Artículos - Rupert Spira
No busques la felicidad... nunca se ha perdido
Diálogos con Rupert Spira Encuentro en Barcelona, Marzo 2015Interlocutor: He visto un video en el que explicabas acerca de que no hay un hacedor, alguien que elige, era sobre el libre albedrío y eso me choca con todas las otras cosas que he aprendido sobre el Advaita. Ponías un ejemplo sobre si alguien ofrece te o café, y explicabas que no eliges, que son pensamientos. Ahora tengo un gran problema, si no puedo elegir entre te o café, ¿cómo voy a seguir tus consejos, que es algo que sí quiero hacer?
Rupert Spira: De la misma manera que te ves a ti mismo eligiendo entre te o café, a pesar de que no haya una entidad separada que tome esta decisión; de la misma manera te verás a ti mismo siguiendo la enseñanza no-dual, a pesar de que seguir la enseñanza no será llevado a cabo por una supuesta entidad separada.
No es que no se hagan elecciones, sino que esas elecciones no las hace una entidad separada; todavía hay libertad, pero no es la libertad para la entidad separada, sino que es estar libre de la entidad separada.
I: Como consciencia, ¿puedo hacer una elección?
RS: Todas las elecciones que aparecen en nuestra vida aparecen en la consciencia; pero para cuestiones prácticas cuando tengas que tomar una decisión tómala en nombre del amor y la inteligencia.
Esta sería la manera práctica de comportarse de acuerdo a la comprensión de que no hay alguien separado que elija. Mientras sientas que tienes elección, toma tus decisiones en nombre del amor y la inteligencia.
Porque si haces una elección en nombre del amor y la inteligencia, en otras palabras, si vives una vida que es la expresión del amor y la inteligencia, entonces no estás sirviendo a un yo separado.
I: Ahí tengo un problema, cuando me dices que yo no estoy sirviendo a un ego, a un yo separado, ¿a qué "yo", a quién te refieres?
RS: Al que piensa que tiene elección, y como concesión a ese uno, le sugiero que tome la decisión en nombre del amor y de la inteligencia.
I: Ese que cree que tiene elección, es el yo separado, ¿no?
RS: Sí.
I: ¿Y ése no tiene que morir?... en vida.
RS: Una de las formas más eficientes de morir, es vivir una vida que esté alineada con el amor y la inteligencia. Te estoy dando un atajo, una vía rápida a la muerte del yo separado.
Si sabemos que ése no existe, entonces la pregunta acerca de la elección ni siquiera surge. Pero si sentimos que ése existe –y no hay juicio en ello– una de las maneras más rápidas de darse cuenta de que no existe es vivir una vida basada en el amor y la inteligencia.
I: Ya conozco la respuesta a esa pregunta, y la respuesta a la pregunta es: no hagas nada, porque no hay nada que hacer.
RS: Entonces, ¿debería ser yo el que hiciera la pregunta?
I: No, mi pregunta sería, ¿tienes algo que ofrecemos para ayudarnos en la estabilización del cambio de percepción? Porque supongo que se trata de esto, de un cambio en la perspectiva de cómo percibimos todo. Porque en mí caso, estoy continuamente dentro, fuera, dentro, fuera; soy paciente y tengo confianza, pero como mi amigo aquí, no me gusta perder oportunidades acerca de lo que puedo hacer o no.
RS: Lo primero que hay que entender, en ese caso, es que tienes que deshacerte de la idea de que no hay nadie aquí y no hay nada que hacer. 1
Nunca he dicho semejante cosa. Semejante creencia es una de las formas en las que el yo separado perpetúa su existencia ilusoria, pretendiendo que no existe y que entonces no tiene nada que hacer. No estoy sugiriendo que esto sea lo que tú haces.
Si existe este sentimiento de estar dentro o fuera, cuando estás dentro evidentemente no hay ningún problema, pero cuando estás fuera de ello hay un problema.
De hecho cuando estamos fuera, es cuando creemos y sentimos que somos una consciencia finita y separada, y entonces la paz y felicidad inherentes a nuestra verdadera naturaleza están, por definición, velados. Como resultado de ello estamos, por definición, buscando la felicidad.
En otras palabras, en estos momentos el yo que nos imaginamos ser, está ya implicado en una búsqueda cuyo único propósito es el de liberarse a sí mismo del sufrimiento. Es por esto por lo que es tan deshonesto, para un yo separado así, pretender que no hay un yo separado ni hay nada que hacer.
De hecho, el yo separado ya está haciendo algo, está buscando la felicidad a través de objetos, sustancias, estados mentales, actividades y relaciones. Sin embargo, y como todos sabemos, la adquisición de un objeto, sustancia o un estado... no nos aporta la paz, felicidad o amor que buscamos.
Si el yo separado busca verdaderamente la paz y la felicidad, tiene que explorar su verdadera naturaleza, su realidad: ¿Qué soy yo?... ¿Cuál es la naturaleza esencial de mí ser?...
Así que cada vez que te encuentres a ti mismo buscando la felicidad en un objeto, una sustancia, un estado mental, una actividad o una relación, simplemente párate, ya sabes que no va a funcionar; has probado ya suficientes veces y no estarías aquí si hubiera funcionado, ninguno de nosotros estaríamos aquí.
Así que párate y hazte la pregunta: ¿Cuál es la naturaleza de mi ser?... ¿Cuál es el yo que es infeliz?... ¿Cuál es el yo que está buscando la felicidad?...
Llévate a ti misma, de esta forma, hacia la compresión experiencial: "yo soy aquello que es consciente de mi experiencia, nunca puedo ser un objeto de la experiencia, ninguna búsqueda en el dominio de los objetos me aportará conocimiento alguno acerca de lo que soy verdaderamente".
Lleva tu atención una y otra vez hacia ti misma y encuentra cuál es la naturaleza de tu propio ser, la naturaleza de la consciencia por medio de la cual conoces tu experiencia y vuelve allí una y otra vez hasta que sientas que empiezas a tomar tu residencia, a habitar ahí.
De hecho no es que vivas ahí, sino que vives en tanto que eso, yo soy esa presencia consciente abierta y vacía...
Ve si ésa puede ser molestada, si puede tener un sentimiento de carencia inherente; en otras palabras, ve si ésa tiene que ser completada por algún objeto, estado mental, actividad o relación.
Esto es lo que te aconsejo cuando te encuentres a ti misma más bien fuera que dentro.
I: Entonces no hay nada que hacer... ahí fuera.
RS: (Silencio)
I: Para la investigación de la presencia consciente, ¿cuál sería la función del prana, de la fuerza vital;" ¿tiene alguna utilidad?
RS: No, ninguna manipulación de la respiración puede decirnos algo sobre la naturaleza de la presencia consciente.
El conocimiento de la presencia consciente es un conocimiento tan solo entre la presencia consciente y ella misma; si la consciencia quiere conocer algo distinto de sí misma, tiene que tomar la forma de una mente finita, es decir tiene que tomar la forma de un pensamiento o de una percepción.
Bajo la forma de un pensamiento o de una percepción, la presencia consiente puede parecer que conoce algo distinto a sí misma; pero para conocerse a sí misma la presencia consciente no necesita tomar la forma de una mente finita.
Si te digo levántate y da un paso hacia ti, ¿qué harías?
I: No haría nada, porque ya estoy.
RS: Exacto, ¿Qué necesitaría hacer la presencia consciente para conocerse a sí misma?... ¿A dónde tiene que ir?... ¿Tendrían la mente, el cuerpo y la respiración que ser manipulados de alguna manera?...
I: No, entonces, ¿cuál sería la función del yoga?
RS: Realinear el cuerpo con esta comprensión. El yoga o cualquier otro trabajo que hagas con pranayama tienen sentido respecto a este realineamiento.
Durante décadas hemos estado sintiendo y moviendo el cuerpo, de una manera que es concordante con la creencia de que, yo la presencia consciente, soy un objeto temporal y finito, viviendo en y como este cuerpo y que el cuerpo está formado esencialmente de algo inerte y muerto llamado materia.
Este hábito está grabado de manera muy profunda en el cuerpo y nos condiciona la manera en cómo pensamos, sentimos, actuamos, percibimos y nos relacionamos.
Tras el reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza hay un gran beneficio en realinear la manera en que sentimos el cuerpo con esa nueva comprensión.
¿Por qué? Porque este realineamiento permite que esta comprensión se exprese en todos los dominios de nuestra experiencia; en nuestros pensamientos, en nuestros sentimientos, en nuestras percepciones, en nuestros actos y en nuestras relaciones.
Así que reconoce tu verdadera naturaleza y, después, practica pranayama y yoga.
En la práctica puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo. Pero no practiques pranayama y yoga para realizar y conocer tu verdadera naturaleza, practícalos para realinear el cuerpo y la respiración con tu nueva comprensión.
Es verdad que Ramana Maharsi en raras ocasiones recomendó pranayama para este propósito, pero lo hizo tan solo para personas que en aquel momento no estaban capacitadas para entender el enfoque superior y más directo de la auto-indagación, la indagación del yo. En tu caso estás más que capacitado para entender la auto-indagación.