ocurriendo en la inmediatez del momento, así que es una actividad – algo que está ocurriendo ahora. Es esta energía o fuerza de vida o cualquier etiqueta que le pongas, que está funcionando ahí en la inmediatez del momento. Eso es lo que eres.

Algo parecía suceder, desmoronarse, caer. Nada sucedió realmente, sin embargo la identificación como Randall se vio muy claramente como falsa. La identificación con el cuerpo y la mente se vio que es una suposición o presunción falsa.

La creencia en una persona, en una entidad separada, en un yo limitado y encerrado en un cuerpo-mente fue claramente reconocida como una mera creencia, vista sin el filtro nublado de las presunciones. El reconocimiento fue una apertura, que permitía que la verdad brillara a su través. La superposición de la creencia se vino abajo en la apertura.

Esa presencia clara y siempre presente de conocer fue reconocida, realizada como lo que siempre ha sido y estado ahí, y percibida como lo que yo soy y siempre he sido.

Sí, el ver está ocurriendo. Sin excepción.

Realmente yo no soy nada; no una cosa, no una apariencia, no el nombre y la forma, no una parte separada, no un ser limitado. Lo-que-yo-soy es todo eso, todo lo que aparece, todo lo que viene y se va, todo lo que surge y el espacio abierto y espacioso en el que aparece.

Y en eso, está claro que nunca ha sido cuestión de conseguir nada, nunca de llegar a ser, nunca de "sólo una comprensión intelectual", nunca de "casi estoy ahí", nunca de "no estoy ahí todavía". Siempre ha sido sólo cuestión de reconocimiento. De lo que siempre estuvo ahí.

Reconociendo la verdadera naturaleza como ninguna cosa.

Esa misma libertad, esa liberación, esa paz, ese amor que estaba siendo buscado, ya estaba alcanzado, siempre ha estado ahí. Estaba aparentemente oculto, pero completamente a la vista, siempre.

Sin lugar a dudas, la búsqueda claramente había terminado, no porque todas las respuestas hayan sido halladas o descubiertas, sino debido a que el buscador, la persona, se vio que es falsa, una ficción, no-existente.

Yo era nada. No una cosa, no una apariencia. Sin embargo, claramente este ya era el caso y siempre había sido así.

El final sin fin de un comienzo sin principio.

Del capítulo 1 de: You Are No Thing
Fuente: Randall Friend. You Are No Thing (Non-Duality Press)