Artículos - Karl Renz
Sin Segundo -- Diálogos con Karl Renz
(Segunda Parte)
Diálogos con Karl Renz Without a Second (2005)Me gustaría estar iluminado
Pregunta: Puede sonar anticuado, pero quiero estar iluminado.
Karl: Sólo puedo desearte buena suerte.
P: ¿Qué quieres decir? ¿Es este deseo una tontería?
K: No es una tontería, es sólo un engaño mental.
P: Creo que es un poco más que eso.
K: La iluminación y la no iluminación son ideas. La iluminación es meramente un concepto más en esa línea de ideas sin fin sobre la mejora de uno mismo, el descubrimiento de uno mismo, o el logro de la felicidad.
P: ¿Y qué hay de malo en ello?
K: Es innecesario, ya que nunca ha habido nadie que necesite estar iluminado.
P: Lo dudo.
K: ¿Quién quiere estar iluminado?
P: Como he dicho, "yo".
K: De modo que el "yo" quiere irradiar luz.
P: Por supuesto. ¿Está prohibido?
K: Cuando se trata de las normas de seguridad eléctrica, ¡sin duda!
P: ¿Qué?
K: Es extremadamente dudoso que un "yo" pueda soportar este tipo de energía. En esta energía absoluta del ser, que se convierte en luz indescriptible, el "yo" se quema, se consume. Si se hacen pasar diez mil voltios a través de una bombilla, esta estalla, y todo lo que queda es volatilizado.
P: Tiene un orgasmo.
K: Lo cual, sin embargo, no se da cuenta.
P: ¿Eso significa que yo soy una bombilla débil?
K: ¿Qué quieres decir con "yo"?
P: Mi personalidad: yo. Eso que está sentado delante de ti. Lo que soy.
K: Lo que eres, no necesita ninguna iluminación. Nunca ha estado en la oscuridad.
P: Muy bien, vamos a olvidarnos del término iluminación. Llamémosle despertar.
K: No se necesita tampoco despertar. Porque eso que eres nunca ha estado dormido. No conoce ni el dormir ni el despertar. La vigilia y el sueño aparecen dentro de eso. Por otra parte, no hay nadie despierto o dormido. No hay nadie iluminado ni nadie que necesite la iluminación. Estas son sólo ideas que no tienen ningún sentido. Aparecen y desaparecen de nuevo en eso que eres.
P: Pero con el fin de ver o entender esto, ¿no es necesario experimentar algún tipo de despertar?
K: No tú. No el "yo". En el momento en que eres lo que eres no hay más espacio para la bombilla. Se ha quemado, evaporado, desaparecido, como si nunca hubiese existido. Y esta es la broma: que en realidad nunca ha existido. Porque donde quiera que es lo que es, no hay otra cosa sino lo que es.
P: ¡El dónde... el eso... el qué! Bueno, ¿dónde estoy yo?
K: Tú estás quemado, evaporado, desaparecido. O por lo menos, lo parece. En verdad, sin embargo, no existías antes y no existirás después.
P: ¿Así que el "yo" tiene que desaparecer?
K: ¿Cómo es posible que algo desaparezca cuando nunca ha estado ahí?
P: Pero yo existo. Estoy aquí sentado. La pregunta es: ¿Por cuánto tiempo?
(Un teléfono móvil está sonando.)
K: Responde al teléfono. Tu electricista quiere saber si puede encender la corriente.
Nadie se ilumina
P: Una vez que alguien se ilumina, ¿puede perder ese estado alguna vez?
K: Una y otra vez.
P: ¿No está (en ese estado) definitivamente?
K: No. Siempre que haya alguien llamado iluminado, ese alguien surgirá de nuevo. Tiene que haber un "ajá", de que eso que es el Ser, que es la existencia misma, permanece siempre realizado. No se necesita una persona para darse cuenta de esto. La existencia no necesita ningún tipo de fenómeno para darse cuenta de lo que es la existencia.
P: No, la existencia no lo necesita. Pero yo sí.
K: Tú no lo necesitas. Nunca puedes existir como alguien iluminado. Y tampoco nunca has existido como alguien no iluminado. Abandona este programa de la iluminación, o el despertar.
P: ¿No es necesario ser tocado por esto, al menos una vez?
K: ¿Quién o qué podía ser tocado? ¿Qué cambio se necesitaría para que esto ocurra? Lo que sea que te toque desaparecerá de nuevo. Cada experiencia de tocar es fugaz.
P: Pero, como maestro, ¿no puedes...
K: Soy completamente incapaz. Soy impotente. No puedo convertir a alguien en algo que ya es.
P: Entonces ayúdame a ser lo que soy.
K: Cualquier cosa que pudiera intentar hacer sólo consolidaría tu idea de que todavía no eres eso.
P: ¿No puedes darle una oportunidad, de todos modos?
K: Pero no hay nadie ahí que pudiera ser mejorado.
P: Acepto creer que nadie podría mejorarte. Pero yo…
K: Tú tampoco puedes ser mejorado.
Mi "yo" quiere desaparecer
Pregunta: ¿Por qué nací?
Karl: ¿Por qué no? La existencia está totalmente de acuerdo con el hecho de que eres y como eres. Es perfecto. Ningún significado es necesario. La búsqueda de significado sólo surge con la idea de un "yo".
P: Muy bien, pero me hago esta pregunta.
K: El "yo" es un concepto. Desea tener relevancia. Plantea una pregunta que quiere que sea satisfecha y disuelta mediante una respuesta. Pero inmediatamente surge la pregunta siguiente. En realidad, es siempre la misma pregunta: "¿Por qué yo soy?" Este es el problema del "yo". Para justificar su existencia, tiene que encontrar una razón para estar vivo. Trata desesperadamente de demostrar que existe, pero no puede encontrar la evidencia. Es por eso que siempre tiene una nueva pregunta. Y por eso ninguna respuesta será nunca suficiente. Así que no importa si la pregunta se responde o no. Sólo hay una respuesta para la pregunta "¿Por qué?" Y esta es "¿Por qué no?"
P: ¿No tiene el "yo" ningún valor en absoluto?
K: Valor o no valor, el "yo" intenta demostrar su existencia viéndose a sí mismo como indigno: "!Pobrecito de mí, que inepto soy!" Lo que más desea es una prueba de su propia existencia. Si su inferioridad es útil como prueba, entonces es gratamente inferior, pobrecito y patético. El "yo" conoce todos los trucos del mundo para sobrevivir. Es como esos muñecos oscilantes, que puedes golpearlos más de mil veces, pero siempre vuelven. Incluso si pudiera permanecer tumbado, al menos existiría. ¡La ilusión de un "yo", que aparece una y otra vez en una pregunta, sigue siendo irrefrenable!
P: ¡La vida debe ser bella cuando se termina con esta pregunta de una vez por todas!
K: ¿Quieres decir que la existencia no tiene que ser cuestionada con el fin de ser más feliz? Quizás es igual de feliz haciendo preguntas como no haciéndolas. "Si esto o aquello no estuviera ahí..., si me hubiera librado de esto o aquello..." todo esto no son más que ideas del "yo". La existencia no puede ser perturbada. No es necesario deshacerse de nada. Pero el "yo-idea" en algún momento se experimenta como perturbador y luego intenta eliminar todas las perturbaciones, incluido él mismo.
P: Sí, así es como me siento.
K: El "yo" te hace creer que tiene que desaparecer.
P: ¡Exactamente!
K: Porque si crees esto, él puede seguir existiendo incluso más tiempo sin ser molestado.
¿Por qué hablas tanto?
Pregunta: Con todos los maestros de satsang hay periodos de silencio. Tú hablas constantemente.
Karl: Sólo hay silencio aquí.
P: ¡Pues vaya un silencio más parlanchín!
K: Silencio con conversaciones y escuchas.
P: Silencio que no le gusta estar callado.
K: Al silencio no le importa en absoluto lo que sale de él. No tiene ninguna intención. No diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Ni tampoco eso que escucha.
P: ¿Quieres decir que da igual el contenido de lo que se dice?
K: Lo único que sé es que aquí el silencio habla y escucha.
P: ¿Eso es todo?
K: No hay nada más.
P: ¿Quieres decir que en realidad aquí no pasa nada?
K: Sí. Y aun así algo siempre permanece.
P: ¿Y eso...
K: Es el silencio.