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Extractos - John Levy

La Naturaleza del Hombre según el Vedanta

por John Levy

Segunda Parte:  La Experiencia Objetiva

IV. Introducción al Análisis de la Experiencia Objetiva

1. La experiencia objetiva

La experiencia objetiva es una mezcla de pensar y de sentir. La naturaleza de la sensación no puede entenderse hasta que el pensamiento como tal no haya sido analizado por completo. Por "pensamiento como tal" quiero decir el producto de cognición formal, ya sea voluntario o involuntario.

2. Los dos tipos de cognición

La cognición puede ser introvertida o extrovertida, es decir, subjetiva u objetiva. La introversión pura nos lleva inmediatamente más allá de la mentación. Esto se debe a que un pensamiento y su objeto, sea cual sea ese objeto, son inseparables (1). Si, por ejemplo, dirigimos nuestra atención hacia la existencia absoluta, que es el yo (self) real, se desvanece la objetividad y el pensamiento se funde en la no-dualidad. Y, por otro lado, si nuestra atención se vuelve hacia los objetos sensoriales, el conocimiento de estos objetos constituye otros tantos pensamientos objetivos. Es en este tipo de pensamiento en el que estamos actualmente interesados.

3. Un pensamiento no es una entidad

Veremos en un capítulo posterior que el pensamiento es el nombre que le damos a la aparente objetivación de la consciencia. Por el momento, sin embargo, hablaremos de los pensamientos como si fueran entidades reales, ya que las personas comunes y corrientes así lo consideran.

4. Pensamiento abstracto y generalización

Antes de proceder a nuestro examen de la extroversión, detengámonos un momento para ver lo que se quiere decir con pensamiento abstracto y generalización, y así evitar malentendidos. Están vinculados a la percepción sensorial, porque para alcanzar la abstracción o la generalización, debemos tener en cuenta las particularidades; y el pensamiento actual que resulta es siempre en términos de los sentidos, no importa qué tan abstracto pueda ser el pensamiento o por qué intuición se puede haber llegado a él. A modo de ejemplo, la palabra hombre se utiliza en el título de este libro para denotar las características del estado humano. Pero tan pronto como la palabra es aprehendida algún tipo de representación visual aparece, aunque sea vagamente, ante el ojo de la mente (2). Del mismo modo, todas las nociones abstractas, ya sea que se refieran a cualidades, números, relaciones o conceptos, requieren el apoyo de algún objeto de percepción sensorial, incluso si es sólo un símbolo, como una cifra o un sonido. Los pensamientos abstractos y las generalizaciones son por tanto objetos de la consciencia. Como tales, son bastante distintos de la introversión.

5. Los objetos de consciencia

Un objeto de consciencia puede definirse como todo aquello que puede reaparecer en la memoria, por lo tanto sólo recordamos aquellas cosas que hemos conocido.

6. Percepción sensorial

Los objetos como tales en realidad nunca se perciben. Las percepciones sensoriales no nos ofrecen más que sensaciones desnudas de sonido, tacto (3), luz (4), gusto y el olfato: no nos presentan nociones predefinidas de objetos. Cómo es que de las sensaciones simples formamos la compleja noción de un mundo externo limitado por el tiempo, el espacio y la causalidad será el tema de la segunda parte de nuestra Indagación.

 

V. La Percepción Sensorial y la Noción de Objetos

1. Cómo surge la noción de un objeto

Como acabo de declarar las percepciones sensoriales no nos ofrecen más que sensaciones desnudas de sonido, tacto, luz, gusto y olfato. Si el perceptor es repetida y similarmente afectado por un grupo más o menos constante de sensaciones, se forma la noción de un objeto específico o clase de objetos.

2. La correlación de los objetos de los sentidos

La luz es inseparable de, y por tanto una con, el acto de ver. El sonido es inseparable de, y por tanto uno con, el acto de oír. Un mismo estímulo puede dar lugar a sensaciones de sonido en el lenguaje de los oídos, o de tacto, luz, sabor y olor en el lenguaje de la piel, los ojos, la lengua o la nariz. Pero esto no quiere decir que lo que estimula la percepción sensorial tenga existencia real, aparte de ser percibido. Si hacemos abstracción de nuestra noción de un objeto que existe independientemente de las cualidades que nuestros sentidos le han dado, su materialidad y objetividad se desvanecen: y lo que queda es existencia sin nombre y sin forma (5). En lo que se refiere a los sentidos, algo sin duda ha sido aprehendido: pero ese algo, en realidad, no es un objeto: trasciende la dualidad de conocedor y conocido. Ahora bien, la abstracción de las cualidades sensibles de un objeto extraño implica que su perceptor, en el proceso, ha trascendido las cualidades sensibles de su persona. Y en ausencia de cualidades sensibles, tanto en uno como en el otro, no es posible encontrar ninguna diferencia entre el perceptor y lo percibido. Involuntariamente hacemos esta abstracción cada vez que dejamos de ser conscientes de los objetos, ya sea en el intervalo entre dos pensamientos, cuando se cumple un deseo (como veremos en la Cuarta Parte), o en el sueño profundo o sin sueños.

Estas consideraciones demuestran que las apariencias como tales no son más que la percepción de los sentidos. La existencia sin nombre y sin forma a la que me he referido antes es otro aspecto del principio de la consciencia no-dual. El porqué la no-dualidad pareciera dividirse en un sujeto consciente y su objeto no nos concierne de momento.

3. La unidad del perceptor y lo percibido

Ahora voy a repetir la última sección en otras palabras. Entre lo que comúnmente se llama un dato de los sentidos y su correspondiente órgano sensorial, hay una conexión inmediata e inseparable. La naturaleza de la facultad visual es manifestar formas y colores, de la facultad auditiva es manifestar sonidos, y así sucesivamente. Lo que consideramos que es un objeto es la visibilidad de la visión, la audibilidad de la audición, etc. Pero ningún objeto como tal, ha sido conocido.

Ahora bien, aunque habitualmente consideramos el punto de vista contrario, la idea de que las sensaciones son causadas por estímulos externos a los sentidos es una ilusión: esto ya lo hemos visto en la sección 2 anterior. Trate el lector de imaginar el tipo de mundo que sería si él tuviera, en lugar de cinco, sólo cuatro sentidos, y que por ejemplo, él no tuviera absolutamente ningún sentido del tacto: sin duda no sería el mismo mundo cuya existencia real ahora damos por sentado. Nuestra noción de los objetos no puede por tanto separarse de los actos de oír, tocar, ver, gustar y oler. Más aún, nuestro análisis de la vigilia y del sueño nos ha demostrado que cuando estos dos estados se ven desde la posición ventajosa de la consciencia que es común a ambos, no se distinguen: la experiencia de cada uno de ellos es un producto mental. En estas circunstancias, no hay en ningún momento ningún estímulo externo para los sentidos.

4. La relación entre el cerebro, los órganos de los sentidos y el mundo exterior

"Un fenómeno característico de la relación entre el cerebro, los órganos de los sentidos y el mundo exterior es el de la proyección. Aunque las sensaciones son apreciadas como resultado de los cambios en las células del cerebro, se sienten como si tuvieran lugar más remotamente; el tacto es proyectado a la superficie de la piel, el sabor a la boca, mientras que nosotros consideramos que la vista y el sonido proceden de los alrededores. Son, por así decirlo, ilusiones convencionales establecidas en la infancia. Porque, en realidad, nuestras sensaciones son las meras máscaras y símbolos de la realidad, que se filtra a través de nuestro aparato de impresión sensorial". (6)

Nuestro autor ha declarado anteriormente que "la naturaleza particular de una sensación está determinada por el órgano receptor, y no por el estímulo" (7). En el primero de estos pasajes notables, se encuentra la confirmación desde el ámbito de la ciencia empírica de que la apariencia como tal no es más que los sentidos de percepción, aunque su autor probablemente no tenía esa intención; y en el segundo, que los objetos de los sentidos son uno con la percepción sensorial.

En este punto, debo definir la realidad, ya que el término acaba ahora de ser introducido. Defino la realidad como aquello que trasciende el cambio (ver XXIII, nota 1). El análisis del sueño profundo, en el tercer capítulo, mostró que esta realidad inmutable es el yo (self), el yo siendo esa única consciencia en la que los muchos y variados aspectos de la experiencia objetiva van y vienen. Ahora bien, es cierto que "nuestras sensaciones son meras máscaras y símbolos de la realidad", sin embargo, habiendo definido la realidad, me gustaría añadir que no podemos tener un conocimiento objetivo de la realidad, que para nosotros es idéntica a no-dualidad.

5. Cómo surge la noción de un mundo

Los objetos como tales no son percibidos: existen sólo como nociones, es decir, que existen cuando son pensados y no de otra manera. Ahora bien, no podemos tener más que un solo pensamiento a la vez, a pesar de que la rapidez con la que se suceden los pensamientos hace que las personas comunes crean lo contrario (8). De ello se desprende que la existencia simultánea de los objetos es una imposibilidad. Pero nosotros recordamos nuestras pasadas nociones y es por tanto la memoria la que nos hace creer en la coexistencia de los objetos (9). La ilusión de la existencia simultánea e independiente de los objetos da lugar a la noción de un mundo (10). A este respecto, remito al lector a mis observaciones sobre el pensamiento abstracto y la generalización (IV, 4): la noción de un mundo es una generalización y nada más.

6. Conclusión: Las sensaciones son como las palabras del lenguaje sensorial

Cuando no hay objetivación de la conciencia, en otras palabras, cuando no existe una percepción sensorial, lo que parecía ser un objeto pierde tanto sus atributos sensoriales como intelectuales, permaneciendo como el principio de consciencia en el que parece surgir. Por tanto no puede ser llamado un objeto; en realidad, ni siquiera hubo nunca ninguno, porque en sí mismo trasciende nombre y forma. No quiero decir que cuando un algo es conocido, no haya nada en absoluto presente. Cuando un algo es conocido, un algo sin duda existe, pero no tal como aparece, porque la apariencia está determinada únicamente por el perceptor y no por la cosa en sí. Los sentidos son como otro de los muchos idiomas, que expresan en su propio lenguaje el ser no-objetivado que está más allá del dominio de la expresión.

Epílogo: Una palabra acerca de la intuición

Las siguientes observaciones no están incluidas en el texto principal de este capítulo, ya que anticipan una parte del Método que no puede ser abordada sin una mayor preparación. Los lectores que por el momento no pueden comprender su importación se aconseja no hacer esfuerzos excesivos por hacerlo, sino más bien que esperen hasta que hayan leído todos los capítulos hasta e incluyendo el de "Deseos, sentimientos y el Testigo" (sección XXIX). Para entonces todos los obstáculos para la comprensión deberían haber sido eliminados. Esto no es un capricho por parte del autor; y él puede afirmar, que hay algunos pasajes de este libro que serán plenamente comprendidos solamente después de que el Método haya sido visto en su conjunto. Para disfrutar de una melodía, primero tenemos que escucharla. Sólo entonces podemos mirar hacia atrás a cada detalle y apreciar el equilibrio mutuo y la importancia de todas las notas, o grupos de notas, que en conjunto constituyen una línea melódica.

En este y en el capítulo anterior, se ha hecho mención a la intuición. Diferentes personas dan diferentes significados para la palabra. Por intuición me refiero a la práctica inconsciente o involuntaria de la introversión (IV, 2), que remite toda experiencia objetiva a la conciencia subjetiva. Es un don, y a menudo puede ser desarrollado mediante una formación adecuada. No puede ser considerado responsable de la certeza o falsedad de las conclusiones alcanzadas, ni guarda ninguna relación inmediata con el grado de cultura académica o estética adquirida por las personas dotadas de esta manera. La cultura puede ayudar a prevenir, pero también puede conducir a conclusiones falsas. Por lo tanto, se necesita algo más que la cultura para que las intuiciones no deban ser mal interpretadas por quienes las tienen. Esta orientación será discutida en el capítulo XXIV.

La formación de la que he hablado hace un momento es la práctica de la introversión que forma una parte importante del método vedántico. Ayuda a conducirnos a un estado donde la intuición, en lugar de ser fortuita, se convierta en el patrón normal de la experiencia. Pero este estado trasciende lo que normalmente se considera como la intuición: puede ser mejor descrito como la realización de la no-dualidad.

Notas:
  1. Consideraremos la naturaleza de los pensamientos con mayor detalle en los capítulos siguientes.
  2. Con algunas personas, la reacción puede no ser visual, pero en cualquier caso es sensorial.
  3. Uso la palabra tacto para incluir todo tipo de sensaciones cutáneas, es decir, pinchazos, dolor, temperatura, tacto y cinestesia. Me gustaría hacer hincapié en que esta Indagación tiene poco que ver con los objetivos de la fisiología y la psicología académica, siendo su finalidad totalmente diferente de la de la ciencia empírica. Las cinco categorías de sensación cutánea enumeradas son tomadas de An Introduction to the Theory of Perception, de Parsons, página 72 (Cambridge, 1927).
  4. Uso luz como un término más general para forma, aspecto y color, es decir, para todo lo que es visual.
  5. Forma significa cualidades sensibles en general, nombre cualidades intelectuales, es decir, para todo lo que se refiere a la asociación de ideas y la noción de un objeto específico o clase de objetos.
  6. Physiology,, por A. D. Le Vay, página 175 (English Universities Press, 1951).
  7. Le Vay, op. cit., página 175.
  8. La idea de que podemos conocer varios objetos a la vez es uno de los muchos hábitos erróneos de pensamiento que oscurecen nuestra comprensión. Se ha encontrado que la exposición de tales hábitos juega un papel importante en el presente Método.
  9. La naturaleza de la memoria se discutirá en una etapa posterior.
  10. Por "independiente", me refiero a la idea de que los objetos existen independientemente de su conocimiento de ellos.
Fuente: John Levy. The Nature of Man according to the Vedanta