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Libros - Olga Fajardo

la experiencia contemplativa
en la mística, la filosofía y el arte

La experiencia contemplativa

¿A qué nos referimos cuando hablamos de experiencia contemplativa? ¿Podemos definirla o tan solo podemos acercarnos a ella desde los límites y las paradojas del lenguaje? ¿Sabemos distinguir entre contemplación y meditación? ¿Es la experiencia de Unidad la que nos abre al asombro, desvelando y revelándonos el legado de las fuentes de sabiduría?

Este libro es una invitación a abrazar la diversidad desde donde aproximarnos a estas y otras preguntas. Porque, más allá de la experiencia, sea esta inducida o espontánea, su cultivo consciente nos lleva hacia la dimensión contemplativa del ser humano; ser en plenitud desde un compromiso ético y espiritual.

Once expertos (Javier Melloni, Teresa Guardans, Mónica Cavallé, Pablo d'Ors, Vicente Merlo, Dokushô Villalba, Halil Bárcena, Raimon Arola, Oriol Texidor, Blanca de la Vega, Jaime R. Pombo) nos invitan a adentrarnos en estos temas, con rigor y pasión, desde la riqueza de la multiplicidad de lenguajes y experiencias. Sus textos nos acercarán al legado espiritual transcultural a través de tres vías del saber profunda y esencialmente humanas: la mística, la filosofía y el arte.

Olga Fajardo
Edición a cargo de Olga Fajardo

Olga Fajardo compagina su labor docente con el estudio y la práctica de distintas técnicas de meditación y escritura como caminos de cultivo hacia la interioridad.

Actualmente cursa el Master en Espiritualidad Transcultural de la Universidad Ramón LLull.

Detalles del libro:
  • Título: LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA
  • Subtítulo: En la mística, la filosofía y el arte
  • Edición a cargo de: Olga Fajardo
  • Editorial: Kairós
  • Año de edición: Febrero 2017
  • Nº de páginas: 288
  • Encuadernación: Rústica
  • Formato: 13 x 20
  • ISBN: 978-8499885452

Extracto de la Introducción

En la actualidad, asistimos a un verdadero auge de un supuesto interés por "lo espiritual", pero ¿podemos alcanzar a comprender y aprehender la dimensión espiritual del ser humano? Hallaríamos diferentes respuestas a dicha pregunta según desde qué mirada la abordáramos, pues es sabido que el lenguaje mismo limita y condiciona toda respuesta, a la vez que es vía de acceso a dicha dimensión; mas la pregunta nos sirve en la medida que nos interpela y nos abre a una posibilidad siempre abierta, infinita. Deduzco, pues, que es imposible valorar hacia dónde nos lleva el actual fenómeno social en torno a la espiritualidad. Y, tal vez, bajo sus capas más ruidosas y superficiales, exista también una genuina intuición de lo sagrado que pugna por reemerger en medio del sinsentido existencial; pero toda especulación sobre el porvenir sería un reduccionismo, como mínimo, insensato.

Cuando nos referimos a la experiencia contemplativa, nos referimos a la experiencia de unicidad; a la experiencia mística de la que también forman parte ciertas experiencias estéticas. Se trata de una vivencia que puede darse de forma fortuita, es decir, no buscada, o bien puede cultivarse siguiendo unas pautas basadas en el estudio y la práctica de ciertas enseñanzas, pues su capacidad transformadora y reveladora vendrá dada, en buena medida, por nuestra toma de conciencia de ellas. Las condiciones pautadas que surgen de las fuentes de sabiduría posibilitan el acceso a estas otras dimensiones del Ser mediante las vías, los caminos, los ejercicios espirituales y las enseñanzas sapienciales. Beber de las fuentes originales nos ayuda, no solo a integrar dichas experiencias, sino a enraizarlas y, así, enraizamos en el devenir de la humanidad; dotando, en el mejor de los casos, de sentido y compromiso la existencia y todo lo existente.

Podría ser que, al rechazar ciertas estructuras acaso insanas, hayamos dejado de mirar adónde apuntaban y de dónde emergían, renunciando con ello al patrimonio del cultivo de lo humano entre los humanos: la transmisión del legado profundo de lo lingüístico, simbólico, místico, artístico... No debe extrañamos, pues, que muchas personas estén ―en estos tiempos― resignificando sus vidas a través de dichas enseñanzas, retomando antiguas sendas desde cierta madurez personal. Valga decir que dichas prácticas no nos harán "más espirituales", pero pueden ayudarnos a tomar mayor conciencia de la dimensión espiritual de la existencia, potenciar ciertas facultades sutiles y profundizar en ellas, pueden acompañarnos en esa infinita transición hacia formas de vida más atentas y amables, más presentes y comprometidas, más alegres y serenas, más humanas... En resumen: más contemplativas.

...Cada autor aborda el tema de la contemplación desde un prisma diferente aportando los matices oportunos. Cada capítulo emana por sí mismo su propia fragancia y así debemos apreciarla, cada uno tiene su propia completitud, y todos ellos convocan a una misma esencialidad, entrelazándose los unos con los otros de forma orgánica sin haber condicionado a priori que así fuera. El conjunto conforma un pequeño mosaico, una breve muestra de dicho legado, que lejos de ser un anclaje o un peso ―en la medida que podamos profundizar en él integrándolo en el quehacer cotidiano―, será un canto a una libertad renovada, un vuelo infinito en sí mismo, una puerta al asombro.

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