Artículos - Ráphael
El Maestro
Por RáphaelPregunta: ¿Cómo puedo hacer para encontrar al Maestro o al gurú? Veo que muchos esperan este encuentro, por eso lo creo necesario. ¿Me puede indicar una vía o quiere ser usted mi gurú?
Raphael: La finalidad de la vida no es la de buscar a un Maestro, sino la Verdad. Cuando ame la Verdad más que a su mismo yo, entonces el gurú se le acercará y éste podrá ser un libro, un amigo o, mejor todavía, su propio sí-mismo, Maestro en el corazón.
P: Pero existe una jerarquía de Maestros a la que se debe buscar y servir.
R: Hoy tiene que servir sólo a la Verdad y ésta no se alberga sólo en los Maestros, sino en los corazones de todos los seres. Cuando servimos a los Maestros nos peleamos recíprocamente porque pensamos que nuestro Maestro es siempre mejor que el Maestro de los demás: el Maestro Jesús es mejor que el Maestro Gautama o viceversa; el Maestro Ramakrishna es mejor que San Francisco o viceversa; los Santos de nuestra religión son siempre mejores que los de otra y así sucesivamente. La cadena de gurú de cierto tipo de yoga es mejor que otra cadena de gurú de otros tipos de yoga.
No es el amor hacia un Maestro nuestra meta, sino el amor hacia la Verdad, la única que da la Liberación y la Realización.
P: ¿Tenemos entonces que rechazar a los Maestros?
R: No he dicho rechazar. Todos somos Maestros de alguien. La Verdad incluye a los Maestros y a toda la Vida; por lo cual, amando la Verdad usted ama a todos los gurú pasados, presentes y futuros, de toda raza, religión y cofradía.
P: ¿Por qué todos buscan a los Maestros?
R: Porque es más sencillo buscar a un Maestro que buscar la Verdad; es más fácil ser servicial con un Maestro que con la Verdad; es más cómodo entregarse a otro individuo que a la Verdad; es más simple servir en modo pasivo que buscar creativamente y con actitud positiva. (1)
P: He pensado siempre que sin Maestros la humanidad no puede despertarse a la verdad.
R: Mientras el Sol central siga brillando en el corazón del Sistema, seguirá iluminando a los justos y a los injustos, a los grandes y a los pequeños, a los débiles y a los fuertes, a los malvados y a los Santos, a pesar de las diferentes opiniones de los hombres.
P: ¿No debería yo invocar al Maestro Jesús? Yo soy cristiana, por tanto, soy devota de Jesús.
R: ¿Por qué no invoca el Amor, busca el Amor y sirve al Amor? Póngase al servicio del Amor y entrará en el corazón, no de un sólo Maestro, sino de la Divinidad misma, maestra de todos los Maestros. Cuando penetre en la Esencia una comunicará con todos los seres y con todas las cosas del universo.
P: ¿No le suscita nada la muerte de Jesús?
R: La de Jesús, no; la del Amor, sí. Jesús resucitó después de sólo tres días, más sano y salvo que antes, pero el Amor todavía tengo que verlo brotar en el corazón de los hombres. Aquel lejano día no pisotearon y ofendieron a Jesús, sino al Amor y la Comprensión, la Caridad y la Compasión.
P: Cuando me encuentro en el silencio mental, ¿qué puedo hacer para penetrar cada vez más en el misterio de mi existencia?
R: Cuando se encuentre en esa condición, ¿cómo puede determinar un movimiento del pensamiento? Significaría recaer en el proceso-devenir mental. Por otra parte, tengamos presente que el simple silencio de la mente es sólo una ventana abierta hacia el Sí-mismo, no la verdadera Realización del Sí-mismo. Cuando por mucho tiempo ese silencio se haya instaurado en nosotros como natural consecuencia del desapego y de la eliminación de toda superposición, entonces, tarde o temprano, tendremos la consciencia del Sí-mismo.