Artículos - Rupert Spira
"Vuelve a mí"
Diálogos con Rupert Spira Encuentro en Barcelona 2012 (II)Interlocutor: ¿Hay conexión entre este mundo ilusorio y la consciencia mayor? Y la repercusión de alguna manera... Yo entiendo lo que dicen que no tiene importancia lo que sucede en el mundo ilusorio, porque no tiene trascendencia alguna. ¿Si es así o no? Si sigue un hilo para despertarnos a la consciencia mayor.
Rupert Spira: Como concesión a la creencia en un ser separado podemos decir que lo que ocurre en la experiencia es conducir a ese ser separado a lo que realmente es, eso no es completamente cierto, pero es cierto una vez que hemos aceptado provisionalmente que hay algo tal como un ser separado. Esta respuesta es una concesión a esa creencia.
Pero vamos a ver el tema más de cerca. Empezaste preguntando si hay una conexión entre la consciencia y el yo separado. No vayamos más lejos. Veamos si es cierto que hay una conexión entre la consciencia y el yo separado porque, si no hubiera conexión, el resto de tu pregunta no tendría sentido.
La consciencia no conoce al yo separado. La consciencia no conoce nada que sea separado. Toma de nuevo la metáfora de la pantalla de televisión, la pantalla es mágica porque no es una pantalla que sea vista por alguien que está sentado en un sofá; es una pantalla consciente, o sea que es una pantalla que es consciente de lo que ocurre en ella ¿Me sigues?
I: Sí.
RS: Retomémoslo. La película todavía no ha empezado. Todo lo que hay es la pantalla consciente y está tan solo consciente de sí misma, no es consciente de sí misma en tanto que algo. No es que se separe de sí misma, se dé la vuelta y se observe. En otras palabras, nunca establece una relación sujeto/objeto; tan solo por ser sí misma se conoce a ella misma. De la misma manera que el sol siendo sí mismo se ilumina a sí mismo. ¿Me sigues?
I: Sí.
RS: Ahora comienza la película, ¿de acuerdo? Una vez que la película empieza, ¿la pantalla se vuelve consciente de un objeto o de un personaje separado? No, o por decirlo de otra manera, cuando empieza la película, ¿hay algo nuevo que venga a la existencia? No.
La palabra existir procede de dos palabras latinas: "ex"/ "ist"; "ex" significa fuera y la partícula "ist" significa emerger; entonces es: "emerger fuera de". Como un conejo que sale de la chistera de un mago. Así que cuando la película comienza no hay nada que emerja, nada viene a la existencia, nada sale fuera de la pantalla. Desde el punto de vista de la pantalla, incluso cuando la película está trascurriendo, tan sólo hay pantalla. Desde el punto de vista de la pantalla no hay ninguna sustancia ni objeto nuevo que surja a la existencia. La pantalla es el único punto de vista real, porque es lo único que hay ahí y que es consciente. ¿Me sigues? ¿Parece que tengas dudas?
I: Hasta ahí sí, pero lo de la parte ilusoria... ¿Llega ahora o no?
RS: No vayas tan deprisa porque quiero saber si hasta aquí vamos juntos. Pero tienes razón, esa parte llega ahora.
Así que la película se está proyectando. En la película, por ejemplo, hay una familia que está de picnic en un campo. Así que: familia, amigos, árboles, ovejas, montañas, prado verde..., un picnic inglés. Todavía desde el punto de vista de la pantalla no hay ningún objeto ni personaje separado nuevo que haya venido a la existencia. Desde el punto de vista de la pantalla todo es muy cercano a sí mismo, de hecho, tampoco podemos decir que todo es muy cercano porque para la pantalla no hay cosas; así que no hay un "todo". Para la pantalla no hay objetos que aparezcan y que estén así o así de cercanos. En otras palabras, no hay relación alguna, no hay un sujeto que conozca un objeto, no hay un veedor y no cosa vista, no hay experimentador ni experimentado; tan solo una sustancia sin límites e íntima que se modula a sí misma en la forma de la totalidad de la experiencia. ¿Me sigues?
I: Sí.
RS: Vale, ahora vamos a la parte ilusoria.
Imagínate que eres uno de los personajes del picnic. Lo primero es que tú eres consciente; eres consciente porque estás hecha de la pantalla consciente. Este personaje en la película eres tú y estás hecha de la pantalla consciente, pero también tienes un nombre y una forma, no eres la pantalla sin límites, eres una mezcla de consciencia más una figurita recortada. Así que eres nombre, forma y consciencia. Yo, el pequeño ser separado que tiene una pequeña parte de consciencia en el interior. Y así es como las cosas aparecen desde el punto de vista de un personaje en el picnic. ¿Me sigues?
I: Sí.
RS: Ahora describe, en tanto que ese personaje, ¿qué es lo que ves? Tú eres ese personaje, miras a tu alrededor, está tu familia...
I: Sí, y también las ovejas.
RS: Sí, las vacas, los arboles, toda la familia: padre, madre, hermanos y hermanas... En otras palabras, ves una multiplicidad y diversidad de objetos y de seres. Y esa es más bien una manera clínica de decirlo. Eso es lo que ves, un montón de yoes y objetos. Parece que seas un yo interno mirando un mundo externo. Esta es la visión desde el punto de vista del yo separado. El yo separado es ese personaje que tiene nombre, forma y que es consciente.
Desde el punto de vista de la pantalla, que es la única cosa que está realmente ahí, porque si tocas la pantalla con tu dedo, no encuentras ni la familia, ni las ovejas ni el picnic. Desde el punto de vista de la pantalla, que es el único punto de vista real, la pantalla es lo único que hay ahí y que al mismo tiempo está presente y consciente; desde ese punto de vista no hay yo separado, ni objetos separados, ni ovejas separadas, ni mundo separado.
Desde el punto de vista de la pantalla no hay relación sujeto/objeto. Para que hubiera una relación sujeto/objeto la pantalla tendría que dividirse en dos partes. Tendría que pasar por alto, o aparentemente pasar por alto, el conocer de su propio ser y parecer que se contrae en un cuerpo separado y en ese momento se convertiría en el sujeto separado de la experiencia y, todo lo demás y todos los demás, se convertirán en objetos separados. Ese objeto separado se dividiría después en una multiplicidad y diversidad de objetos y seres.
Así que, desde el punto de vista del yo interior hay una multiplicidad y diversidad de objetos exteriores, pero el yo interior es un punto de vista ilusorio, sólo es un punto de vista real desde su propio punto de vista. Solo el yo separado piensa que es un yo separado. En otras palabras, el yo separado está hecho del pensamiento que lo piensa. La pantalla jamás experimenta nada que sea separado. ¿Qué podría haber ahí que pudiera estar o bien separado o bien junto a ella? Es su propia experiencia, que es la única experiencia. Tan sólo hay ella.
Por eso en el Bhagavad Gita se dice: "Aquello que es, jamás cesa de ser. Aquello que no es, jamás viene a la existencia". Aquello que no es, el yo separado o el objeto separado, jamás viene a la existencia; es decir, jamás surge de la consciencia y se convierte en una cosa independiente y separada.
Ahora, volviendo al primer enunciado de tu pregunta de si hay una relación entre la consciencia y el yo separado, ¿por qué entonces hay x, y, z? Pero no hay una relación entre la consciencia y el ser separado. No hay un yo separado para que pueda haber una relación con él. La consciencia no tiene relaciones, es soltera y célibe. Y por eso siempre está feliz, no tiene ningún problema.
¿He contestado a tu pregunta?
I: Sí, podríamos decir que sí. Me ha parecido entender, en un momento dado, que decías que sí, que había un sentido en lo ilusorio cuando al principio he preguntado por el sentido de lo ilusorio; pero no, lo entendí mal.
RS: Es cierto, dije eso, pero lo dije como una concesión a la creencia de que hay un yo separado real. Cuando dije eso venía de la cumbre de la montaña y bajé hasta media montaña para encontrarte. Después, muy deprisa, volví otra vez a la cima y te dije: "No, no, lo siento; tienes que venir aquí". Pero déjame que descienda otra vez.
Si reconocemos que hay una tal cosa como un yo separado, porque esa es la manera en que nos encontramos a nosotros mismos la mayor parte del tiempo, vamos a empezar desde ahí en lugar de empezar desde la consciencia. Entonces, la pregunta es: ¿tiene algún sentido la experiencia de ese yo separado? Y la respuesta es: sí, sí lo hay. La manera de encontrar cuál es el sentido de este yo separado es preguntarle al yo separado: ¿qué es lo que quieres por encima de todo? En cualquier momento y a cualquiera de los siete mil millones de seres que somos, que sentimos o que pensamos que somos un ser separado, si nos preguntaran en este momento: ¿cuál es el propósito de tu vida? Todo el mundo, si son honestos, contestarían: encontrar la felicidad. Paz y amor son sinónimos de felicidad, es la misma cosa.
Este es el propósito de la vida del ser separado. La búsqueda de la felicidad es la única actividad en la que el ser separado está comprometido. La felicidad es el sentido último del yo separado y es muy fácil verificar esto porque, cuando se obtiene la felicidad, la búsqueda llega a su fin. No hay ningún sitio más a dónde ir, no hay nada más que creer.
El sentido último de las experiencias del yo separado es conducirlo a la felicidad. Como vimos esta mañana, la experiencia de la felicidad es la extinción del ser separado. Si miras una polilla por la noche todo lo que está haciendo es buscar la llama, y la mayoría de las polillas no saben que la llama es su extinción. Eso es lo que todos los siete mil millones de seres están haciendo: buscando la felicidad, buscando el final de la herida de la separación. Pero la mayoría está buscando en el lugar equivocado, en la adquisición de estados, objetos o relaciones. Aquí la buscamos en el lugar adecuado, el lugar donde verdaderamente habita la felicidad, en el corazón de nuestro propio ser. Ese es el propósito de la vida, encontrar eso; es muy simple.
Cada vez que experimentamos infelicidad, la experiencia de la infelicidad es como una voz de nuestro ser más interior diciéndonos: "Vuelve a mí, te has perdido en los objetos, date la vuelta y encuéntrame en tu corazón". Este es el mensaje del sufrimiento. En otras palabras, el sufrimiento es un signo, un mensaje de la inteligencia que nos dice: "Vuelve a mí".
I: Me ha gustado mucho esa exposición del sufrimiento. Te hace sufrir menos sólo el hecho de sentirlo así, aunque son cosas que las hemos recibido de muchas maneras distintas.