Artículos - Jean Klein
La Llama del Ser
(Segunda parte)
Un diálogo con Jean Klein y Michael TomsMichael Toms: Jean, estás hablando sobre la relación y lo que te he oído sugerir es que realmente la relación que tenemos con otros en realidad comienza con la relación que tenemos con nosotros mismos. ¿Es eso cierto?
Jean Klein: Exacto. Mientras hay alguien, mientras hay un yo también hay un otro. En ausencia de nosotrous mismos existe la unidad con nuestro entorno. De lo contrario sólo se está buscando la seguridad. En ausencia de nosotros mismos cada momento es nuevo. Nuestro entorno aparece de momento a momento de una manera nueva. De lo contrario, sólo tenemos que ver con enseres, con clichés. Generalmente decimos que yo veo el mundo, que veo mi entorno. Conozco a mi esposa, a mi marido, a mi vecino. Pero eso es sólo memoria. Nosotros superponemos sobre ellos ciertas cualificaciones y las repetimos. En cierto modo, los estamos poniendo en una prisión.
MT: Así que en cierto sentido, más que relacionarnos con nuestra esposa o nuestra madre a veces nos relacionamos con el recuerdo de lo que pensamos que eran entonces. En lugar de estar con ellos.
JK: Exacto.
MT: ¿Cómo podemos ir más allá de esa relación para que podamos estar en el momento con quienquiera que sea que nos estemos relacionando?
JK: Creo que, en el momento en que nos damos cuenta de ello, que lo vemos y que nos damos cuenta de cómo este ver reacciona en nosotros, el impacto. Esa es la transformación. Porque generalmente estamos viviendo en una especie de universo de creencias, información de segunda mano, rumores. Y no nos sentimos muy cómodos y estamos tratando de salir de este universo por todos los medios, técnicas, seminarios, y así sucesivamente. Pero al verlo claramente, la entidad que desea salir de este universo pertenece al universo. Cuando lo ves hay una detención. Te encuentras a ti mismo automáticamente fuera del proceso.
MT: ¿Dónde está el amor en medio de la relación?
JK: Sólo hay amor en ausencia de ti mismo. En ausencia de ti mismo, cuando vives de esta manera desamueblada hay amor.
MT: ¿Así que no hay ego o yo o identidad en el amor?
JK: No, no hay identidad en absoluto en el cosmos. Sólo hay función.
MT: ¿Sería eso también como la energía?
JK: Energía a la que hemos dado algunos nombres. Pero sólo hay energía. Sólo hay función. No hay un veedor sólo hay ver. No hay un oyente sólo hay oír. No hay un pensador sólo hay pensar. No hay un hacedor sólo hay hacer. El hacedor viene sólo después del hecho, pero durante el hacer ¿dónde está el hacedor?
MT: Así que cuando estás en medio de alguna actividad ¿tú eres sólo la actividad?
JK: Exacto. Tú eres el funcionar. Tú eres el hacer. Pero no hay ningún hacedor.
MT: Es la memoria la que crea el hacedor.
JK: Exacto, y se convierte en un problema.
MT: Porque empezamos a identificarnos con el hacedor y el pensador y el amante y eso nos aleja de lo que realmente somos.
JK: Por supuesto.
MT: En cierto modo, la necesidad de esa tensión creativa tiene que estar ahí para permitirnos continuar existiendo como seres humanos. Si esa tensión creativa no estuviera ahí estaríamos como flotando, ¿no es así?
JK: Jean se ríe. En el escuchar, como hemos dicho, no hay un oyente. Sólo hay escuchar. Creo que pedagógicamente hablando lo que escuchamos nos debe traer de vuelta al escuchar. Lo que oímos nos debe traer de vuelta al oír.
¿Qué piensa usted, hay algo que enseñar? En esta óptica, ¿hay algo que enseñar?
MT: Mi pregunta sería ¿hay algo que aprender?
JK: Ah. Puedes aprender un nuevo idioma, puedes aprender una nueva forma de tocar el piano. Eso es cierto. Pero lo que eres, no hay nada que aprender. No hay nada que enseñar. ¿Eh?
MT: Pero se pueden necesitar guías, alguien que ha estado allí para mostrar el camino, alguien que está allí para mantener la luz y decir "Mira aquí". ¿Hay esta necesidad? ¿Necesitamos un maestro? ¿Necesitamos un guía o podemos descubrirlo por nuestra cuenta?
JK: En sentido estricto, ya que no hay nada que enseñar, ¿cuál es el papel de un maestro? En principio, el llamado maestro está libre del maestro, está libre de la enseñanza. Y cuando el maestro está libre de la enseñanza no hay ningún alumno, no hay ignorancia. Así que en realidad, en la relación entre el maestro y el discípulo el maestro está libre del maestro. Él no es más que la llama del ser y no superpone la ignorancia sobre el llamado discípulo. Entonces hay una no-relación. Y en esta no-relación existe realmente relación. Sólo hay una corriente de amor, una llama de consciencia. Así que en este momento puede haber lo que llamamos "enseñanza". Por lo demás, el papel del maestro es realmente decirle al discípulo lo que él no es. Lo que él es, nunca puede decírselo, porque él Es ello. Es incognoscible. No se puede nombrar, no se puede pensar. Sólo se puede insistir en lo que no es. Y para decirle (al discípulo) lo que no es, en cierta manera, tienes que decirle también qué es lo que no es. Así que la verdadera enseñanza, si todavía aceptamos la palabra enseñanza, es, de una manera más pedagógica, señalar a lo último mismo. Así que de esta manera sólo tiene valor el "enfoque directo". Toda progresión nos mantiene en una relación sujeto-objeto.
MT: Volviendo a lo que estabas hablando antes del llegar a ser o devenir, ¿es el enfoque progresivo?
JK: Entonces permaneces en la relación sujeto-objeto. E incluso después de una larga purificación sigues estando en la relación sujeto-objeto.
MT: Creo que en Estados Unidos tenemos el movimiento espiritual, y el movimiento del potencial humano. El movimiento de la consciencia. Todos estos movimientos, por así decirlo, están siempre hablando acerca de convertirse en algo distinto de lo que eres.
JK: Sí. El proceso de llegar a ser, de devenir.
MT: Siempre es el proceso de llegar a ser. De alguna manera tú no eres algo. Necesitas convertirte en algo más.
JK: Sí, te alejas de ti.
MT: ¿Así que usted está sugiriendo que esto no es necesariamente algo bueno o algo positivo?
JK: No, no.
MT: ¿Debido a que le hace algo a nuestra mente?
JK: Por supuesto. Le da cierto dulzor a la mente, dulzor al ego. Lo mantiene vivo.
MT: ¿Así que perdemos lo real?
JK: Por supuesto. Llegamos al final a una especie de "estado en blanco", que sigue siendo una relación sujeto-objeto. Porque lo que somos fundamentalmente no es un estado –a un estado se entra y se sale– es la realidad subyacente.
MT: Pienso en la cantidad de crédito que le damos a la palabra progreso. El progreso es el tema de fondo de nuestra cultura, de nuestra sociedad, que debemos tener progreso. Debemos progresar.
JK: Sí. Puede haber algún aparente progreso en nuestra estructura social. Que estoy de acuerdo.
MT: ¿Pero el progreso personal puede ser algo totalmente diferente?
JK: Completamente diferente, sí.
MT: Bueno, una de las cosas que parece que estamos progresando en la vida es la muerte. En cierto sentido, todos estamos muriendo. ¿Qué es la muerte? ¿Quién muere?
JK: Es el ego el que muere. Y el ego muere de instante en instante, cada noche se va a dormir.
MT: ¿Eso es una muerte?
JK: Sí. En este devenir creamos constantemente espacio y tiempo. Creamos el tiempo.
MT: ¿Es nuestra mente conceptual la que hace eso?
JK: Sí. El proceso de devenir es completamente una estructura psicológica.
MT: Así que el miedo a la muerte ¿viene del miedo a perder la identidad?
JK: Exacto. El devenir es constante para la supervivencia psicológica. Así que la memoria es principalmente supervivencia psicológica. Refleja, ser alguien, que cuando (inaudible) te refleja. No hay ya un papel que desempeñar. Luego, también la memoria psicológica se va. Pero todavía está el tiempo astronómico. Pero este tiempo es de lunes a martes, de martes a miércoles, a partir de las seis, siete, ocho, nueve. Eso no es problema. Pero el tiempo psicológico es constantemente pasado-futuro, pasado-futuro. Nunca estamos en el ahora.
Así que en cierto modo, el maestro señala primero en su enseñanza lo que no somos. Y es presencia cuando él no da ningún apoyo para que el alumno sea esto o aquello. Entonces realmente hay una enseñanza. Hay una transmisión de la llama.
MT: Jean, antes, cuando estabas hablando de la relación, estábamos hablando de la relación y la importancia de conocernos a nosotros mismos y relacionarnos con nosotros mismos y de relacionarse. Estoy pensando en combinar eso con la muerte y el morir. ¿Cuál es la relación que debemos tener con alguien que se enfrenta a una enfermedad terminal?
JK: En pocas palabras, debemos morir con él. Debemos, en su presencia, poner todas nuestras cualificaciones de lado, siendo en realidad solamente conciencia, quietud. Esta quietud estimulará al moribundo. Uno debe ayudarle, en cierto modo, en este abandono.
¿Has asistido a alguien a morir?
MT: Sí, he estado con alguien que se estaba muriendo. Y mi experiencia fue que se sentía como si las palabras fueran demasiado pesadas, demasiado.
JK: Demasiado pesadas, como has dicho. Es nuestra presencia relajada, completamente relajada, completamente rendida.
MT: El mismo tipo de dejar ir que hablabas acerca de la vida. Dejar ir.
JK: Sí. Pero no es un proceso a través de la voluntad, porque en abandonar y no abandonar hay todavía algo de voluntad.
MT: ¿Al igual que hay algo que abandonar?
JK: Exacto. Realmente dejar ir, abandonar. No dejarlo ir, sino dejar que el ir o abandonar sea por si mismo. En este momento nos sentimos completamente disueltos en el espacio. Somos espacio. Y el moribundo necesita espacio. Su propio espacio será estimulado a través de nuestro espacio. Y en este espacio somos unidad.
MT: ¿Tienes alguna idea de lo que sucede después de la muerte? ¿Qué pasa con la consciencia?
JK: Para la consciencia no hay ningún cambio. La consciencia sigue siendo consciencia. Todas las expresiones de consciencia lo cual significa energía sigue siendo energía. Y en ausencia de una entidad personal no hay reencarnación. ¿Quién reencarna? ¿Quién reencarna? Para alguien que cree ser alguien hay reencarnación.
Lo que es importante, volviendo de nuevo a la persona que está muriendo, es que no debe haber injerencia de la familia. Porque la familia seguirá reteniéndolo por supervivencia psicológica. Retienen a la persona.
MT: Es muy difícil impedir que la familia no se involucre. Porque todo el mundo, su personalidad está conectada con la persona moribunda.
JK: Buscan seguridad. He asistido varias veces a personas muriendo. Es hermoso. Cuando realmente te liberas de todas las cualificaciones, esta unidad, esta desnudez es tan estimulante para el moribundo.
Al final sólo hay amor y el amor no puede morir nunca, nunca puede nacer, nunca puede morir.
Nuestro encuentro aquí juntos ha sido hermoso.
MT: Sí, yo también siento eso.
JK: Así que no ha habido más que comprensión.
MT: Sí, gracias.