Artículos - Nisargadatta Maharaj
La perfección absoluta es aquí y ahora
Conversaciones con Sri Nisargadatta Maharaj
Pregunta: La guerra está en marcha. ¿Cuál es su actitud hacia ella?
Maharaj: En un lugar u otro, en una forma u otra, la guerra está siempre en marcha. ¿Ha habido algún tiempo en el que no hubiera ninguna guerra? Algunos dicen que es la voluntad de Dios. Otros dicen que es el juego de Dios. Son maneras de decir que las guerras son inevitables y que nadie es responsable.
P: ¿Pero cuál es su propia actitud?
M: ¿Por qué me impone actitudes? Yo no tengo ninguna actitud que pueda llamar propia.
P: Sin duda alguien es responsable de esta horrible carnicería sin sentido. ¿Por qué está la gente tan dispuesta a matarse unos a otros?
M: Busque al culpable en su interior. Las ideas de "yo" y "mío" residen en la raíz de todo conflicto. Líbrese de ellas y estará fuera de conflicto.
P: ¿Qué cambia el que yo esté sin conflicto? Ello no va a influir en la guerra. Si yo soy la causa de la guerra, estoy dispuesto a ser destruido. Sin embargo, la desaparición de mil semejantes a mi no detendrá las guerras. No comenzaron con mi nacimiento ni acabarán con mi muerte. Yo no soy el responsable. ¿Quién lo es?
M: La disputa y la lucha son parte de la existencia. ¿Por qué no averigua quién es el responsable de la existencia?
P: ¿Por qué dice usted que la existencia y el conflicto son inseparables? ¿No puede haber existencia sin lucha? Para ser yo mismo no necesito luchar contra los demás.
M: Usted lucha contra los demás todo el tiempo, por su supervivencia como un cuerpo-mente separado, con un nombre y una forma particulares. Para vivir debe destruir. Desde el momento en que fue concebido, comenzó usted una guerra con su entorno, una guerra de exterminio mutuo, sin cuartel, hasta que la muerte lo libere.
P: Mi pregunta sigue sin ser contestada. Usted solamente me describe lo que ya conozco: la vida y sus pesares. Pero no me dice quién es el responsable. Cuando le presiono, echa usted la culpa a Dios, al karma, y a mi propia codicia y miedo, lo cual sólo invita a más preguntas. Deme la respuesta definitiva.
M: La respuesta definitiva es esta: Nada es. Todo es una aparición momentánea en el campo de la consciencia universal: la continuidad como nombre y forma es sólo una formación mental, fácil de disipar.
P: Yo le estoy preguntando acerca de lo inmediato, de lo transitorio, de lo aparente. Aquí hay una foto de un niño asesinado por unos soldados. Es un hecho, que está frente a usted. No puede negarlo. ¿Quién es el responsable de la muerte del niño?
M: Nadie y todos. El mundo es lo que contiene y cada cosa influye en todas las demás. Todos matamos al niño y todos morimos con él. Cada suceso tiene innumerables causas y produce innumerables efectos. Es inútil llevar la cuenta, pues nada es rastreable.
P: En la India se habla de karma y retribución.
M: Es sólo una tosca aproximación; en realidad todos somos creadores y criaturas los unos de los otros, causando y llevando la carga los unos de los otros.
P: ¿Así el inocente sufre por el culpable?
M: En nuestra ignorancia somos inocentes; en nuestras acciones somos culpables. Pecamos sin saberlo y sufrimos sin comprenderlo. Nuestra única esperanza es detenernos, mirar, comprender y huir de las trampas de la memoria, ya que la memoria alimenta a la imaginación y la imaginación genera deseo y miedo.
P: ¿Por qué imagino?
M: La luz de la consciencia pasa a través de la película de la memoria y envía imágenes a su cerebro. A causa del deficiente y desordenado estado de su cerebro, lo que usted percibe es distorsionado y coloreado por sentimientos de atracción y repulsión. Ordene su pensamiento y libérelo de tonos emocionales, y verá a la gente y las cosas como son, con claridad y con caridad.
El testigo del nacimiento, de la vida y de la muerte, es el mismo. Es el testigo del dolor y del amor. Porque a pesar de que la existencia en la limitación y la separación es dolorosa, la amamos. La amamos y la odiamos al mismo tiempo. Luchamos, matamos, destruirnos la vida y la propiedad y a la vez somos cariñosos y sacrificados. Criamos tiernamente al niño y también lo dejamos huérfano. Nuestra vida está llena de contradicciones. Sin embargo, nos aferramos a ella. Este asimiento está en la raíz de todo. No obstante, es completamente superficial. Nos agarramos a algo o a alguien con todas nuestras fuerzas y al momento siguiente lo olvidamos; como un niño que modela sus pasteles de tierra y los abandona alegremente. Tóquelos y llorará con ira, distraiga al niño y se olvidará de ellos, puesto que nuestra vida es ahora y nuestro amor por ella también es ahora. Amamos la variedad, el juego del dolor y el placer y estamos fascinados por los contrastes. Por eso necesitamos los pares de opuestos y su aparente separación. Los disfrutamos durante un tiempo y luego nos cansamos de ellos y anhelamos la paz y el silencio del ser puro. El corazón cósmico late sin cesar. Yo soy el testigo y también el corazón.
P: Puedo ver el cuadro, ¿pero quién es el pintor? ¿Quién es responsable de esta terrible y a la vez adorable experiencia?
M: El pintor está en el cuadro. Usted separa al pintor del cuadro y luego lo busca. No separe y no haga falsas preguntas. Las cosas son como son y nadie en particular es responsable. La idea de la responsabilidad personal viene de la ilusión de que hay alguien que hace algo. "Alguien debe haberlo hecho, alguien es responsable". La sociedad tal como es ahora, con su marco de leyes y costumbres, está basada en la idea de una personalidad separada y responsable, pero ésta no es la única forma que puede adquirir la sociedad. Puede haber otras formas, donde el sentido de separación sea débil y la responsabilidad difusa.
P: ¿Un individuo con un sentido débil de la personalidad, está más cerca de la auto-realización?
M: Veamos el caso de un niño pequeño. El sentido del "yo soy" todavía no está formado, la personalidad es rudimentaria. Los obstáculos para el auto-conocimiento son escasos, pero le falta poder y claridad a la conciencia, profundidad y amplitud. Con el transcurso de los años, la conciencia crecerá y se hará más fuerte, pero también surgirá la personalidad latente la cual lo oscurecerá y lo complicará todo. Al igual que cuanto más dura es la madera, más caliente es la llama, cuanto más fuerte es la personalidad, más brillante es la luz que se genera con su destrucción.
P: ¿No tiene usted problemas?
M: Si, los tengo. Ya se lo he dicho. Ser, existir con un nombre y una forma es doloroso, sin embargo lo amo.
P: ¡Pero usted ama todo!
M: En la existencia está contenido todo. Mi propia naturaleza es amar; incluso lo doloroso es adorable.
P: Pero ello no lo hace menos doloroso. ¿Por qué no permanecer en lo ilimitado?
M: Lo que me trae a la existencia es el instinto de exploración, el amor a lo desconocido. En la naturaleza del ser está ver aventura en el devenir, al igual que en la naturaleza del devenir está buscar paz en el ser. Esta alternancia del ser y el devenir es inevitable; pero mi hogar está más allá de ambos.
P: ¿Está su hogar en Dios?
M: Amar y adorar a un dios también es ignorancia. Mi hogar está más allá de toda noción, por sublime que ésta sea.
P: ¡Pero Dios no es una noción! Es la realidad existente tras la existencia.
M: Puede emplear cualquier palabra que quiera. Piense lo que piense, yo estoy más allá de ello.
P: Dado que conoce su hogar, ¿por qué no se queda en él? ¿Qué le saca a usted de él?
M: Uno nace debido al amor por la existencia corporal, y una vez nacido, queda involucrado en el destino. El destino es inseparable del devenir. El deseo de ser lo particular lo convierte en una persona con todo su pasado y su futuro personal. Mire a algún gran hombre, ¡qué maravilloso fue! Y sin embargo, qué atribulada fue su vida y qué limitados fueron sus frutos. Qué dependiente es la personalidad del hombre, y qué indiferente es su mundo. Y a pesar de ello lo amamos y lo protegemos por su misma insignificancia.
P: La guerra está en marcha, hay caos y le piden a usted que se ocupe de un centro para dar de comer a la gente. Le dan lo necesario, sólo es cuestión de hacer el trabajo. ¿Lo rechazaría?
M: Trabajar o no trabajar para mi es lo mismo. Tal vez me ocuparía de ello o tal vez no. Puede haber otros mejor capacitados que yo para tales tareas, los cocineros profesionales, por ejemplo. Pero mi actitud es diferente. Yo no miro a la muerte como una calamidad, como tampoco me alegro del nacimiento de un niño. El niño viene a tener problemas mientras que el muerto ha terminado con ellos. El apego a la vida es apego a la aflicción. Amamos lo que nos produce dolor. Así es nuestra naturaleza. Para mi, el momento de la muerte será un momento de júbilo, no de miedo. Lloré al nacer, y moriré riendo.
P: ¿Qué cambio se produce en la consciencia en el momento de la muerte?
M: ¿Qué cambio espera usted? Cuando la proyección de la película acaba, todo queda igual que antes de que empezara. El estado anterior a su nacimiento fue también el estado después de la muerte, si usted recuerda.
P: Yo no recuerdo nada.
M: Porque nunca lo intentó. Es sólo cuestión de sintonizar el cerebro. Requiere entrenamiento, por supuesto.
P: ¿Por qué no participa usted en el trabajo social?
M: ¡Pero si no hago otra cosa todo el tiempo! ¿Y qué trabajo social quiere que yo haga? Remendar no es para mi. Mi posición es clara: produce para distribuir, alimenta antes de comer tú, da antes de recibir, piensa en los demás antes de pensar en ti. Sólo una sociedad inegoista basada en el compartir, puede ser estable y feliz. Esta es la única solución práctica. Si usted no la quiere, luche.
P: Todo es cuestión de gunas. Donde predominan tamas y rajas, debe haber guerra. Donde gobierna sattva, habrá paz.
M: Dígalo del modo que le guste, viene a ser lo mismo. La sociedad está construida sobre motivaciones. Ponga buena voluntad en los cimientos y no necesitará trabajadores sociales especializados.
P: El mundo está mejorando.
M: El mundo ha tenido todo el tiempo para mejorar, sin embargo no lo ha hecho. ¿Qué esperanza hay para el futuro? Por supuesto, ha habido y habrá periodos de armonía y paz, cuando sattva estaba en ascenso, pero las cosas son destruidas por su propia perfección. Una sociedad perfecta es necesariamente estática, y por lo tanto se estanca y se deteriora. Desde la cumbre, todos los caminos van hacia abajo. Las sociedades son como la gente, nacen, crecen hasta un punto de relativa perfección y luego se deterioran y mueren.
P: ¿No existe un estado de perfección absoluta que no se deteriore?
M: Todo lo que tiene un principio debe tener un final. En lo intemporal todo es perfecto, aquí y ahora.
P: ¿Pero alcanzaremos lo intemporal a su debido tiempo?
M: A su debido tiempo volveremos al punto de partida. El tiempo no puede llevarnos fuera del tiempo, al igual que el espacio no puede llevarnos fuera del espacio. Lo único que se gana esperando es más espera. La perfección absoluta está aquí y ahora, no en un futuro, cercano o lejano. El secreto está en la acción, aquí y ahora. Es su comportamiento el que lo ciega a sí mismo. Haga caso omiso a cualquier cosa que usted crea ser y actúe como si fuera absolutamente perfecto, cualquiera que sea su idea de la perfección. Lo único que necesita es valor.
P: ¿Dónde puedo encontrar ese valor?
M: En sí mismo, por supuesto. Mire en su interior.
P: La gracia de usted ayudará.
M: Mi gracia le está diciendo ahora: mire en su interior. Todo cuanto necesita ya lo tiene. Úselo. Compórtese lo mejor que sepa, haga lo que crea que debe hacer. No tema a los errores; siempre puede corregirlos, sólo las intenciones cuentan. La forma que toman las cosas no está dentro de su poder: pero sí los motivos de sus acciones.
P: ¿Cómo puede llevar a la perfección una acción nacida de la imperfección?
M: La acción no lleva a la perfección; la perfección se expresa en la acción. Mientras se juzgue a sí mismo por sus expresiones, les prestará la mayor atención; cuando realice su propio ser, su comportamiento será perfecto espontáneamente.
P: Si soy intemporalmente perfecto, ¿por qué nací? ¿Cuál es el propósito de esta vida?
M: Es como preguntar: ¿en qué se beneficia el oro al convertirse en una joya? La joya toma el color y la belleza del oro; el oro no se enriquece. Del mismo modo, la realidad expresada en acción hace que la acción sea bella y significativa.
P: ¿Qué gana lo real con sus expresiones?
M: ¿Qué puede ganar? Absolutamente nada. Pero en la naturaleza del amor está el expresarse a sí mismo, afirmarse y vencer dificultades. Una vez que haya entendido que el mundo es amor en acción, lo mirará usted de forma muy distinta. Pero primero debe cambiar su actitud hacia el sufrimiento. El sufrimiento es, antes que nada, una llamada de atención, lo cual, en sí mismo, es un movimiento de amor. Más que la felicidad, el amor pretende el crecimiento, la profundización y la ampliación de la consciencia y del ser. Cualquier cosa que lo impida se convierte en causa de dolor pero el amor no se arredra ante el dolor. Sattva, la energía que trabaja en pos de la rectitud y el desarrollo ordenado, no debe ser anulada. Cuando se la obstruye, se vuelve contra sí misma y se vuelve destructiva. Cuando el amor es negado y se permite la expansión del sufrimiento, la guerra se hace inevitable. Nuestra indiferencia hacia los pesares del vecino trae el sufrimiento a nuestra propia puerta.