Javier Gutiérrez Ornelas

Desde hace años me dedico a orientar a las personas sobre cómo conectarse con el momento presente de una forma profunda, es increíble todo el sarro que se desprende de una mente cuando comienza a llevar su atención al aquí y ahora insistiendo en mantener su foco atencional en lo que está sucediendo "dentro y fuera" de nosotros.

Los ejercicios estructurados por mi maestro Jon Kabat-Zinn, basados en sus años de experiencia en la práctica de la meditación y el yoga, bajo un modelo hoy reconocido mundialmente como REBAP (Reducción de estrés basado en atención plena) han hecho que miles, sino millones de personas, hayan fortalecido y despertado su capacidad de estar presentes.

Esta capacidad llamada mindfulness es una fuerza sanadora y ampliamente reveladora. He sido testigo en innumerables ocasiones de cómo los participantes en mis cursos renacen literalmente después de estar dormidos en los sueños de sus fantasías mentales.

Muchos de los que llegan al curso han dejado de vivir su vida para vivir una vida "que les gustaría tener", han dejado de disfrutarse para diseñar al hombre o mujer que les gustaría ser. Pero cuando se dan cuenta, cuando viven y experimentan en carne propia que ya somos todo lo que tenemos que ser, se genera una liberación tan emotiva y a veces hasta desbordada que deja al descubierto nuestra necesidad de volver a nosotros mismos, a nuestra esencia.

¿Por qué estas personas logran reconocer que son ya poseedores de una amplia serenidad que antes no habían visto? La respuesta que yo he encontrado es: porque antes de estas prácticas, desconocen que son el todo, porque se han identificado con la "voz interior" o ego, creyendo que son un cuerpo y una mente que vagan de aquí para allá buscando esto y deseando aquello, y al conectarse al momento presente, se dan cuenta de algo revelador ― ¡que SON el momento presente! Yo suelo comentar que no estamos en el momento presente, que somos el momento presente viéndose a sí mismo.

En la sesión número seis de este curso, al final de esta reunión, en la parte casi última de la meditación de la compasión, menciono algo que tal vez muchos escuchan pero no comprenden o no se detienen a reflexionar, o por el contrario, lo han escuchado como cliché del new age que ya no se detienen en esta profunda verdad: "…con nuestra atención plena nos conectamos con cada uno de los que estamos en esta habitación, en este hospital, fuera del hospital, no solo seres humanos, sino también animales y plantas, vinculándonos especialmente con aquellos seres desfavorecidos, víctimas de enfermedades terminales, víctimas de privación de su libertad, hambre, guerras, como si estuviéramos unidos a ellos… porque lo estamos… ya que todo lo que existe, está interconectado."

Y esta profunda verdad, "todo lo que existe está interconectado" dicho de una forma muy trillada y por lo mismo subestimada: "todo es uno", en dicha sesión la cierro con el poema de Juan Ramón Jiménez: Yo no soy yo, que dice:

"Yo no soy yo
Soy este que va a mi lado sin yo verlo
Que a veces, voy a ver pero que a veces olvido
El que calla sereno cuando hablo
El que perdona, dulce cuando odio
El que pasea por donde no estoy
El que quedará en pie, cuando yo muera"

Trato de respetar siempre las palabras de este poeta, pero en algunas ocasiones me gana la emotividad y modifico la última frase por lo que tal vez Juan Ramón quiso decir… "El que quedará en pie cuando EL YO muera", porque es el yo narrativo, como le llamamos en el curso, el ego, como se suele conocer también quien nos amuralla, si no conocemos sus trampas nos seguirá generando un profundo sufrimiento.