Sección Maestros y Autores

Shakti es una autora y guía espiritual, conocida internacionalmente como una de las voces más auténticas y profundas de la espiritualidad contemporánea. Presentando el mensaje del Advaita y del Tantra no-dual dentro de un marco contemporáneo, Shakti ofrece, con compasión y gran claridad, una tecnología interior para disolver la contracción del sufrimiento que tradicionalmente acompaña a cada una de nuestras vidas. Su invitación es llegar al espacio de paz interior y amor incondicional que reside en el corazón de todos nosotros.

Sus enseñanzas clave son el amor por la trascendencia, o el despertar espiritual, seguido de su profunda integración en la vida cotidiana, de modo que cada momento pueda ser recibido como una preciosa oportunidad para el crecimiento espiritual. Sus estudiantes se quedan con la alegría de un corazón abierto y un auténtico sentido de libertad dentro del reconocimiento de nuestro ser como uno con todo.

La historia de mi despertar

Desde muy joven experimenté muchas aperturas al Ser y a la verdadera naturaleza de la realidad. Cuando tenía 27 años, estos atisbos cada vez más frecuentes me llevaron a un estado de gran apertura interior. No era consciente de que lo que estaba ocurriendo se conocía como «despertar» o «iluminación».

Poco después, mientras trabajaba como periodista financiero en Milán (enero de 2003), tuve mi primera experiencia del despertar de la kundalini.

«Todo vibraba desde su naturaleza infinita: mi cuerpo, la habitación, la cama en la que estaba tumbada. Eran una sola vibración de amor que se expandía y disolvía en un espacio ilimitado. Eran ondas de amor que se superponían a otras ondas de amor, cada vez más grandes.

De repente me disolví en el Amor Divino mismo y yo misma, era ese Amor, sin nadie que amara y nadie a quien amar. Yo era y al mismo tiempo ya no era. La existencia misma era mi naturaleza. Al cabo de unas dos horas todo se desvaneció en el aire. Me sorprendió despertarme por la mañana.

Esa noche estaba segura de que iba a morir. Cuando desperté, había algo inmenso y completamente silencioso que miraba, divertido, a un yo más pequeño. Todo parecía irreal, pero de una manera conmovedora y absolutamente amorosa».

Por primera vez me di cuenta de que necesitaba orientación espiritual. Hasta entonces, aunque había conocido a varios maestros en circunstancias totalmente ajenas (entre ellos, a S.S. el Dalai Lama, a Fausto Taiten Guareschi y a Swami Veda Bharati), nunca me había surgido esta necesidad. Todas mis experiencias y búsquedas interiores habían sido totalmente privadas, acompañadas de los escritos de los antiguos místicos cristianos, así como de otros textos más contemporáneos.

Sabiendo que esta apertura se había producido sin ningún deseo consciente ni ninguna acción intencionada, simplemente esperé a que la vida me presentara a alguien que pudiera aclararme lo que estaba ocurriendo. Cada oración se había convertido en un «amén», un simple «hágase tu voluntad», en reconocimiento del hecho de que la existencia misma, y lo Divino a través de ella, siempre traían lo que verdaderamente se necesitaba.

Cuatro meses después, conocí a Bodhi Avasa en un satsang en Milán. La olla estaba a punto de romperse y, cinco días después, tuve una experiencia definitiva de auto-reconocimiento. La sensación de ser una persona separada nunca volvió a ser mi identidad, sino sólo una experiencia más que observar.

«De repente me encontré como si no tuviera cabeza. Ya no había nadie observando la vida.

En un momento fuera del tiempo, me di cuenta de que Caterina nunca había existido ―era sólo un producto de mi imaginación― y de que mi mente no era mía, sino que sólo existía ―como siempre había existido― la Mente Divina.

Nunca había existido una identidad separada, sólo un Yo, vacío y consciente, del que surgía la Existencia misma, como en un sueño.

Esta luz vacía ―que emanaba de un espacio inmóvil desprovisto de cualquier cualidad― estaba creando todo lo que había existido. Y esta luz vacía, era yo. La reconocí en todo, incluso en las cosas que parecían no ser sensibles.

Toda la existencia se reveló de pronto como el Sueño de un único Soñador, la Divinidad misma».

Este salto cuántico tardó unos meses en estabilizarse, ya que la mente y el cuerpo estaban experimentando profundos cambios relacionados con profundas comprensiones y transformaciones interiores.

La guía de Avasa fue inestimable a través de los fenómenos energéticos que acompañaron a este proceso, impidiendo el apego y permitiendo el desarrollo de una comprensión para disipar los miedos que a veces pueden acompañar a esta integración.

Animada por él, empecé a compartir esta experiencia. Sin embargo, no fue hasta 2011 cuando empecé a ofrecer satsangs más formales, bajo la invitación y el reconocimiento de Carla Perotti, alumna directa de Jean Klein. Tuve el honor de que esos primeros satsangs tuvieran lugar en la Asociación Sadhana de Turín, donde el propio gran maestro enseñó durante muchos años.

El proceso de integración del despertar llevó mucho tiempo, varios años de hecho, mientras tenía lugar la purificación progresiva y cada vez más profunda de lo que Ramana Maharshi llamaba vasanas (tendencias latentes). Esto me permitió desarrollar una profunda comprensión de lo que ocurre tras el despertar y de cómo podemos integrarlo en la vida cotidiana.

Colaboraciones

Shakti ha colaborado con muchas organizaciones internacionales espirituales con y sin ánimo de lucro, incluyendo SAND (Science and Nonduality, creadora de la película The Wisdom of Trauma), Open Circle en California, el Krisnamurti Educational Centre en Canadá, The Sedona Training Associates del Método Sedona, y las Conferencias de Presencia Pura vinculadas a Un Curso de Milagros.

También ha participado en la creación de una formación, junto con el Dr. Giusi Carrera, una clase magistral sobre la exploración de la no-dualidad en el mundo de la terapia: Del Yo al Ser, Una Nueva Visión sobre las Relaciones Terapéuticas.

Es autora colaboradora de «On the Mystery of Being», la primera antología de ciencia y espiritualidad (2019, New Harbinger) y aparece en el libro The Greatest Secret de Rhonda Byrne.