Artículos - Jean Klein
"Todo cuanto existe está en ti"
De un Diálogo con Jean KleinP. Dices que nuestro estado natural, la consciencia, está detrás de toda función. También has dicho que, en la vida de cada día, la dualidad aparece en existencia no dual. ¿Hay otro nivel de consciencia que nosotros utilicemos en la acción cotidiana?
R. La consciencia simplemente es. No hay punto de referencia alguno; así que, ¿cómo puede haber niveles? Ten claro que lo que generalmente se llama consciencia está relacionado con algo: "conciencia de". "Conciencia de" es consciencia funcional. Pertenece al momento sólo y, dado que es una extensión de la consciencia pura, es siempre perfectamente apropiada. Lo que llamamos consciencia pura es imposible de comprender para nuestra psicología moderna. Para la psicología, el intervalo entre dos pensamientos o dos estados es una ausencia. Pero, cuando se habla de ausencia, hay un conocedor de la ausencia. El conocedor es consciencia. De modo que la consciencia es continuidad. Todo cuanto se percibe aparece y desaparece en la consciencia, es una expresión, una prolongación de la consciencia.
P. ¿Cómo puedo llegar a conocer la consciencia libre de relación con las cosas?
R. Hazte más consciente del momento en que un pensamiento o actividad llega a su fin. Vive identificado con este momento. Sentirás que el ego busca un nuevo pensamiento para continuar su existencia. No puede sobrevivir sin el combustible de la relación sujeto-objeto.
Cuando estás libre de la imagen de ti mismo, tu pensamiento no es más que un vehículo ocasional. Cuando no hay nada que pensar, no pienses. El continuo pensar es una defensa, una fortaleza para el ego, y nada más.
Acostúmbrate en la vida cotidiana a contemplar las situaciones sin la intervención del "yo" y sus deseos, aversiones, resistencias, preferencias, etc. Mantén esta contemplación sin motivo y descubrirás que, cuando el observador y lo observado dejan de recibir combustible, desaparecen. Estarás entonces en la contemplación pura. Este simple contemplar, libre del actor y de la acción, es consciencia intemporal, el fondo de todas las actividades.
P. Soy consciente de ciertos momentos sin actividad en la vida diaria. Pero, después, pierdo estos momentos.
R. Estás acostumbrado, en la vida diaria, a enfatizar el objeto parcial y así, en ausencia de objetos, el reflejo hacia la objetividad te lleva a enfatizar la ausencia de percepción por la fuerza del hábito. Permaneces todavía atado al objeto, a la percepción. Tomemos como ejemplo una analogía: durante muchos años, has vivido en una habitación con un cuadro colgado en la pared. Un día lo descuelgas para limpiarlo. Ahora, cada vez que entras en la habitación, ¿qué te impide ver la pared en sí? Es la ausencia del cuadro. Pero tú puedes conocer esa ausencia sólo porque estás presente. La ausencia depende de tu presencia. Explora, por tanto, lo que hay detrás de la ausencia.
P. El mantener la observación y la exploración y el no dejarse arrebatar por factores secundarios como los sentimientos, estados y pensamientos parece requerir una tremenda vigilancia.
R. Sí, pero no hay esfuerzo alguno en estar alerta. Acepta que el estado natural del cerebro es la atención, la alerta y la tranquilidad en esta aceptación. Eso te llevará a una nueva dimensión.
Sé como los animales salvajes, que están perfectamente alertas sin referencia a ninguna imagen de sí mismos, ni a un pasado o futuro. El cuerpo natural está tan despierto como una pantera. Estar alerta no es un hacer, sino un recibir.
P. ¿Puedes aclararnos la diferencia entre ser y existencia?
R. Ser, consciencia pura, no está más en las categorías de tiempo y espacio de cuanto lo está el hecho de que podamos hablar de infinidad en términos de dentro y fuera. Existencia es consciencia que se objetiviza a sí misma sin causa o razón. Es energía dispersa o actualizada en el espacio y el tiempo. Podríamos decir que la conciencia funcional es el vínculo entre ser y existencia. Es energía en reposo, energía potencial.
Tu verdadera naturaleza es anterior a toda función. Tú eres la luz que hace posible la función. Sé dicha luz. Todo cuanto existe está en ti. Nada está fuera. Cuando te sientas aquí, el suelo se ve afectado en China, París y Benarés. Tú eres la guerra y tú eres la paz.
P. ¿Cuál es la relación entre pensamiento y existencia?
R. La existencia está ahí antes de que la nombres o pienses en ella, y es evocada de un momento a momento cuando la percibes. Todo lo que se percibe es existencia. Si no hubiese perceptor, no habría existencia.
P. ¿No es esto idealismo filosófico?
R. En absoluto. Lo percibido está en el percibir, pero el percibir no está en lo percibido. El perceptor no es una fracción, sólo mente, sino totalidad. De modo que lo percibido está ya potencialmente en el perceptor, en el todo. No es que no haya existencia. Es, sencillamente, que lo que nosotros llamamos existencia no es existencia pura porque la existencia está dentro del ser total. A menos que vivamos esto, no podremos conocer la existencia. La física, por poner el énfasis en lo percibido, en la parte, y no en el perceptor, en el todo, no puede entender plenamente la naturaleza de la existencia. La existencia pura se crea en tu silencio y muere en tu silencio a cada momento. Lo que tú llamas una existencia permanente, la creación, es un pensamiento, una convención, un acuerdo entre caballeros.
P. ¿Qué puede llevar a uno a interesarse en el perceptor global y no en lo percibido?
R. Cuando sepas que la creación no es permanente y que todo nace y muere a cada momento en presencia tuya, tal vez te sientas empujado a investigar esta presencia. Puede que conozcas la ciencia de toda función cerebral, pero nunca conocerás al perceptor. Tal vez puedas regresar ad infinitum intelectualmente a través de una serie de sujetos, pero nunca podrás conocer objetivamente al sujeto último. Oppenheimer dijo que el científico jamás podría llegar a conocer la totalidad porque nunca puede conocer al conocedor científicamente. La consciencia no se puede objetivizar. El amor y la compasión no son analizables. La física nunca será capaz de entender la iluminación. Esta siempre será un misterio para el cerebro analítico. Cuando pones las lágrimas de un amante bajo microscopio puedes analizarlas pero jamás podrás decir de dónde provienen.
El primer paso, por consiguiente, es llegar a la convicción de que el conocer objetivo es limitado. La mente entonces se detiene y tú pasas de explorar el objeto a explorar el aspecto sujeto. Sin embargo, puesto que todavía hay una tendencia, un reflejo de hacer de este aspecto una actitud, un objeto, la prueba llega sólo cuando te mantienes en la no objetivización y te ves de repente tomado por la presencia sin objeto.
P. ¿La pregunta "Quién soy yo" es este pasar del interés en el objeto al interés en el sujeto?
R. Sí. La pregunta se puede formular a muchos niveles. Pero la verdadera cuestión viene en la renuncia a preguntar a niveles del cuerpo, sentidos y mente. Tal vez conozcas la historia del rey Janaka y su gurú. Ambos habían estado discutiendo los estados de sueño y vigilia, y Vasishta había dicho al rey que los dos eran lo mismo. Aquella noche Janaka soñó que era un mendigo y por la mañana le pregunto excitadamente a su gurú: "He soñado que era un mendigo. ¿Soy un mendigo que está soñando que es Janaka o Janaka que sueña que es un mendigo?" Vasishta respondió: "No eres ni lo uno ni lo otro. Tú eres el Sí Mismo". Entonces el rey Janaka entendió claramente y exclamó jubiloso: "¡Ah! ¡Yo soy el Sí Mismo!" Pero Vasishta dijo: "Ese es el último obstáculo. Si lo piensas no puedes serlo".
P. Aun cuando vivimos libres de la relación sujeto-objeto, ¿no estamos finalmente atados al tiempo?
R. El hombre está siempre creado en el tiempo. Este tiempo psicológico es esencialmente el pasado y nosotros revivimos continuamente el pasado a través de él. Es pensamiento basado en la memoria. De hecho, lo que nosotros llamamos futuro no es más que un pasado modificado. El tiempo psicológico no está nunca en el ahora sino que, como un péndulo, se halla en constante movimiento de pasado a futuro y de futuro a presente en rápida sucesión. Existe sólo en el plano horizontal, el plano de tener/devenir, placer/displacer, captación/evitación, seguridad/inseguridad. Es la fuente de la desdicha y del conflicto, y nos aliena de la pura existencia. Entender el tiempo y el espacio psicológicos es el camino hacia la meditación y el correcto funcionamiento. El tiempo cronológico o astronómico está igualmente basado en la memoria, pero es una memoria que funciona libremente sin la intervención de un ego, de la voluntad. Los acontecimientos proceden en metódica sucesión y, puesto que no hay movimiento entre un así llamado pasado y un futuro, no hay conflicto alguno.
Es la interferencia de una imagen de sí mismo lo que separa a observador y observado. En la verdadera observación, observador y observado son una misma cosa. Este es el comienzo del completo entendimiento. Cuando pensamos, lo hacemos bien en términos del pasado o del futuro, pero la vida es siempre ahora. Vivir en el ahora implica una mente libre de persecución de fines y recapitulación. En la presencia está contenida la eternidad, todo suceso posible. Todo es un pensamiento presente y pensamiento y objeto son una misma cosa. El tiempo es pensamiento y el pensamiento aparece en el tiempo. La belleza y el gozo sólo se revelan en el ahora.
P. ¿Por qué íbamos nosotros a crear el tiempo?
R. Por el deleite de la imagen de uno mismo. Pero, ¡cuando vives en tu verdadera naturaleza, resulta deleitable a cada momento! Fundamentalmente, no hay tiempo porque el momento y la consciencia son uno.
P. ¿Existe el espacio?
R. El espacio es un concepto. No podemos concebir el espacio sin referencia a cuerpos tangibles que nosotros vemos como algo ajeno o exterior a nuestro propio cuerpo. Se requieren varias percepciones para una idea de extensión.
P. Estás hablando del espacio como concepto. ¿No puede experimentarse como percepción?
R. Puedes llegar a una sensación de espaciosidad cuando vas más allá de la estructura física del cuerpo y encuentras el cuerpo sutil o de energía. Pero todavía hay un vago centro de referencia.
P. Has dicho que el tiempo es memoria. ¿Qué es la memoria?
R. La memoria que funciona sin las limitaciones impuestas por la imagen de uno mismo está completamente integrada en la memoria cósmica, la omniposibilibad, cuyos arquetipos están en nosotros como el árbol está en la semilla. La memoria funcional aparece espontáneamente cuando se necesita en distintas situaciones. El pensamiento espontáneo estriba en la memoria funcional. Sin embargo, rara vez damos a la memoria esta libertad de función. La memoria psicológica recuerda constantemente. Es una fortaleza para la supervivencia del "yo", de la idea de ser un individuo. Las categorías de pasado, presente y futuro son meras convenciones para la supervivencia de esta imagen.
P. ¿Es posible emplear sólo la memoria funcional, por ejemplo, cuando me encuentro con alguien por segunda vez?
R. ¡Absolutamente! Puede que la memoria funcional recuerde el nombre, rostro y anteriores circunstancias, pero observa que rápidamente te formas opiniones de las personas y que esta memoria psicológica colorea tu segundo encuentro con el sabor del primero. Traes contigo ideas preconcebidas. Con esta clase de memoria no puede haber encuentro real. No dejas llegar al otro a ti en novedad y tú, a tu vez, llevas lo viejo contigo. No hay amor, no hay afecto.
P. Parece claro que el sentimiento o afirmación casi continuado del "yo" es una protección contra un miedo a estar en el olvido, en Lethe. Es el miedo a morir. Si me desprendo de la memoria psicológica, ¿puedo estar seguro de que la memoria funcional continuará y yo seré capaz de seguir viviendo en el mundo?
R. Nuestros sentidos, órganos, cerebros, rasgos de personalidad, el cuerpo entero, si lo dejamos hacer, son herramientas que funcionan con eficiencia y facilidad. La mayor parte del tiempo, sin embargo, un proceso de reacción y compensación, gusto y disgusto, análisis, categorización y enjuiciamiento les impide tener un funcionamiento orgánico. Acostúmbrate al hecho de morir, a los momentos en que este proceso está ausente. En la ausencia de memoria psicológica, tu vivir en el mundo es nuevo a cada momento.
En toda acción y pensamiento el "yo" debe dar un paso atrás para que la alerta sin motivo y todo el órgano corporal puedan entrar en juego. Prácticamente hablando, éste es el primer paso. Las herramientas de la existencia no son problemáticas. Sólo cuando tú te identificas con lo que son simplemente herramientas afloran los problemas. Cuando dejas que las funciones sigan siendo funciones impersonales, éstas se vuelven infinitamente más eficaces y variadas. En la simple función está la belleza. Recuerda que el amor y la libertad no tienen nada que ver con la memoria sino que, cuando piensas en el amor y la libertad, haces de éstos ideas utilizando la memoria. Quédate con el entendimiento vivo antes de que el reflejo objetivizar y apropiar entre en acción.