Artículos - Ramana Maharshi
El «yo» verdadero y el «yo» falso
Conversaciones con Sri Ramana Maharshi
Hoy han llegado Gui y Shirin Byramji, dos señoras parsis de Ahmedabad. Por la noche hablaron al Maharshi: ―¡Bhagaván! Nosotras hemos tenido inclinaciones espirituales desde nuestra niñez. Hemos leído varios libros sobre filosofía, y somos atraídas por el Vedanta. Por eso leímos las Upanishads, el Yoga Vasishtha, la Bhagavad Gita, etc. Tratamos de meditar, pero no hay ningún progreso en nuestra meditación. No comprendemos cómo realizar. ¿Puede usted ayudarnos hacia la realización?
Maharshi.: ¿Cómo medita usted?
Devoto/a.: Comienzo por preguntarme: «¿Quién soy yo?», para eliminar el cuerpo como no «yo», el soplo como no «yo», y la mente como no «yo» y no soy capaz de seguir más allá.
M.: Bien, eso es en lo que atañe al intelecto. Su proceso es sólo intelectual. En verdad, todas las escrituras mencionan al proceso sólo para guiar al buscador a conocer la Verdad. La Verdad no puede ser señalada directamente. De ahí este proceso intelectual.
Vea, el que elimina todos los no yo, no puede eliminar al «yo». Para decir «yo no soy esto» o «yo soy eso» debe estar el «yo». Este «yo» es solo el ego, o el pensamiento «yo». Después del surgimiento de este pensamiento «yo», surgen todos los demás pensamientos. Por consiguiente, el pensamiento «yo» es el pensamiento-raíz. Si se arranca la raíz, se arrancan al mismo tiempo todos los demás. Por consiguiente, busque la raíz «yo», pregúntese a usted misma: «¿Quién soy yo?»; encuentre su fuente. Entonces, todo esto se desvanecerá, y el puro Sí mismo permanecerá siempre.
D.: ¿Cómo hacerlo?
M.: El «yo» está siempre aquí ―en el sueño profundo, en el sueño con sueños y en la vigilia. El que está en el sueño profundo es el mismo que el que habla ahora. Hay siempre la sensación de «yo». ¿Acaso niega usted su existencia? No la niega. Usted dice: «yo soy». Encuentre quién es.
D.: Aún así, no comprendo. «Yo», dice usted, es el «yo» falso ahora. ¿Cómo eliminar este «yo» falso?
M.: Usted no necesita eliminar al «yo» falso. ¿Cómo puede «yo» eliminarse a sí mismo? ―Todo lo que necesita es encontrar su origen y permanecer ahí. Sus esfuerzos sólo pueden extenderse hasta ahí. Entonces, el Más Allá cuidará de sí mismo. Ahí usted está desamparada. Ningún esfuerzo puede alcanzarlo.
D.: Si «yo» soy siempre ―aquí y ahora, ¿por qué no lo siento así?
M.: Eso es. ¿Quién dice que no se siente? ¿Lo dice el «yo» real o el «yo» falso? Examínelo. Encontrará que es el «yo» falso. El «yo» falso es la obstrucción. Tiene que ser eliminado para que el «yo» verdadero no pueda ser ocultado. La sensación de que yo no he realizado es la obstrucción a la realización. De hecho, ya está realizado; no hay nada más que realizar. De lo contrario, la realización será nueva; no ha existido hasta aquí, y debe tener lugar después. Lo que nace, morirá. Si la realización no es eterna, no vale la pena obtenerla. Por consiguiente, lo que buscamos no es algo que debe acontecer como si fuera nuevo. Es sólo eso que es eterno, pero que ahora no se conoce debido a las obstrucciones; eso es lo que buscamos. Todo lo que necesitamos hacer es eliminar la obstrucción. Eso que es eterno no se conoce que es eterno debido a la ignorancia. La ignorancia es la obstrucción. Deshágase de esta ignorancia y todo irá bien.
La ignorancia es idéntica al pensamiento «yo». Encuentre su fuente y se desvanecerá.
El pensamiento «yo» es como un espíritu que, aunque no es palpable, surge simultáneamente con el cuerpo, florece y desaparece con él. La consciencia del cuerpo es el «yo» falso. Abandone esta consciencia del cuerpo. Esto se hace buscando la fuente del «yo». El cuerpo no dice «yo soy». ¡Es usted quien dice «yo soy el cuerpo»! Encuentre quién es este «yo». Al buscar su fuente, se desvanecerá.
D.: Entonces, ¿habrá felicidad?
M.: La Felicidad es simultánea con el Ser-Consciencia. Todos los argumentos relativos al Ser eterno de esa Felicidad se aplican también a la Felicidad. Su naturaleza es Felicidad. La ignorancia está ocultando ahora esa Felicidad. Elimine la ignorancia para que la Felicidad sea liberada.
D.: ¿No debemos encontrar la realidad última del mundo, del individuo y de Dios?
M.: Todos éstos son concepciones del «yo». Sólo surgen después del advenimiento del pensamiento «yo». ¿Pensó usted en ellos en su sueño profundo? Usted existía en el sueño profundo, y el mismo usted está hablando ahora. Si esas concepciones fueran reales, ¿no estarían también en su sueño profundo? Esas concepciones sólo dependen del pensamiento «yo». Asimismo, ¿le dice a usted el mundo: «yo soy el mundo»? ¿Le dice a usted el cuerpo: «yo soy el cuerpo»? Es usted quien dice: «éste es el mundo», «éste es el cuerpo», y así sucesivamente. Así pues, éstos son sólo sus concepciones. Averigüe quién es usted y todas sus dudas terminarán.
D.: ¿Qué ocurre con el cuerpo después de la realización? ¿Existe o no? Nosotros vemos a los seres realizados actuar como los demás.
M.: Esta pregunta no es necesario hacerla ahora. ¡Que se haga después de la realización, si necesita hacerse! En cuanto a los seres realizados, deje que cuiden de sí mismos. ¿Por qué preocuparse por ellos? De hecho, después de la realización, el cuerpo y todo lo demás no aparecerán diferentes del Sí mismo.
D.: Puesto que Dios es siempre Ser-Consciencia-Felicidad, ¿por qué nos pone en dificultades? ¿Por qué nos ha creado?
M.: ¿Acaso viene Dios y le dice que le ha puesto a usted en dificultades? Es usted quien lo dice. Se trata nuevamente del «yo» falso. Si desaparece, no habrá nadie para decir que Dios ha creado esto o aquello.
Eso que es, ni siquiera dice «yo soy». Porque, ¿acaso surge la duda de que «yo no soy»? Sólo en ese caso uno debería estarse recordando: «yo soy un hombre». Pero uno no lo hace. Por otra parte, si surge una duda sobre si el hombre es una vaca o un búfalo, ¿tiene que recordarse que él no es una vaca, etc., sino «yo soy un hombre»? Esto no ocurre nunca. Similarmente ocurre con la propia existencia y realización de uno.
El señor B. C. Das, catedrático de física, preguntó: ―Yoga significa unión. Yo me pregunto: ¿unión de qué con qué?
M.: Exactamente. Yoga implica, primero, división, y luego, significa unión de uno con otro. ¿Quién ha de unirse con quién? Usted es el buscador, que busca la unión con algo. Ese algo es aparte de usted. Su Sí mismo es íntimo de usted. Usted es consciente del Sí mismo. Búsquelo y séalo. Eso se expandirá como lo Infinito. Entonces no habrá ninguna cuestión de yoga, etc. ¿De quién es la separación (vi-yoga)? Encuéntrelo.
D.: ¿Están las piedras, etc., destinadas a ser siempre así?
M.: ¿Quién ve las piedras? Ellas son percibidas por sus sentidos, los cuales, a su vez, son operados por su mente. Así pues, las piedras están en su mente. ¿De quién es la mente? El preguntador debe encontrarse a sí mismo. Si el Sí mismo es encontrado, esta pregunta no surgirá.
El Sí mismo es más íntimo que los objetos. Encuentre al sujeto, y los objetos cuidarán de sí mismos. Los objetos son vistos por diferentes personas según su perspectiva, y estas teorías evolucionan. ¿Pero quién es el veedor, el conocedor de estas teorías? Es usted. Encuentre a su Sí mismo. Entonces hay un final de todas estas divagaciones de la mente.
D.: ¿Qué es la mente?
M.: Un paquete de pensamientos.
D.: ¿Dónde tiene su origen?
M.: En la consciencia del Sí mismo.
D.: Entonces los pensamientos no son reales.
M.: No lo son: la única realidad es el Sí mismo.
Un visitante: ―«El Espíritu Supremo (Brahman) es Real. El mundo (jagat) es ilusión», es la frase que Sri Sankaracharya usa muy frecuentemente. Pero otros dicen: «El mundo es la realidad». ¿Cuál es verdadera?
M.: Ambas afirmaciones son verdaderas. Se refieren a diferentes etapas de desarrollo y se dicen desde diferentes puntos de vista. El aspirante (abhyasi) comienza con la definición: lo que es real existe siempre; entonces elimina al mundo como irreal, porque está cambiando. No puede ser real; «¡esto no, esto no!» Finalmente, el buscador alcanza el Sí mismo y ahí encuentra la unidad como la nota prevaleciente. Entonces, aquello que se rechazó originalmente como irreal, se encuentra que es una parte de la unidad. Al absorberse en la Realidad, el mundo también es Real. En la Realización del Sí mismo, hay sólo ser y nada más que ser.