Libros - Sri Ramakrishnan Swamiji Dravidacharya
Tú eres Eso
Chandogya Upanishad - Capítulo VI
La pregunta primordial que todo ser humano tiene que hacerse antes o después es: ¿Quién soy yo? La cuestión es tan fundamental que se puede afirmar que si usted no encuentra la respuesta a la misma no se puede decir propiamente que usted esté vivo, ya que al desconocer quién es, malinterpretará toda la experiencia vital y caminará como un ciego tropezando y lamentándose constantemente.
La presente obra, sin duda, le ayudará a encontrar la respuesta a esa cuestión esencial.
Esta Upanishad es una de las diez principales. Se considera que es la “principal” porque sobre ella escribió un comentario (bashya) Sri Adi Shankara o “Shankaracharya original”. La palabra “Chandogya” procede de “chandas”, término referente a la métrica de los versos en la literatura sánscrita.
Detalles del libro:
- Título: TÚ ERES ESO
- Subtítulo: Chandogya Upanishad - Capítulo VI
- Con los comentarios de: Swami Gurubhaktananda
- Traducción y glosas por: Roberto Mallón Fedriani
- Editorial: Vía Directa Ediciones
- Año de edición: Abril 2022
Nota Preliminar
El presente texto contiene una traducción, verso a verso (sloka), del capítulo sexto de la Chandogya Upanishad. Seguidamente, y para cada una de las dieciséis Secciones de las que está compuesto, se exponen los comentarios de Swami Gurubhaktanada basados ―entre otros― en las enseñanzas de Swamini Vimalnandaji. Ambos pertenecen al grupo de estudios vedánticos tradicionales organizado por la Chinmayananda Mission, localizada en India y fundada por Swami Chinmayananda, quien fue discípulo directo del gran maestro espiritual vedántico del siglo XX, Swami Sivananda. El texto de Swami Gurubhaktananda lo hemos traducido del original en inglés añadiéndole algunas notas aclaratorias allá donde vimos necesario. A continuación, hemos incluido para cada una de las Secciones, una serie de "Glosas" y/o reflexiones desarrolladas por nosotros mismos, en gran parte fruto de la escucha de las enseñanzas de otros dos grandes maestros vedánticos tradicionales vivientes como son Swami Tattvavidananda y Swami Paramarthananda, ambos discípulos directos de Swami Dayananda Sarasvati (Arsha Vidya).
La Chandogya Upanishad constituye el Chandogya Brahmana dentro de la rama Talavakara del Sama Veda. El Chandogya Brahmana contiene diez capítulos, y ocho de éstos constituyen propiamente la denominada Chandogya Upanishad (literalmente, "la Upanishad del que canta el Sama Veda"). Es la más voluminosa de entre las diez Upanishad principales, con un total de 627 mantras. De entre sus ocho capítulos, los seis primeros están dedicados en especial al "upasana", es decir, a la adoración, meditación, o culto mental de la Divinidad; o, dicho en otros términos, al culto religioso que tiene como objeto a la "divinidad con atributos" (Saguna Brahman) y que se traduce en la concentración del "flujo mental" en un soporte meditativo (exterior o mental) representativo de la divinidad (Brahman) o de un aspecto determinado de ésta. En la tradición vedántica, upasana se ve como una vía adaptada a la mayoría de las personas, pero que, si bien puede conducir al adorador (upasaka) ―a su 'alma' transmigratoria― a los "Cielos Superiores" (Satya Loka), no obstante, no le lleva al puro "Conocimiento" (jñana) y a la consecuente "Liberación". Para el vedantín, upasana, o la vía devocional (bhaktiyoga), junto con la vía del ofrecimiento de las acciones a la Divinidad (karma yoga), son caminos y prácticas espirituales perfectamente ortodoxas y deseables, aunque tienen estatus de vías preparatorias para la posterior "llegada" al puro Conocimiento de Sí (atma-jñana). En todo esto, como es lógico, entran en juego las capacidades y disposiciones individuales, pero sobre todo la "Gracia de Dios". Entre aquellos que siguen la vía Vedanta Advaita ―la vía de la realización de la identidad Atman-Brahman por medio del Conocimiento (jñana)―, es frecuente que surja la cuestión de cómo compatibilizar esa visión Advaita (No-Dual) con la visión devocional (bhakta) en donde necesariamente se produce una dualidad entre el adorador y la forma de la Divinidad adorada, entre "el Amante y el Amado". En este sentido recomendamos al lector el Anexo incluido al final de este libro titulado "La relación del jñani con la divinidad" de Swami Paramarthananda Sarasvati, en donde se muestra cómo compagina el jñani ambas cosas.
Los tres últimos capítulos de esta Upanishad (sexto, séptimo y octavo) sí se centran en el "conocimiento" (jñana), y constituyen una clave fundamental en el camino del Conocimiento jñana-marga) que propone el Vedanta Advaita. Esto ocurre, muy en especial, en este capítulo sexto que aquí presentamos, pues es aquí donde está contenido uno de los aforismos (mahavakya) más importantes: "Tat tvam asi" (Tú eres eso) ―la identidad última entre Atman y Brahman― cuya correcta comprensión puede por sí mismo, y según la tradición vedántica, conducir directamente a la Liberación (moksha). Cuando decimos "correcta comprensión" no nos estamos refiriendo simplemente a una comprensión intelectual, ya que el camino implica que el aspirante ―el "elegible"― a este Conocimiento (adhikari) ha de reunir una serie de requisitos (sadhana chatustaya), y seguir un lento camino de asimilación de las enseñanzas de maestros debidamente cualificados, antes de llegar a la certeza en su propio corazón de la gran Verdad que aquí se expone. Hemos de recordar que nadie es "elegible" cien por cien. Nos acercamos al Conocimiento (jñana), y esta "elegibilidad" se va desarrollando poco a poco. Las enseñanzas nos van transformando paso a paso. Puede decirse que las dos cualificaciones fundamentales son el desapego (vairagya) y el anhelo de Liberación (mumukshutva). La continua persecución de los objetos de deseo se debe superar. En este sentido, no hay que confundir "deseo" con lo que son las necesidades naturales, cuya obtención es en sí misma lícita. No se han de tener demasiados deseos en el corazón, ni "mundanales" ni tampoco "celestiales". En síntesis, hay que darse cuenta de que la obtención de los deseos no va a resolver nuestro problema fundamental, pues, tanto su consecución como su frustración conducen al sufrimiento continuo. No obstante, sí han de surgir "deseos" de conocer el propio "substrato trascendente" (svarupa), que no es sino Brahman. Esto requiere discriminación (viveka) entre lo Real (lo permanente, lo imperecedero) y lo que No es Real. El Conocimiento (jñana), a medida que se va asentando en el corazón, es lo que anima y vivifica este proceso.
Tanto los lectores que no estén avezados en la "filosofía" Vedanta Advaita como aquellos buscadores que ya estén familiarizados con su textos y enseñanzas, creemos que encontrarán en este libro un importante soporte para la reflexión y la meditación.
Agradecemos a la Fundación Internacional Chinmaya de Kerala su autorización para que llevásemos adelante la traducción de la sección de Swami Gurubhak-tananda que forma parte de esta publicación.