Extractos - Amoda Maa Jeevan
Despertar al Amor y a la Verdad
Por Amoda MaaA medida que te vas abriendo más y más para permitir que la vida penetre en ti, todas las partes de ti mismo y de tu vida que aún no hayan sido rodeadas de amor aparecerán a la luz de la consciencia para que puedas ocuparte de ellas. Cuando te comprometes con esta entrega consciente es cuando te encuentras cara a cara con todos esos asuntos complicados contra los que normalmente te revuelves; puede que se trate de alguna relación tormentosa, o del negro abismo de la inseguridad financiera; quizá se trate de alguna adicción o de la acuciante desesperación que te produce el no haber triunfado en tu carrera. Sea lo que sea, puedes elegir reaccionar echándote hacia atrás horrorizado, o bien puedes elegir acogerlo tal y como es, abrazarlo con ternura en tu corazón. La primera alternativa te mantiene atrapado. La segunda te libera.
El corazón es el puente que une la consciencia personal
con la consciencia universal
Tu corazón es un recipiente que puede contener en su seno mucho más de lo que crees. De hecho, tiene capacidad para albergar la totalidad de la experiencia de la vida. En este recipiente hay espacio suficiente para toda la belleza y todo el horror del mundo. El Amor no le niega a nada ni a nadie el acceso al néctar de la bondad humana, sin importar cuáles hayan sido sus acciones pasadas. En la amplitud espaciosa y sin límites de un corazón abierto, el Amor es incondicional y no juzga.
El Amor es aquello que no cambia. Y aquello que no cambia es tu verdadera naturaleza. Cuanto más profundizas en el Amor más claramente ves quién eres realmente. En su mayor parte, lo que percibimos está teñido por nuestros gustos y aversiones; el lienzo de nuestra realidad está formado a partir de patrones creados en la infancia. Aprendemos lecciones rigurosas sobre cómo es la vida y después categorizamos las cosas como buenas o malas. Pero cada vez que nos contraemos porque no podemos soportar sentir el dolor en toda su profundidad estamos evitando mirar a la vida directamente a los ojos. Con el tiempo, nuestra visión de las cosas y del mundo se va distorsionando. Quedar atrapados en este constante juzgar y etiquetarlo todo significa que percibimos el mundo a través de las lentes miopes del pensamiento centrado en el yo, que tan solo sirve para empequeñecernos y para hacernos sentir separados y profundamente solos.
La Verdad tan solo se revela en toda su desnudez cuando vemos con los ojos del corazón, y eso significa ver las cosas tal y como son. Sin adornos, sin ajustes... tan solo la conciencia pura y desnuda. La Verdad es la experiencia directa de lo que es.
La Verdad es penetrar en este momento con la profundidad de tu presencia. Es lo que sucede cuando estás anclado en el ahora. Abrirte a la vida significa ser fiel a ti mismo respecto a cómo te sientes realmente. Tan solo puedes trascender tu sufrimiento admitiendo su verdadera profundidad, no evitándolo sorteándolo, sino pasando a través de él. Cuanto más te abras a la vida más profunda será tu experiencia y más cerca estarás de la verdad de quién eres.
Lo cierto es que eres más profundo de lo que puedes imaginar, más inmenso de lo que pudieras haber soñado en tus sueños más atrevidos. La verdad es como una espada que corta a través de todas tus construcciones egoícas para revelar así todo el esplendor de tu naturaleza esencial. Al atravesar y cortar en dos todo lo que es falso te quedas tan solo con la absoluta vacuidad del Ser que es tu más alta gloria. Lo cierto es que esa persona que crees ser no existe. Solamente el silencio infinito de la consciencia es real. En la profunda verdad de la conciencia silenciosa es donde descubres que eres Dios. Porque, en este momento, Dios es todo lo que hay.