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Extractos - Giordano Vera

Amanecer

Consciencia, la realidad fundamental

Por Giordano Vera
¿Qué soy yo?

Yo soy la única realidad y el mundo no está aparte de mí. Ni el yo, ni la mente, ni el cuerpo, ni el mundo son distintos a la realidad que yo soy. Todo es uno, la misma realidad, sin distinciones ni diferencias, sin nada que discriminar, sin esto ni lo otro, sin yo ni no-yo.

Yo soy la realidad única, yo soy pura existencia-consciencia, impersonal, ilimitada, sin comienzo ni fin, incausada, inmutable, completa, sin mancha, independiente, incondicional. Yo no soy ni nunca fui un individuo, un cuerpo, una mente, una persona, un alma, un algo o alguien con existencia propia, separada y distinta del resto.

Así como no existe este yo tampoco existe el mundo o todo lo que este yo considera diferente de sí. Todo esto no es más que un velo de ignorancia, llamado mente, que toma lo aparente como real, identificándose con un cuerpo y diferenciándose de todo el resto. Incluso esta mente no tiene existencia por sí misma, sino que está hecha únicamente de consciencia, la realidad fundamental.

Yo soy la existencia-consciencia primordial, sin ser nada más ni nada menos, pues no hay nada más ni nada menos. Aunque haya tomado la forma de un cuerpo-mente, nunca he dejado de ser lo que soy, así como el barro no deja de ser barro, aún cuando tome las formas de diferentes recipientes.

Aún en la ignorancia de mi ser real, no dejo de ser lo que verdaderamente soy. El verdadero ser está siempre presente como el fondo último-primero sobre el que toda identificación errónea de la mente aparece como una sobre-imposición o velo que hace olvidar el fondo siempre presente, de la misma manera que la pantalla se olvida cuando aparecen las imágenes. Sean cuales sean las imágenes que aparecen sobre-impuestas sobre la pantalla, ninguna de ellas tiene algún efecto sobre la pantalla, pues la pantalla permanece siempre tal como es. De la misma manera, el verdadero ser que yo soy permanece siempre tal como es, como la consciencia pura libre de toda ignorancia y plenamente consciente de sí misma, sin importar aquello a lo que la mente se identifique.

Yo soy la verdad, la existencia misma. Yo soy la consciencia pura sin rastro de ignorancia ni olvido, siempre consciente del fondo último-primero. Esto no puede ser cambiado, pues no puedo dejar de ser lo que soy. Aún cuando la mente y el yo aparente estén inmersos en una ilusión, la consciencia de fondo es infectada por ella, permaneciendo siempre lo que es.