Artículos - Rupert Spira
La presencia consciente permanece en sí misma
Diálogos con Rupert Spira Encuentro en Barcelona, Marzo 2015Interlocutor: Quiero hablar sobre la relación con los pensamientos. He aprendido durante muchos años y, quizás me he esforzado mucho en parar los pensamientos, por una parte para vivir más libre de ese sufrimiento que a veces causan y, por otra, para que sea más evidente la consciencia que soy.
Me gustaría saber: ¿cómo esta consciencia que soy puede resultar más evidente? Si al revés funciona, como cuando soy más consciente, lo otro se calla de forma natural.
Rupert Spira: Yo también intenté parar mis pensamientos durante veinte años y lo hice por el mismo motivo que tú, pensé que me curaría de mi sufrimiento; hasta que devino claro que para ser libre del sufrimiento es necesario conocer la naturaleza esencial de uno mismo; ello quiere decir, la naturaleza esencial de la consciencia, y no tiene nada que ver con lo que nuestros pensamientos están haciendo o dejando de hacer.
Cuando me di cuenta de esto dejé de estar interesado en ellos y me interesé por la naturaleza de la consciencia. Al cabo de un cierto tiempo devino absolutamente claro para mí que lo que esencialmente soy no había sido jamás dañado o modificado o tintado por ninguna experiencia; que lo que esencialmente soy está, ya, inherentemente libre de sufrimiento; que la paz o el amor no es algo que tuviera que ser obtenido o practicado con esfuerzo sino que es la naturaleza de lo que ya somos. Lo había, simplemente, pasado por alto porque estaba muy ocupado manipulando mis pensamientos.
Tu segunda pregunta: ¿cómo hacer posible que la presencia consciente sea más clara? Eres como alguien que está mirando una película y hace la pregunta: ¿cómo sería posible ver la pantalla más clara?
¿Eres consciente ahora?
I: Sí.
RS: Obviamente no tienes ninguna duda acerca de ello. Contestaste "sí"; contestaste "sí" porque conoces la experiencia de ser consciente.
La experiencia de estar consciente no está oscurecida, ni escondida tras tus pensamientos o sentimientos; de la misma manera que la pantalla no está escondida detrás de las imágenes.
I: Lo que pasa es que, a veces, es como que hay una tendencia a buscarse a uno mismo como un objeto y es muy fuerte esa tendencia, ¿no?
RS: Esa es una observación muy buena. Tenemos que ver claramente que lo que esencialmente somos ―la presencia consciente misma o la experiencia de ser conscientes― nunca aparece como una experiencia.
Jamás se muestra como un pensamiento, una imagen, un sentimiento, una sensación o una percepción. De la misma manera como la pantalla nunca aparece en la película; de hecho la pantalla es la única cosa, que no es una cosa, que no puede aparecer en la película. Todo lo demás puede aparecer en la película menos la pantalla misma.
Buscar la consciencia en nuestros pensamientos o sentimientos es como un personaje en una película que recorriera el mundo en busca de la pantalla. Es así de absurda la búsqueda de nosotros mismos en la mente o el cuerpo.
Una vez que hemos visto esto claramente, tan solo una vez, no podemos buscarnos a nosotros mismos ni en la mente ni en el cuerpo con la misma convicción como lo hacíamos antes.
Comprender esto no pondrá fin a esta búsqueda de forma inmediata, porque hay una cierta aceleración, un cierto ímpetu que dura ya varias décadas. Pero, si cada vez que te encuentras a ti mismo buscándote en el cuerpo o la mente, recuerdas esto que has comprendido, ese hábito poco a poco cesará y la presencia consciente se hará sentir, gradualmente, en el trasfondo de la experiencia.
Interlocutor: ¿Cómo puedo llegar a esta certeza de que soy consciencia infinita, ilimitada, cuando en mi experiencia diaria, cada vez que caigo en el sueño profundo tengo la sensación de que esta consciencia también se disuelve, o al menos ya no tengo conocimiento de ella, y cada vez que me despierto vuelvo a tener conocimiento de ella?
Rupert Spira: ¿Qué es lo que tiene la experiencia de la presencia consciente desapareciendo y después reapareciendo?
I: Te diría que es como la sensación de ser.
RS: Si esa sensación de ser es consciente de la desaparición y reaparición de la presencia consciente, esa sensación de ser debe ser en sí misma consciente, si no, no podría tener la experiencia de la aparente desaparición y reaparición de la presencia consciente.
Hazte de nuevo la pregunta: ¿qué es lo que es consciente de la desaparición y reaparición de la presencia consciente?... Has dicho que esa era tu experiencia, por lo que debes ser consciente de ella, ¿qué es lo que es consciente de ella?
I: La consciencia...
RS: Estás diciendo que la presencia consciente es consciente de su propia desaparición, ¿cómo sabría que ha desaparecido si hubiera desaparecido?... ¿Cómo podría la presencia consciente alguna vez decir: "he desaparecido"? Entonces no estaría ahí para conocer la experiencia de la ausencia de sí misma.
I: No puedo entenderlo, parece que al nacer se descubre, no sé... cuando despiertas, como que el conocimiento se vuelve a generar a sí mismo cada vez que reaparece.
RS: Cuando te despiertas, son el cuerpo y el mundo los que se despiertan en ti. Justo antes de que despiertes, tienes un sueño, ¿verdad?
I: Sí.
RS: Eras tú, presencia consciente, el que eras consciente del sueño; así que la presencia consciente tenía que estar bien despierta mientras tú soñabas, porque si la presencia consciente hubiera estado dormida o ausente, no hubiera podido ser consciente de tu sueño.
Así que mientras estás dormida, soñando, la presencia consciente está bien despierta conociendo tu sueño. Cuando tu sueño desaparece y de repente devienes consciente de tu habitación, ¿qué le ocurre a la presencia consciente?... ¿Cambia de estado?... ¿Se despierta?... No.
I: Solamente integra nuevos elementos.
RS: Sí, tu playa caribeña desaparece y tu habitación aparece, pero la presencia consciente no apareció ni desapareció.
Cuando duermes profundamente, tanto tu habitación como la playa caribeña desaparecen, dejando solo a la presencia consciente conociendo su ser vacío.
Cuando después la mente mira hacia el sueño profundo dice: "no había ningún objeto presente ahí"; lo cual es cierto, no había ningún objeto ahí.
Entonces el pensamiento presupone que la consciencia también debía estar ausente, ¿por qué? Porque el pensamiento solo puede conocer objetos y en ausencia de objetos dice: "no hay nada"; pero en ausencia de objetos no hay una nada, hay consciencia. No hay nada en el sentido de que no hay cosas, objetos.
Si retiraras todos los objetos del universo, ¿implicaría eso que no hay nada?... No, habría espacio vacío.
I: Pero el hecho de que el testigo desaparezca, por eso que ayer decía que la consciencia en tanto que testigo ya era un objeto, y el hecho de que el testigo desaparezca genera esta confusión.
RS: No, es la desaparición de lo visto, de lo atestiguado, de lo observado.
A la consciencia se le denomina "el testigo" o "el observador" cuando hay algo observado; pero cuando el objeto observado desaparece, ya no llamamos a la presencia consciente "el testigo" o "el observador", pero la presencia consciente ella misma, permanece.
Cuando una mujer está casada la llamamos "una esposa", cuando deja de estar casada ya no es una esposa pero no deja de ser una mujer. "Una esposa" era una etiqueta superpuesta mientras tuvo un marido ―cuando desaparece el marido, desaparece la esposa― pero sigue siendo una mujer, que es la naturaleza esencial de la esposa.
Cuando hay un objeto para ser observado, llamamos a la presencia consciente "el observador"; cuando el objeto observado desaparece, el sujeto observador desaparece con él. Todo lo que se retira es un nombre temporal para la presencia consciente, pero la presencia consciente en sí misma permanece.
I: ¿Y puede ser que con esa disolución del observador también se disuelva cualquier experiencia que se pueda agarrar y que ya no se pueda emplear la palabra experiencia?
RS: Sí. ¿Cuál es tu condición entre dos pensamientos o entre dos percepciones?
I: Nada.
RS: ¿Dejas de existir entre dos pensamientos?...
Toma dos pensamientos, los que quieras, llama al primer pensamiento "A" y al segundo "B". Toma el pensamiento "A"... ahora ha desaparecido, toma el pensamiento "B"... ahora ha desaparecido.
¿Experimentaste la desaparición de tu ser, de ti misma, durante esa ausencia de pensamiento? O más bien, ¿algo permaneció constante y presente durante la aparición y desaparición de los pensamientos?...
I: La presencia sigue presente.
RS: Sí, no hay una "nada" entre los dos pensamientos, no hay una "nada" en la ausencia de experiencia objetiva. Se puede decir que no hay nada en el sentido de que no hay objetos, cosas, pero todavía está la presencia de la consciencia.
I: Pero, en este momento, la presencia la experimento por estar en estado de vigilia.
RS: No, no estás en estado de vigilia; la mente está en estado de vigilia. La mente aparece en ti, presencia consciente; como ya has visto, cuando la mente opera la transición entre el estado de sueño y el estado de vigilia, la presencia consciente no se mueve de un estado a otro.
La presencia consciente no está en el estado de vigilia o de sueño, sino que los estados de vigilia, sueño y sueño profundo están en la presencia consciente, de hecho estos tres estados son modulaciones de la presencia consciente.
De la misma manera, los dramas, los documentales y las noticias son modulaciones de la pantalla. La pantalla no entra en el drama, ni en el documental ni en las noticias; los tres programas están presentes en la pantalla, no la pantalla en los tres programas. Los tres programas no están solo presentes en la pantalla, son modulaciones de la pantalla.
Esos tres estados de vigilia, sueño y sueño profundo, no están solo presentes en la presencia consciente sino que son modulaciones de ella.
I: Creo que prefiero esta explicación de modulación frente a la de aparición y desaparición.
RS: ¿No te gusta la metáfora de la esposa divorciada? (Risas)
Estás en la vía correcta, sigue explorando tu experiencia de este modo, porque es este proceso de cuestionar lo que hace que profundices más y más en tu propia experiencia.
No te quiero dar respuestas, aunque a veces formulo algunas; intento hacerte nuevas preguntas, que te llevan a profundizar más y más en tu propia experiencia para que encuentres la respuesta por ti misma.