Artículos - Éric Baret
¿Qué es el Tantrismo?
Por Éric BaretLa palabra "tantrismo" suscita numerosos prejuicios. ¿Podría hablar sobre él? ¿Qué es el tantrismo?
El tantrismo es una palabra. Aparece en ciertos periodos de la historia, después desaparece. Actualmente, los medios de comunicación occidentales se valen de esa palabra para vender algunas publicaciones inútiles. Del mismo modo en Oriente se ha empleado esa palabra en ciertas épocas, cada vez con diferente significado.
Nos gustaría poder decir que el tantrismo es lo que se encuentra en los Tantra. Desgraciadamente, ciertos Tantra no son tántricos y algunos textos que no pertenecen a los Tantra, contienen elementos tántricos.
Así pues, no podemos responder seriamente a esta pregunta; o en tal caso nos veríamos obligados a responder desde el punto de vista de una escuela particular. Cada aspecto de la tradición India puede ser comprendido desde un punto de vista tántrico. Así, según el Tantrismo de Cachemira, todas las actividades humanas participan del tantra ¿Por qué? Porque es la actualización del presentimiento del silencio en el espacio-tiempo.
El presentimiento del silencio es la no-dualidad. La expresión de la no-dualidad en la vida cotidiana es el tantrismo. En la India, dos grandes vías coexisten. La mayoría de las aproximaciones de la tradición contienen la una o la otra: la vía de la mano derecha o la de la mano izquierda.
El método ortodoxo, denominado de la mano derecha, adopta las formas que están de acuerdo con la cultura, la filosofía y la moralidad del periodo en el que se expresa. Incluidas en la ortodoxia religiosa, participan de las nociones de casta, de las prohibiciones y jerarquía predominantes. El método de la mano izquierda se refiere a una codificación de técnicas y de preceptos que pueden parecer en contradicción con la situación cultural del periodo en el que se manifiesta. En su simbolismo, estas formas se refieren a transgresiones de códigos establecidos. Existen, no obstante, rituales tántricos ortodoxos y rituales de la mano izquierda no tántricos. Así pues, hemos vuelto al punto de partida de estas discusiones: el tantrismo es tan sólo una palabra y no puede ser definido de manera rigurosa.
Pensar que una persona pueda volverse impersonal manifiesta una absoluta falta de claridad en cuanto al principio metafísico ―una forma de sacrilegio―. Esta visión simplista se encuentra también en ciertas corrientes hindúes: por ejemplo los pashupatas, o, más cerca de nosotros, las escuelas de tendencia Gorakshanata.
Otro ejemplo de la confusión que rodea al término "tantrismo": el tantrismo hindú es extremadamente diferente del budismo tántrico. Éste último es una aproximación dualista que se camufla bajo conceptos no-dualistas tomados del shivaísmo de la India. Es un acercamiento embebido de intención, de voluntad, de intentos desesperados para llegar a algo, a alguna parte, referidos a alguien. Esta aproximación es considerada como una vía rápida que procede del desarrollo de la energía perteneciente a una persona, la cual quiere iluminarse. Para realizar tal fantasía, se pretende utilizar todas las situaciones capaces de acelerar esa iluminación.
En la tradición india, la conciencia, el silencio, es simbolizado como masculino, mientras que su expresión en el espacio-tiempo, el mismo espacio-tiempo, es representado como femenino. Lo masculino es la verdad última, el principio metafísico. Lo femenino es su proyección. La vía tántrica es el arte de la reintegración consciente del aspecto manifestado de la energía en su principio. Es un redescubrimiento, un retorno a sí mismo y no una realización.
En otro nivel, podemos decir que el tantrismo es una codificación técnica específica, ligada a una localización geográfica. El tantrismo de Bengala es diferente del de Assam, el de la región de Benarés difiere del de Orissa, y el del sur de la India, muy próximo en un cierto nivel del Trika de Cachemira, también es diferente. Asimismo habría que hablar de los Tantra Vishnuistas como el de los Sahajiya de Bengala o incluso aquellos, menos conocidos, derivados del Islam, como en el Ismaelismo.
Todas estas corrientes exploran el principio subyacente a la manifestación y su motor esencial: el deseo. Todas ponen el acento sobre la sensibilización de los cuerpos de energía para acercar el gran misterio. Pero la forma en la que la técnica va a profundizarse es propia de cada escuela. Sólo en Cachemira, en el tantrismo más absolutamente no-dual, la técnica difiere ampliamente según las corrientes. Para ayudar a su transmisión, un maestro de una línea particular podrá incluso utilizar algunos métodos pertenecientes a otras escuelas.
Mi maestro ha incluido algunos ejercicios procedentes del Himalaya en su enseñanza. Todas estas técnicas tratan de afinar la sensibilidad a las corrientes esenciales de la vida.
¿Pero a qué se le llama "tantrismo"?
Desde el punto de vista de la vía de Cachemira, el tantrismo es el arte de celebrar lo último en la vida cotidiana. En una sensibilidad disponible, todo dinamismo de devenir, de alcanzar, desaparece. Dejamos de utilizar nuestra vitalidad y nuestra inteligencia para impedir o desear. Descubrimos las diferentes facetas de lo corporal. El miedo se pulveriza. Nos sentimos bien, en paz. Cuando el cuerpo se vuelve apacible, se revela como una masa de defensas, de miedos. En nuestra disponibilidad, lentamente se va a transformar en luz, energía, belleza y placer.
Lo que impide la sutileza de la sensibilidad corporal y mental es la tensión de querer llegar a algo. El acercamiento tántrico propone profundizar el cuestionamiento de nuestras restricciones físicas y mentales. Es un instrumento para hacernos descubrir lo que es la alimentación, la asimilación, la digestión, etc., conduce a sentir simultáneamente lo que existe de sagrado en el alimento, en la sexualidad, y lo que hay de vulgar en ciertas formas de olvido de sí, en la comunión romántica, en la satisfacción de un placer. Así, los alimentos putrefactos, cadavéricos, y los productos refinados de nuestra civilización desaparecerán de su vida.
La vía tántrica es una manera de acercarse a las reglas cósmicas, una forma de sentir los vínculos de unidad con todos los seres. Nuestra manera de pensar, de tocar, de resonar con el entorno, se transforma claramente. Ciertos rituales específicos van a participar de estos descubrimientos. El sentimiento de los ritmos constantes que presiden las situaciones humanas se abre paso cada vez más.
El tantrismo es realmente el descubrimiento de todas las expresiones de estos ritmos. No es un concepto. Esto debe ser sentido en todos los aspectos de la vida: cuando la policía le detiene, si su esposa le abandona, cuando escribe un libro... Si el dolor invade su cuerpo o no tiene para comprar un billete de metro: usted está presente, la belleza de la vida también. El tantrismo es el arte de reconocer la majestad de la vida en todas sus expresiones.
Usted ha dicho que ciertos elementos, que no son tántricos, son considerados como tales en Occidente...
Utilizar el pensamiento o la sexualidad para intentar alcanzar aquello que está más allá de la mente, no es tántrico, es una falta de claridad. El tantrismo es el arte de explorar el presentimiento de la vida, continuamente.
Naturalmente que existirá una actividad; que habrá un despertar y canalización de las energías; que se llevarán a cabo rituales incomprensibles para una sociedad burguesa... Pero nunca con la intención de alcanzar algo determinado. Toda esta fantasmagoría se expresará únicamente para armonizar su cuerpo, su sensibilidad y su mente con el presentimiento de lo esencial. La humildad es el único terreno de estas expresiones.
Visto desde fuera, el mismo ritual, el ejercicio mismo ―que para nosotros es una expresión de la belleza de la vida―, podría ser entendido como un medio de alcanzar no sé el qué. Desde un punto de vista pedagógico, podemos utilizar ciertos aspectos de las vías progresivas en el camino directo. Pero sólo nos serviremos de estos ejercicios para subrayar la comprensión de que el espacio en el que la libertad puede brotar es la disponibilidad y no la acumulación de cualificaciones, sean las que fueren.
En nuestros días el tantrismo es con frecuencia entendido como la utilización de la sexualidad con el fin de obtener la conciencia cósmica...
La sexualidad es barrida por el presentimiento ensordecedor del silencio. En sí misma, no tiene ningún vínculo con el tantrismo. Si se ha hecho tanto hincapié en ello, es sobre todo porque la iconografía religiosa y metafísica del panteón tántrico hindú y budista se expresa, por razones puramente conceptuales, bajo la forma de divinidades frecuentemente entrelazadas.
Pero está en presencia de puras transposiciones de comprensiones metafísicas y no de ejercicios para practicar a plena luz.
Cuando la sensibilidad corporal se vuelve no conceptual, la sexualidad, como todas las funciones de nuestro cuerpo, estalla. La sexualidad psicológica no tiene sitio en la tranquilidad, en la vivencia de un cuerpo sin miedo ni necesidad. Eso no quiere decir que no existan, en la tradición tántrica, rituales para explorar ciertas ramificaciones de la sexualidad, como los hay para explorar las ramificaciones de la respiración u otras.
¿Cómo darse cuenta de si alguien es un "viva la virgen " o realmente ha experimentado la dicha?
Sólo aquel que ha presentido un silencio no objetivo puede reconocer al que está verdaderamente en silencio. Es parecido a como un pintor reconoce inmediatamente a otro pintor, un bailarín a otro bailarín, y un pescador a otro pescador. Es algo que se siente, una unidad. La dicha no está ligada a sus expresiones. Y no podemos reconocerla sino a través de ellas.
He visto a mi maestro en la ópera, con banqueros, con traficantes de droga, con políticos, con alumnos fuera de la ley, con hombres de negocios, con personas piadosas, etc. Desde fuera era muy difícil ver su libertad. Las personas que estaban próximas a él ―no próximas a su enseñanza conceptual, sino que vibraban de esa misma mirada sobre la vida― se daban cuenta sin embargo de su disponibilidad en todas las situaciones.
En toda expresión procedente de la tranquilidad, reconocerá esa misma tranquilidad. Todo lo que viene directamente de la apertura conserva siempre una cierta forma de discreción, de moralidad. La verdadera originalidad es la expresión directa de la tranquilidad y se manifiesta con una gran discreción.