Artículos - Francis Lucille
Diálogos con Francis Lucille
Francis Lucille Encuentro en Barcelona, 2012 (Selección I)Interlocutor: Me gustaría ver si he comprendido lo que has dicho y hablo desde mi experiencia. Por ejemplo, ahora, si me pregunto "¿existo?", sí, sé que existo; no sé cuando ha empezado, cuando va acabar, pero sé que existo. Y entonces se despliega todo lo que percibo, los sonidos, las vistas e incluso los seres, pero todo esto son objetos porque todo eso es percibido en mí, incluso la imagen de mí cuerpo yo la percibo aquí en mi consciencia. Mi cuerpo en este sentido está en igualdad que otro cuerpo que percibo al lado, ni mejor ni peor, todo es objeto. Entonces, si no hay esta consciencia de existir, la vida quizás, entonces no habría nada...
Francis Lucille: Tu experiencia, en el fondo, nuestra experiencia está hecha de mentaciones, es decir, de emanaciones mentales; ya sean pensamientos, sensaciones y percepciones externas. Y, como bien dices, hay algo de inevitable, ineludible en nuestra experiencia humana que es el elemento de realidad. Es decir, hay algo en vez de nada, como dicen algunos filósofos; hay el Ser, hay un elemento de realidad en nuestra experiencia. En otras palabras, incluso si todo lo que es percibido, como en el caso del sueño nocturno, es una ilusión, esta ilusión no hace más que reforzar la realidad de la consciencia que la percibe. Y eso nos indica ya, nos da una pista de dónde reside la respuesta a la pregunta de "¿Dónde reside el elemento de realidad que sentimos?"
La experiencia del sueño nocturno nos ayuda a comprender la naturaleza de la ilusión y por ello mismo la naturaleza de la realidad. Todo aquello que estaba en el sueño nocturno al despertar ha desaparecido completamente. Es esta desaparición lo que nos permite calificar al sueño como ilusión. Así que el único elemento de realidad es la cosa que estando presente en el sueño no ha desaparecido al despertar, y la única cosa que estaba presente en el sueño y no ha desaparecido es la consciencia.
Así que la utilidad espiritual del sueño es hacernos entrever que la realidad de nuestra experiencia es la consciencia. Del mismo modo que la realidad de la experiencia humana en el sueño es la consciencia, nos damos cuenta que la realidad de nuestra experiencia humana en el estado de vigilia también es la consciencia, ya que nuestra experiencia humana solo está hecha de mentaciones y estas mentaciones o percepciones aparecen en la consciencia, están en la consciencia y desaparecen en la consciencia, luego su substancia misma es la consciencia.
Observa que hasta ahora no he hecho ninguna hipótesis sobre la naturaleza del mundo exterior, ni niego ni afirmo su existencia. Me intereso únicamente por la realidad de nuestra experiencia humana, nuestra experiencia individual humana, y la realidad de esta experiencia individual humana, realmente la realidad de cualquiera al final de este análisis se revela ser la presencia-consciencia. Y por presencia-consciencia quiero decir aquello que percibe realmente, en otros términos, la realidad que percibe y no aquello que percibiría o en tanto que hipótesis podría percibir. La percepción consciente es una evidencia para cada uno de nosotros en este momento y, entonces, la realidad de esta percepción es ineludible. Eso hace que nos hagamos la pregunta "¿Qué es lo que percibe realmente? ¿Cuál es la realidad que efectúa esa percepción? ¿Cuál es la realidad que percibe nuestra experiencia humana?" Y la conclusión extraordinaria es que la realidad que percibe nuestra experiencia humana no es humana, está más allá de lo humano, es transhumana. Y para comprender que la realidad que percibe nuestra experiencia humana es suprahumana o transhumana nos volvemos hacia el mundo exterior.
Ese mundo exterior y los seres que nos rodean parecen tener una realidad independiente de nuestra individualidad humana, y ello por diversos motivos. Uno de estos motivos es, por ejemplo, el acuerdo intersubjetivo sobre la forma o el color de un objeto. Eso apunta hacia algo que sea exterior a la experiencia humana propiamente dicha. Y el otro motivo, sin recurrir al acuerdo intersubjetivo, sería la persistencia de los objetos. Venimos dos veces al año a Barcelona y encontramos Barcelona en el mismo lugar. Barcelona parece tener una existencia independiente de la experiencia humana individual porque durante seis meses Barcelona no está bajo el foco, pero podemos llamar a alguien por teléfono a Barcelona que nos dirá que ha habido cambios, que ha pasado esto o aquello, y cuando volvemos efectivamente vemos que ha habido cambios, por ejemplo, no hacemos nuestro seminario en el mismo lugar. Lo que quiero decir es que hay signos que apuntan hacia la existencia de una realidad superior que es más basta que nuestra experiencia humana, y esta realidad del mundo exterior, sea lo que sea, si es que hay un mundo exterior, es una realidad que está yuxtapuesta a la realidad de nuestra experiencia humana que, como hemos visto, es la consciencia.
Así que tenemos dos realidades: La realidad del mundo exterior, si es que existe, si no hubiese mundo exterior solo habría una realidad, la consciencia; pero esto es la hipótesis solipsista, solo existo yo como persona limitada. Pero si salimos de la hipótesis solipsista quiere esto decir que hay una realidad más grande que aquella de la experiencia humana. Decimos que tenemos, entonces, dos realidades: La realidad de la experiencia humana de un lado, y la realidad universal, la realidad del mundo exterior por otro lado, hay dos realidades.
Ahora la hipótesis es que yo percibo el mundo, es decir, que mi realidad, mi realidad de experiencia humana no es independiente del mundo porque lo percibo. Quiere ello decir que esas dos realidades, la realidad de la experiencia humana y la realidad del mundo, no están separadas como en dos sacos, sino que comunican. Pero, ¿qué quiere decir dos realidades que comunican? Esto quiere decir que forman parte de una realidad que las engloba, o bien, ellas no son más que una idéntica realidad. Si hay una realidad única que las engloba, esa realidad única que las engloba sería la realidad última de esas dos realidades y sería la realidad última de mi experiencia humana, ¿no es cierto? Así entonces, aquello que verdaderamente percibe en mí solo puede ser la realidad última verdadera...
I: ¿Podrías repetirlo? Porque es muy sutil.
FL: Hemos dicho que hay dos realidades: La realidad de la experiencia humana y la realidad del mundo exterior, ¿no es cierto? Es evidente que yo percibo el mundo exterior en mi experiencia humana, lo que implica que hay una comunicación entre las dos realidades; pero dos realidades que se comunican, que no están separadas, eso quiere decir que están englobadas en una realidad que las engloba...
I: Esto que dices es diferente de pensar que si yo no estoy ahí para ver el mundo, no hay mundo, ¿es diferente?
FL: Sí, es diferente y depende de lo que llamas "yo". Si digo "en mi experiencia humana si yo no estoy para ver el mundo no hay mundo", eso es la hipótesis solipsista.
I: Pero cuando dices soliptista, ¿qué quiere decir exactamente, que es individualista?
FL: Sí, es individualista y encontramos algunas formas de solipsismo en algunas formas neo-advaita.
Por el contrario, si decimos "nada existe fuera de la consciencia", pero la consciencia vista en su aspecto universal, entonces siendo la consciencia universal, es cierto, nada existe fuera de la consciencia universal. Es la consciencia vista en su aspecto universal.
I: No habría más interés que, por ejemplo, en el pensamiento católico que piensa que hay un Dios y que somos los criaturas de Dios y que todo es el reflejo de Dios. ¿Es que esto sería menos peligroso que partir de algún sitio con la propia experiencia que acabaría en solipsismo?
FL: No, debido a la separación. Si Dios está en su nube yo soy totalmente impotente para conectarme con Él, he perdido la vía , el camino. Jesús tenía el camino, Jesús conocía el camino y es por eso que dijo: "Yo, el Yo soy, el Yo, la consciencia, es el camino, la verdad y la vida". Luego, en la ignorancia, ha sido interpretado como: Jesús, solo Jesús, la persona de Jesús, es el camino, la verdad y la vida. No es Jesús quien es el camino, la verdad y la vida, es el "Yo soy" en cada uno de nosotros, incluido en Jesús, quien es la verdad, la vida y el camino. Esto es muy importante porque este es el elemento místico que nos liga de verdad a Dios, y es lo que se pierde cuando ponemos a Dios allá arriba en una nube. Es por ello el motivo del enfoque interior, por lo que se utiliza la meditación introspectiva.
Tenemos dos intuiciones muy profundas, es lo que Kant llamaba "aprioris"; y llamaba aprioris a cosas que son evidentes por sí mismas y que no es necesario demostrar. Creo que Kant había añadido unos cuantos aprioris, pero yo veo dos, dos cosas de las que estamos totalmente seguros. La primera es que hay consciencia; no sabemos por qué, no te lo puedo probar, pero si lo digo tú estás de acuerdo, la consciencia es real. La segunda intuición, que es más difícil, que es menos neta, limpia, es que hay una sola realidad. De hecho es lo único que tenemos necesidad de comprender, comprender de forma experimental: uno, que la consciencia es una realidad; dos, solo hay una realidad. Por ejemplo, un físico tendría esta intuición, una persona religiosa tiene esta intuición, que Dios es la realidad de todo.
La manera como abordo esta cuestión es con estas dos realidades. La realidad interior, la realidad de la consciencia porque es de aquí desde donde partimos, tenemos la certeza de que la consciencia es real. Y la segunda realidad es la realidad del mundo exterior, de aquello que nos aparece; que yo llamo la realidad universal. Esta realidad exterior no parece ser esa realidad de la que soy consciente y entonces la pregunta es: ¿Hay dos realidades? ¿La realidad interior: Atman? ¿Y la realidad universal, exterior: Brahman? Y la hipótesis es: "Mi consciencia percibe la realidad exterior"; así que estas dos realidades se comunican, y si comunican significa que están incluidas en una realidad superior última, por tanto, esta realidad última es aquello que realmente percibe en nosotros, es aquello que percibe verdaderamente, y entonces es la verdadera consciencia, la realidad consciente.
La belleza de este enfoque es que funciona exista o no una realidad exterior. Si no hay una realidad exterior entonces es simple, la realidad interior es la consciencia, en el primer caso, en el caso de la hipótesis solipsista...
I: Sí, pero dices que es una falacia...
FL: No, cubre todas las posibilidades, el razonamiento funciona en ambos casos. Si no hay realidad exterior independiente de la mente, como la mente solo está hecha de consciencia, todo es consciencia. Si hay una realidad exterior, Brahman, la naturaleza de esta realidad es la misma que Atman. Este enfoque me parece interesante porque no niega la visión del mundo exterior que es la visión corriente de la vida diaria. Deja la puerta abierta a una realidad que existe independientemente de la mente y independientemente de todas las mentes de todos los seres dotados de sapiencia. Pero no hay realidad exterior a la consciencia porque la consciencia es esta realidad misma, entonces la consciencia es la substancia misma del mundo que nos rodea, del mundo físico que nos rodea de la misma manera que es la sustancia misma del mundo sutil de nuestros pensamientos, sensaciones y percepciones. Y los dos mundos son co-creados, el universo mental y el universo físico son creados al mismo tiempo, lo que explica la correlación entre los dos.
Por ejemplo, si hacemos una experiencia neurológica con un individuo, y después en una reunión le hacen preguntas acerca de la experiencia anterior, esto es lo que hace que sus repuestas se correspondan con los trazos de su electroencefalograma. El materialista te diría que es el cerebro el que crea el pensamiento. El idealista o el soliptista te diría: "No, en absoluto, es el pensamiento el que crea la máquina con todos sus aparatos y toda esta parafernalia están creados por el pensamiento".
Desde el punto de vista de la no-dualidad es la consciencia que co-crea al mismo tiempo las imágenes mentales y los fenómenos físicos; sutil interno y grosero o externo. Si quieres, todo es cósmico, todo lo que aparece es un hecho cósmico, pero no cósmico en el sentido de puramente físico sino que también incluye lo sutil.
Barcelona, 11 de enero de 2012