Ruta de Sección: Inicio > Artículos >Extractos > Artículo

Extractos - Scott Kiloby

Living Realization

Capítulo 9 ― El espejo de la relación

Por Scott Kiloby

"Yo no puedo existir como un ser aparte. Existo sólo en relación con las personas, las cosas y las ideas.

La relación es el espejo en el que nos vemos a nosotros mismos tal como somos. Toda la vida es un movimiento en la relación... En esa relación, que es el espejo en el que podemos vernos a nosotros mismos, podemos descubrir lo que somos, nuestras reacciones, nuestros prejuicios, nuestros miedos, depresión, angustias, soledad, tristeza, dolor, pena. También podemos descubrir si amamos o [si] no hay tal cosa como el amor."

- Jiddu Krishnamurti

Scott Kiloby

En Living Realization, no decimos que no existe nada. Decimos que nada (ninguna cosa) existe por separado. Las cosas existen como cosas separadas sólo debido a su relación entre sí. La relación es dualidad. Y la dualidad es un producto del pensamiento. Viene directamente de nuestro lenguaje. El lenguaje es pensamiento. Así que cuando decimos "cosas" realmente queremos decir "pensamientos". Lo que Krishnamurti señala en última instancia, es el reconocimiento de que toda relación es un movimiento del lenguaje, que es lo mismo que decir que es un movimiento del pensamiento. Prueba esto por ti mismo:

Cuando miras alrededor de la habitación en este momento, ¿cómo sabes que hay cosas separadas? La única manera de saber que algo parece existir separado es a través del pensamiento. Así que una mesa parece existir como una "cosa" totalmente separada, sólo cuando aparece el pensamiento o la idea de ella. Cuando te fijas en la habitación con la pura conciencia desnuda (es decir, sin el pensamiento), verás la apariencia de líneas, texturas y colores. Por ejemplo, la llamada mesa es de un color y los elementos sobre la mesa, así como el suelo debajo de la mesa son de diferentes colores. Pero mirando la habitación con la pura conciencia desnuda no conceptual, el pensamiento "silla" no aparece. El pensamiento es un concepto. Y por tanto no hay manera de conocer la silla como una "cosa" existente independiente sin etiquetarla como una "silla". Las "cosas" vienen a la existencia como algo separado y aparte unas de otras sólo a través de los conceptos que las resaltan. Los conceptos vienen directamente de nuestro lenguaje. Así que cuando nos fijamos en la habitación sin nuestro lenguaje, miramos desde lo que realmente somos en el más profundo sentido – la pura conciencia desnuda no conceptual. El lenguaje aparece y desaparece en la conciencia. El lenguaje no refleja o simplemente no informa de una realidad dualista "ahí afuera". Ayuda a crearla. Y una vez que aparece una "cosa", la vemos como una cosa separada sólo por su relación con otras cosas. Por lo tanto, una silla es una silla porque hay otras cosas que no son las sillas, como una mesa o el suelo.

¿Por qué es importante incluso esta discusión? ¿Por qué no reconocer simplemente la conciencia presente como el claro espacio vacío que está mirando ahora mismo? ¿Por qué implicarse en el estudio del reino de las apariencias? La invitación en este capítulo es no pensar en cómo las cosas existen en la relación o analizar el reino de los fenómenos aparentes. La invitación aquí es similar a la invitación en el capítulo relativo a la "Historia Central" y en todos los demás capítulos. Reconoce la conciencia presente ahora mismo. No trates de manipular las apariencias. Observa que las apariencias no están separadas de la conciencia. Estamos hablando del espejo de la relación no de animarte a que manipules los pensamientos que aparecen, o que psicoanalices tus relaciones o a otras personas, sino más bien ayudarte en el ver que todo el reino de la dualidad es una apariencia en la conciencia. El pensamiento aparece y desaparece en la conciencia. Es decir, la noción de personas separadas es un producto del pensamiento que aparece y desaparece en lo que realmente somos – conciencia. Este presente ver es todo lo que se necesita. Ningún análisis más es necesario.

¡Este ver es profundo! Revela que el conflicto en la relación es un producto de enfatizar los pensamientos en lugar de reconocer la conciencia espaciosa como nuestra verdadera identidad. Como será visto con más detalle más adelante, este ver revela que gran parte de tus pensamientos sobre los demás tienen más que ver con la definición de un yo frente a otros yoes. No hay un yo separado sin que haya "otro". Las dos ideas son mutuamente dependientes entre sí. Aparecen juntas y obtienen sus significados individuales sólo en relación de una con la otra. Cuando aparece el sentido del "yo", el sentido del "otro" aparece en conjunción con él. Del mismo modo que sólo conoces una "silla" como algo que existe separado mediante el concepto de "silla" y su relación con otros conceptos que no son "sillas", como "mesa" y "suelo". Sólo puedes conocer a un yo separado comparando y contrastando este "yo" con un "otro". Esto crea la falsa apariencia de que las personas existen como "cosas" totalmente separadas. El conflicto aparece cuando tratamos de distanciarnos, compararnos y diferenciarnos de "otros". Este conflicto es un resultado directo de creer en una separación que es ilusoria (que es un producto del pensamiento).

El Juego de los Opuestos

Una de las formas más sencillas para empezar a considerar la relación es a través del juego de los opuestos en nuestro lenguaje. Cada palabra de nuestro idioma (es decir, cada pensamiento) obtiene su significado, al menos en parte, de lo que no es. Cada idea tiene un opuesto y obtiene su significado por referencia implícita al contrario. "Negro" no es negro porque sea una cierta apariencia por sí misma. Nada existe de forma independiente. Es negro en parte por lo que no es – blanco. Del mismo modo, "arriba" es arriba en parte porque no es "abajo". "Izquierda" es izquiera en parte debido a su relación con la derecha. La lista es interminable. Aquí está una lista no exhaustiva de opuestos:

Tú / yo (o yo / otro)
Nosotros / ellos
Negro / blanco
Negativo / positivo
Bueno / malo
Nacimiento / muerte
Luz / oscuridad
Causa / efecto
Silencio / sonido
Moral / inmoral
Guerra / paz
Frío / Calor
Arriba / abajo
Izquierda / derecha
Aquí / allí
Pasado / futuro
Alto / bajo
Mezquino / agradable
Hermoso / feo
Ruidoso / callado
Reposo / movimiento
Aceptación / rechazo
Rápido / lento

Otra forma de hablar sobre el juego de los opuestos dentro de nuestro lenguaje es considerar la distinción entre presencia y ausencia. Una palabra a menudo indica la presencia de algo. Su opuesto es la ausencia de esa cosa. Definimos algo, al menos en parte, por lo que no es. Por ejemplo:

Controlar / no controlar
Manipulador / no manipulador
Codicioso / no codicioso
Amable / no amble
Útil / no útil
Inteligente / no inteligente
Hermoso / no hermoso
Mesa / no mesa
Luna / no luna
Casa / no casa

Esta relación de presencia/ausencia aparece a menudo en las enseñanzas espirituales. Es importante ver que incluso nuestros términos espirituales más preciados son sin embargo el producto de enfatizar los opuestos dualistas. Es importante ver que incluso nuestros términos espirituales más preciados son sin embargo el producto de enfatizar el pensamiento y por lo tanto la dualidad.

Presencia / ausencia
Algo / nada
Espiritual / no-espiritual
Yo / no-yo
Elección / no-elección
Dios / no-Dios (ateo)
Práctica / no-práctica
Sendero / sin sendero
Forma / sin forma
Materia / espacio
Existencia / inexistencia
Ser / no-ser
Dualidad / no-dualidad
Tiempo / atemporalidad
Conciencia / apariencias
Consciencia / contenido de la consciencia

¿Te das cuenta de que una palabra no tiene significado sin referirse a otras palabras, en especial a su opuesto? Las palabras encuentran su significado a través de la relación. Las letras se colocan juntas para formar palabras. Las palabras se colocan juntas para formar frases. Las frases se colocan juntas para formar párrafos y así sucesivamente. Aunque esto puede parecer obvio y algo elemental, a menudo se pasa por alto en nuestra vida cotidiana. Apoyamos entonces por completo el dualismo, sin reconocer que sólo aparece porque aparece el pensamiento. Dicho de otra manera, la dualidad no es real. No está "ahí fuera" en el mundo. Está "aquí dentro" en la mente. E incluso es un juego de opuestos. Fuera y dentro aparecen juntos como opuestos. Es por eso que la conciencia es a menudo llamada "no-dual". La conciencia es anterior al pensamiento. Es la simple presencia despierta no-conceptual que está leyendo estas palabras ahora mismo. No es "del pensamiento" en absoluto. Cuando la conciencia no-dual es realizada, incluso "fuera" y "dentro" se ven como puramente conceptuales.

Desde el momento en que buscamos en el pensamiento un sentido del yo, o para cualquier tipo de comprensión, estamos entrando en este mundo de los opuestos binarios. Entramos en un reino de dualidad. Por lo tanto, hemos entrado en una relación.

La tendencia en muchos programas espirituales y de auto-ayuda es asumir que la dualidad es real – asumir que en realidad hay dos objetos (por ejemplo, yo y otro) que deben negociar uno con el otro de alguna manera. Poco después de que se hace esta asunción, se te dan consejos sobre "cómo actuar" en relación con los demás. En Living Realization, la invitación es sólo para reconocer tu verdadera identidad como conciencia y ver que las apariencias "yo" y "otro" son apariencias de la conciencia. Hay algo que ve tanto el pensamiento "yo" como el pensamiento "otro". Lo que ve esos pensamientos es lo que realmente eres. Los pensamientos no ven, ni hablan, besan, ríen, trabajan, escuchan o cualquier otra cosa. Puesto que las personas son "pensamientos", las personas no puede realmente amarse (unos a otros). Dos pensamientos nunca se encuentran. Los pensamientos no se encuentran. Los pensamientos realmente nunca entran en conflicto. Simplemente parece que hay un conflicto porque nos tomamos a nosotros mismos como pensamientos. Los pensamientos no se aman unos a otros tampoco. Lo que eres es la conciencia. La conciencia es amor. El amor no se divide o se rompe. Los pensamientos simplemente aparecen y desaparecen en la conciencia. Eso es todo lo que hacen. Van y vienen dentro del espacio que somos. Los pensamientos dan lugar a la ilusión de la separación. Es por esto que se dice a menudo que la realización de la conciencia es la realización del amor incondicional.

Vamos a ser un poco más específicos acerca de cómo aparece la separación, y por consiguiente cómo surge el conflicto en la relación. En esencia, cada persona es un conjunto de ideas. No estamos hablando simplemente del "yo" pensamiento. En un sentido inconsciente u oculto, creemos realmente que somos diferentes historias dualistas y que nuestro sentido del yo está ligado al pensamiento. Aquí está una lista no exhaustiva de esas historias que creemos que somos y las historias que contamos acerca de otros en nuestra ilusión de la separación:

Soy una buena persona
Ella es una mala persona
Soy una persona espiritual
Él es una persona no espiritual
Soy atractivo
Ella es no atractiva
Estoy triste
Él es feliz
Yo tengo razón
Ella está equivocada
La religión X es la verdad
La religión Y no es la verdad
Los demócratas tienen razón
Los republicanos están equivocados
Dios es real
Dios es irreal
La ciencia tiene las respuestas
La ciencia no tiene respuestas
Estados Unidos es un gran país
Estados Unidos es un país horrible
Soy musulmán
Él es judío
Somos chinos
Ellos son irlandeses

Todos estos son pensamientos. Nada más. No tienen ninguna realidad "ahí afuera". Las cosas y las personas separadas no existen, excepto a través del pensamiento. ¿No ves el juego de los opuestos que acontece en estas historias que contamos sobre nosotros mismos y en nuestras opiniones sobre el mundo? Para ser una buena persona, tiene que haber "malas personas" ahí fuera. Con el fin de ser atractivo, tiene que haber personas poco atractivas. Para mantener una opinión, tiene que haber alguien que tenga una opinión contraria. Por ejemplo, para que mi opinión de que Estados Unidos es grandioso tenga un significado real, debo ser capaz de definir esa opinión en contra de algo más ahí fuera, es decir, la opinión de que Estados Unidos no es grandioso. Cada posición necesita un opuesto. Para ser musulmán, debe haber otros que son no-musulmanes (por ejemplo, deben ser cristianos). Sin un opuesto, no hay identidad. Ni separación.

Nos encontramos con identidades individuales a través de los pensamientos. Este es el pensamiento auto-centrado o pensamiento ego-centrado. Es el paradigma yo en contra de otro. También a menudo nos unimos a grupos o nos definimos a nosotros mismos como parte de una identidad colectiva más grande, como una raza, una asociación, una iglesia, una nación, una filosofía o un partido político. Todo esto es pensamiento centrado en el grupo o pensamiento etno-centrado. Es el paradigma nosotros en contra de ellos. Todavía es identificación con el pensamiento. No hay nada malo con el pensamiento, ni hay nada malo en ser miembro de un grupo. La separación y el conflicto aparecen cuando enfatizamos estos pensamientos como nuestra identidad en lugar de reconocer la conciencia como nuestra verdadera identidad. Mantenemos viva la separación asegurándonos de que hay otros con quienes podemos definirnos en contra, con quienes podemos estar en desacuerdo, y con quienes estar en conflicto y guerra. Escogemos una palabra dualista y marginamos su contrario. Por ejemplo, a lo largo de la historia los cristianos han marginado a los "otros", es decir, los no cristianos. Los rusos han marginado a los demás, es decir, a los no rusos. Los blancos han marginado a los demás, es decir, los negros. La lista es interminable. ¿Ves lo que estamos haciendo con el lenguaje? Dibujamos líneas fronterizas conceptuales. Tratamos esas líneas fronterizas como reales, en vez de conceptuales. Todas las líneas fronterizas son posibles líneas de batalla.

Desde el punto de vista de un yo separado, juzgar exteriormente a un "otro" es la forma en que te separas a ti mismo del otro. Si el juicio exterior es que las personas controlan, esto significa implícitamente que tú te ves como que no controlas. La lista es interminable. Si mi esposo está equivocado, yo estoy en lo cierto. Si mi jefe es un idiota, yo soy un buen tipo. Si soy una víctima, otros son culpables. Si soy desafortunado, otros parecen afortunados. Para ser rico, otros tienen que ser pobres. Para ser espiritual, tiene que haber otros que son etiquetados como "no espirituales".

Con sólo ver este juego de opuestos apareciendo en la conciencia, la identificación se relaja de forma natural. Cuando la identificación se relaja, desaparece el conflicto. Esta es una prueba perfecta de que el conflicto surge sólo cuando hay identificación con el pensamiento. Cuando surge el conflicto, por lo general hay también un componente emocional. Experimentamos el conflicto con los "otros" como pensamientos y emociones en el cuerpo. Observa esto por ti mismo. Imagina a alguien en tu vida con quien estás en conflicto. Plantea escenarios dolorosas en el pasado entre tú y la otra persona. Ahora deja de pensar en la otra persona por un momento y siente el cuerpo. Lo que aparece como un "otro" ahí fuera en el mundo se experimenta realmente muy íntimamente dentro de lo que llamamos "mente" y "cuerpo". La única manera de conocer a un "otro" es a través del pensamiento y de la emoción. Ahora, suelta las ideas de "cuerpo" y de "mente" y simplemente reconoce dentro un espacio no-conceptual. Ese espacio es la conciencia. Es lo que realmente eres. Dentro de ese espacio, toda relación y conflicto se agotan. En el reconocimiento de que eres este espacio, los pensamientos y las emociones que dan lugar a conflictos pueden ser tal como son. Los pensamientos y las emociones son vistos como aspectos inseparables de la conciencia. Esto significa que los pensamientos y las emociones no están ocurriendo en última instancia a una persona. Están ocurriendo en un espacio. Y los pensamientos y las emociones no son otros que el espacio. En otras palabras, no hay manera de encontrar una línea fronteriza definida entre las apariciones dentro del espacio y el espacio mismo. Este ver es aceptación. Se ve que no hay nadie ahí en conflicto con uno mismo, el otro, la vida o el mundo. Todo está simplemente apareciendo exactamente de la forma en que está apareciendo.

Es importante decir que el reino de la dualidad (es decir, el reino del pensamiento) es inofensivo y hermoso, una vez que no hay más identificación con él. En Living Realization, no hacemos del pensamiento un enemigo. No te estamos invitando a que no tengas opiniones o conocimientos. No te estamos invitando a que dejes de pensar. Sólo otro pensamiento diría eso de todos modos. El reconocimiento de la conciencia de ninguna manera excluye el pensamiento. La invitación aquí es reconocer la conciencia presente como nuestra verdadera identidad y ver que los pensamientos no tienen nada que ver con la identidad. Los pensamientos son apariencias inseparables de la conciencia. No hay necesidad de manipular cualquier apariencia. En ese ver, los pensamientos no se manipulan de ninguna manera. A todos los pensamientos se les permite ser justo lo que parecen. Esto es lo mismo que decir que a todas las personas se les permite ser porque las personas son pensamientos. Este ver es aceptación natural, perfecta e incondicional. Cuando no buscamos la identificación con los pensamientos que aparecen, los pensamientos tienen una función práctica y útil. No son ya armas de conflictos. Son herramientas de comunicación.

La conciencia es lo que somos. Las opiniones, ideas e historias individuales son apariencias en lo que somos. Este reconocimiento revela que el conflicto es ilusorio. Revela que lo que somos, que es conciencia no-dual, nunca se ha dividido. Nuestra verdadera identidad es amor. Esto es lo que Krishnamurti estaba señalando en la cita anterior. Cuando vemos las formas en que el pensamiento da la apariencia de dualidad, vemos que nuestra verdadera naturaleza es la conciencia indivisa, que es lo mismo que decir que nuestra verdadera naturaleza es amor. El amor es lo que está mirando ahora mismo antes de que nos confundamos con el pensamiento. El amor nunca se ha roto. Y por lo tanto el universo en realidad nunca se ha fragmentado en partes que necesitan ser reconciliadas a través del pensamiento. El pensamiento es lo que crea la dualidad ilusoria. No podemos pensar en nuestro camino hacia el amor. Somos el amor. La palabra amor está siendo utilizada aquí como sinónimo de "conciencia".

Recuerda: Reconoce la conciencia presente ahora mismo. No trates de manipular ningún pensamiento en el espejo de la relación. Ve que todos los pensamientos son apariencias inseparables de la conciencia.