Libros - Javier Melloni
De aquí a Aquí
Doce umbrales en el camino espiritual
En doce concisos capítulos se presentan doce umbrales que van De aquí a Aquí, es decir, de una existencia agitada, ausente y distraída a vivir presentes en el momento en el que estamos y en cada lugar en que nos hallamos. Se trata de pasar de la cerrazón a la apertura, del ruido al silencio, de la dispersión a la atención, de la resistencia a la rendición, del saber al no-saber, del hacer al dejarse hacer…
Estas páginas recogen la experiencia del propio autor. De otro modo no podrían haber sido escritas. Pero Javier Melloni también recurre con profusión al legado de las diversas tradiciones religiosas y espirituales, ofreciéndonos un texto saturado de sugerencias para perforar la superficie de nuestras vidas y dar con el fondo que sostiene lo Real.
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Javier Melloni es antropólogo, teólogo y fenomenólogo de la religión. Jesuita y estudioso de la mística, tiene un hondo conocimiento de muchas tradiciones espirituales. Es miembro de Cristianisme i Justícia y profesor en el Instituto de Teología Fundamental. Vive en La Cueva de San Ignacio, en Manresa. Es autor de numerosos libros, entre los que destacan, El Uno en lo Múltiple, Vislumbres de lo Real, Voces de la mística, El Cristo interior, Dios sin Dios y Sed de ser. / más info
Detalles del libro:
- Título: DE AQUÍ A AQUÍ
- Subtítulo: Doce umbrales en el camino espiritual
- Autor: Javier Melloni
- Editorial: Kairós
- Año de edición: Marzo 2021
Prólogo
Hoy podemos iluminar el tiempo presente con la sabiduría de las tradiciones que nos preceden. Este es el don y la responsabilidad de nuestra generación. Ello expande nuestro Aquí, a la vez que lo concentra, porque convoca en cada lugar a todos los demás lugares, a todos los tiempos en un mismo tiempo. Necesitamos de todo este bagaje para responder lúcidamente al momento que nos ha tocado vivir. Despreciar esta oportunidad nos convertiría en seres desagradecidos, además de irresponsables.
Por ello este libro está preñado de presencias. Innumerables humanos nos anteceden. Algunos serán convocados recurriendo a sus escritos, que ennoblecerán e iluminarán estas páginas. Nos acompañarán porque sus pasos dejaron rastros sabios y necesarios en la arena, huellas convertidas en señas que acabaron siendo camino para los demás. Deberíamos vivir de tal manera que fueramos dignos del legado que nos han dejado los que nos preceden, a la vez que pudieramos ser fuente de inspiración y de fortaleza para los que nos sucedan.
En cada ser humano está la humanidad entera y en la humanidad entera está cada ser humano. Determinadas palabras y situaciones tienen la capacidad de destilar y expandir estas dos afirmaciones -que en cada uno estamos todos y que en todos estamos cada uno- y contienen la fuerza de hacerlas verdaderas.
Nuestro tiempo de crisis necesita nuevas respuestas porque la vida humana está en cambio permanente, y ello requiere una escucha y un discernimiento continuos. En chino, la palabra crisis se expresa con dos ideogramas que significan peligro y oportunidad. El peligro está claro; que sea oportunidad depende de cómo respondamos. A cada generación le toca concretar un modo de vivir que sea significativo, incluso salvífico para su tiempo. Sin duda hay unas condiciones externas más favorables que otras, aunque, en verdad, cada momento y cada lugar nos dan la oportunidad de cruzar el umbral hacia una vida más auténtica y más plena. Esos lugares y esos momentos se hallan en el mismo lugar y en el mismo instante en que nos encontramos, pero necesitamos estar atentos y disponibles.
En los últimos años de mi propio caminar, he identificado estos doce umbrales que presento para pasar de aquí a Aquí. Todos van a dar al mismo Lugar desde cualquiera de los lugares. Por eso hay muchos más, pero me limito a proponer estos. Cada umbral es también un camino, ya que, si bien atravesar el linde se produce en ocasiones de un modo inmediato, fruto de un instante de lucidez o determinación, la mayoría de las veces es resultado de un largo proceso. Cualquier apariencia de inmediatez está sostenida por un lento desarrollo que eclosiona en un instante determinado, como el abrirse de una flor después de un largo invierno. Todo tiene su momento, todo tiene su Kairós.
Cada capítulo terminará en forma versificada. Aunque tal vez el resultado no contenga el frescor de los verdaderos poemas, me he arriesgado a expresarme de este modo para tratar de recoger la esencia de los umbrales recorridos.
Escribir y publicar estas páginas me compromete con la vida vivida y con la vida que me queda por vivir. Comparto lo que deseo sostener y transparentar, tratando de hacer creíble lo que se encuentra escrito en ellas, sabiendo que es un horizonte siempre por alcanzar.