Extractos - Osho
No busques la verdad...
...tan sólo deja de mantener opiniones
Por Osho¿Cómo puedes tú buscar la verdad? ¡Tú eres irreal! ¿Cómo vas a buscar lo Divino? ¿Cómo vas a buscar la verdad? ¿Cómo vas a buscar? ¿Qué vas a hacer?
Como mucho, tu mente proyectará una ilusión. Como mucho, proyectarás una verdad. Te imaginarás una verdad, soñarás una verdad. Por eso los hindúes ven a Krishna cuando alcanzan lo Divino y los cristianos ven a Jesús cuando llegan a la verdad.
Pero la verdad no es ni hindú ni cristiana, la verdad no es ni Krishna ni Cristo. ¡Esas son formas, ropajes! Y si lo que te llega todavía siguen siendo vestidos, eso muestra que estás lleno de opiniones (cristianas, hindúes) y las proyectas.
Sosan dice (1): No busques la verdad... No puedes buscarla. ¿Cómo vas a buscarla? Toda búsqueda es de la mente, todas las búsquedas surgen de la mente. La consciencia nunca busca, nunca persigue nada; la consciencia simplemente es. Es ser, no es un deseo.
La búsqueda es un deseo. Has buscado la riqueza en el mundo, el poder y el prestigio, y has fracasado. Ahora buscas a Dios y la verdad, pero tú eres el mismo. Nada ha cambiado, sólo las palabras. Antes era «poder», ahora es «Dios»; pero eres el mismo buscador.
La verdad no se puede buscar. Por el contrario cuando toda búsqueda cesa, es cuando la verdad llama a tu puerta; cuando el buscar ya no existe, la verdad te llega. Cuando dejas todos los deseos, cuando ya no tienes ningún motivo para ir a ninguna parte, de repente descubres que estás iluminado.
De pronto encuentras que tú mismo eres el templo que buscabas. De repente llegas a darte cuenta de que tú eres Krishna, de que tú eres Jesús. No te llega ninguna visión; eres el origen de todo, eres la propia realidad.
No busques la verdad;
tan sólo deja de mantener opiniones.
No mantengas opiniones (ya sean cristianas, hindúes, mahometanas o jainitas), no las mantengas. No lleves contigo ninguna escritura, si no podrás llegar a ser un hombre con conocimientos pero nunca un hombre sabio. Podrás llenarte de conocimientos e información, pero todo será prestado y estará muerto. La opinión no es la verdad, no puede ser. La opinión es de la mente, y la verdad no viene de la mente; la verdad ocurre cuando ya no hay mente. La opinión es lo conocido y la verdad es lo desconocido. Cuando cesa lo conocido, lo desconocido llega a ti. Cuando no te envuelve lo conocido, lo desconocido está ahí. Con la mente no puedes alcanzar la verdad. Esto es lo único a lo que hay que renunciar ― la mente, la opinión, el ser cristiano, el ser hindú, el Gita, la Biblia, el Corán. No puedes cargar con ningún conocimiento, porque el conocimiento pertenece a la mente, no a la consciencia.
Observa la diferencia. Te he dicho que la consciencia es como un espejo: lo que sea que se ponga ante él es reflejado, sin ningún prejuicio. El espejo no dirá: «Esta mujer es hermosa, me gustaría reflejarla. Y esta otra no me gusta; no la voy a reflejar, es fea». No, el espejo no tiene ninguna opinión. El espejo simplemente refleja; esa es su naturaleza.
Otra cosa es una placa fotográfica. También refleja, pero sólo una vez; luego, el reflejo se queda adherido. Una placa fotográfica oculta en la parte trasera de la cámara también refleja, pero sólo una vez. La mente es como una placa fotográfica: refleja, y entonces se aferra al reflejo; entonces lleva esa información muerta; entonces llevará siempre la misma información.
Un espejo refleja y de nuevo se vacía..., de nuevo está listo para recibir. Un espejo está siempre dispuesto a recibir porque nunca se queda apegado a nada. El espejo no opina. La mente tiene muchas opiniones, y debido a ese muro de opiniones nunca serás capaz de llegar a la verdad.
La verdad está ahí. No es una teoría, es una realidad; tiene que ser experimentada; no puedes pensar acerca de ella, no puedes filosofar sobre ella. Cuanto más filosofas, más te alejas. Puede que los pecadores la vislumbren alguna vez, pero los filósofos nunca.
Sosan dice:
No busques la verdad;
tan sólo deja de mantener opiniones.
No permanezcas en el estado de dualidad;
evita cuidadosamente esas búsquedas.
Si queda rastro de esto o aquello,
de lo correcto o lo incorrecto,
la esencia de la Mente se perderá en la confusión.
...Todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno...
No hagas de esto una teoría a la que aferrarse, dispuesto a pelearte si alguien te dice: «¡no!». Eso es lo que ha ocurrido en la India.
Hay una escuela de la no-dualidad: Shankara, junto con su escuela, usaba toda clase de argumentos para defender la filosofía de que sólo el uno existe, lo no-dual. Si alguien decía que lo dual existe, él estaba dispuesto a argumentar. Y el que defendía la dualidad se defendía diciendo: «¿Cómo puede el uno existir? El uno no puede existir porque necesita al otro para existir».
¿Puedes hacer operaciones aritméticas con sólo un dígito? No se necesitan diez pero al menos dos son necesarios. Einstein lo intentó usando sólo dos dígitos en aritmética (el uno y el dos: uno, dos; luego vino el diez, el once, el doce, y después el veinte. Esta forma funciona, puede hacerse. No se necesitan nueve o diez dígitos), pero sólo con uno no es posible.
Los que están a favor de la dualidad dicen que la existencia no es posible sólo con el uno. Hasta un río necesita las dos orillas para fluir. Se necesita un hombre y una mujer para que nazca un niño; la vida necesita de la vida y de la muerte como las dos orillas del río para fluir entre ellas. El uno sería muy monótono; ¿cómo va a proceder la vida del uno? Ellos mantienen que es dos. Y aquellos que dicen que es uno, no-dual, también luchan contra los que están a favor de la dualidad.
Sosan dice que si realmente has entendido que todo procede del uno, ni siquiera te identificas con ello, porque el identificarte muestra que estás a favor de algo y en contra de algo. Si dices: «Soy no-dualista», no has entendido nada; porque si sólo existe el uno, ¿cómo puedes ser dualista o no-dualista? ¿Y qué quieres decir con lo de no-dualista? Si no hay dualidad, ¿qué quieres decir con eso de no-dualista? ¡Quédate en silencio!
Un verdadero no-dualista no puede afirmar, no puede decir ―«Yo creo en esto», porque el creer siempre implica el opuesto. Si digo: «Creo esto», entonces queda implicado que no creo en lo otro. Entonces se crea el dos.
Sosan (y él es un verdadero no-dualista) dice:
Aunque todas las dualidades proceden del Uno,
no te apegues ni siquiera a este Uno.Cuando la mente existe imperturbable en el Camino,
nada en el mundo puede ofender,
y cuando ya nada puede ofender,
deja de existir tal como era antes.
Esto es muy hermoso, ¡trata de recordarlo!