Extractos - Sergio Noguerón
El ego y la relación con el mundo
Por Sergio NoguerónLa consciencia impersonal que opera como unidad indivisible se ha identificado consigo misma y ha creado el ego abrigando una separación aparente en el espacio presente, obviando la unidad espacial y la unidad temporal, la unidad de todos los objetos en el momento presente, viéndolos separados y agrupando acontecimientos en la mente sostenidos por la memoria.
Desde una perspectiva atemporal, el ego es un jugador, es el jugador de la totalidad y opera sobre el campo de lo impersonal. El juego del ego es necesario dentro de la totalidad, el aparente juego es que es personal. La inteligencia que opera a través del cuerpo hace personales las acciones en el presente; el cuerpo está totalmente entregado a su vida, son instintos dotados de una inteligencia más allá de la posesión individual. Más allá del pensamiento "yo-ego".
El ego es la creación de un individuo que juega y opera aparte del poder que gobierna la vida. Cuando la consciencia impersonal posee el ego y se hace personal en la identificación con él, la totalidad no se fragmenta de ella misma pasando de lo impersonal a lo personal. Simplemente es la vida que tiene que desenvolverse, es la vida que está jugando a ser vida. Lo que no podemos reconocer cuando miramos a través de los ojos del ego es que lo que llamamos "cuerpo" y sus avatares, se mueven en una espontaneidad que flota en el presente.
El ego es una sensación energética que hace suya la espontaneidad del cuerpo. En la identificación individual aparece el ego identificado de forma energética con la persona como "yo" separado; la persona actúa y el ego posteriormente posee sus acciones. Podríamos decir que la persona opera en la naturalidad de la impersonalidad, se mueve burlando las fracciones del tiempo en un ahora que no es de nadie.
El ego que se ha fraccionado de la totalidad con un vínculo energético posee la atadura de la ilusión de estar separado. Este vínculo tiene sus pilares en el "yo" delineado por la persona, en la identificación con el cuerpo. De hecho, cuando se rompe el vínculo de la identificación y se despierta del sueño, se ve claramente que éste nunca fue necesario, se ve claramente que lo que siempre ha existido ha sido una ficción. La persona sigue actuando como lo hacía antes pues siempre lo ha hecho desde la atemporalidad...
Ramesh Balsekar lo expresa de una forma muy clara:
"No es tan difícil de entender, al menos intelectualmente, que este universo es un sueño. Pero es casi imposible de aceptar que quien se supone que entiende esto es él mismo parte de un sueño. Esta creencia en uno mismo es lo que está impidiendo que ocurra la apercepción total."
Dejemos bien claro, para que no haya error, que ego no es sinónimo de personalidad, el ego es la sensación energética como individuo separado, el ego es la auto-identificación como hacedor personal (pensamientos, emociones, sentimientos que se relacionan en el juego del mundo) de las acciones espontáneas del cuerpo. Cualquier contacto con cualquier sensación corporal, física, mental y emocional está contenido dentro del sueño.
"Ego" es igual a "yo" y lo mío con la independencia de la individualidad, pero lo cierto es que las circunstancias (cualquiera de ellas, a cualquier nivel) parten de la unidad no fraccionada, y es el ego quien las fracciona y las hace suyas. Con la energía de la separación aparecen los pensamientos, que en realidad no son de nadie; aparecen las emociones y los sentimientos, pero que en el fondo no ocurren para nadie, el ego se adueña de ellos, la energía de la separación es un velo de ignorancia ante la evidencia de la libertad.
El presente no tiene dueño; la entidad que se adueña de ellas es una farsa, una novela, una obra barata del ego. Todo esto aparece en el espacio abierto de Ser, sólo hay Ser no fraccionado, no hay nadie. Entonces... ¿quién dice estas palabras? ¿Quién golpea estas teclas? Podría decir que yo, pero... ¿no será el sentido de creer que yo, quien lo hago, soy una idea? El ego crea el mundo, así que el fin del ego es el final de tu mundo, el final de lo que crees o creas, el final de todos los finales de la existencia personal... ¿Qué hay después de eso? Una visión completamente nueva, completamente abierta en el presente.
De hecho si logras pararte puedes apreciar que... ¡aquí no hay nadie, nadie es dueño de nada! Por consiguiente, ¡nadie tiene que deshacerse de nada...! ¡Qué liberación! Nadie tiene que despersonificarse... El ego tan sólo es un hilo energético al que hemos denominado "la separación".
Qué maravilloso ha sido cuestionarme esto, algo que jamás me hubiera cuestionado y, sin embargo, por el hecho de hacerlo, encontré la libertad. Y qué libre me siento al sentir cómo la libertad está escribiendo estas líneas. No yo, yo lo hago, no lo hago, lees tú, no lees tú, me llaman al teléfono... ¿contesto o no contesto?... Esto tan sólo es una idea adquirida que aparece en la mente, aparece en la conciencia enviada por la fuente, no es tan complicado, no es necesario enredar las cosas, sólo hay una conciencia que se encarga de todo.
La apariencia de la individualidad no es negativa, no es contraproducente pero nos dormimos en ella. Nos dormimos todo el tiempo escuchando el pensamiento, mirando hacia otro lado que no es el presente.
Y el mundo de las ideas es infinito, puedes jugar con él todo el tiempo. Qué alegre es este juego cuando ves la verdad, qué maravilloso es ver cómo tecleo estas palabras desde la libertad. Elijo, no elijo... ¡Qué más da! Ambas son una idea que emerge de lo que ya soy.
Quiero dejar claro que, cada vez que hablo de "ego", me refiero a la sensación de estar separado, no al ego de la persona (personalidad) que fluye en el presente en la atemporalidad.
Pregunta: ¿Puede una persona funcionar sin ego?
En la parte más elevada de la realización, en la mega comprensión, al final del camino espiritual, el ego no muere (pues un "yo" que muere es un espejismo que fallece...) Lo que denominamos la "muerte del ego" es la muerte de la sensación de autoría como "yo" individual, el "yo" separado. No hay egos porque sólo hay Uno, no hay egos separados sólo conciencia expresada para nadie, no hay nadie en la recepción, nadie que te atienda. Sin embargo, la totalidad monta esta obra convincente en la ilusión. Pero se reconoce el fraude una vez se ha despertado.
De hecho, la persona siempre funcionó sin ego; el ego es energético y, cuando se desvanece, el ego natural (la personalidad) sigue funcionando.
Pregunta: ¿Para qué sirve el "yo" individual, el ego?
La relación con el mundo se hace posible desde la espontaneidad sin ego, es consciencia presente. El ego no está sujeto a nada, en realidad el ego de la persona fluye en la naturalidad de la vida, de hecho es la vida expresándose con el mundo físico. Entonces aparece la sensación de individualidad y dice... "yo ego tengo un ego", pero ése que dice "yo tengo un ego" es una historia basada en un proceso de pensamiento que aparece en el presente.
Cuando la mente se despierta de esa individualidad, entendemos y pasamos a ser el presente en el cual aparece esa historia del "yo", es Ser sin ego. Somos el contenido que lo abarca todo, incluida la historia. No obstante, la historia pierde todo su poder, pierde su realidad. Entonces ya no persigues ilusiones sino que abrigas presente. La mente ha sido destapada por la claridad del presente. Cuando despertamos vemos que, en realidad, lo que considerábamos el ego era simplemente una creencia sobre la posesión del "mí", la posesión sobre el funcionamiento natural de la vida; tenemos que entender que la vida se expresa y fluye a través de ti, no al revés.
Podríamos decirlo de una forma más bella: sólo existe la unidad, sólo existe un momento indiviso e in-fraccionable del cual emerge todo. En el presente indiviso, los "yoes" emergen como apariencias en la consciencia. La vida se está expresando en su totalidad sin divisiones en el presente, y... esto es percibido; en el presente se ve claramente al universo en constante funcionamiento, un funcionamiento que es indiviso e in-fraccionable, dotado de una inteligencia sin límites que se mueve en la atemporalidad, no hay un ahora, un ahora y más ahora, porque eso sería equiparable a pasado, presente y futuro, sino que sólo existe esto, Lo Que Es.
En esta totalidad que dota de un sentido de individualidad a cada ser viviente que habita en el maravilloso planeta tierra hay una apariencia de individualidad. Este "sentido de individualidad" está contenido y pertenece a la totalidad. Sin el espejismo de la separación, esto se ve muy claro. El "yo" es un espejismo porque todo lo que ha habido siempre es la unidad.
El ego lo único que ha hecho es poseer el funcionamiento natural del organismo cuerpo-mente y añadirle el "yo, estoy aquí", "esto lo hago yo" y "todo esto es mío" y, por supuesto, "yo tengo el libre albedrío". El ego es un ente energético que se adhiere a esta ilusión de individualidad.
El ego, como egoidad individual, se relaciona separado de la totalidad, se ha fragmentado. El ego es una sensación, la sensación de estar separado. Lo que ocurre es que el ego, la sensación de estar separado, nos invita y obliga constantemente a colocarnos una armadura, una coraza que nos sirva para no sufrir en este mundo. Pero en el fondo sabe que esta coraza no es suficientemente segura, y por ello emprende la búsqueda de una libertad más prometedora, el camino del auto-conocimiento.
Pregunta: ¿Cuál es la relación del ego con el mundo?
La relación es que el pensamiento es mundo, el mundo es pensamiento, el mundo existe cuando pensamos, cuando no pensamos no hay mundo. Cuando se desvanece el ego también se desvanece la sensación de la carga energética de las historias del mundo. Sólo Ser.
La mente es el instrumento para relacionarnos con el mundo manifiesto. La naturaleza de la manifestación es dual: cuando estamos impregnados o absorbidos por la hipnosis de la individualidad, la mente-ego, que está basada en el proceso de pensamiento dual, busca su seguridad en el dualismo, quiere el equilibrio eliminando un opuesto, el que no le gusta.
El dualismo es la enfermedad de la mente. De hecho, el ser humano que es la propia vida, no es capaz de vivir la vida de una forma íntegra (por eso lo llamamos "separación"). La integridad es la cualidad de fluir en el presente aceptando ambas polaridades, siendo mentes libres, anteriores a la dualidad, una presencia consciente que abriga el presente donde no hay contradicción, sólo hay uno. Sólo hay una presencia consciente que lo contiene todo.
Despertar es saber que, si eres la vida, ¿cómo es posible negar una parte de ella y aceptar otra?
Los pensamientos son mundo, por eso el proceso de pensamiento posee ambas polaridades, igual que la dualidad del mundo (negativo-positivo, seguridad-inseguridad, noche-día, frío-calor). Por eso las personas somos infelices, ya que buscamos la integridad evadiéndonos de unas experiencias, deseando tan sólo otras.
El ego está apuntando a que existe un "mí" en el centro de esta experiencia presente. Tenemos la experiencia directa con cada sonido, olor, vista, con las relaciones, con las situaciones; pero en esa experiencia presente, el "mí" tan sólo es aparentemente real cuando es pensado. Sin pensamiento no hay "mí".