Libros - Lama Surya Das

el despertar del corazón budista
integrar el amor y la conexión en las relaciones personales

¿Qué es "el corazón budista" y cómo podemos integrarlo en nuestra vida? El autor nos responde a esta pregunta definiendo que "el corazón budista" se refiere a nuestra propia divinidad interior, nuestro yo más tierno, compasivo y amante, es decir, nuestra innata naturaleza búdica.

El corazón budista, llamado Bodhicitta por los tibetanos, puede ser despertado a través de lo que el autor define como conexiones con significado. Esto se refiere a convertir las relaciones con la familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo o vecinos en un vehículo para sacralizar la vida.

Todo el mundo necesita contacto y afecto, amar y ser amado, sentir a los demás y sentirse a sí mismo de un modo libre y profundo, y lograr una conexión entre el interior y el exterior, y Lama Surya Das nos muestra en este libro como desarrollar la "inteligencia espiritual", el sentido de la compasión budista que permite ser más sensibles, más intuitivos, más conscientes de nuestros sentimientos y de los demás, y a expresar el amor que llevamos dentro.

Lama Surya Das, norteamericano de nacimiento, ha vivido y estudiado con los grandes maestros espirituales del Tíbet durante casi treinta años y ha completado en dos ocasiones el tradicional retiro de meditación de tres años de duración, conocido como Vajrayana. Es uno de los más destacados representantes del budismo en Occidente, y seguidor de la línea Dzogchen. Es la persona que organiza regularmente la Conferencia de Maestros Budistas de Occidente con el Dalai-lama, y se ocupa de traer a lamas tibetanos a países occidentales para impartir enseñanzas. Actualmente está considerado un maestro espiritual y da conferencias y dirige retiros en todo el mundo. Es autor del éxito de ventas internacional El despertar del Buda interior. / más info

Introducción

EL corazón budista vive plenamente en cada uno de nosotros. Es cuestión de saberlo despertar. Esta luminosa joya espiritual es lo que el Dalai-lama denomina "el buen corazón", que representa nuestra bondad interior, nuestro lado más compasivo, tierno y afectuoso Por eso es por lo que el Dalái-lama siempre dice: "Mi religión es benevolencia amorosa". El corazón amoroso es nuestra porción de lo verdadero, de lo bueno y de lo hermoso; algo que es auténtico y que hemos de cuidar y venerar.

Esta bondad básica es nuestra verdadera naturaleza, o naturaleza búdica; nuestro yo más elevado y más sabio. Nuestro mejor Yo. Es como un pequeño Buda que está dentro de cada uno de nosotros. Esta radiante joya innata representa aquello a lo que aspiramos, y también aquello que realmente somos. Estos dos aspectos, esta parte "altamente educativa" que se orienta hacia el crecimiento y el desarrollo, y aquella otra parte innata, atemporal e inmanente, son como los dos lados de una mano. Es una mano que ayuda y también una mano que es completa en si misma. Es lo que los maestros dzogchen del Tíbet llaman "La Budeidad en la palma de tu mano"; todo está allí. Tú puedes alejarte de ella, pero ella nunca se aleja de ti.

A medida que vamos entrando en un nuevo siglo y en un nuevo milenio, y a la luz de todos los desafíos, cambios e incertidumbres a los que hemos de hacer frente cada día, se hace cada vez más importante despertar nuestros corazones budistas mediante conexiones espirituales. Podemos establecer estas conexiones con nosotros mismos y con nuestra vida ―ya sea física, mental, emocional, psicológica o espiritual―, reconociendo que todo cuanto hacemos y sentimos es parte de nuestro viaje espiritual.

¿Qué mejor ocasión que esta para despertar nuestro corazón y para establecer conexiones más significativas con los demás, mediante una corriente de amistad y de relación? Podemos hacerlo con nuestras familia, con nuestra pareja y con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros vecinos y con nuestra sociedad, con nuestro país y con nuestro mundo. Podemos hacerlo también con nuestros animales de compañía y con todas las criaturas, grandes y pequeñas. Incluso podemos ir más allá, incluyendo en nuestro corazón, ya despertado y radiante, a todas las cosas, animadas e inanimadas; a todo cuanto se encuentra en nuestro entorno natural. Y podemos conectar con aquello que es más grande, tanto interior como exteriormente, que nosotros.

¿En dónde mejor que aquí y ahora encontraremos un lugar para establecer esta conexión espiritual con nuestro yo más elevado y con el de los demás, en todos los ámbitos de nuestra vida? Despertar el corazón budista que late en el interior de cada uno de nosotros nos llevará directamente hacia una íntima relación con uno y con todo lo demás, desvelando nuestra innata vinculación espiritual con el origen y esencia de nuestro propio ser; y dando forma, de este modo, a todos los aspectos de nuestra vida diaria al dotarla de propósito, significado y de amor.