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Extractos - J. Sithamparanathan

Despertar del Cosmos

La Conciencia y el Universo

La Filosofía de la Existencia en Ramana Maharshi y la Ciencia Moderna
Por J. Sithamparanathan

La tesis básica de los Vedas es que una "Realidad Supremamente Inteligente, Consciente" ―llamada Brahman―, es la causa del cosmos. Según los Vedas, Brahman ―habiendo despertado como la conciencia "YO SOY"― sintió el deseo de manifestarse, produciendo las fuerzas creativas que hicieron evolucionar al Ser Uno para dar el universo múltiple.

En el Vedanta Advaita, que es la expresión más alta de la filosofía de los Vedas, Brahman ―la única realidad y sustrato del universo― es uno e indivisible. Los seres humanos son también, por tanto, parte de esta totalidad inseparable y auto-consistente, y por ello la conciencia humana implica que la totalidad también es consciente. Así, se considera que los seres humanos somos la prueba viviente de la conciencia cósmica que subyace al universo.

Los Vedas afirman que el sustrato de cada manifestación de la vida es la "pura conciencia". A esto se le llama Atma para distinguirlo de Paramatma el término con el que se designa a Brahman o Conciencia Absoluta, que es el sustrato de la totalidad del cosmos. A veces, en las escrituras, atma se describe corno una "particula" de Paratma, pero en esencia ambos son idénticos, puesto que Brahman es uno e indivisible. Tanto la fuerza de vida (prana) como la mente (manas) tienen su fuente en la Conciencia. La Conciencia Absoluta confinada en un cuerpo y energizada por la fuerza de vida, la mente y la percepción sutil recibe el nombre de jivatma, que equivale al término "alma".

La esencia de la visión védica es que la creación y la evolución del universo es simplemente la manifestación de la Conciencia Cósmica Absoluta (Brahman). Como Brahman es infinito, eterno, inmutable, indeterminado y sin atributos, no puede ser una causa del universo. Si Brahman mismo cambiara, dejaría de ser Brahman, puesto que es inmutable. Por tanto, para explicar la aparición del universo el Vedanta Advaita postula un "Brahman cambiante" ―una personalidad suprema llamada Ishvara― que combina entre sí las naturalezas del ser y del devenir. Él es el principio mediador entre Brahman y el universo: uno con Brahman y sin embargo relacionado con el universo material.

Los Vedas declaran así que Brahman, sobre el que todo descansa, se convierte en Ishvara, de quien procede el origen, la sustancia y la diversidad del universo. Por las cualidades especiales de su naturaleza y sus grandes poderes, Ishvara "se transforma" en el universo. El universo se origina en (y retorna a) Ishvara. Sankara, el gran exponente del Vedanta Advaita, argumenta a favor de la realidad de Ishvara sobre la base de que el universo no es inanimado, sino que está vivo y animado desde dentro. Por tanto, hay una inteligencia en toda materia, y es este poder inteligente ―Ishvara― el que produce el diseño y la organización que vemos en la Naturaleza. Esta actividad y conciencia pertenecen a la causa del universo: Ishvara.

Según Sankara, la conciencia y la vida de Ishvara late en todas las partes del universo, unificándolo todo, conteniéndolo todo. Ishvara y el universo ―la causa y el efecto― son idénticos. No son idénticos como formas o modificaciones, sino en su naturaleza fundamental de Brahman. Ishvara y el universo son expresiones, en el plano del espacio y del tiempo, de lo que ya existe potencialmente en Brahman; tanto Ishvara como el mundo de la experiencia son Brahman, puestos en los moldes de la lógica y la percepción sensorial.

Los descubrimientos más fundamentales de la física moderna han llevado la visión científica muy cerca de la de los Vedas. El formulador de la teoría bootstrap, que encarna la filosofía científica más avanzada, ha admitido que esta teoría tiene que integrar la conciencia como una propiedad de la naturaleza para asegurar la consistencia de la totalidad. Los Vedas declaran que Brahman, o la única Realidad, tiene la naturaleza de la Pura Conciencia. Así, las visiones científica y mística del universo convergen, y esto queda bien expresado en la cita siguiente:

El universo se parece más a un gran pensamiento ―como siempre han postulado los Vedas― que a una gran máquina, como ha creído la física clásica durante tanto tiempo 39.

Ramana Maharshi, como exponente del Vedanta Advaita al más alto nivel, resaltaba constantemente que la Realidad ―a la que él llamaba el Ser― era pura Seidad-Conciencia, infinita y eterna. Esto se refleja en las citas siguientes:

Sólo existe el Ser. La Pura Conciencia y el Ser son lo mismo. Siendo infinito y no-dual, no puede haber distinción entre perceptor y percibido, por tanto, no puede haber nada que haya de ser percibido, puesto que no es posible la relación sujeto-objeto. El mundo aparece ante el individuo por su conciencia individualizada, pero esta conciencia es la misma que la Pura Conciencia del Ser. Lo que aparece también es el Ser, puesto que no hay nada aparte del Ser. (Charla Nº 420.)

Sólo la Suprema Conciencia Perfecta e Infinita es. De ella surge la conciencia individual finita, por limitación (ilusoria). (Charla Nº 68.)

El Ser-Concíencia siempre está ahí, eterno y puro. La conciencia emergente (ego "yo") surge y se va, y por tanto es transitoria. Siguiendo su emerger, aparece el mundo. Cuando se va, el mundo desaparece. (Charla Nº 53.)

La Conciencia Cósmica ―la luz de la conciencia― es proyectada desde el Ser (Brahman), que es Conciencia Absoluta. Tal como todas las imágenes proyectadas sobre una pantalla son visibles por la luz en la que son proyectadas, así también todos los objetos y cuerpos que forman el universo (percibido) son visibles en la luz de la conciencia cósmica. (Charla Nº 177.)

La conciencia corporal surge de la conciencia "yo" (el sentido de ser individual), que a su vez surge de la (Pura) Conciencia, Pero, en realidad, sólo existe esta Pura Conciencia. Todo lo demás está superpuesto. (Charla Nº 340.)

Las imágenes vistas en un espejo son análogas al despliegue del cosmos sobre la Pura Conciencia. Tal como las imágenes en el espejo no pueden existir sin el segundo, el mundo tampoco puede tener existencia aparte de la Pura Conciencia. (Charla Nº 288.)

Nuestra existencia, que no podemos negar, es el Ser. El Ser es Pura Conciencia. Experimentar esto conscientemente, que siempre somos el Ser eternamente presente, es realización. (Charla Nº 625.)

La ciencia ha intentado desarrollarse a nivel puramente físico, mientras que el misticismo se ha desarrollado en términos de la realidad subyacente de una Conciencia Cósmica. El Vedanta ve la evolución de los seres vivientes como una progresión desde las formas inferiores de conciencia hacia las superiores. Las formas inferiores tienen una conciencia durmiente. Éstas dan lugar a formas con mayor alerta y dinamismo, y finalmente a formas donde la conciencia está altamente desarrollada, manifestándose como un sentido de humanidad y como capacidad intelectual. Según este esquema, la evolución tiene un objetivo: que la conciencia evolucione desde su estado próximo al sueño hasta alcanzar su fuente y plenitud: la Conciencia Cósmica. La Conciencia Cósmica misma ha estado guiando el curso de esta evolución desde el principio.

Así, según el Vedanta, la Voluntad Cósmica de Brahman es el punto de partida de la creación, y conlleva la totalidad del plan de la creación. Todas las manifestaciones de la energía, la materia y las formas vivientes sólo son el despliegue de ese diseño cósmico.